ME MASTURBAS
Me desnudas con manos presurosas
mientras sellas mi boca con un beso
ardiente que en mis labios deja impreso
tu sabor. Como tiernas mariposas
recorren mi cuerpo, mientras reposas
tu rostro en mi pecho y siento el peso
de tu cuerpo sobre mí. Pierdo el seso
cuando cuándo bajan por mi vientre nerviosas
y una mano, de mi erección ardiente,
con dulzura infinita se apodera
y acaricias el miembro suavemente
avivándose el fuego de mi hoguera.
Lo agitas, y mana un blanco torrente
cuando tu movimiento se acelera.
ORGASMO
Dulces oleadas nublan la mente.
Todo el cuerpo sufre una convulsión.
Las palpitaciones del corazón
se producen aceleradamente.
Los ojos miran con mirada ardiente,
se oye agitada la respiración;
y de repente, con gran profusión,
de cada cuerpo mana una fuente.
Y poco a poco los temblores cesan,
y los cuerpos quedan yertos, rendidos;
mientras los labios ardientes se besan.
Se besan apagando los gemidos,
que el paroxismo del placer expresan,
cuando el orgasmo ciega los sentidos.
PENETRACIÓN
Yace el cuerpo desnudo, abandonado
sobre el lecho; un cuerpo femenino.
Piernas abiertas, mostrando el camino
hacia el húmedo sexo adornado
de rizos sedosos. Un excitado,
duro y erecto miembro masculino,
penetra en ese recinto divino
que sólo al amor le está reservado.
Dos cuerpos que se abrazan con pasión,
y que se mueven convulsivamente.
Poco a poco aumenta la presión
del abrazo y de la penetración
del pene erecto en la vagina ardiente,
hasta que llega la eyaculación
EYACULACIÓN
Como todas las noches
introduzco la cabeza en tu alma,
recorro todos los rincones
indagando tus secretos.
¡Sí! Como todas las noches.
Mi cerebro se agita explorando
tu intimidad, y recorre impúdicamente
todos tus sentimientos
mojándose en tus sueños.
¡Sí! Como todas las noches.
Mi mente se acopla a tu vida,
acaricia tu corazón sin manos
y se estremece y se agita
eyaculando palabras a borbotones,
componiendo seminales versos
que, lentamente, deposito
dentro de tu sexo.