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Mi viaje a Centroamérica 2

en Hetero: Infidelidad

Se acercaban las 2pm, ya estaba ansiosa de encontrarme con el rubio Albert, el camarero del hotel donde me hospedaba con mi marido. Me vestí lo más sexy que pude, con un vestido azul celeste pegadito al cuerpo, un hilo dental, sin sostén y unos zapatos de paltaforma bellos que dejaban ver mis pies cuidaditos y lindos. Salí al café cercano, notaba las miradas de los hombres sobre mí, eso hacía que mi caminar se tornara más sensual pues me pone coquetear y ser centro de atención, especialmente de miradas masculinas. Llegué al café y allí me esperaba mi Albert. Él estaba precioso, la verdad era un hombre muy bello, bien foramdito y con esos ojazos azules que me hacían suspirar.... Nos dimos un besito de piquito, ordenamos unos Té los cuales bebimos con cierta prisa, pues sabíamos que el tiempo jugaba en contra nuestra.

 

Albert pagó la cuenta, me tomó de la mano y caminamos por el malecón, yo me sentía en las nubes, algo raro pasaba, me atraía mucho ese chico y sentía que no era normal dicho sentimiento, parecía enamorada.... Así anduvimos hasta llegar a una casita a orillas del mar, pasamos casi sin decir una palabra pues ambos estabamos conscientes de a qué ibamos!! No me intresaba preguntar nada, yo sólo quería entregarme a ese hombre. Una vez dentro, pasamos a una habitación grande con cama matrimonial, sencila pero muy cuchi, bien arregladita. Le dije a Albert que iría al baño y él me esperó tantito. Al salir, estaba mi rubito con una botella de vino espumoso y dos copas ya servidas. Brindamos, apenas unos sorbos del vino y nos acercamos mutuamente para empezar a acriciarnos y besarnos con mucha ternura, eso me encantaba, los besos de Albert eran suaves y apasionados, yo estaba en el limbo, me sentía tan débil frente a ese man que por primera vez ni recordaba que era casada.... Sus manos recorrían mis muslos mientras yo le acariciaba el cabello y su cuello, luego subía delicadamente por mi cintura, mis brazos, pero sin tocar ni mis senos, entrepierna o nalgas. Aquello me producía ansiedad, pero me agradaba bastante que fuese delicado y no atorado como otros hombres, era habilidoso al rozarme, mi piel se erizaba, mis suspiros eran exhalaciones eróticas que notaba lo calentaban. Empezó a desvestirme mientras se extasiaba al ver mi figura, me quitó todo hasta dejarme en desnudez absoluta, allí, con una gracia y destreza que me impresionaban, besaba y otorgaba pequeñas lamiditas en zonas claves que me hacían delirar. Mi humedad la sentía notoria, aquel chico me estaba poporcionando un placer indescriptible.... De pie, recorrio cada centímetro de mi piel, desde mis pies hasta la nuca, yo moría de gusto!!

 

-Aaaaahhh mi amor, qué divinoooo, mmmmm

 

-Eres una diosa, tu piel es tersa, hueles a fragancia celestial, tus curvas son perfectas, cada rinconcito posee un saborcito particualr que me fascina, Raquel....

 

Me abrazo y luego colocó sobre la cama, sentía mis pezones a reventar, mi vagina era un verdadero volcán, mordía mis labios, me contorsionaba todita y Albert siguió recorriendo mi anatomía con manos, boca, nariz..... Se detuvo para desvestirse, cuando lo hizo, me quedé impactada de ver aquel cuarpazo delgado, definido, unos abdominales que eran un sueño, sus nalgas duritas, bonito pompi tenía el rubito!! Y su pene, parado, viril, recto, gruesito, circunsidado.... Ese chico era un Adonis y yo lo tenía para mí, para darme y darle placer:

 

-Uaooo Albert, qué bello eres y que buenote está, uuyyyy....

 

-Jaja, gracias mi dulce dama, viniendo de ti es un verdadero halago....

 

Se puso encimita de mí, nos besamos esta vez con más lujuria, comiéndonos las bocas mientras nustros cuerpos se frotaban otorgándose mutuamente satisfacción, deleite. Así empezo una tarea magistral: subió mis brazos y besó mis axilas, yo sentía mezcla de cosquillas y placer inmenso, luego se dedicó a mis senos, los besaba, recorría con su hábil lengua cada teta, rodeaba mis areolas mientras mis quejidos aumentaban, mis ojos se perdían en la oscuridad del goce máximo, mi cadera se elevaba hasta que, al succionar cual fresa mi pezón derecho, estallé en un orgasmo impactante.... Siguió hacia mi otro seno, bajó por mi vientre y llegó a mi monte de venus donde me besuqueó, palpó hasta recorrer mis labios vaginales muchas veces y, en lo que rozó mi clítoris con la punta de su lengua, ¡pum!, me sobrevino otro mega orgasmo que me hizo desfallecer.... Se dio cuenta y sonrió, se veía tan lindo!! Lo tomé por la carita y lo conduje frente a mí para besarlo y pedirle que se acostara, que ahora era mi turno:

 

-Ven nene, mami te va a dar cariñitos ricos....

 

-Okey, ven mi reina, hazme lo que quieras....

 

Empecé a magrearlo, a succionarlo, lo mordía con tenacidad pero suvemente.... Hice fiesta con sus tetillas, sus abdominales los subí y bajé muchas veces, Albert se estremecía, oía sus gemidos. Llegué entonces a su aparato reproductor el cual olí, besé, lamí, toqué con mis manos, lo masturbé sin prisa, chupé sus testículos y entonces metí su hermoso pene en mi boquita:

 

-Mmgghh, mmmgghhh..... qué divino pene Albert, estoy enamorada de tu verga, me encanta, qué duraaa, mmgghh, mmggh, me fascina mi amor!!

 

-Ahhhh, aahh.... chupa, chupa así que lo haces monumental Raquel, eres la mejor!!

 

Acabando de hablarme con entrecortadas palabras, su descarga de semen sobrevino en mi garganta, tragué todito para lugo limpiar con mi lengüita el poquito resto que quedaba por su verga y, con ayuda de mis deditos, tomarme el que chorreaba por mis labios. Me puse a su lado mientras el éxtasis hacia su trabajo, caricias besuqueos, lindas palabras adornaban la escena para que, a tan sólo minutos de su acabada, su verga adquiriese fortaleza y estuviese puesta a punto para la batalla. Al darme cuenta, me senté sobre su enorme y regio pene, dejándolo entrar en mi vagina poco a poco para cabalgar aquel brioso corcel con maestría. Subía y bajaba, me movía de lado, en círculos, las manos de mi amante apretaban mis nalgas, otras veces lo hacían con mis tetas, de cuando en vez sacabamos las lenguas y las toqueteabamos divinamente, así estuve hasta que otro orgasmo sentí en el fondo de mi alma. De allí empezó una entrega total, furiosa, desatada.... Posiciones diversas, cogidas deliciosas por parte de Albert, magreadas, lisonjeos, arrullos, manoseos.... Todo en una fricción y fusión perfecta que provocaron en mí innumerables orgasmos y él me bañó de leche calentita como quiso. Mi anito fue suyo también, en 4 patitas me puse y lo perforó dulcemente, también de pie me poseyó por el culo, yo disfruté muchísimo, daba alaridos de goce supremo:

 

-Aagghh, ayyyy.... así nene, dame duro, empala el culo de tu hembra, aagghh.... vamos, dame hasta el fondo, dame más mi amor, aayyyy, auch, aagghhh!!

 

-Toma mi hembra, toma lo que deseas, siente a tu hombre poseerte como se nota que te gusta, tomaaaa....

 

Y así transcurrieron casi 4 horas de sexo desenfrenado hasta que el cansancio y la necesidad de irnos por nuestros respectivos compromisos se hicieron presentes. Albert me acompañó hasta cerca del Hotel, la despedida fue algo rara, mezcla de deseo, tristeza, afecto, cariño y melancolía estuvieron allí.... Al alejarme me sentí vacía, creo que ese chico me dio donde era, me había gustado por encima del tope donde mantengo el control y eso me preocupó. No quería irme, qué tal?? Pero reflexioné, respiré profundo, saqué fuerzas para acordarme de mi bonita relación con mi esposo, de cuanto lo amaba y, poco a poco, fui retornado de un sueño exquisto a mi realidad****