miprimita.com

15 después de mi castigo

en Sexo con maduros

Hola a todos, les pido disculpas por la tardanza, pero tengo muchas cosas que hacer y no me da mucho tiempo escribir. Lo que les contare paso y hace muchos días, lo esto y poniendo ya que es la continuación de los anteriores, sé que debería escribir luego luego des pues de que me usan, pero no se puede por muchas razones, así es que mejor les contare lo que más a mi parecer sea más importante, bueno todo es importante poro no se puede que les cuente todo, así es que bueno, ustedes entiende; otra cosa, disculpen la mala ortografía y la mala redacción pero lo escribo como lo voy recordando, sin pensar de cómo se tiene que redactar correctamente, recuerden que no soy una escritora profesional ni nada por el estilo, si les gusta bien y si no ni modo, es la última vez que hablo del tema. Por cierto eso si me gusta recibir sus críticas o comentarios. Besos a toda esta comunidad.

Han pasado los 15 días de mi castigo, lo he cumplido al 100%, ya para el día numero 12 parecía que terminaría ancándome ante mi padrastro para que me levantara el castigo y bueno, también la falda, pero tenía que obedecerlo, y cumplí. En esa mañana, pensé que mi padrastro me despertaría picándome los labios con su verga, como muchas veces lo ha hecho, pero desperté y no estaba, me puse una bata blanca, Salí de mi cuarto y baje a la cocina. Sentí el frio del suelo debajo de mis pies desnudos, pero esa sensación era refrescante, abrí el gran refrigerador de color gris cromo, el frio del interior choco inmediatamente con las partes de mi cuerpo que no estaban cubiertas con la bata, saque la jarra del jugo de naranja y sirviéndolo en un vaso que saque de un mueble, me tome un gran sorbo, la sirvienta apareció por la puerta de la cocina que da al patio de servicio.

-Buenos días señorita.

-Buenos días.

Me dejo dicho su padre que le comentara que vendrá como a las 10 -mire el reloj que estaba empotrado en la pared con decepción tendría que esperar 2 horas más- que le dijera también que usted no tiene permiso de salir hoy y que después de prepararme el desayuno podría hirme a casa.

-Está bien –ella vio mi impaciencia reflejada en mi cara y dijo después.

-¿Quiere que le sirva el desayuno? 

-Sí.

            Durante la siguiente media hora me dispuse a comer dos pares de huevos estrellados, dos rebanadas de tocino, un plato repleto de cereal, jugo de naranja, una taza de leche. Cuando termine con todo, me levante dejando los platos sucios sobre la mesa.

Recogeré los platos y después de lavarlos me voy a retirar, ¿desea que haga algo antes?

No, que tengas un lindo día –le conteste, sin voltear a verla, siempre me he preguntado si ella y el jardinero se dan cuenta de lo que pasa en esta casa, mi padrastro les paga muy bien, y les da mucho tiempo libre para que se vallan a casa.

Regrese a mi cuarto, saque de mi closet un traje de baño de dos piezas, color azul. Salí al jardín trasero y me di un clavado a la alberca, nade de un extremo al otro, saco a la superficie mi cabeza veo que el jardinero esta con unas tijeras enormes al otro extremo del jardín, mirándome atentamente. Cuando él se da cuenta, de que lo he descubierto morboseandome, rápidamente regresa a podar los arbustos, en mi cara se dibujó una sonrisa malévola y  media vuelta para seguir nadando, di un par de vueltas más cuando veo que el jardinero camina hacia mí.

-Hola señor Pepe, ¿mi papá no le dio el día libre?

-Si señorita pero primero tenía que terminar con de podar los arbustos, pero ya me voy.

-Bueno, su esposa estará contenta de verlo temprano, así pueden aprovechar todo el día –lo mire guiñándole un ojo con coquetería.

-Sí, eso creo, si –el dio un ligero temblor de nerviosismo, me quedo mirando su entre pierna.

-su esposa ha de estar contento con usted –me chupe los labios- usted se va y yo me quedare solita.

-si usted quiere me puedo quedar una media hora.

-no, no, aunque me gustaría pero no, mejor vaya a ver a su esposa –nade al otro extremo de la alberca y salí de ella.

Tome la toalla que estaba en el suelo y me cubrí mi cuerpo mojado, empecé a caminar hacia la casa contoneándome, me gusta mucho provocar a los hombres, pero esta es la primera vez que le coqueteo al jardinero, el nunca tendrá oportunidad con migo, no es la clase de hombres que probaran mis encantos, aunque no es feo, pero no creo que sea buena idea meterse con la servidumbre, sin detenerme giro la cabeza para verlo y le mando un beso guiñándole un ojo, él se queda parado con la boca abierta y yo sigo mi camino. La casa me recibe con un clima perfecto, ni frio, ni caliente, me dirijo; subo las escaleras, camino por el pasillo de las habitaciones y entro en la mía, me doy cuenta que la sirvienta, antes de irse, paso a mi cuarto para arreglar mi cama y abrir las cortinas de la ventana por las que mi vecino muchas veces me a espiado, dudo mucho que este en su casa en este momento pero aun así, dejo caer la toalla y camino a la regadera para darme un buen baño.

Al salir de baño, en mi recamara me seco todo el cuerpo con una toalla haciendo más énfasis en mi cabello, me pongo una bata y me siento en frente de mi espejo para cepillarme el cabello, mientras lo hago, recuerdo las veces que me he visto la cara de puta cuando mi padrastro me está cogiendo, ya sea porque me ordena que brinque en su verga o porque me tiene de perrito. Cuando termino de cepillarme el cabello, me pongo un poco de loción en el cuerpo, después me pongo una bata limpia y bajo a la sala a ver la televisión; después de un par de minutos escucho la camioneta del jardinero salir de la casa, y yo me acomodo más en el sofá.

Me estaba acomodando ya para ver una película, cuando de repente escucho que abren la puerta de la sala, y dirijo mi mirada rápidamente para saber quién es, y me sorprendo ver a mi padrastro ya desnudo caminando hacia mí con su verga parada, yo me levanto rápidamente de donde estoy, camino ansiosa hacia el quitándome la bata y dejándola caer.

-recíbeme como me gusta perra.

Antes de recorrer la mitad del camino, me arrodille, puse las palmas de mis manos en el suelo y camine hacia él, moviendo el culo como una perrita encelo. Él continúa su caminar hacia mí, mi boca se llena de saliva por el antojo de probar ese pedazo de carne, cuando estamos a centímetros, me aviento hacia su verga para engullirla, él pone su mano en mi frente para detenerme, yo saco la lengua para darle por lo menos un lametazo, pero se queda a milímetros de ella.

-como me gusta perra.

Me siento sobre mis piernas, pongo mis manos en las rodillas y abro la boca sacando la lengua; mi padrastro toma su verga con su mano derecha y se empieza a masturbar, me acaricia la cabeza (le gusta mucho acariciarme) como una perra, la perra más obediente.

-eso es, así es como me gusta, que te portes bien –pone la punta de su mástil en mi lengua y frota ahí, su sabor me provoca escalofríos en todo mi cuerpo- aunque no lo creas, también fue para mí un castigo no montarte puta, todas las zorras que me he cogido estos días no se comparan con tigo –me sentí alagada- estas muy buena perrita, y sobre todo esos hoyitos que te cargas jajajajaja… están muy estrechos –me sentí más alagada- pero después de estos 15 días, tus hoyitos han de estar súper apretados, pero eso ya lo arreglaremos.

Me tomo de la nuca y empezó a meter su verga en mi boca, yo di un gemido de satisfacción, mis labios rodearon su palo, presionándolo con fuerza, mi padrastro la siguió empujando más y más, hasta que sentí las arcadas, señal que estaba en lo más profundo que podía aguantar, el saco su verga dejando solo la punta entre mis labios para después empujarla de nuevo hasta sentir las arcadas, mis ojos se humedecieron, mitad por la acción de mi garganta ante el invasor y mitad por la felicidad que sentía al estar chupando ese pedazo de carne de macho, me soltó la cabeza, yo segui metiendo y sacando su palo de mi boca, después empecé con los lametones, desde sus huevos hasta la punta, la ensalivaba por todos lados, sin quitar mis manos de las rodillas.

-así perrita, así, que rico, como la mamas, eres la mejor puta de todas.

Sus palabras me llenaban de orgullo, ser yo la mejor puta que se ha cogido, su favorita, la favorita de todos los machos. Yo seguía con mi labor, el hermoso placer que sentía en la boca me obligó a cerrar los ojos, mientras su verga estaba en mi boca, ocupando todo el espacio posible. De momento sentí que se alejaba un poco, yo seguí chupando pero solo alcanzaba la punta de su verga, di un paso con las rodillas, y volví a tenerla toda adentro, y de nuevo sentí que se alejaba, y di un paso más con las rodillas, mi padrastro estaba caminando hacia atrás, escuchaba su risa de satisfacción al darse cuenta de mi actitud. Siento los músculos de mi vagina palpitar con cada paso que doy, la excitación recorre mi cuerpo en una velocidad vertiginosa, sigo con obstinación su verga cada vez que quiere alejarse de mi boca, escucho su sonrisa y lo triunfal que suena su voz cada ver que me dice puta, perra, se queda quieto para que pueda mamar con tranquilidad, abro los ojos y miro los de mi padrastro, con un brillo de malicia y de satisfacción, su boca esta formando una o grande, sus gemidos me indican que esta disfrutando igual o mas que yo.

-eso es, putita, sabes muy bien cual es tu lugar.

Y si que lo se, y me gusta, o tal vez decir “me gusta” suene ridículo ante las sensaciones que me provoca.

-mmm… que bien lo haces, que rica boca tienes –me dice serrando los ojos- te gusta.

¿Te gusta? No se si lo pregunta o lo afirma, yo solo me limito a contestar sacando los huevos de mi boca, -si, me encanta- el me mira a los ojos, su sonrisa es mas grande, me pasa los dedos entre mi cabello.

-eres mía, solo mía –si tan solo supiera- y are lo que se me pegue la gana con tigo.

Mi vagina igual que todo mi cuerpo se estremece ante esa afirmación. Sé que lo hará, siempre lo ha hecho.

-si, lo que usted quiera.

Mi padrastro suelta una sonrisa malévola, y me toma con las dos manos por la nuca y me jala hacia él, su verga entra rápidamente en mi garganta, hasta la mitad de mi garganta, por que es ahí hasta donde llega a alojarse, me sorprenden las arcadas, él me la saca y puedo respirar hondamente, y después repite la maniobra, empieza a envestirme, me coge por la boca; eso me gusta, si sigue así de fuerte se bien que se correrá; aprieto mis labios a su palo, sus embestidas en mi boca llegan a lo mas profundo de mi garganta, sé que esta disfrutando sometiéndome de esta manera por que puedo ver su cara de felicidad, de plenitud al saber que es un macho cogiéndose a una “nena” por la boca, y estoy feliz de que sea yo la que provoque eso, tanto que le sonrió, una sonrisa que me cuesta mucho dibujar por que me estorba esa verga. Me esta jalando hacia delante y hacia atrás desde la nuca, y su cadera hace lo mismo, eso provoca que las envestidas sean mas rápidas, mas duras y profundas. Esta empezando a sudar, y su cuerpo reclama ese orgasmo que tanto a anhelado descargar en mi, mi cuello esta empezando a pedir tregua pero me obligo a aguantar mas, un poco mas, mi padrastro empieza a temblar, suelta un alarido como de toro enfurecido y siento como toda su hombría liquida se descarga en mi lengua, en mi paladar, no deja de envestirme y su siguiente tiro me lo aloja en la garganta, mis arcadas no se hacen esperar pero me aguanto, él se queda petrificado disfrutando el momento, su verga sigue convulsionándose como su cuerpo, estoy a punto de empujarlo para poder controlar las arcadas pero me no se de donde me salen las fuerzas para aguantar, para quedarme quieta y esperar a que termine de disfrutar este momento; las convulsiones de su cuerpo hace que su mástil se aleje un poco de mi garganta pero sin salir de mi boca, eso me deja respirar por la nariz, con dificultad por que me gustaría mas aire, me concentro en tragar el semen que tengo dentro de la boca mientras siento como  un poco que no e podido contener dentro se derrama por la comisura de mis labios hasta llegar a la punta de mi barbilla. Empieza un mete y saque lento y menos profundo mientras que con su mano derecha me acaricia mi cabello que cuelga por mi espalda.

-que buena sumisa eres.

¿Sumisa? Se muy bien que es eso, pero hasta ahora no me lo había planteado de esa forma, si su perra, su puta, su juguete sexual como muchas veces me lo había dicho pero ¿sumisa? Nunca. Me siento muy tonta al no haber pensado en eso antes; es muy obvio lo que hay entre el y yo, la forma en la que me trata; la completa, deliberada y dócil forma de obedecerlo en todo, y lo mejor de todo es que mi gusto por el sexo entre mi padrastro y yo se incrementa mas con esta idea. Yo soy suya, su sumisa, y él mi amo, mi dueño. Aun que debo confesar que la palabra sumisa, no me gusta mucho, es por su tono fonético, no se hoye bien.

Su verga en mi boca ya esta menos empalada que como cuando empezó hace unos minutos, pero sigue grande y larga. Me la saca de la boca y un hilo de saliva combinada con su leche cuelga desde mi labio inferior hasta la punta de su palo; yo al mirarlo rápidamente me meto su verga en la boca, no se si por engullir ese liquido colgante o por que quiero seguir sintiendo su hombría dentro de mi garganta; rápidamente mi padrastro, me toma por el cabello detrás de mi nuca y me jala produciéndome algo de dolor.

-que golosa eres perra –en mi rostro se dibuja un gesto de suplica mientras que la leche que tengo en la barbilla me recorre el cuello- jajajaja… estas que no te aguantas ¿verdad? –abro la boca, pero no puedo ni siquiera hacer un tono de afirmación por la leche que tengo todavía dentro, la sierro y doy un trago- contesta.

-si…

-si ¿Qué? –me da un jalón.

-quiero verga mi señor – lo digo tan cariñosamente, tan… tan suplicante como me es posible.

A mi padrastro, bueno, a mi señor se le dibuja una enorme sonrisa en la boca, le están brillando los ojos y de momento… cambia a un gesto pensativo, pasan uno, dos, tres segundos y me regala una mirada de falta de convencimiento.

-no lo se, te portaste muy mal, sabes bien que los horarios que ponemos, lo que prometemos lo cumplimos y hace quince días no cumpliste como la buena hija que siempre has sido, y ahora, no se, no se.

Me quedo consternada, ¿aun me falta mas castigo? Mi dueño da un paso a tras y me lleno de pánico de que no me la quiera meter, me aviento a su verga tomándola con las dos manos y empiezo a metérmela en la boca con tanta desesperación que pareciera que fuera la ultima vez en la vida que la tendría para mi, mi mano derecha baja a sus huevos y empiezo a masajearlo.

-suéltame puta –y me empuja por la frente.

-por favor –me empuja mas fuerte, pero pongo todas mis fuerzas para no separarme de esa verga que tanto me gusta –por favor, no volveré a fallar, no me castigues mas, sé que tu también sufres por no cogerme -le suplico sin dejar de mamársela- no volveré a incumplir mi palabra te lo prometo –mi padrastro… mi dueño da un jalón hacia a tras con su cadera, pero ya no me empuja- ya no aguanto mas.

-¿Qué no aguantas?

Me saco la verga de la boca, con una mano lo masturbo y con la otra masajeo sus huevos, lo miro a los ojos con una mirada de niña suplicante.

-ya no aguanto mas sin sentir tu verga dentro de mi, cógeme por favor, usame –le doy una chupada a su verga- por favor papito, cógeme –mis ojos amenazan con llorar- cógeme.

Sin decir nada, pero con una sonrisa de oreja a oreja me alza bruscamente tomándome de mi brazo derecho, me produce dolor esa brusquedad, pero sé que mis suplicas han surtido efecto, lo e convencido, voy de tras de el casi corriendo hacia su cuarto, mi señor no me a soltado el brazo, me esta doliendo mas pero estoy feliz porque la espera a terminado, por fin me usara como la puta que soy.   

Al llegar a su cama, prácticamente me aventó, yo caí en el colchón boca abajo, me tomo fuerte mente de las rodillas y me dio un giro para que quedara mirando el techo, sin soltarme las rodillas flexiono mis piernas y separándomelas, mi dueño tomo su verga con la mano derecha, y se recostó encima de mí, yo inmediatamente lo abrase por el cuello recibiéndolo feliz; acomodo su verga en la entrada de mi vagina; al contacto con ese hermoso miembro mi cuerpo se estremeció de felicidad, mi dueño puso sus brazos a cada lado de mi cuerpo y se dejó caer.  

-haaaayyyy –di un grito de dolor- ¡me duele, duele!

Mi padrastro levanto las caderas, y las bajo con fuerza, mi cuerpo se arqueo debajo de él, pero su verga no podía entrar.

-estas muy estrecha sabrosa, es mejor que aflojes o te dolerá más.

Y al decir eso subió y bajo su cadera con rapidez y dureza, repitió el movimiento y a la tercera vez mi vagina se abrió y dejo entrar a ese invasor, pero no entro todo. Mi padrastro se desesperó, salió de mi haciendo que jadeara, me tomo de mis nalgas y me levanto, bajo de la cama con migo en sus brazos, yo lo rodeaba por la cintura con mis piernas, y con los brazos de su cuello, me puso contra la pared pero sin presionarme, solo sentía el frio en mi espalda, paso su mano derecha por debajo de mi culo y acomodo su verga en la entrada de mi vagina, cuando sitio que no cambiaría de lugar puso sus dos manos en mis caderas, me miro a los ojos, sonrió y me jalo hacia abajo.

Di un fuerte grito de dolor, mis ojos se pusieron húmedos y rojos, a punto de llorar, aun no se si fue por el dolor  o por la felicidad de sentir su verga dentro de mí, abriendo las paredes vaginales a no más poder, sentía que me rompía.

-deberías de ver tu cara, jajajajaja… te duele pero te gusta jajajaja… que puta jajajaja… y eso que nada más te entro la mitad jajajaja…

Lo miro con ojos en forma de plato, él sonríe maliciosamente, da un empujón hacia arriba y después me vuelve a jalar con sus manos hacia… el dolor no se deja esperar, doy un fuerte grito, lo abrazo del cuello muy fuerte, mi boca está en su oído derecho, el está riendo y jadeando al mismo tiempo, yo estoy apretando los dientes dando un quejido de dolor, siento como mis lágrimas empiezan a recorrer mis mejillas; mi padrastro se queda quieto para disfrutar de mi humedad, de cómo mi vagina lo aprieta sin hacer esfuerzo, mi padrastro está diciéndome cosas, pero por la felicidad que ciento en ese momento y el dolor placentero que me proporciona su verga dentro de mí no puedo entender bien lo que dice, solo capto unas palabras, “puta, que apretada estas” “por eso me encantas” “ya verás lo que te espera” “eres mi juguete” y cosas más.

Mi padrastro me toma de mis nalgas, y empieza a sacarme su verga muy lento, tan lento que puedo sentir cada pliegue de su palo, lo detiene cuando su punta esta en la entrada de mi vagina -¿otra vez?- me pregunta y yo solo respondo con un si de movimiento de mi cabeza e inmediatamente mi padrastro me deja caer para empalarme, doy otro grito que se confunde con un gemido, miro a techo con los ojos en blanco disfrutando de esa empalada y de nuevo mi padrastro me toma de las nalgas para sacarme su palo muy lentamente hasta dejar solo la punta entre mis labios vaginales. -¿más?- me pregunta de nuevo y esta vez le respondo con un sí en un gemido, con un todo de súplica y de nuevo me deja caer, pero esta vez no se detiene, comienza un mete y saque al principio lento, dejándome que me acostumbre a su verga que me está partiendo en dos, que me llena de felicidad, de gozo profundo, mis gemidos no se dejan esperar, y mi padrastro empieza con una cogida frenética, mis senos que están aprisionados contra su pecho solo hacen más placentera esa cogida que estoy recibiendo, mi padrastro da media vuelta con migo empalada en su verga y me recuesta en la cama, mis piernas no dejan de abrasarlo y él se levanta apoyado en sus rodillas, me toma por la cintura y le da más fuerza a esa tremenda cogida que me está dando, desde su posición puede ver mis senos como se mueven al compás que sus embestidas marcan, yo puedo ver su cara de perverso, de satisfacción y de triunfo, y me siento orgullosa por eso, tanto que le regalo una sonrisa.

Mi padrastro sonríe también, y me toma más fuerte de mi cintura con sus dos manos y bajo la velocidad de su cogida, para tomar fuerza y darme unas embestidas endemoniadas, tome mi cabeza con las dos manos por el desesperante placer que me producía.

            -jajajaja.. ¿te gusta que te la metan fuerte verdad?

            Mi respuesta fue una serie de gemidos, me tome con las dos manos a la sabana debajo de mí, la apretaba tanto que me empezaron a doler los puños.

            -contesta puta –mi padrastro me dio una fuerte nalgada.

            -sí, si papi, me gusta mucho.

            -que puta.

            -sí, tu puta

            Mi padrastro siguió cogiéndome al ritmo que a él más le gusta, mi padrastro alzo la cara mirando al cielo, empezó a gruñir como animal y sus embestidas empezaron a ser mas rápidas, lo que ocasionó que mi orgasmo llegara unos segundos antes que el de él, mi vagina apretaba y aflojaba producto de mi orgasmo a esa hermosa verga que me estaba cogiendo, esto me producía un dolor placentero, empecé a temblar y mis ojos se pusieron en blanco, una descarga eléctrica recorrió todo mi cuerpo, mi espalda se arqueo, como mi padrastro me tenía sujeta de mi cintura y la despegaba de la cama, mi cabeza fue la única que quedo en contacto con la cama; sentí dentro de mi como su verga empezó a crecer más, a palpitar y después sentí su leche llenándome, me dolió, ya que su verga invadía toda mi vagina, su leche hacia que mi interior se abriera más, dio cinco envestidas muy fuertes, cada una de ellas acompañada por su respectiva ración de leche, cuando retiraba su verga para embestirme su leche salía por los lados de mi vagina, escurriendo por mis nalgas y una buena parte cubriendo mi ano, mi padrastro dio un alarido de satisfacción y se hecho en sima de mí, sin sacar su instrumento.

            Así quedamos por un tiempo, no sé cuánto, lo suficiente para recuperar el aliento; mi padrastro  se levantó sin sacar su verga de dentro de mí.

            -descansa perrita, que todavía te cogeré un poco más, ya vi tus calificaciones, y son muy buenas, ahí deje tu regalo por tus calificaciones.

            Yo levante la cabeza para ver que en la mesa de trabajo mí padrastro había dejado un regalo, un rectángulo delgado, envuelto en un papel con osos blancos en un fondo rosa, y con un moño, me dio ternura,

            -Gracias papi –le dije mirándolo a los ojos con una sonrisa en la cara- y prometo que cumpliré mi palabra, ya no sucederá.

            El me sonrió y sin decir nada se paró, al levantarse y sacar su verga de mi vagina me produjo un dolor placentero que respondí con un gemido, mí padrastro salió de la habitación. Mientras yo seguía ahí tendida en la cama con las piernas abiertas, sintiendo como la leche salía a borbotones de mi vagina, escuche como mi padrastro prendía el televisor; me acaricie mi vagina con toda la palma por encima de mis labios vaginales, dándole un pequeño masaje de agradecimiento, mi mano inmediatamente se unto de la leche de mi macho, la lleve a mi boca para limpiarla con mi lengua, eso lo hice unas tres veces, saboreando ese rico manjar.

            Recordé que en la mesa estaba mi regalo, me levante muy lento porque me dolía mi vagina por la tremenda cogida que me dio mi padrastro, al caminar sentí como la leche empezó a deslizarse por mis piernas. Tome mi regalo y lo abrí delicadamente para no estropear el papel en el que estaba envuelto y así poder guardarlo; después de desenvolverlo todo, me quede entre las manos con una carpeta negra, la abrí y me quede con la boca abierta por que me encontré con un iPad2 y sus accesorios, siempre había querido una de esas desde que salieron al mercado, no recuerdo bien cuando le mencione eso a mi padrastro, pero él me conoce bien, me senté en la silla que tenía a un lado y lo prendí, me quede revisándolo por unos cinco minutos, después lo apague y lo lleve a mi habitación, después, sin nada de ropa, me dirigí a donde estaba mi padrastro, él estaba concentrado en un canal de deportes, yo llegue sin que se diera cuenta, y me puse a cuatro patas, camine dándole vuelta al sofá y llegando frente a él; mi padrastro solo sonrió, y abrió sus piernas para darme libre acceso a su mástil, yo me acomode entre sus piernas y empecé a lengüetear su verga sin usar las manso, como a él le gusta.

            -¿te gusto tu regalo?

            -sí papi, es muy lindo, gracias.

            -eso pasa si te portas bien.

            -sí, lo hare siempre.

            Me tomo con las dos manos de mi cabeza y empezó a movérmela para meter y sacar su verga de mi boca, cada vez que entraba se metía más y más, hasta que mi podía sentir sus huevos con mi barbilla. Después de unos minutos de que mi padrastro disfrutara de mi garganta, me la saco y me levanto tomándome de los brazos.

            -date vuelta perra, quiero ese culo ahora.

            Lo obedecí inmediatamente, y me fui sentando, el tomo su verga con una mano y mi cintura con otro, puso su palo en mi ano y me jalo para que me sentara. Empezaron los dolores placenteros inmediatamente, puse mis manos en sus rodillas para no perder el equilibrio, mi culo se abría más y más, empecé a sentir un ardor mientras su verga se habría paso, lento pero sin detenerse.

            -que culo, que culo –decía mi padrastro- lo tienes bien apretado, por eso no me canso de ti.

            Yo tenía los ojos cerrados y la boca muy abierta pero sin salir ningún sonido. Mi cuerpo seguía bajando, centímetro a centímetro, algo que me pareció una eternidad, hasta que por fin mis nalgas dieron contra mi padrastro, sentía un dolor tremendo en el culo, pero no decía nada, me aguante todo, mi padrastro me tomo de la cintura y empezó a menearme, haciendo círculos con mi culo.

            -muévete tu sola, como la puta que eres.

            Mi padrastro me soltó y puso sus manos detrás de su cabeza, y yo no deje de dar círculos con mi culo. Después de un par de minutos empecé a sacar esa verga, cuando sentí que la cabeza solo estaba dentro, empecé a bajar lentamente, repetí este movimiento varias veces, cada vez más rápido con forme mi cuerpo se acomodaba a esa linda verga. Así estuvimos no sé por cuanto tempo, lo único que sentí es como mi macho se descargaba dentro de mis intestinos.

            Así nos la pasamos todo el día, se la paso metiéndomela por todos lados por todos los rincones de la casa, lo último que recuerdo es que estaba cabalgándome en el pasillo de las habitaciones, me la estaba metiendo por mi ano, y lo que recuerdo después de eso, es que desperté ahí tirada, ya era de noche, me empecé a mover para levantarme, pero mis piernas protestaron por el cansancio, y mejor decidí quedarme quieta otro rato, después me levante toda adolorida y me fui a mi cama a dormir, ya que el cielo estaba totalmente oscuro.