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Mi antigua compañera de clase (II)

en Hetero: Infidelidad

Esta es la segunda parte de la serie de relatos titulados Mi antigua compañera de Clase, podéis encontrar la primera parte en el siguiente enlace:

 http://www.todorelatos.com/relato/94903/

 

Hola, soy Ángel, y tengo 30 años, licenciado en educación física y bombero de profesión, vivo sólo en un bonito lugar de la costa andaluza (España), de bella luz, y donde se puede disfrutar de la playa la mayor parte del año.

 

Sobre mi físico, mido 185, de constitución atlética, espaldas anchas, de piernas fuertes por naturaleza, bien moldeadas y musculadas, tipo futbolista, pecho ancho, brazos fibrosos, espalda de nadador bien formada, tengo un rostro varonil, muy atractivo dicen, de ojos grandes aniñados, y labios carnosos, pelo normalmente corto, castaño, más bien ondulado.

 

(Continuación...) 

A los pocos días pude coincidir con Natalia de nuevo en el Messenger y ella me comentó que había hablado con su marido y deseaba quedar pronto para vernos. Mi primera reacción fue de sorpresa si bien llama de avisado el anterior conversación de que tenía que consultar con su pareja resultó raro en ese momento la situación, en principio era tomar un café para conocernos, por lo que intenté no darle mucha importancia era la primera vez que hacía lgo así. Nos dimos nuestro nuestros números de teléfono, y quedamos directamente para esa misma tarde, así lo propuso ella y no se me ocurrió ninguna excusa convincente para aplazar la cita, además de que, yo también el fondo deseaba a quedar con esa chica que había coincidido en la clase de la Universidad pero que no había visto aún su cara.

 

Quedamos en que nos veríamos en el paseo marítimo de una zona turística de nuestra provincia muy frecuentada, ya que es un lugar anónimo, donde siempre te encuentras turistas extranjeros paseando por la zona, y no es tan habitual coincidir con alguien conocido.

 

Me preparé nervioso para el encuentro, ya que aunque no habíamos hablado nada sobre quedar para algo más que un café, sin duda el origen de todo esto se encontraba en las fantasías habladas, y eso no era tan fácil de olvidar, no era quedar simplemente con dos personas amigas, era quedar con una chica muy atractiva, casada, acompañada por su marido, y que posiblemente, según había dejado entender ella, no era la primera vez que realizaban una experiencia de este tipo.

 

Estaba anocheciendo cuando me dirigía en coche hacia el lugar donde habíamos quedado, apenas me separaban unos minutos para llegar y ya sentía como mi corazón latía con fuerza, iba con unos minutos de retraso conforme la hora que habíamos quedado, por lo que cuando aparqué, supuse que ellos estarían allí, la avenida para aparcar era amplia, pero en la zona que habíamos hablado para aparcar, había pocos vehículos , por lo que era fácil distinguir si se habían llegado ellos, ya que su vehículo era fácilmente reconocible con la descripción que me habían dicho.

 

Estaba dentro del coche, y por un momento pensé en irme, un nudo se me hizo en el estómago cuando empecé a pensar como reaccionaría yo al verlos, no me considero una persona muy tímida, pero para situaciones distintas como ésta, la verdad es que no tenía toda la confianza que hubiera deseado en ese momento, pero por otro lado sentía un morbo especial, esa magia de sentir y vivir una experiencia diferente e intente relajarme mirando hacia el mar, ya que lo tenia enfrente, el cuál se mezclaba con la oscuridad de la noche ya cerrada, pude sentir como entró por mi ventana una na ligera brisa cálida para acariciarme el rostro, por lo que durante unos instantes conseguí calmarme, y creo que incluso llegué a sintonizar una cadena de radio de música clásica.

 

Cuando me encontraba en ese momentáneo estado de tranquilidad, vi aproximarse por mi lado izquierdo un vehículo que coincidía con el que me había indicado Natalia, el cual estacionó unas tres plazas a mi izquierda a pesar de que había espacio para aparcar justo a mi lado. Pude echar un vistazo rápido antes de que se detuvieran y en el asiento del copiloto iba una mujer morena con el pelo rizado, retirando después la vista y quedándome como paralizado dentro de mi vehículo, empezando a pensar que decir, cómo actuar, y sobre todo, algo que me tenía un poco preocupado, desconocía totalmente como era su marido Sergio, ya que si bien a ella, le había visto de lejos en fotos, y aunque no se apreciaba la cara, si podía hacerme una idea, sobre Sergio desconocía totalmente como era, y eso me tenía despistado, porque dependiendo también de su actitud la situación sería más cómoda o menos, era difícil explicar la sensación.

 

Vi cómo salieron de su coche, y ya automáticamente, sin mirarles directamente, procedí a salir también de mi vehículo, lo primero que pude ver desde unos metros de distancia, es que ella sin duda era una mujer muy atractiva, iba vestida de negro de manera muy elegante con un vestido de color oscuro y una chaqueta negra, llevando tacones tacones, pero al mismo tiempo resultaba discreta.

 

Por el otro lado del vehículo, aparece su marido, el cual de primera vista me dio una buena impresión, no me pareció un hombre serio, sino que más bien aprecié un chico joven y algo que en ese momento pensé, más bajo que ella, no sé si por el efecto de los tacones, pero en ese momento algo me hizo pensar que no debía preocuparme mucho por el, que ella era la que iría llevando las riendas de la situación, pues era sólo una intuición.

 

Nos aproximamos y nos saludamos, estreché la mano con Sergio de forma amistosa el cual me sonrió y me mostró un rostro amable, y después saludé a Natalia dándole dos besos, mentiría si dijera que en ese momento saltaron chispas entre nosotros, pero sí que me gustó que sonrió divertida, como si se tratara de un juego y no la aprecié nada nerviosa, por mi parte, los nervios estaban a flor de piel, lo que sí pude apreciar es que esa chica me atraía, tal como bien las fotos, teniendo formas muy femeninas, pude observar un generoso escote en lo poco que pude ver en ese momento con la chaqueta puesta, caderas anchas, piernas moldeadas, buen culo, una morena andaluza de curvas generosas, sensual y atractiva, con mirada viva y simpática y labios carnosos..

 

 

El primer intercambio de palabras trato sobre temas banales, recuerdo que de forma sincera y para rebajar un poco la tensión, les reconocí que los minutos que les había estado esperando estaba hecho un flan, incluso que llegué a pensar que todo había sido una broma, lo que provocó un primer intercambio de risas por parte de los tres.

 

Extrañamente, aunque con la persona que había tratado por Messenger era con Natalia y con la que supuestamente tenían más confianza, al que me dirigía más de los dos a la hora de hablar era a Sergio, quizás porque me daba más vergüenza hablar directamente con Natalia después de lo que habíamos hablado, al igual que era Sergio el que llevaba la voz cantante de la pareja del que se mostraba más hablador e interesado por preguntarme cosas.

 

Decidimos acercar los coches un poco más a la zona donde estaban las cafeterías, por lo que como ellos no conocían mucho la zona iban circulando detrás mía , observando como al poco tiempo Sergio paró el vehículo, haciéndome señas por lo que yo también detuviera mi vehículo. Me dirigí al vehículo de Sergio coincidiendo que por el lado que me asomé era la ventana del copiloto donde se encontraba Natalia, la cual me seguía mirando divertida, y eso me hacía estar aún más nervioso, avisándome Sergio que iba a sacar dinero al cajero que había al lado. Se produjo una circunstancia curiosa, mientras Sergio estaba en el cajero yo permanecí de pie al lado de la ventana donde se encontraba Natalia, dándose unos segundos donde no intercambiamos palabras pero sí intensas miradas y no pude evitar desde fuera del vehículo observar su cuerpo, y un leve cosquilleo comenzó a despertar mi polla.

 

Sergio no tardó mucho en regresar volvimos a subir a los vehículos y momentos después estacionamos, volvimos a reunirnos y me dejaron la iniciativa de que les llevará al local que yo quisiera, y mientras nos dirigimos andando a una de las cafeterías fue cuando empezamos a hablar de manera un poco más amigable.

 

Para romper el hielo comencé preguntándole a Natalia sobre la Universidad, confirmando por mi parte que no la recordaba de haber estado con ella en clase, pero sin embargo ella sí me recordaba a mí perfectamente, tal como me dijo en la charla por Internet.

 

Elegí un local tranquilo, amplio, que en esa época del año estaba frecuentado por pocos clientes, que además eran turistas mayores extranjeros, por lo que existía la suficiente intimidad para hablar de cualquier tema.

 

Recuerdo que Sergio se sentó a mi izquierda, quedando N sentada enfrente mío, pero nuevamente ambos nos evitábamos, más por mi parte, además de que Sergio continuó llevando la iniciativa en la conversación, en ningún momento hablamos de nada relativo al motivo por el que hable con Natalia por Internet, y yo tampoco querían forzar la conversación y sacar el tema a cualquier oportunidad, primero prefería crear un clima de confianza, y para eso todavía lo veía lejano en ese momento.

 

Sergio me pregunto varias cosas sobre mi trabajo, bombero, a los que yo educadamente fui respondiendo, observando que en un tema que le atraía bastante a Sergio, el cuál tenía un trabajo en una oficina, que si bien no le aportaba emociones muy fuertes, sí que estaba bien pagado y disponían de buena calidad de vida.

 

 

Natalia iba incorporándose a las conversaciones discretamente, ya mí me encantaba poder también dirigirme a ella y comenzar el juego de miradas, aunque me costaba bastante, pienso que no hay nada más erótico que una mirada cuando el contexto de la situación no no permite imaginar por parte de otras personas el significado de ese gesto. Hablamos un poco de nuestra etapa de la Universidad, de la anécdota que me contó sobre qué recordaba que llegué un día clase con los ojos como si me hubieran golpeado, y demás anécdotas que fueron surgiendo, ya que soy una persona que a pesar de estar un poco nervioso en una situación, en lugar de quedarme callado, se me suelta la lengua y hablo bastante, al igual que ellos en todo momento intentaron hacerme sentir cómodo y contaban detalles personales sobre su vida, una de las cosas que más me llamó la atención, es que Natalia me hizo ver lo que me contó por Internet, que realmente forma una pareja sólida con Sergio y que se quieren, observando entre ambos existía una buena complicidad, como si se entendieron perfectamente con pequeños gestos.

 

Me dio la sensación de que les caía bien, y ellos también a mi, de eso se trataba el primer café, porque recuerdo que Natalia y yo no habíamos concretado nada, solamente conocernos esa tarde.

 

Cuando ya llevábamos un rato conversando pensé que por ese día era suficiente, y tampoco quería aburrirles demasiado, y como llegue a ese punto que no sabes si la persona que está acompañándote ya tiene ganas de marcharse o no, es por lo que cuando vi que se empezaron a producir silencios más espaciados entre las conversaciones es por lo que les dije que si ya era tarde, que cuando ellos les apeteciera que me lo dijeran y nos marchábamos.

 

En ese momento, observe como Sergio se mantuvo un poco al margen, dejando el mando ahora de la conversación a su mujer Natalia, ya que si sólo me hubiera dejado llevar por el gesto que hizo Sergio cuando les dije de marcharnos, que fue mirar a su mujer para buscar una respuesta, no habría sabido del todo si en ese momento terminaba el café, estaba un poco despistado.

 

Entonces decidí dirigirme hacia Natalia, ya que creo que a través de ella era como realmente podía averiguar qué impresión había causado, dándose el siguiente diálogo entre nosotros: (A- Ángel N- Natalia).

-A: entonces, ahora volvéis a vuestro pueblo.

-N: Pues, no sé que vamos a hacer....

 

Diciendo esto Natalia , de forma algo dubitativa, pero creo que de forma intencionada, porque miró a su marido de manera pícara, buscando su complicidad, como ese momento estuviera planeado.

 

En ese momento intervino Sergio nuevamente en la conversación, preguntándome en qué zona vivía exactamente, pero lo hizo una manera muy normal, como cuando un amigo se interesa por conocer tu casa que todavía no ha visitado.

 

Fue cuando empecé a tomar conciencia de que se estaba iniciado el camino hacia la situación desconocida para mí, un terreno extraño por explorar, en el que cada pisada, cada detalle, era digno de saborear, teniendo cuidado de no dar ningún paso en falso, pero tampoco quedarme parado, era el momento de avanzar de forma segura.

 

Obviamente, ellos no tenían ganas de regresar a su casa, y tampoco de prescindir de mi compañía, dándose este último diálogo en la cafetería:

 

-A: pues, la verdad yo tengo la casa hecha un desastre, está muy sucia la cocina ya que trabajé ayer y todavía no me ha dado tiempo a organizar la.

 

Dije esto porque me salió así, tenía enfrente a una atractiva chica y a su marido, los cuales habían hecho entender que les había caído bien, y aunque no se había tocado en ningún momento en la conversación nada referente a un posible encuentro, sí que me habían sugerido que veían bien tomar algo en mi casa, por lo que la única explicación a lo que les dije sobre el estado de la casa, es que aparte de que era verdad y me daba un poco de vergüenza llevar visita en ese estado, creo que también lo dije porque me asusté al ver que una situación con la que he fantaseado en varias ocasiones, se estaba desarrollando como si fuese la misma fantasía, y eso me asustó un poco, por miedo a no controlar la situación.

 

Natalia volvió a dirigirse a mi, pero en esta ocasión lo hizo de una manera directa, muy segura de sí misma, y al mismo tiempo mostrando su sensualidad, y su lado de hembra caliente, viendo como su piel ardía y como su mirada estaba encendida, diciéndome con un tono de voz bajo y meloso lo siguiente: -N: no sabes lo que me ha costado hoy venir aquí.

 

No tuvo que decir más, en ese momento comprendí, que a pesar de que durante todo el tiempo e ella había estado más al margen de toda la conversación, realmente le había interesado, por lo que les dije que por mi estaba encantado de que vinieran a casa, pero que me perdonaran por el desorden ya que no preveía visita, a lo que de manera informal y divertida me dijeron que no pasaba nada, que lo entendían, diciendo Sergio que si hacía falta fregar, que para eso estaba su mujer para poner todo en orden, la cuál no pareció molestarse por ese comentario, simplemente se rio y asintió que así lo haría.

 

Salimos de la cafetería y nuevamente nos subimos cada uno en nuestros vehículos para dirigirnos a mi piso, en el trayecto mientras conducía ya no tenía la sensación de nerviosismo inicial, sentía que había iniciado una nueva aventura, y y lo que más me gustaba es que no sabía lo que iba a pasar, pero fuera como fuera, estaba siendo la experiencia emocionante y excitante.

Quiero compartir con los lectores una pequeña reflexión que tuve durante el trayecto hacia mi piso en vehículo, cuando alguna vez había fantaseado con una situación de conocer a una pareja, nunca había visto al hombre, al marido, como un amigo, más bien o como un tipo serio, poco amigable, ajeno a entablar demasiado contacto conmigo, lo cuál para el momento de conocernos, sería tenso, dependería de que existiera química entre su mujer y yo, pero luego para el momento de acostarnos me daría más morbo, follarme a su mujer en sus narices, de un tipo que no me cae bien, y ponerle unos buenos cuernos, humillándole, haciendole cornudo que es lo que le gusta en su vida íntima, y disfrutar de su mujer sin ningún cargo de conciencia, una situación de tres desconocidos donde todo vale y la fantasía de disfrutar de follarme a una buena zorra delante de su marido es lo único que cuenta, sin sensaciones de amistad, empatía entre los personajes, de buen rollo, sólo sexo, atracción, morbo y perversión en estado puro.

 

Pero curiosamente, con Sergio y Natalia no sentía eso de forma tan clara, como Sergio fue tan amigable y ameno en el café, lo veía como un buen tipo que conoces un día, un hombre divertido, de trato afable, que se nota que quiere a su mujer y busca experiencias nuevas para la pareja, y  sobre todo pensando en complacer a su mujer, por lo que  la situación me parecía emocionante y morbosa, pero ese detalle era lo que hacía que aún tuviera el sentido del morbo algo apagado, así que las sensaciones me confundían, sólo sabía que en el piso, una vez los tres, en un nuevo escenario, es donde de verdad empezaría a descrubir hasta donde llegaría mi "supuesto "respeto hacia Sergio, y mis deseos de estar con su mujer.

(Continuará....)

 

 

 

Mi correo es Bomboy_sexy@hotmail.com, está a disposición de quién le apetezca escribirme, siendo mi deseo poder conocer parejas interesantes, y vivir nuevas y excitantes fantasías juntos, puedo desplazarme por andalucía y la zona de levante, y también tengo sitio para recibir.

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Si la que lee el relato es ella, escríbeme para que entre los dos le pongamos unos buenos cuernos al cornudo de tu marido

A la misma dirección me pueden escribir las chicas y mujeres que vivan cerca, y que deseen contactar conmigo, para hablar de sexo, compartir fantasías..etc, nunca se sabe si puede ser el comienzo de una interesante y bonita historia, fantasía, experiencia, amistad, para vivir en la realidad.

Prefiero que quién me escriba lo haga al correo, NO agrego al messenger sin haber hablado antes.

Pueden ver mis fotos en la siguiente dirección: http://bomboyhot.blogspot.com/