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Condenado

en Dominación

                                                                                                         

                                                                                                                                                         ……..Y la entrega fue su condena.

 

      Y la imaginó deseando ser poseída por todos; imaginó un incesante vaivén de cuerpos, de manos buscando carne, de sexos entrando y saliendo de ella humillándola hasta límites insospechados; un penetrante olor a sudor y a sexo

      Y quiso que la imaginación fuera realidad; y sabiendo que ella lo amaba hasta el delirio, que no iba a negarle ningún deseo, la llevó hasta aquella sórdida habitación de cuyo techo colgaba una enorme argolla, a la que ató fuertemente sus muñecas.

 

      Nunca se resistió a la entrega, sabedora del placer que a él le proporcionaba; uno, dos, tres……, hasta cuatro hombres la habían poseído en su presencia; humillándola, follándola hasta dejarle el coño en carne viva. Entregada a él, soportaba las duras embestidas que aquellos machos hambrientos de sexo le propinaban; era su cuerpo gozado por otros lo que hacía su disfrute y lo iba arrastrando a la locura.

      Atada ya a la argolla, fueron sus manos caricia que la desnudaron lentamente; luego fue su boca la que recorrió cada rincón de su cuerpo buscando la excitación que no tardó en llegar: finalmente fue su sexo, endiabladamente duro entrando en ella, el que la hizo estremecerse.

Agarrado a sus pechos, la follaba a un ritmo frenético, gritando enloquecido

-Puta, toma puta, puta, toma polla, putaaaaaaaaaaaaaaa, te juro que hoy vas a tener polla, te juro que hoy vas a desear no haber sido tan puta, no haberme conocido nunca ni haber consentido que hiciera de ti la puta que eres, putaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Enloquecido, con los ojos fuera de las órbitas, gritando desgarradamente, se corrió en su coño sacudido por violentos espasmos.

-Has perdido el juicio, decía ella, por favor, suéltame, no quiero seguir con esto.

Se puso delante de ella.

-Mírala, le decía sujetándose la polla aun chorreando, no ha sido capaz de darte placer; hace tiempo que ya no es capaz de darte placer, porque necesitas más, siempre más, pues eso es lo que vas a tener hoy, mucho más.

Se dirigió a la puerta, la abrió y empezó el desfile de hombres desnudos, portadores de grandes pollas a cual más grande y dura. Hasta 6 tipos entraron en la habitación moviendo sus enormes pollas.

Volvió a su lado y al tiempo que acariciaba su desbordado coño le decía:

-Hoy será especial. Hoy me vas a demostrar todo el amor que me profesas entregándote como nunca te has entregado.

      Oír aquello y ver su cara desencajada, arrebatada por la locura, hizo que se estremeciera y sintiera miedo; ni por un momento quería pensar en lo que iba a pasar si aquellas 6 pollas entraban en ella; sabía que últimamente perdía el sentido cada vez que la veía follada por varios hombres, pero aquello, 6 hombres a la vez…..,  aquello superaba los límites de todo lo que habían vivido juntos y no lo creía capaz de llegar a ese límite. Pero el brillo que desprendían sus ojos, vino a confirmar sus miedos.

-Suéltame, imploraba, suéltame; esto no, no, no lo hagassssssss; por favor, no lo permitas, noooo.

      Tápale la boca, ordenó a uno de ellos; que se calle ya de una vez la muy puta. Miradla bien, la acabo de follar, aún tiene el coño lleno de leche y ya está     deseando vuestras pollas aunque suplique que la suelte.

      Los 6 hombres la rodearon; uno de ellos le tapó la boca mientras otro, colocando su polla entre sus piernas la penetró rudamente volviendo a llenarla nada más sentirse dentro. Tras él y sin descanso, uno tras otro fueron tomando el relevo, poseyéndola, humillándola, vaciándose dentro de ella. Mientras, él se masturbaba poseído por una extraña excitación, la que le provocaba el dolor que sabía que ella estaba experimentando al ser destrozada por aquellas pollas. Tenía la polla dura como nunca la había tenido, pero no alcanzaba el ansiado orgasmo.

      Estaba el último ya soltando su leche dentro de su enrojecido coño cuando se acercó a ellos y le destapó la boca. Apenas un hilo de voz salió de su mancillado cuerpo para decirle:

-Quiero que vuelvan a follarme los 6; quiero que me follen hasta preñarme; quiero que me den lo que tú nunca sabrás darme.

      Aquellas palabras, lo devolvieron a la realidad; supo entonces que la había perdido. Ya uno de los tipos se había colocado detrás de ella y había abierto sus nalgas disponiéndose a metérsela por el culo cuando él lo paró.

-No, ya está bien. Salid todos de aquí.

-Joderrrr, con lo dura que la tengo y lo puta que es, déjame darle un poco por ese culito hambriento, que no tardo nada en descargar.

-He dicho que ya está bien, fuera de aquí.

Se retiraron. Cogiéndola en sus brazos, soltó sus muñecas, la besó y le dijo:

-Ahora sé que te amo; ahora sé lo mucho que te necesito en mi vida, y he tenido que perderte para saberlo.

      La dejó en el suelo, hecha un ovillo bajo una manta y se dirigió al baño. Puso el tapón a la bañera y abrió el grifo del agua caliente. Volvió a la habitación, la recogió del suelo y la llevó a la bañera; cogió la esponja y como quien limpia el cristal con miedo a romperlo, limpió su cuerpo. Ni una palabra salió de su boca, ningún movimiento hubo en su cuerpo de muñeca rota. La llevó a la cama, dejó caer suavemente su cuerpo y tendiéndose a su lado, la rodeó con sus brazos rompiendo a llorar.