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El postboda

en Erotismo y Amor

 

                Soy maquilladora desde hace bastantes años y nunca me ha pasado lo que me pasó haces unos meses, que no sabía si contarlo o no.

                Mi clienta en cuestión se casó el mes de Noviembre, yo no la maquillé ese día, se lo hizo una amiga suya pero sí que la maquillaba para el postboda, ya que su amiga no podía porque se había roto un brazo y evidentemente con la mano izquierda no sabía maquillar.

                La fecha del postboda se alargó muchísimo, ya que por varios motivos ya sea de ellos, de la fotógrafa o míos, nunca se podía quedar, desde Enero que queríamos hacer el post boda y finalmente se hizo en Agosto, imaginaros…

Los novios, eran… como decirlo… rellenitos, pero ella me dijo que su marido estaba haciendo ejercicio porque se veía muy gordo, tanto hablar con ella al final nos hemos hecho amigas. Y me dijo lo que os he dicho, su marido, Carlos, estaba haciendo ejercicio porque se veía gordito, yo a él no lo conocía la verdad, ni en foto, nunca me había pasado una foto, ni nada pero bueno, tampoco he tenido curiosidad por saber cómo eran los maridos de mis clientas, yo voy hago mi trabajo y me voy, sin más.

Llegó por fin el día del famoso postboda, en principio íbamos a quedar en casa de su cuñada, porque ella tenía el vestido allí, pero al final me mandó un mensaje y me dijo que en su casa y media hora antes, ya que había salido antes del trabajo y llegado antes a la pelu, por mí no había ningún problema todo lo contrario, mejor porque así acababa antes y me podía ir a mi casa, y hacer cosas, ya que tengo un canal de youtube y tenía que editar algunos videos.

Llegué a la casa 10min antes, me esperé ya que siempre llego antes, pero me esperé en la puerta, hablando con una amiga por whatsapp. Cuando era la hora, pique… volví a picar y no me abría nadie, le envié un whatsapp “Claudia, me abres? Estoy en la puerta!” me contestó al momento, “ Inma, aún estoy en la pelu que se ha complicado la cosa, no está Carlos? Estará al llegar porque se ha ido a correr, ahora te digo algo!”.

Mientras esperaba que me dijera algo, vi pasar un chico por la otra acera corriendo, me quede mirándolo porque la verdad que estaba muy pero muy bien, era alto, con las abdominales bien marcadas, pelo rapadito y ojos verdes (típico no?) y paso de largo, yo lo seguí con la mirada, pero seguí esperando, otro runner mas.

Un par de minutos después, estaba concentrada en mi móvil y alguien me dijo “eres Inma la maquilladora?” para mi sorpresa era el chico que había visto correr, al momento pensé para mi “no puede ser, en serio es él?” y contesté, claro.

-          Si si, soy yo que vengo a maquillar a Claudia para su postboda.

-          Me acaba de llamar, es que iba a seguir corriendo pero en cuanto me lo ha dicho he dado media vuelta porque ya te había visto aquí sentada. Ven pasa, pasa.

Pasé detrás de él, no hay que decir que si por delante ya estaba bien, imaginaros por detrás, una espalda ancha, musculada y un culito prieto que daban ganas de apretarlo sin parar.

Entramos al piso, un piso grande pero oscuro, muchas habitaciones pero muy poco iluminadas.

-          Donde maquillas normalmente? En el baño? Comedor?

-          Bueno, donde me digáis, realmente donde haya más luz y haga más fresquito.

Se empezó a reír.

-          Eso de fresquito es difícil, realmente el sitio más fresco es la habitación de los invitados que da a la parte interior del piso y apenas le da el sol, vente, a ver que te parece, la luz es bastante natural, porque las bombillas son esas de luz de día, se dice así? Me las dierón en la ferretería. Mira es esta.

Era perfecta, aunque no lo pareciera tenia muchísima luz y era muy fresquita, eso si parecei aun zulo ya que no tenía ni una ventana. Y tenía toda una pared que era un espejo. Era increíble la habitación, aunque no lo pareciera.

-          Joder es perfecta, parece mentira que haya tanta luz y sea así, verdad?

Mientras yo decía eso, iba abriendo el maletín para colocar las cosas. No os he dicho que llevaba un vestido bastante ancho, con el escote en pico y corto negro, llevaba pantalones cortos debajo pero se me había olvidado ponerme una camiseta de tirantes debajo para que no se viera todo, así que cada vez que me agachaba le mostraba todas mis tetas, que llevaba sujetador pero vaya precisamente el que llevaba no dejaba espacio a la imaginación, porque era de esos de encaje sin relleno y sin aro, transparente con lo cual… os podéis imaginar. Cuando me di cuenta que me estaba mirando, mientras se mordía el labio inferior con los diente, me puse cachonda al momento, pero mi reacción fue taparme.

-          Bueno me voy a la ducha, que si no llegará Claudia y yo aun sudando.

Se dio media vuelta y se fue guiñándome un ojo. Para mi pensé, “joder tranquila Inma, que es el marido de una clienta, luego llegas a casa y te masturbas, maquilla y te vas, maquilla y te vas… “ no paraba de repetir eso, porque no sería la primera vez que acabo follando en un trabajo, en el estudio con el fotógrafo o algún modelo, en algún rodaje… la verdad que soy una chica muy fogosa y cachonda con lo cual… os podéis imaginar.

Me senté en la silla, a ordenarlo todo y cuando me di cuenta, si miraba el espejo lo veía ducharse, ya sabéis el juego de los espejos que a veces aparece por casualidad.

Tenían la típica cortina de ducha (que las odio) blancas, me lo quede mirando, total, él no me podía ver, estaba dentro de la ducha, o eso pensaba yo, y es que él desde dentro de la ducha a través del espejo estaba viendo como yo lo miraba. De repente la ducha se le pego a la polla, no me lo podía creer, estaba empalmada, grande… este chico todo lo tiene musculado?

Salió de la ducha y yo me hice la loca, entró en la habitación riéndose con la toalla atada a la cintura, aun le caían gotas de agua por el cuerpo. Se sentó delante mío, tengo que decir que había una mini cama, claro, era la habitación de los invitados.

Se me quedó mirando, desafiándome, creo.

-          Qué, qué pasa? – Le dije yo, tenía la sensación que nos conocíamos de toda la vida.

-          Te ha gustado lo que has visto, cuando me duchaba?

En serio? En serio me estaba diciendo eso? Pues no me achanté y le seguí el juego.

-          Pues mira, si, si que me ha gustado la verdad que estas muy bien dotado y casado también….

                Se la dejé caer como si nada, pero él ni se inmuto, me daba a mí que su mujer llevaba mucha cornamenta.

-           Bueno, eso no ha sido nunca un problema para mí, me gusta follar con quien me apetece, entre ellas mi mujer, claro.

“Bingo” pensé. Pero me quedé callada, ahora sí que no sabía que decir.

Pasaron un par de minutos, ninguno apartaba la vista del otro. A todo esto, os preguntareis, que donde estaba su mujer, me había enviado un mensaje de que se retrasaría más de lo normal, que Carlos era muy simpático y sabía que me dejaba en buena compañía, y tanto que buena compañía, me daba que estaba a punto de follarmelo.

-          Bueno, has visto mi polla, ahora quiero ver algo tuyo.

-          Mío? Vale, - Abrió los ojos sorprendido, creo que no se esperaba esta predisposición. – Que quieres ver?

-          Miró el reloj, bueno Claudia, me ha dicho que llegara un poco más tarde pero no creo que tarde media hora con lo cual metértela no puedo, déjame pensar… enséñame algo.

Me incorporé en la silla, ya que estaba echada hacia atrás, me quité el pantalón que llevaba debajo, me abrí las piernas y me aparté la braga. Mi coño estaba bien depilado, y relucía gracias a lo cachonda que estaba.

-          Metete el dedo.

Obedecí me metí el dedo y me empecé a masturbar, él a la vez hizo lo mismo, menos mal que en esta habitación no habían ventanas.

-          Cómemelo. – Le pedí, ya que no aguantaba mas a tenerlo entre mis piernas, ya sea de una manera u otra.

-          Dios, estaba deseando que me lo pidieras.

Con una mano me hecho un poco hacia delante, puso mis piernas en sus hombros y se puso a comerme el coño, joder que placer.

Empecé a gemir, el me chupaba el clítoris a la vez que me metía el dedo, yo quise cogerle la polla, pero cuando me di cuenta se estaba haciendo una paja. Subió un poco a  comerme las tetas, ya que me las estaba tocando yo, me dijo que otro día le comía la polla, porque no daba tiempo, quería quedarse con el sabor de mi coño en la boca.

Se ilumino mi móvil, miramos los dos a la vez la pantalla, el no paró de meter y sacar el dedo de mi coño y de hacerse la paja, “acabo de salir, en 5 minutos estoy allí” MIERDA

Lo mire.

-          Date prisa joder!

Devoro mi coño en un momento, haciendome llegar al orgasmo y hacerme gritar de placer, me tapó la boca, supongo que para que no me escuchara nadie. Se levantó de golpe y se me subió el vestido, corriéndose en mi barriga.

-          No me jodas, coño!

Mi miro riendo,

-          Así cuando llegues a casa te acordaras de mí.

Y me succionó el coño a modo de despedida. En ese preciso momento escuchamos la puerta, él se levantó corriendo y se fue a enjuagar la boca, yo me tuve que bajar el vestido de golpe dejando allí su corrida y sin tiempo de ponerme el pantalón, lo tuve que meter corriendo en mi bolso para que ella no lo viera.

-          Hola Cariño, Hola Inma, que tal como estáis?

El salió del baño y grito mirándome:

-          Muy bien amor, Inma, está aquí, es un encanto de chica.

Que cabrón que era!

Maquille a Claudia, con cuidado de que no viera que tenía el pantalón en el bolso y que yo iba sin ellos, claro, el cabron de Carlos, estaba justo al otro lado de la habitación hablando con nosotras, evidentemente, cada vez que yo me agabacha un poco para maquillar, el vestido por detrás se me subía y él tenia vistas completas a ese panorama. No me podía creer lo que estaba haciendo.

Cuando acabé de maquillarla, recogí todo y me dispuse a irme.

-          Claudia, voy acompañar a Inma abajo y traigo el coche vale?

-          Perfecto cariño, Inma, ya te pasaré las fotos del postboda, que con lo que ha costado quedar, solo falta que no tengas ninguna. Muchas Gracias, por todo.

-          Gracias a ti Claudia, por contar conmigo, vamos hablando.

No sabía si le estaba dando las gracias por el trabajo o por tener el marido que tenía.

Nos metimos en el ascensor, antes de que se cerraran las puertas, él ya tenía las manos en mi culo.

-          Quita que me voy a poner el pantalón, ya te vale, que mal lo he pasado y eso que nos hemos conocido hace un par de horas.

-          Suficiente, déjame una de tus tarjetas, así te voy haciendo publicidad.

Me lo quede mirando.

-          En serio, mis amigos se están casando y sus futuras mujeres necesitaran maquilladora.

Se la di.

Antes de salir del portal, me dijo.

-          Nos volveremos a ver seguro y te aseguro que te follaré hasta que caigas rendida.

Salimos y él se fue hacia el parking y yo hacia el metro, para mi sorpresa, partiéndome de risa de la situación que acababa de vivir, pero no sé porque su cara me resultaba muy familiar.

(Todos mis relatos son inventados, ninguna situación y personajes son reales. )