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Lo que te pasa cuando te olvidas el corpiño II

en Hetero: Infidelidad

En mi anterior relato les conté un poco como pase de solamente calentar a mis compañeros de trabajo, a chupársela a mi jefe.

En este, como termine en la cama con el gerente de la oficina de Montevideo.

El lunes siguiente después de la fiesta, estaba nerviosa como nunca antes de ir a la oficina.

Me vestí como siempre, esta vez con un pantalón marron de vestir y una camisa negra. Bastante “tapada” para lo que acostumbraba a vestir en esos días.

Obviamente al llegar a la oficina mis jefes no estaban, y cada uno estaba en su mundo, algunos hablando sobre la fiesta.

Me puse a trabajar como si nada, pero sabiendo que al medio dia llegaría mi jefe.

A eso de media mañana me voy a buscar un café y noto que Jimena viene enseguida atrás mío. Cuando hace esto es porque quiere chusmearme algo. Enseguida dispara, “no tenes nada para contarme?.”. Obviamente algo sabia y por eso la pregunta. Como nos conocemos hace tiempo y tenemos confianza le dije enseguida. “no, pero pregúntame”. A lo que me dice: “el otro dia cuando me dijiste que te ibas, también me dieron ganas de irme y salí atrás tuyo. Cuando veo que te estabas yendo para la esquina pensé que te ibas a tomar un taxi, pero enseguida vi que te subías al auto de Alfredo. “(Alfredo es mi jefe). “sos una guacha, te lo garchaste?.”. Enseguida me puse de todos los colores y le pedí que por favor no le dijera a nadie. Que me quería morir. Que el alcohol me había llevado a eso y que estaba arrepentida. En realidad esto último era mentira. Arrepentida iba a estar si lo sucedido cambiara mi situación laboral y/o personal. Después de asegurarme que no le iba a decir nada a nadie me pidió que le contara con lujo de detalles que era lo que había pasado.

Le conté todo y me dijo que me quedara tranquila que por lo que sabía, nadie sospechaba nada. Es más, me llego a decir que si ella hubiese tenido la misma chance tampoco la hubiese dejado pasar.  Jime es linda, tiene 32 años, está de novia. Tiene unas lindas gomas, naturales, y de abajo un poco rellenita. Pero sin llegar a ser gorda. Sé que tiene muchas historias para contar, y en algún momento me dejo entender de que con el novio tuvieron experiencias SW. Yo nunca quise profundizar el tema, para tratar de mantener esa distancia empleada/jefa, aunque con Jime sea difícil. Es más, como les conté en mi relato anterior, un par de veces me dio la sensación de que se me insinuaba.

Al medio día llego mi jefe. Entro como siempre saludando a todos y se encerró en su oficina. Le pidió un café a su secretaria y al ratito me llamo. Los 10 mts que separan mi oficina de la de el en ese momento se sintieron como si estuviese subiendo a una montaña. Entro a su oficina y enseguida saca un par de temas laborales. Empezamos a hablar y mientras esto sucedía yo por dentro esperaba algún comentario. Por suerte no fue así, y en el resto del día no me tocó el tema.

Asi pasaron los días y el tema no salió en ningún conversación, por lo que yo estaba muy tranquila y enseguida me olvide.

En febrero tenía que viajar a Uruguay, ya que nuestra empresa tiene oficinas en ese país. Por lo general dos veces al año viajo a Montevideo por dos o tres días. En este caso tenía que viajar miércoles, jueves y viernes.

Hasta ahí todo normal hasta que el martes antes de despedirme de mi jefe me pido que me quede un ratito que tenía que ver algo conmigo. Ni bien me pidió esto me imagine que algo raro había, ya que nunca me pide que me quede hasta más tarde. Es muy respetuoso y sabe que si me estoy levantando para irme, quiere decir que me tengo que ir.

Cuando entro a su oficina empezamos a hablar del viaje a Uruguay y de las cosas que el quería que revisara en el viaje. Después de 5´ me dice, probablemente el viernes vaya también a Montevideo, asi que nos vemos ahí. Enseguida un escalofrió recorrió mi espalda. Sospechaba de que algo raro había, y lo confirme cuando me dice, “te animas a quedarte el fin de semana en Punta del Este conmigo?”. Terrible bomba que me dejo sin palabras.

En seguida le agradecí y le dije que no, que era imposible por lo arriesgado. Tengo amigas y conocidos tanto míos como de mi marido que veranean en Punta. Entendió y me pidió disculpas por lo atrevida de la propuesta. En el fondo me gustaba la idea, pero era muy peligrosa.

El miércoles temprano viaje a Uruguay. Como siempre que me toca viajar, a la tarde estoy fusilada. Es que me levanto muy temprano, y asi como llego voy directo a la oficina para aprovechar el dia. A las 6 de la tarde estoy fundida. El encargado de la oficina, un hombre muy buen mozo de unos 45 años me invito a cenar, pero por el cansancio desistí y supo entender. Quedamos en que cenaríamos al otro dia. Este hombre se llama Sergio. Es muy buen mozo, tiene 45 años muy bien llevados ya que lleva una vida muy sana. Esta casado y tiene 3 hijos. Conozco a su mujer ya que en varias oportunidades en que viaje, venia con ella a las cenas.

El jueves transcurrió el dia con normalidad, y aproveche para adelantar lo máximo posible.

En mas de una oportunidad note como era observada por los hombres de la oficina, ya que llevaba puesto una falda ajustada color beige y una camisa blanca que al ser bastante transparente, y llevar corpiño de encaje, dejaba bastante al descubierto.  Pero de quien note miradas mas lanzadas que lo normal fue de Sergio. Es más, en un par de oportunidades lo enganche mirándome, y lejos de correr la mirada se quedaba mirándome. Esto me sorprendio ya que jamas se había comportado de esa manera.

Llegada las 18hs me pregunto si iríamos a cenar, a lo que  le confirme y quedamos que me pasaba a buscar a las 21hs por el hotel. Mi sorpresa fue cuando le pregunte si vendría con su mujer y me dijo, “no, esta en Punta del Este con los chicos, asi que te paso a buscar solo”. Enseguida entendí el porqué de las miradas. Esta noche me iba a querer llevar a la cama. Estaba segura. La verdad es que la idea, si bien hasta ese momento no la había pensado, me estaba gustando. Es un hombre muy atractivo.

Llegue al hotel, me bañe y me quede sentada en la cama, desnuda, pensando que ponerme. O me vestía para seducirlo, o me vestía más tranqui para que no pase de una cena laboral.

Me puse un jean que me queda muy bien, unas chatitas y una musculosa negra.  La musculosa es elastizada, por lo que me marcaba perfectamente las tetas. Si bien es negra y no se transparentaba nada, se notaban perfectamente mis pezones ante el menos cambio de temperatura. Debajo del jean me puse una tanga tipo hilo, pero en forma de V. Asi si me siento, y al ser el jean de tiro bajo, no se me veía. Sé que a los hombres les gusta, pero a mí me parece bastante vulgar.  Me maquille un poco, me ate el pelo y baje a la recepción. A las 21hs puntuales llego Sergio.  Enseguida note como me miro, y me vi venir la noche.

Me dijo que teníamos reserva en un restaurant al que ya fuimos varias veces, pero me pregunto si prefería ir a otro lugar. Le dije que mucha hambre no tenia, asi que si quería ir a otro lugar no había drama. Terminamos en un pub que estaba bastante lleno de gente pero no sé cómo se las ingenio en conseguir una mesa.

Estuvimos tomando un rato largo. Yo ya iba por la 4 cerveza y sentía el mareo, cuando empezó a desviarse la conversación para el lado del sexo. Empezamos a hablar de las fantasías, de que es lo que uno había hecho en vida y que no. Si bien yo respondía, trataba de ser escueta. Soy reservada en ese sentido. Pero al notar que el quería charlar sobre el tema empecé a preguntarle. En un momento me termino confesando que las veces en que había traído a la mujer a cenar era porque tenía la fantasía de que terminásemos los 3 en la cama. Sinceramente me quede un poco desencajada con la confesión, pero para no parecer cortada le segui el juego. Le dije que su mujer era muy linda y que tenía mucha suerte de tenerla a su lado. Enseguida me interrumpió y me dijo, “en realidad ella tiene suerte de tenerme a mi a su lado, o no?.”- Se hizo un silencio como esperando mi respuesta, y para seguir con el juego le dije, “eso es obvio”. Ahí nomas me conto que con su mujer tenían una relación muy abierta, y que como yo nunca les había dado ninguna señal jamás se habían atrevido a decirme nada. Ahí entendí de que lo que me había dicho antes era en serio. No se si por la cerveza o por el morbo, me abrí y empecé a charlar. Le conté que mi marido y yo también teníamos una relación abierta, que teníamos experiencia en tríos e intercambios. Que no lo hacíamos como algo habitual, pero de vez en cuando algo hacíamos. Creo que lo deje boquiabierto porque se quedó callado hasta que acoto, “justo esta semana se fue mi mujer a la playa…..no puedo tener más mala suerte”. Nos empezamos a reír  y ahí nomás le dije, “no hay mal que por bien no venga”.

A ese momento ya las miradas eran más que lanzadas. El aire acondicionado hacía tiempo que estaba haciendo estragos en mis pezones, y los ojos de Sergio ya ni disimulaban mirarme las gomas. En un momento ya la conversación había perdido cualquier tipo de vergüenza y me dice, “no puedo parar de mirarte las tetas. Son operadas no?. Porque no pueden ser tan perfectas”,  a lo que respondo, “ si, me las opere después de la lactancia. La verdad es que estoy chocha.”. – Y Sergio me dice, “se ven muy bien, ni se nota que son operadas. Yo nunca estuve con alguien con tetas operadas. Me dijeron que si están bien hechas ni se nota al tacto”. Enseguida capte la indirecta, y siguiéndole el juego le dije, “si, ni se nota, mira.”. Y agarrando su mano la lleve a mi teta derecha. Enseguida toco pero tímidamente. Los asientos del lugar nos daban intimidad pero no tanto, y la verdad que ver a pendejos de 15 años manoseándose en la calle es una cosa, pero ver a dos personas adultas puede ser un poco chocante. Cuando saco la mano aprovecho para pellizcarme apenas el pezón.

Terminamos las cervezas y me pregunto si me quería ir. Ya eran la 1 de la mañana y la verdad es que ese lugar no daba para más. O me llevaba a algún lugar para terminar lo que empezamos, o me dejaba en el hotel a dormir.  Obviamente le dije que si, que nos fuéramos y me quede esperando su siguiente movida.

Encaro para mi hotel, y en el auto parecio no querer avanzar mas. Lo entendí y hasta me parecio certero. El no dejaba de ser un hombre casado con hijos.

Cuando llegamos al hotel le voy a dar un beso en la mejilla como despedida antes de bajarme del auto, pero aprovecho y me dio un beso en la boca. La verdad es que no me lo esperaba, pero no me opuse. Estuvimos asi un par de minutos hasta que al ver que no me decía nada le digo, “queres subir?”. Obviamente acepto.

Metio el auto en el estacionamiento y enseguida nos subimos al ascensor. En el mismo nos matamos los 6 pisos hasta que llegamos. Entramos a la habitación y me meti en el baño. Cuando salgo había abierto dos cervezas del frigobar y me estaba esperando. Tomamos unos sorbos, el paso al baño, y cuando salió nos tiramos en la cama.

Mi sorpresa fue sentir su pija dura. Realmente era grande. La más grande que había visto personalmente hasta ese momento. Tenía una cabeza enorme. Parecía desproporcionada con respecto al tronco. Enseguida estábamos los dos desnudos. Me dio una chupada como hacía tiempo no me daban. Me dijo que lo volvía loco mi pelvis toda depilada. Y eso lo mantuvo ahí abajo por 5´ lo que para mí pareció una eternidad. Enseguida se ayudó con la mano y me regalo un orgasmo increíble. Tenía que devolverle el favor, asi que lo acosté en la cama y me arrodille en el piso.  Estuve chupando esa pija increíble un rato largo, hasta que me di cuenta de que estaba por acabar. Me pidió que pare y me subió a la cama. Me senté arriba de el y me meti la pija. Pensé que me iba a doler, pero entro fácilmente. Se ve que estaba muy excitada. Enseguida Sergio empezó a jugar con mi ano. Me encanta el sexo anal, y con mi marido tenemos muy seguido, el tema es que nunca había tenido sexo anal con alguien que tuviese semejante pedazo de pija. En un momento Sergio me vuelve a hacer parar. Me di cuenta de que estaba muy excitado y si no regulábamos acabaría pronto. Yo había tenido otro orgasmo y estaba volando mezcla del alcohol y el placer.  En eso me acuesta boca arriba y vuelve a penetrarme. En un momento se frena y me dice que no tenía condones como para ponerse, y que me iba a acabar afuera. Si bien tengo un DIU, prefiero que siempre me acaben afuera salvo mi marido. Mientras me garchaba con fuerza no paraba de chuparme y apretarme las tetas. Estaba loco con ellas. En más de una oportunidad me dijo que no entendía como Alfredo (mi jefe) no me quería garchar, que era una bomba, etc. Yo por dentro pensaba, si supiese que hace un mes y medio se la chupe a mi jefe y que me invito a irme con el un fin de semana a Punta del Este….

Me dijo que me quería hacer la cola, si lo dejaba, a lo que le dije que si. Estaba entregadísima.

Siguió bombeándome lo que me provoco mi tercer orgasmo, y por mis gemidos y forma de moverme provoque que el acabara. El semen de Sergio termino en mi pelvis y tetas, y un poco en mi mejilla. Era obvio que estaba muy excitado y que hacía tiempo que no “descargaba”. Pensé que vendría el segundo round y que vendría por mi cola, pero no fue asi.

Nos quedamos un rato acostados hasta que me quede dormida. La última vez que vi la hora eran como las 3 AM.  Creo que él se quedó dormido al lado mío o al menos en silencio, ya que estaba quieto.

En un momento me despierto y veo que se estaba vistiendo. No le dije nada. Cerré los ojos y seguí durmiendo.

A las 07:00hs sonó el teléfono ya que había pedido que me llamaran para despertarme…..

Note que tenía todavía semen en el cuerpo, y una resaca importante. Me fui a bañar y me vestí para ir a desayunar y después a la oficina. Todavía me quedaba un día en Montevideo….o tal vez más….

En el próximo les cuento como llego mi jefe a Montevideo y termine quedándome hasta el domingo….