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Cuando te enamoras de alguien por sus zapatos (I)

en Fetichismo

De cuando tus amigos se empeñan en que "buena" está aquella, que "cuerpazo" tiene esa o que "guapa" es aquella, y sin embargo, a ti te da lo mismo porque eres un fetichista, y lo primero que mirarás son sus pies.

Pues bien, estábamos en casa de un amigo celebrando su cumpleaños en una especie de fiesta privada. Yo estaba allí, y Luis no hacía más que decirme lo mismo:

- ¿Te has fijado que buena está Lucía hoy? - me dijo.

- Sí, la verdad es que hoy está muy buena.

Mentía. No era lo que realmente pensaba, porque no me gustaban los zapatos que llevaba. Y es verdad, cómo yo soy fetichista, es el primer requisito fundamental. Pero yo ya había calado mi mirada en otra chica, una fémina que tampoco era un bellezón ni sobresalía, pero ahí estaba con unos zapatos de tacón de 12 cm. de plataforma, de color negros, y eso ya me había cautivado. Se llamaba Marta, la conocía de vista, pero nunca había hablado con ella. A mí se me ponía dura de sólo pensar la cantidad de cosas que podría hacer con sus zapatos.

Querría haberme acercado a ella, entablar una conversación, y haberle dicho que zapatos tan bonitos llevas. Pero a mí no se me daba bien conocer chicas, digamos que no es mi don. Aún así, ocurrió otra cosa mucho mejor. Nos pusimos a jugar a botella, y algunas de las invitadas se descalzaron y dejaron los zapatos en el baño, mi amigo les había dicho que los dejaran allí (mi amigo no sabía nada, no era mi compinche, pero me vino de perlas). Así que aproveché para:

- Un momento, voy al baño, seguid jugando sin mí.

Abrí la puerta del baño, encendí la luz, cerré la puerta, y miré hacia abajo. ¡Allí estaban casi todos los zapatos de las invitadas! Os imaginaríais como tenía el pene después de ver eso. Pero a pesar de los numerosos pares de zapatos que había, busqué aquellos de 12 cm. negros, los de Marta. Y allí estaban. Levanté la tapa del bater para que hiciera ruido y pensaran que estaría haciendo mis necesidades, pero en seguida me arrodillé, me agaché, cogí los zapatos de marta, saqué la lengua, y los lamí. Los besé. Los olí. ¡Qué maravilla! Tenía el pene muy duro, me estaba poniendo mucho. No lo calculé con exactitud, pero debería de llevar aproximadamente unos cinco minutos. Pero quería pasar un poco más de rato con aquellos maravillosos zapatos, así que los cogí y los metí dentro de mis calzoncillos, restregándolos por mi pene. Pero necesitaba más, estaba muy cachondo, y necesitaba correrme. Así que me la saqué, me la masturbé mientras mi pene tocaba el suave tacto del cuero de esos zapatos, y... me iba a correr. Así que no tenía ningún otro sitio dónde echarlo, y opté por echarlo dentro de los zapatos.

"¡Mierda!" Pensé. Porque me iban a pillar. No sé cuanto tiempo le podría quedar a esa fiesta, pero no más de 2 horas. Y nunca me había corrido dentro de un zapato, no sabía cuanto tiempo tardaba en solidificarse eso, pero no creo que en 2 horas o menos estuviera seco.

Coloqué más o menos los zapatos en la posición que los había cogido, y mientras los estaba dejando, oí la puerta del baño. ¡Alguien estaba entrando al baño!

~Continuará.