miprimita.com

Llendo al depa de mi profesor.

en Sexo con maduros

            Ya han pasado varios días desde que mi padrastro me levanto el castigo, nunca olvidare ese día, ni los dos días siguientes que se la paso usándome por todos los rincones de la casa, después de eso, no podía ni caminar, pero estaba feliz, satisfecha, y llena de leche, los días siguientes nada más lo complací dándole una buena mamada ya que me dejo descansar para entrar a la escuela, pero como he dicho, eso ya hace muchos días. Ahora estoy en la escuela, estoy viendo a mi profesor de matemáticas escribir en el pizarrón unas fórmulas que no entiendo, y la verdad no me preocupo por entender ya que sé muy bien como pasare la materia, y el tan solo pensar en eso los músculos de mi vagina se humedecen y se contraen provocándome un exquisito cosquilleo, pero tengo que disimular que me dejo coger por mi profesor favorito, y me pongo a pasar lo que él está escribiendo en el pizarrón. En frente de mi esta Wendy, y recuerdo que apenas el día de ayer se la cogió mi padrastro mientras yo estaba de compras, me di cuenta de eso por que llegue antes de lo previsto, y al subir las escaleras y dirigirme a mi cuarto podía escuchar los gritos de placer que Wendy daba, y mi padrastro, dándole unas buenas nalgadas, como no quería escuchar como se la estaban cogiendo, me fui al centro comercial a ver la película una aventura extraordinaria, una buena película, en la fila de los boletos estaba de tras de mi un señor que fue con su esposa y una niña de unos 10 años, y el señor como fue el encargado de comprar los boletos, se quedó detrás de mí, aprovecho para arrimarme su verga, yo aparaba mi culito, al parecer le gusto que lo tenga parado, redondo y durito porque me lo restregaba bien, pero fue lo único que tubo valor de hacer; así es que sin más inconvenientes, compre mi boleto y entre a la sala.

            El timbre de cambio de clase me saca de mis recuerdos, Rachel que está sentada detrás de mí se pone a platicar inmediatamente con uno de los compañeros de clase, se llama Rubén, hace tiempo él quiso conquistarme, pero por la inmensa flojera que me dan los chicos de mi edad no le di ni la más mínima oportunidad, así es que ahora anda detrás de Rachel, “pobre tonto” no tiene oportunidad, conozco bien los gustos de mi amiga, y el no clasifica en ella.

            -vámonos a comer algo a la cafetería antes de que empiece la otra clase –me dice Wendy levantándose y dirigiéndose a las dos.

            Me levanto mientras Rachel hace lo mismo sin dejar de platicar con Rubén, están hablando de deportes, pero no les puedo poner mucha atención porque Wendy me toma del brazo izquierdo y me jala para que empiece a caminar. El pasar por la puerta siempre es un problema, ya que todos quieren salir al mismo tiempo, y hay uno que otro que nos quiere propinar una manoseada, bueno a mí no, ya que desde hace mucho, pero mucho tiempo todos conocen que esas cosas a mí no me gusta, así es que los arrimones y apretones de nalga se las dejo a mis amigas. Al salir Wendy y Rachel salen riéndose entre ellas por las manos traviesas de los demás, caminamos hasta llegar las escaleras y bajamos, al estar en la planta baja de edificio, atravesamos lo que es la explanada, tengo que decir que me gusta esta parte de la escuela ya que tiene un domo, bueno no sé cómo explicarlo pero es un domo que hace que no estemos a la merced del clima, nos protege del viento, la lluvia y otras cosas, lo que si ocasiona es un poco de calor, pero ya me acostumbre.

            Al llegar a la cafetería, unos chicos de otros salones se quedan con la boca abierta cuando nos ven entrar, mis amigas caminan contoneando su cuerpo, como lo hacen las putas cuando están buscando cliente, de la misma forma que lo hago yo cuando sé que uno de mis amigotes me está viendo. Wendy se queda platicando con unas amigas que ha encontrado en la primera mes que esta al entrar, mientras Rachel y yo nos dirigimos a donde pediremos nuestra orden, hay una gran bola en frente del chico que se encarga de las ordenes, nos quedamos paradas sin saber qué hacer.

            -hola. –el chico cajero (como lo llamo yo) saluda a Rachel, ella lo saluda sacudiendo su mano por encima de la cabeza

            -lo mismo de siempre para las tres.

            Ella contesta solo con un fuerte movimiento con la cabeza.

            -vámonos a sentarnos, jajaja… -y nos dirigimos a una mesa que está desocupada. Es muy divertido ver como Rachel manipula a los hombres.

            Siempre comemos lo mismo, ensalada de frutas, aunque es una muy buena escuela, en la cafetería todas las cosas son  para engordar, y lo único saludable son la fruta, además me gusta mucho eso.

            Tardaron unos cinco minutos en traernos  nuestro pedido, el mesero es un chico nuevo que al vernos se pone nervioso, al parecer también es de secundaria.

            Al parecer a Wendy se le ha olvidado que estamos esperándola, bueno, no la esperamos por mucho tiempo, la ensalada esta deliciosa, es de melón, con un poco de sandía. Rachel empieza a interrogarme sobre mis planes de este fin de semana.

            -¿Qué harás este fin de semana?

            -no lose, tal vez otra visita a mis tíos. Y ¿tú que planes tienes?

            -divertirme. Jajajaja..

            -bueno al menos tú te divertirás, yo me aburro siempre como una ostra.

            -pídele permiso a tu papi para que te deje este fin de semana quedarte en mi casa.

            -no lose, no creo que quiera.

            -pídeselo, y si no quiere ya será para la próxima.

            -sé, lo hare. Y ¿Qué tienes planeado hacer?, ¿Cómo te divertirás?

            -jajajaja… secreto. Solo diré que si no aceptas te perderás de una buena noche.

            -jajajaj… ya me imagino que harás. Pero… ¿con quién? O debería decir ¿Quiénes?

            -¡¡¡HOYE!!! Si me encanta la verga pero para meterme con muchos no jajajaja

            - ¿Cuántos?

            -con tres –me lo dice como niña apenada.

            -jajajaja…

            -bueno con tres si es que sale como me dijo mi amiguito. Pero no más.

            -y ¿si no sale como lo planean?

            -con mi amiguito estaré contenta, él es muy bueno en la cama, coge rico.

            -jajajaja… bueno, un premio de consolación, no sabía que te dejabas coger por más de uno.

            -esta será mi tercera vez, con dos al mismo tiempo y con tres mi primera vez, enserio dile a tu padre que te dé permiso así me hechas una manita.

            -jajajajaja… si puedo, claro que te hago el favor.

            -¿de qué chismean chicas? –es Wendy que nos sorprende en medio de la plática.

            -de lo piruja que es Rachel jajajajaja…

            -bueno eso no es novedad.

            -¡¡¡NO SE QUEDAN ATRÁS USTEDES!!!

            -jajajaja…

            Los siguientes 10 minutos nos la pasamos hablando de quien es más fácil de las tres, obvio que yo siempre quedo en último lugar ya que no me dejo manosear por cualquiera. Ya es hora de regresar a clases, que aburrición; toca entrar a la clase de Historia de México, es interesante la historia, bueno por lo menos cuando lo veo en el Historia chanel, pero la forma en que da la clase la profesora uff… es la muerte. Si algún día me torturan para que confiese el asesinato de un conejo, esta sería la tortura perfecta; lo único que me queda es concentrarme en el texto del libro de historia, por lo menos el escritor si tiene imaginación….

            Por fin ha llegado el momento de regresar a casa, todos toman sus cosas lo mas rápido posible, al otro lado del salón un grupo de chicos, o mejor dicho niños se están empujando, y ¿todavía se preguntan porque los ignoro?, niños… para cuando estamos listas para salir del salón ya la mitad está afuera, así es que ahora es más fácil pasar por la puerta.

            -¡hey chicas! ¿no quieren ir a mi casa a pasar la tarde? Mis padres no está.

            -no gracias, mi novio pasara por mí –contesta Rachel.

            -¿Quiénes irán? – Wendy; la que no se pierde una fiesta improvisada.

            -ya se ha apuntado medio salón.

            -en ese caso cuenten con migo pero yo llego en una hora, tengo cositas que hacer antes.

            -y ¿tú que dices Maite?

            -claro…. –mi celular empieza a sonar- dame un segundo… diga.

            -hola perrita. ¿Cómo te ha ido el día? –es mi profesor.

            -bien, gracias.

            -quiero cogerte, ¿tienes tiempo de pasar a mi departamento?

            -¿ahora?

            -claro.

            -bueno si, pero tengo que avisar que llegare tarde a casa.

            -te estaré esperando puta.

            -sí, claro, llamo y después te mando un mensaje para confirmarte.

            -ok, no tardes.

            -chicos creo que les quedare mal esta vez –y muchas otras más- pero ya tengo planes. –se los digo mientras camino hacia las escaleras. No marco a mi padrastro inmediatamente, no quiero que mis amigas escuchen mi conversación, en su lugar baño en preguntas a Rachel.

            -tu novio… ¿sabe de tu diversión de este fin de semana?

            -jajajaja… claro que no, pero en cierta medida fue idea de él, pero lo practicare con otros, él no es muy bueno en la cama. Jajajaja…

            -mándamelo a mi casa y le enseñare uno que otro truco. –La maestra Wendy al rescate, de seguro ha aprendido muchas cosas con mi padrastro- es lindo tu novio.

            -demasiado tarde, lo cortare la siguiente semana.

            -¿Por qué?

            -ya me aburrió; bueno chicas aquí es donde nos separamos.

            -hasta mañana Amiga –le doy un beso en la mejilla y después ella hace lo mismo con Wendy pero el beso se lo peligrosamente cerca de la boca- recuerda la tarea que es para mañana.

            Cuando se está alejando, se voltea y nos grita -¡en enserio chicas, dejen de andar de putas, les pegaran una enfermedad! Y se va muriéndose de la risa. La única respuesta de Wendy es enseñarle el dedo corazón y reírse con migo.

            -bueno amiga. Yo también me voy, tengo que hablar con mi padrastro.

            -bueno, te cuidas.

            -hasta mañana

            -hasta mañana.

            Camino hacia donde me está esperando el chofer de mi padrastro, espero un par de segundos para sacar mi celular y marcar el número de la oficina de mi padrastro, solo tengo que esperar un par de segundos para que su secretaria me conteste.

            -oficina del licenciado Rojas, ¿en qué puedo ayudarle?

            -hola, soy Maite, ¿se encuentra mi papá?

            -buenos días señorita si se encuentra deme un momento.

            Después de un silencio donde se escucha una musiquita tonta me saluda mi padrastro.

            -hola perra. ¿Qué quieres?

            -hola papi, quiero ir a ver a una a miga, se encuentra enferma y quiero pasar a saludarla, así es que llegare tarde a casa, bueno no tarde pero te aviso que no voy para la casa.

            -está bien perra, pero cuando llegues quiero que me esperes en tu camita, con las piernas abiertas y con tu vagina muy húmeda, ¿entendido?

            -sí papi, ¿a qué hora llegara?

            -después de las nueve.

            -está bien papi.          

            -nos vemos en la noche perra.

            -hasta la noche papi.

            Camino hasta encontrarme frente al chofer de mi padre y le digo que me iría en taxi. Después de caminar unos metros me subo al primer taxi que está en el parador, y lo curioso de la vida, es que el chofer es el señor Jorge.

            -buenos días Maite

            -¡hola Jorge! ¿Cómo ha estado?

            -muy bien gracias, y ¿tu? Bueno no me contestes, se be que estas muy bien.

            -jajaja… gracias, gracias. ¿me puede llevar a la privada Benito Juárez?

            -es un placer.

            Mi querido amigo taxista bajo hacia el oeste por la calle Miguel Hidalgo, pasamos rápidamente a todos los alumnos del colegio, en una esquina pude ver a mi amiga Rachel colgada del cuello de que me supongo que es su novio, o tal vez sea su amigo, no lo sé. Jorge siguió toda la calle y dio vuelta a la izquierda, después a la derecha por una calle que se llama Prolongación Morelos y después a la derecha, para pasar frente a una concesionaria, siempre que paso por este lugar me quedo viendo los autos que hay, cuando tenga edad, le diré a mi padrastro que me compre uno de esos; dimos una ligera vuela a la izquierda para entrar de nuevo a la calle Miguel Hidalgo, y así, directo hasta el centro de la ciudad, el parque Juárez, dimos vuelta hacia la izquierda para tomar la calle Juárez Norte y después de dar una ligera vuelta a la derecha nos fuimos directo a la privada Benito Juárez.

            Mi querido amigo Jorge, me dejo frente a la entrada de la privada, aunque pueden pasar autos, decidí que sería mejor caminar. Es una serie de edificios, todos del mismo color anaranjado, si no tuvieran numero sería difícil dar con el departamento de mi profesor.

            Tome las escaleras del edificio donde está el apartamento, el cual está en el último piso, eso es conveniente ya que es más difícil que oigan mis gritos; cuando estoy en la puerta solo es necesario que toque el timbre un par de veces para que mi profesor me habrá. Al mirarme se le dibuja una sonrisa perversa en la cara, me da un poco de miedo pero también me excita demasiado, mis rodillas empezaron a temblar.

            -entra –me dice, cuando doy dos pasos a dentro de su departamento ciento una nalgada que me hace brincar por la sorpresa y me llena de felicidad- se supone que me tenías que avisar que vendrías para acá.

            -sí, se me olvido lo siento.

            Puse mi mochila en el sofá, él se acercó detrás de mí y me restregó su verga en mi culo, ya la tenía dura, y lista para introducirse en mí, y así se lo hice saber.

            -se nota que ya está listo para cogerme profe.

            -estas muy buena chamaca, todos los hombres quieren cogerte.

            -eso es halagador.

            -¿te gusta andar por la calle y calentar vergas verdad?

            -es divertido, pero la verdad no lo hago intencionalmente.

            -jajajaja si, lo sé, te vistes como niña buena, de esas que van a la iglesia jajajaja.

            -jajajaja no tanto pero si, supongo que sí.

            Mientras me tenía agarrada desde atrás, me acariciaba mis senos  por encima del uniforme escolar, bajo su mano derecha hasta agarrar la orilla de mi falda, la tomo y la jalo hacia arriba para meter su mano, ufff.. Su mano toca mis bragas, ya húmedas por la excitación; mi cuerpo se estrujo al sentir el contacto de sus dedos cuando toco mi vagina por encima de las bragas.

            -siempre te encuentro dispuesta para ser cogida, muy bien niña, así siempre deben de estar las putitas como tú, húmedas y disponibles.

            Con la otra mano me tomo de la nuca y me empujo lentamente, por la poca (jajajajajaj) experiencia que tengo supe que es lo que quería así es que me deje llevar y puse mis manos en el respaldo del sofá, baje un poco mi cintura, para que mi culito se parara y tuviera un mejor acceso. Acaricio mi espalda sin quitarme el suéter, bajando lentamente hacia mi culito, mientras que su otra mano seguía acariciándome por encima de mis bragas.

            Ciento como mi temperatura aumenta más y más, para ese momento mis rodillas se sienten como gelatinas, y mi profesor se da cuenta de eso, porque sonriendo me dice.

            -te mueres de ganas de que te coja ¿verdad?

            -sí profe, sí –no sé cómo es que respondí a su pregunta, por que para ese momento, no puedo respirar correctamente.

            Gire mi cabeza para verlo, en ese momento se arrodillo y tomo mis bragas con las dos manos, y mis bragas fueron bajando lentamente hasta tocar hacer contacto con mis zapatos escolares, con su mano derecha tomo mi tobillo derecho, lo alzo y saco mi pierna de mis bragas, inmediatamente después hiso lo mismo con la otra, tomo mis bragas entre sus manos y las llevo a su nariz aspirando fuertemente; en sus ojos pude leer la enorme excitación que le provoca mi aroma.

            -que rico hueles puta, ninguna como tú.

            Después de guardar mis bragas en el bolsillo de su pantalón, tomo la orilla de mi falda que se para ese momento bajo para cubrir mi culo, lo alzo y lo acomodo en mi cintura, cuando vi que se desabrochaba el pantalón, regrese mi mirada hacia adelante, subí mis rodillas al sofá y abrí más las piernas para darle mejor acceso, para que entrara mas fácil y me doliera menos, pero tengo que decir que ese dolor me gusta, es rico.

            Con las manos apreté el respaldo del sofá, mi cabeza ya empezaba a sudar y eso que todavía ni siquiera me tocaba con su verga, sentí sus manos acariciando mis nalgas.

            -que rico culo, suave.

            Su mano derecha se fue acercando más y más a mi vagina, empezó a acariciarme los labios, los recorrió en toda su longitud, muy lento pero presionando fuerte, eso me causo unos escalofríos y empecé a gemir, unos gemidos apenas audibles, lo suficiente para sacar ese placer que me provocaban sus manos. Su otra mano acariciaba la línea que separa mi culito en dos, desde el comienzo de mi vagina hasta donde empieza la espalda. Ya estaba a punto de suplicarle que me cogiera, pero de pronto me la metió con brutalidad diabólica.

            -¡¡¡haaay!!!

Di un grito que se tuvo que escuchar en Japón, al parecer a mi profesor eso no le preocupo por que se empezó a reír, esa risita de macho, sentía la cabeza de su verga dentro de mi vagina y me producía un dolor tan placentero que tendría que ser ilegal.

            -afloja puta, afloja, así entrara más rápido, te quiero coger duro.

            Me tomo de los hombros con las dos manos y tomando fuerza empujo su verga, yo di otro grito de dolor placentero, sintiendo como su palo se metía lentamente dentro de mí, podía sentir cada centímetro recorriendo el interior de mi vagina, sus venas palpitaban con fuerza, y su cabeza la tenía muy resbalosa.

            Después de otros cuatro empujones fuertemente asignados, sentí sus huevos contra mí, me tomo de mi cintura, y la fue sacando lentamente hasta que dejo solo la punta dentro de mí, y de después de tomar fuerzas, me la metió otra vez, dos, tres y un empujón más, y volví a sentir su huevos contra de mí, así atuvimos no sé por cuanto tiempo, hasta que su verga ya podía entrar y salir de mí de un  solo movimiento, mis gemidos salían de mi boca con cada embestida de mi profesor,    

  

       Me estuvo cogiendo en esa posición durante un buen rato, en ocasiones me propino unas buenas nalgadas con su mano derecha, en cada una de ellas, yo soltaba un gritito, de dolor, pero mi cara reflejaba una satisfacción que no podía con ella. Mi profesor me tomo del cabello y haciéndome una cola de caballo me jalo fuerte mente, eso hiso que mi cintura se arqueara haciendo a la vez que mi culito se hiciera hacia arriba, para que entrara más fácilmente su verga en mí.

            En esa posición me siguió propinando nalgadas, me jalaba el cabello y me cogía fuertemente, eso me prendió tanto que mi orgasmo llego sin avisar, mi cuerpo se estremeció, mis piernas como mi cintura entraron en una temblorina que hiso que mi profesor se riera de satisfacción. Mi boca la tenía abierta, mis gemidos fueron entre cortados, ya que quería respirar, pero la sensación tan placentera que estaba pasando hacia que mis gemidos salieran; mi profesor no dejo de embestirme, cuando estaba pasando mi orgasmo, el saco su verga de mi vagina, me soltó el cabello y yo caí sin fuerzas sobre el sofá, mi cuerpo no me respondía, me faltaba el aire. Mi profesor dijo algo pero como todavía está en trance, no entendí lo que me dijo, solo escuche un tipo de mormullo a lo lejos, al parecer a él no le gusto que no le respondiera, me tomo del cabello y me jalo para que bajara del sofá, y empezó a presionar su verga contra mi boca que la tenía medio serrada, me picoteo con tanta fuerza que mi boca se abrió ante el intruso, sentí su calentura en mi paladar, y mi propio sabor en mi lengua, era riquísimo.

            Me empezó a coger por la boca, su verga entraba y salía de mi con mucha rapidez, él me tenía sujeto con una mano de la nuca y otra me tenía sostenida de los cabellos ya que cada vez que quería soltarme, yo me caía por la falta de fuerzas que sentía en mi cuerpo, eso solo paso por unos pocos segundos ya que mi cuerpo recupero su fuerza y pude sostenerme en mis rodillas, no quise meter las manos ya que la forma en que me estaba cogiendo me gustaba. Se podía escuchar en todo el cuarto como su verga hacia ese ruidito característico que hace cuando choca contra mi garganta.

            Después de  unos minutos disfrutando de mi boca, sentía como su verga se hinchaba cada vez más, sentía el latido de su corazón en mi boca, y me prepare para recibir su leche, pero mi profesor tenía otros planes, ya que me tomo con una fuerza excesiva de los cabellos he hiso que me acostara en el sofá, ese trato de rudeza me calentó muchísimo, me hiso sentirme usada y mis piernas automáticamente se abrieron, mi profesor se metió en medio de ellas y me penetro con fuerza animal. Solté un aullido de placer, lo habrase con mis piernas y lo jalaba con ellas para que me penetrara más adentro, hasta que de momento sentí toda su leche dentro de mi vagina, en cada tiro el me penetraba con fuerza, por mi parte en ese momento llegue a otro orgasmo; mi vagina en sus contracciones exprimir su verga con fuerza sacando hasta la última gota de semen que estuviera dentro de él, mi espalda se arqueo con firmeza levantando el cuerpo de mi amante de más de 40 años, mis ojos se pusieron en blanco y mi respiración se cortó, no sé cuánto tiempo paso, sentí un dolor rico cuando el saco su verga de dentro de mi vagina, me dolía el vientre, sentía mi cuerpo lleno de semen.

            -ya termine contigo puta, ya te puedes ir.

            Yo no dije nada a su orden, todavía estaba luchando por recuperar el control de mi respiración, pasaron unos minutos, sintiendo como su leche salía de mi vagina y escurriéndose por mi piel, por la posición en la que estaba se resbalo hasta mi ano, humedeciéndolo deliciosamente. Escuche como terminaba una y después otra canción en su estéreo, abrí los ojos y lo tenía en frente de mí, me introdujo dos dedos dentro de mi vagina con brusquedad, al sacarlos yo solté un suspiro, él me metió los dedos en la boca para que saboreara su leche revuelto con mis propios jugos, ese líquido viscoso me supo a gloria. Me tomo del cabello he hiso que me levantara, como pude me tome mi falda que estaba enrollada en mi cintura y la desenrolle y acomode en su posición correcta.

            -largo puta -Me grito mi profesor aventándome a mis brazos mi mochila- en la mesa está el trabajo de la siguiente clase, ¿eso está bien como pago puta?

            -Gracias profesor.

            Al dar el primer paso sentí un dolorcito en mi vagina, producto de la tremenda cogida, los siguientes pasos los di muy lento, el dolorcito me hacía cojear del pie izquierdo, empecé a sentir como su leche de macho comenzaba a resbalar por mis piernas, mi profesor soltó una sonrisita y me empujo para apresurarme –vamos puta ya lárgate- me dijo, el tomo las hojas y me las puso en mi regazo, me encamino a paso rápido a la puerta y me dio una nalgada fuerte al salir, al sentirla sonreí.

            -gracias profesor –le repetí.

            Aunque siempre me ha gustado ese dolor, sentirme tan usada; tenía que caminar lento ya que ese dolorcito no me dejaba, después de bajar las escaleras me recargue en la pared, alce la vista y mire el techo un momento, me sentía en la gloria, el saber que un hombre disfruta de una chica como yo, para mi es lo más maravilloso del mundo, me hace sentir la puta más feliz del mundo. Sentí como la leche de mi profesor resbalaba por mi rodilla derecha, me agache y al verla sonreí, mire a los lados y después de percatarme que nadie me estaba viendo, pase mis dedos recogiendo ese néctar hasta llegar a mi vagina, inmediatamente después me lo lleve a la boca degustando su sabor; recordé que había salido de su departamento sin ponerme las bragas, bueno, la verdad es que mi profesor no me hubiera dejado ponérmelas, siempre se queda con ellas; así es que empecé a caminar despacio hasta la parada de taxis en la salida de esa privada.

            Cuando estuve cerca de los taxis uno de ellos bajo su vidrio y sacando solo la cabeza y una mano haciéndome séllales para verlo mi amigo Jorge, el taxista.

            -¿le ha pasado algo señorita? –mi amigo salía rápido del taxi para ayudarme, yo lo pare con la mano.

            -no, solo me he torcido el tobillo pero ya está pasando.

            Me abrió la puerta y me metí dentro.

            -señorita huele a sexo fuerte jajajaja…

            -jajajaja… ¿me puede llevar a mi casa?

            -claro, aún recuerdo la dirección.

            El manejo sin decir palabra alguna, mientras que yo hojeaba las hojas que  mi profesor me había dado, después de guardar los papeles en mi mochila me di cuenta que ya estábamos a punto de llegar a mi casa. Saque dinero para pagar.

            -no es necesario señorita, para mí es un placer verla, y más en este momento, ya que tiene un brillo en sus ojos como de mujer casada jajajaja…

            Yo no conteste a su comentario, pero en ese momento me entraron dudas de que si él ya se había dado cuenta de que mi aspecto era de que me había cogido un macho dominante.

            -gracias Jorge.

            Me baje del taxi y al dar dos pasos hacia la puerta de mi casa Jorge me hiso otro comentario.

            Señorita me ha dejado manchado todo el sillón –me gire para mirar por la ventana y pude ver una mancha humedad donde yo estaba sentada –se me hace que se le esta saliendo la leche jajajajaj… -despues de eso, Jorge se fue.

            Yo me quede ruborizada por la vergüenza, me mire el trasero y tenía una mancha de humedad producida por la leche que aun salía de mi vagina ¿sorprendente? Pues créanlo, porque no estoy mintiendo por fortuna me he encontrado con machos que tienen un buen cargamento de leche. Después de eso no cabría duda que mi chofer de taxi sabría que son una cogelona.

            Entre lo más rápido que mis piernas me permitieron, subí a mi cuarto y avente la mochila a mi cama y me dirigí inmediatamente a darme un buen baño, y prepararme para la noche ya que me usaría mi padrastro.