miprimita.com

Secreto lujurioso

en Otros Textos

 

En secreto por allá, sin levantar sospechas sin que alguien se dé cuenta, caminemos por la acera alta caminemos por donde nadie que sea conocido nos pueden mirar. Usas aquellas gafas oscuras que sutilmente combinan con el color de tu piel y deliciosamente dejan en un misterio tus atractivos ojos verdes.

Esperemos un momento más, dejemos que “EL” se vaya a donde deba ir; quédate un rato mas, inventa una excusa por más tonta que sea, siéntate a mi lado y lentamente puedes deslizar tus manos por mis piernas bajar mi falda y hacer lo que quieras. Tanto tú y como yo lo deseamos; tratemos de ocultar lo que una vez pudimos evitar pero que el deseo de la lujuria pudo más.

Yo soy prohibida para ti, tú eres prohibido para mí, ambos somos prohibidos el uno del otro pero sin embargo nos dejamos llevar por el deseo. Guardemos el secreto, guardemos el secreto lujurioso, una mentira aquí, una mentira allá para sentirnos uno dentro del otro.

Tus brazos son cadenas de dulce sudor y placer, tus labios son de fuego que cruzan una y otra vez mis piernas hasta hacerme llegar hasta el más alto clímax pasional, tu lengua sobre mi cuerpo me hace sentir el placer de lo mas prohibido  Tu piel blanca, tus ojos verdes, tus cabellos, tu ser encima de mí logrando hacerme sentir los gemidos de mi espíritu, todo eso me hace olvidar lo que soy y lo que seré. Contigo pierdo el control de  mi  misma.

Esto es un pecado, he de ir al infierno con la más amplia sonrisa tatuada en mi rostro, mientras tanto disfrutare de tu cuerpo prohibido; caminemos despacio, mueve tus piernas un poco mas ya vamos a llegar aquel cuarto que es testigo de nuestros deseos reprimidos; Ansiamos nuestros cuerpos mutuamente, nadie más es el culpable que el otro.

No somos ni los primeros pero tampoco los últimos, disfrutemos una vez mas de este secreto lleno de lujuria, esto es lo que ocultamos, esta es nuestra posesión nuestra perdición. Poséeme, bésame, tócame, hazme tuya una vez mas “EL” no sospechara. Nada ni nadie se dará cuenta. Tus ojos me dicen que quieres más de mí, que  no puedes soportar más la ansiedad. Lo prohibido es lo más deseado, lo más tentador. Caminemos con cuidado, caminemos por la acera alta donde nadie pueda alcanzar lo que a espalda de los demás hacemos.

Poséeme, tócame, hazme tuya una vez más, y luego volver lo que somos ante los demás.