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El camino hacia tu luz

en Dominación

Hola, soy Ángel, un chico que vive en Andalucía, tengo 32 años, complexión atlética, alto, pelo castaño, me considero un chico normal de carácter algo desconfiado de primeras, pero después muy amigable con quien merece mi amistad, honesto y sincero, y aunque pueda tener mi carácter en determinados momentos, tengo buen fondo.

Suelo empatizar y tener una sensibilidad especial con personas que han pasado por experiencias dolorosas y tristes. Al mismo tiempo soy una persona totalmente insensible, y no empatizo nada con la gente déspota, prepotente, falsa, desleal, y que no es capaz de mirar más allá de sus intereses, y se sirve de los demás para manipularlos y manejarlos a su servicio.

Me gusta lo normal de un chico de mi edad, el deporte, la naturaleza, los animales, leer, la música, salir, el cine.

Soy un chico atractivo, de rasgos fuertes masculinos, mirada inocente, alto, y complexión atlética, y mantengo buena linea, intentando cuidar mi dieta y practicar actividad física, pero sin excesos. Se que resulto atractivo para muchas mujeres, pero lo cierto que he estado muchas etapas de mi vida sin darme la oportunidad de conocer a nadie, encerrado en mi mismo y en mi rutina diaria, de casa al trabajo y del trabajo a casa. El principal responsable de esa situación he sido yo, pero digamos que las circunstancias tampoco me han ayudado mucho. La vida no me ha alumbrado con nuevos rayos de luz para darme un poco de alegría para vivir, ha existido mucha oscuridad, es algo que se retroalimenta, la falta de confianza propicia estados de soledad, desanimo, falta de deseo de hacer cosas, luchar , avanzar, y el vacío y la soledad que generan esta situación incrementa de nueva esas sensaciones, no hace falta ser psicoanalista para saberlo, es cuestion de ocuparse más y preocuparse menos, lo dificil es sacar esa energia, e ilusion para renovarse y continuar.

Una vez estuve enamorado de verdad, el amor puro, donde te sientes como un niño junto a la otra persona, el amor que reúne todos los amores, el sentir a la otra persona parte de ti, de tu familia, como si fuera una hermana, una madre, o una hija de tu sangre, y la necesidad de protegerla ante cualquier situación. Ese amor cómplice, que lleva a dos seres a unir no solo su cuerpo, sino también su alma, ser amantes, confidentes y compañeros de viaje.

Perdí a una persona de mi vida hace unos años, y fue muy difícil poder aceptarlo, me ha costado mucho volver a recuperar la fe en mi, y en tener la alegría y calma suficientes para afrontar la vida con la ilusión de volver a ser feliz

Supongo que alguna persona se puede sentir identificada con mis palabras, y otras personas que no hayan tenido ese aprendizaje en sus vidas, simplemente no lo entenderán, pero a veces no es fácil poder salir adelante, superar la pérdida de una persona, enfrentarte a un trabajo difícil cada día, sin tener a nadie que te apoye a levantarte cada mañana, sólo el orgullo, la necesidad de mantenerse en pie para que tus familiares no lo pasen mal, y la esperanza de salir adelante en la travesía hasta que alguna vez vuelva a reinar la luz y la calidez en tu universo, entonces en ese momento, tendrá sentido el haber resistido todos los momentos malos, y esos días en los que había que ponerse en y funcionar sin encontrar motivo para hacerlo.

Pero no quiero hablar de cosas tristes, ni ponerme excesivamente melancólico, sólo quería situar un poco mi vida y mis circunstancias emocionales, , para también mandar un mensaje de optimismo en que siempre hay razones para seguir aquí, luchando y peleando, aunque no tengamos a nadie que nos este jaleando y diciendo que sigamos, aunque creamos que no tengamos porque luchar, hay que hacerlo por uno mismo, por orgullo, y porque la vida como dice la película, es bella, hay personas que no tienen la oportunidad de disfrutar de su vida y se ve truncada por un accidente, una enfermedad, una depresión profunda que lleva al suicidio..etc, seguro que todas esas personas no entenderían que alguien se quejara simplemente por sentirse solo, así que basta de quejas, yo por mi parte intentaré luchar y salir adelante, y estar abierto a todo lo que la vida me pueda ofrecer, y luchar para que eso suceda, y espero que si alguna persona me lee y está pasando un mal momento, también luche y nunca deje de luchar por ser feliz.

Ha sido un último año duro para mi, donde la ansiedad, los miedos, la tristeza acumulada me ha hecho sufrir y sentir de manera muy negativa, pero gracias al apoyo de la gente que me ha rodeado, he sido afortunado, he ido recuperando la calma, la alegría, y atravieso un momento personal muy bonito, lleno de paz, de energía, de ilusión, que me encantaría poder compartir con alguien, pero que tengo que conformarme hasta ahora con guardar todos esos sentimientos para mi, siempre he pensado que es mejor estar solo que sin la compañía de alguien que de verdad te llene.

Es cierto que no he podido volver a recuperar esa complicidad y confianza con ninguna mujer, y sentir esas hermosas sensaciones desde hace mucho tiempo, pero sin embargo si he tenido algunas experiencias sexuales, lejanas a lo que puede ser una relación , pero si muy intensas en cuanto a química sexual, y es que, el sexo con una pareja que amas es maravilloso, pero si no existe ese sentimiento, privarse de poder disfrutar con otra persona de una relación sexual solo por el hecho de que no exista un vinculo emocional, me parece muy injusto.

Lo que paso a relatar ocurrió el verano pasado, y no me entraré en detalles del lugar donde resido para no comprometer a nadie que salga en la historia. Si diré que vivo en zona de costa en Andalucía, de los cientos de localidades costeras que hay en esta comunidad, la mía es un lugar tranquilo en invierno, elegante, bonita, con su puerto deportivo, su precioso paseo marítimo, la belleza de la visión del mar calmado, en la noche, sí, soy algo romántico en el fondo.

Era un jueves del mes de Julio del verano de 2014, no trabajaba al día siguiente porque tenía día libre en el trabajo. Me encontraba en casa solo, sin ningún plan previsto, ya que mis amigos trabajaban entre semana, y no podían trasnochar, pero me apetecía salir.

Ya viví esta situación en el pasado, estar solo viviendo en una ciudad desconocida, no conocer a nadie, y no querer quedarme en casa, y echarle valor, vestirme e intentar salir sólo para ver que podría deparar la noche, pero lo cierto es que no funcionó la primera vez que lo hice, pasé mucha vergüenza, y eso me condicionó para intentarlo de nuevo.

En esta ocasión no estaba en un lugar desconocido, he vivido en muchos lugares, pero nuevamente regresé aquí, donde vivo desde que era un niño. Por tanto, aunque no soy muy de salir a bares y pubs, corría el riesgo de encontrarme a algún conocido, así que eso me echaba para atrás.

Me senté en el sofá del salón de mi lujoso piso con vistas al mar. Nunca pensé que en una casa tan acogedora, con tan buena energía, con vistas al océano, me podría sentir tan solo, pero es la realidad, aunque otras veces si me permito disfrutar de esa soledad, y es un placer quedarse dormido al son de la marea nocturna.

Me duché, me arreglé para salir y preparé una copa de mi ron favorito, y salí a la terraza de mi Ático a contemplar el océano, me senté para disfrutar de la copa, dejando que la suave brisa veraniega, cálida y agradable, me acariciara el pelo, la cara, los brazos, las piernas, que agradable sensación, me encanta el viento, lo tengo que decir, como cubre el ambiente con su leve zumbido, esa noche era como un susurro que te adormece. Cerré los ojos y respiré profundo, me puse a pensar en un instante, en mi vida, en el presente, en que tenía la oportunidad de salir a la calle y una vez más no lo hacía por miedos, cuando seguro que hay personas ahí afuera que están esperando para conocerme, y les estoy cerrando la oportunidad, tanto a mi, como a ellas.

Me levante con la copa con mucha relajación y paz, miré al infinito del mar que se mezclaba con el cielo nocturno, a lo lejos se veían dos puntos en el horizonte, no pudiendo diferenciar si eran las luces de embarcaciones que estaban en alta mar, o quizás la luz que desprende una estrella, que brilla con luz propia en la oscuridad.

Entonces pensé en mi, en todos los seres, somos partes de luz y partes de oscuridad, incluso las personas mas luminosas no pueden brillar sino se las sitúa en el lugar adecuado, me imagine que esa luz estaba en mi interior, siempre apagada, siempre oculta por el día a día, apagada automáticamente por un interruptor interno, cubierta por ese manto de miedos, frustraciones, desilusiones, deseando ser encendida alguna vez.

Apuré mi copa, y con el silencio de la noche pude escuchar el agradable ruido de las marea del mar, parecía coincidir cada subida de la marea, con los latidos calmados y potentes de mi corazón, haciendo vibrar esa luz interior deseosa de ser liberada, luchando contra mi subconsciente, contra mis miedos, diciéndome, Angel, se valiente, escucha en tu interior, se positivo, si te apetece salir, sal, que pierdes, vas a pasar otra noche de verano escondido en casa, privándote de poder dejar ver ese rayo de luz que haga retroceder a la oscuridad de tu alma?.

No lo pensé más, termine de arreglarme y me miré en el espejo, mi mirada desprendía un brillo especial, y decidí salir hacia el ascensor, y cerrar la puerta de mi casa, no mirando atrás, dejando allí parte de los miedos, los complejos, la soledad, la tristeza, que tanto pueden oscurecer una vida.

Eran las 02:00 de la madrugada, acudí en coche a una de las principales discotecas del Puerto Deportivo, cuyo nombre omitiré lógicamente. Aparqué en las inmediaciones, se escuchaba el murmullo de gente hablando en las terrazas de los diferentes negocios de la zona, pizzerías, restaurantes, hamburgueserías, heladerías, bares, pubs, pudiendo observar que iban andando también hacia la discoteca, algunas parejas de distintas edades, y los típicos grupitos de chicas bastante jóvenes, de entre 18 a 22 años, todas muy atractivas, con ese típico bronceado veraniego, algunas con vestidas de manera demasiado atrevida para su edad, con faldas muy cortas, y escotes muy sugerentes, maquilladas como pequeñas putitas, con caritas de niñas buenas , pero en el fondo todas unas golfas, deseando entrar en la discoteca para a provocar, seducir, y a enseñar, y sino, no se vestirían de esa manera, nadie las obliga.

Accedí directamente a la terraza del local, observando que aún estaba medio vacío, con un tono de música no muy alto. La que la gente solía acudir en masa al local a horas más tardes de la madrugada, cuando fueran cerrando los pubs. En la zona de mesas y reservados se situaban algunas parejas, y grupos mixtos de amigos, todos muy bien arreglados, sobre todo las chicas, un ambiente un poco snob, típico de este tipo de sitios.

Después de observar brevemente el conjunto del local, y las diferentes barras, opté por dirigirme a una de las barras, que tenía algunos clientes alrededor, ya que ponerme solo a pedir en una barra desierta, me daba vergüenza y me traía malos recuerdos de otras veces anteriores que intenté salir solo, como ya expliqué.

Al existir más personas consumiendo y sentadas en la misma zona de barra, la cual está dispuesta en forma de cuadrado, con cuatro laterales, me hacía sentir más seguro y menos raro estar solo allí.

Intenté reforzar mi pensamiento positivo sobre esa situación, y pensé en la cantidad de escenas de películas, sobre todo cine americano, donde un tipo va solo a un bar, de un casino o de un hotel por ejemplo, y se encuentra como a poca distancia hay una desconocida también sentada sola con una copa, y más aún, recordando como muchas veces en esas escenas suele ser la chica la que se acerca, por supuesto atractiva, diciendo algo así, Hola guapo, necesitas compañía?, ...pero claro suelen ser prostitutas al final,:), que buscan siempre un beneficio económico..así iba a terminar yo la noche

Tras ese breve espacio de tiempo absorto en mis pensamientos, aún no había prestado mucha atención a las camareras, por lo que me dispuse a realizar una rápida y previa observación. Había dos chicas y dos chicos en la barra, si os digo la verdad no me fije mucho en los chicos, eran los típicos chicos vestidos de forma elegante, de negro, con barbita de dos días bien cuidada para que les de un toque interesante, aunque también podrían ser gays, y que no paraban de acercarse a sus dos compañeras camareras, para hacerle comentarios privados cerca del oído, para posteriormente reírse ellas y ellos como si se hubieran contado el mejor chiste de la historia. Supongo que es una actitud normal, nunca he trabajado en el mundo de la noche, pero entiendo que el ambiente festivo, el hecho de que todavía no había muchos clientes, y que es un trabajo de tratar con la gente y de tener una actitud positiva, pues implica ese hermanamiento y buen rollo entre compañeros.

Le pedí la copa a una de las camareras, la cuál pude ver de cerca, era una chica de unos 30 años, de piel clara y pelo negro, cara afilada, rasgos del este, muy delgada, no me atraen mucho ese tipo de mujeres tan frías en apariencia, y no le presté mucho atención a su imagen.

Cuando si se despertó mi curiosidad, es cuando al poco tiempo me trajeron mi copa, y era la otra camarera la que lo servía, una chica de unos 25 años de edad, pelo liso moreno, recogido en una cola, de tez clara, con boquita pequeña, y labios carnosos, carita redonda, de rasgos muy agradables, y mirada muy expresiva, con dos ojos oscuros, que realmente llamaron mi atención, la había visto fugazmente al llegar a la barra, como hablaba con uno de sus compañeros, y me dio la impresión de ser una chica aunque de apariencia algo fría, de carácter sociable y divertido, al menos con sus compañeros se mostraba así, y sobre todo toda su persona desprendía mucho magnetismo, y no hablo de su cuerpo, no pensaba en ese momento en eso, sino sobre todo en su mirada, y en todos los misterios lo que escondía ese ser. Vestida con una camisa de cuadros de manga larga remangada, y como pude ver después, un pantaloncito muy muy corto, que dejaba ver unas piernas blanquitas muy atractivas, larguísimas, muy bien proporcionadas con el resto de su cuerpo.

Al servirme la copa y poder verla cara a cara en ese momento, nos miramos a los ojos, y todo me pareció más lento, recodaba su rostro de haberla visto trabajando en un pub de la zona la semana anterior, y me quedé un poco sorprendido de verla allí, ella no desvió la mirada en ningún momento, como preguntándome que ocurría, y entonces se dio el siguiente diálogo entre los dos:

Ángel- Vaya, tú estabas en otro local trabajando no?

Camarera- Sí, claro, ante trabajaba en tal...

A- Ah, es que te vi en ese local y me ha extrañado claro de repente verte aquí, y no he bebido nada aún, si fuera borracho dudaría en que local estoy, otro día iré a otro local y seguro te veo allí (Risas por mi parte provocando que ella sonriera un poco)

C- No, tranquilo, no es tu imaginación, me he cambiado de local, pero...yo no te recuerdo (diciendo esto mostrando interés o al menos simulando mostrarlo en mi)

A- Bueno, yo sólo te vi en una ocasión, tampoco lo frecuentaba mucho, y ese día había mucha gente y tú estabas muy ocupada, nunca me has llegado a atender directamente, pero, si me hubieras visto, te acordarías de mi? (lo dije de forma relajada para ver su reacción, no de forma chulesca no quería que me tomara por un prepotente.

C- Pues seguramente, tengo buena memoria para las caras de la gente.

A- Bueno, es más fácil que un cliente pueda recordar la cara de una camarera, que una camarera recuerde la cantidad de personas que atiende cada noche. Pero como dices que tienes buena memoria, tendré que venir otro día para ver si me recuerdas. Por cierto, soy un maleducado, llevamos ya hablando un rato, soy Ángel,.

C- Yo soy Mar, y tendrás que venir de nuevo para ver si te recuerdo claro (Sonriendo suavemente y sin dejar de mirarnos a los ojos)

Tengo que reconocer que esta chica me resultaba muy atractiva, y tampoco quería parecer el típico pesado de bar que aprovecha que la camarera no se puede escapar de la barra para atacarla, quería aparentar naturalidad, y viendo que sus compañeros estaban ocupados, y que llegaban más clientes a la barra, no quise entretenerla:

A- Bueno Mar, no quiero molestarte en tu trabajo, pronto empezará a llenarse la terraza, y empieza el jaleo para vosotros.

C- Si claro, a partir de esta hora comienza a llenarse esto.

Nos despedimos de forma un poco seca, ya que un compañero suyo le hizo señales de que necesitaba su ayuda y ella se medio excusó con que tenía que seguir.

Yo fui apurando mi copa, al tiempo que me encontré a unos amigos con los que hablé un rato, pero no podría dejar de mirar de reojo hacia donde estaba Mar.

Me propusieron que les acompañara a otro local, y antes de marchar, vi como Mar estaba cerca de uno de los camareros, el le hablaba, pero ella parecía no hacer caso a la conversación y miraba hacia mi, con gesto calmado, seria, pero atractiva, seguramente sólo fueron unos segundos, pero fue un momento muy intenso.

Cuando termine la salida nocturna esa noche, y me disponía a intentar conciliar el sueño, no podría dejar de venirse a mi mente la imagen de la mirada de Mar, pude apreciar esa oscuridad magnética que provoca el deseo de avanzar hacia ella, deseaba conocer más que significado tenía todo aquello, y para eso tendría que volver a ver al local, pero eso sería en otra ocasión.

Continuará....

Querida lectora, espero que te haya servido este relato, para saber que existo, que soy un alma más que transcurre con el universo , con sus sueños, deseos, miedos e ilusiones, con ganas de vivir nuevas experiencias, y de encontrar alguien especial. Uno de esos sueños, es poder llegar a ti, a través de este relato, aunque aún no nos conozcamos, y no veas sentido escribirme, porque esto rompe el orden lógico de como deben ser las cosas, por eso es solo un sueño, y no espero que me escribas, porque los sueños sueños son, y no puedo esperar que se haga real ese deseo, solo soñarlo, ;). Aún así, en Bomboy_sexy@hotmail.com, me podrás encontrar.