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Historia de amor de una hija y su padre (Parte 7)

en Amor filial

Buenas noches, mis queridos lectores espero que les hayan gustados mis historias (que pueden ser o no de verdad, depende de lo que ustedes quieran creer). Han tenido reventado mi email, pero les recuerdo que no me interesa conocer gente para cybersex, solo me interesa dialogar con personas que han experimentado o fantaseado con experiencias similares.

Hoy ha venido a mi otro maravilloso recuerdo de mi vida sexual con mi padre/esposo. Después de aquella noche que me desvirgo mi vagina, la obstetra María recomendó de 3 a 4 días de reposo pero mi macho solo esperó dos días y volvimos a las andanzas cosa que a mí me fascino, ya que andaba desesperada por sentirlo de nuevo adentro. Sin embargo, no paso ni un solo día sin que yo, que ya me había convertido en una verdadera experta, le practicara de 2 a 3 felaciones diaria, en las que no desperdiciaba ni una sola gota de mi elixir de vida. Y debo explicarles que en mi experiencia de vida, estoy segurísima que eso de beber semen a diario me ayudó mucho a mejorar mi cutis y el brillo de mi cabello.

Durante un año nos mantuvimos haciendo el amor como conejos de dos a tres veces por día, excepto cuando yo menstruaba donde solo yo le practicaba el sexo oral, pero mientras mi macho me hacía el sexo oral aprovechaba para ir entrenando mi ano, él me decía:

- “Bebe, tengo que ir preparándote el culo con anticipación para que cuando te penetre lo disfrutes y no sufras.”

Lo amaba y lo amo tanto, él no era como esas bestias que solo quieren montar sin importar que una sufra, el me cuidaba y me protegía.

Entonces este entrenamiento consistía las primeras veces en lamer mi ano solo con la puntita de su lengua, que era una experiencia alucinante, en medida que mi amado profundizaba las lamidas al interior de mi ano, yo iba sintiendo con completa claridad como mi culo se dilataba en función de la intensidad y profundidad de sus lamidas.

Luego de un par de meses fuimos avanzando, y colocaba su dedo meñique en la entrada de mi agujero anal y me pedía que yo vaya empujando mi culo en la medida que vaya siendo placentero y no me cause dolor, y de esa manera fuimos progresando muy de a poco hasta que logre meterme 2 dedos de mi padre hasta el fondo. Tienen que comprender que mi macho me tenía que trabajar de esta forma, porque al final de cuentas eran veinte centímetros de verga que me tenía que tragar por el culo, cosa que no es nada fácil. Por eso es que él me preparo de la mejor manera a lo largo de un año entero, por cierto en las noches (cada mes) que me quedaba con María cuando venía para aplicarme el anticonceptivo ella también colaboraba con mi entrenamiento anal.

Hasta que finalmente llegó la noche tan anhelada, que justo coincidió con el cumpleaños de mi bello marido. El muy malvado me tuvo dos días sin hacerme el amor, yo andaba que ardía mi cuerpo me quemaba por dentro. Pero la obstetra María me había enseñado un secreto, algo que ella llamaba masturbación, que aunque no era lo mismo en algo aliviaba mis necesidades extremas. Para la noche de la desvirgación anal yo ya contaba con 15 años 3 meses de edad.

Para celebrar semejante ocasión, yo había matado un pavo y lo había preparado con todo el amor del mundo para mi macho que cumplía 36 años de edad, por ser el día de su cumpleaños él no había salido a trabajar, así que yo me la pase todo el día desnuda haciendo los quehaceres doméstico, tal como el me lo había ordenado cuando nuestro matrimonio empezó.

Lo bañe como todas las noches, pero por esa noche tenía prohibido practicarle sexo oral durante el baño, porque él quería reservar todo su semen para descargármelo en mi recto, yo también me bañe, y desnuda serví la comida y desnuda cene junto con el celebrando su cumpleaños. Quiero mencionar lo orgullosa que me sentía de que a lo largo de poco más de un año de que mi padre me succionara los senos a diario pude aumentar el tamaño de mis senos de una copa C a una copa D.

Luego mi bello marido puso música (pasillos y cumbias), y se había comprado dos jabas (en Ecuador especie de cajones plásticos donde vienen 12 botellas de 600 mL) de Pilsener cerveza ecuatoriana), y comenzamos a beber los dos, y entre vaso y vaso bailábamos los dos, y seguíamos bebiendo y nos besábamos, el siempre vestido y yo siempre desnuda. Mientras avanzaban las botellas, él se iba quitando la ropa de a poco. Para cuando llevábamos la mitad de la segunda jaba, él estaba completamente desnudo y yo ya estaba prendida a su verga mamándosela muy despacio, suavemente solo como para ponerlo a punto, no podía hacerlo acabar. El me regaba cerveza en mis tetas y me las mamaba muy sabrosamente, mis negros pezones estaban muy erectos, también ponía cerveza sobre mi vagina y me la chupaba, y yo estaba que deliraba.

Hasta que finalmente me puso en cuatro patas sobre el sofá de la sala, y me comenzó a mamar el culo como a mí me gusta, que me lo chupe y me lo succione, así bien rico para que se me vaya dilatando el ojo del culo, y me encanta que me bese después de meterme la lengua bien adentro del ano, eso supremamente lujurioso para mí. Debe ser por las cervezas, pero mi ano respondía muy bien a la estimulación pero de todas maneras mi cuidadoso macho se puso vaselina en sus dedos y me unto por dentro y luego se aplicó más vaselina en toda la longitud de su majestuosa verga, todo estaba listo para el momento de la gloria.

Yo me agache y puse mi cara sobre una almohada, y con las dos manos me abrí las nalgas para que se me dilate lo más posible el ojo del culo (como me había dicho la obstetra), y el cómo todo macho fuerte y poderoso, me agarro del cabello y colocó la cabeza de su falo en mi agujero anal y yo estaba que volaba, contaba los segundos, y lo empujo un poco y logró introducir el glande con facilidad, pero tan pronto avanzo un centímetro más y comencé a sentir las primeras venas de su verga (como siempre me culeó sin preservativo), la entrada se volvió un poco dificultosa.

Se hizo un poco hacia atrás y me pegó un envión que me hizo gritar del dolor, había logrado clavar la mitad de su verga en mi ano, yo me retorcía del dolor, y le rogaba que me lo saque pero no quiso oírme, se quedó quieto mientras templaba mi cabello con más fuerza para que me quede quieta, pero yo no podía, pero tampoco él iba a ceder, esa misma noche tenía te violar mi ano e introducir sus 20 centímetros y eyacular en mi recto.

El esfínter anal se fue dilatando y acomodó los primeros diez centímetros, luego comenzó un leve vaivén sin meterlo más, yo me comencé sentir algo cómoda y me comenzaba a relajar, pero el salvaje en un descuido mío saco un poco más su verga para tomar distancia y pego otra embestida violenta y ahí sí me clavo sus 20 centímetros y yo gritaba y me retorcía como desesperada, y con toda su verga dentro puso todo su cuerpo encima de mí para evitar que me moviera, el maldito me tenía clavada hasta el fondo de mi recto y me tenía aplastada, pero sabía muy bien lo que hacía, quizá no fui la primera que había desvirgado analmente, días después ese pensamiento me lleno de unos celos insoportables, pero no podía hacer nada.

Nos mantuvimos así por más de diez minutos hasta que me fui tranquilizando, en la medida que él fue sintiendo que el esfínter se acoplaba fue retirando el peso de su cuerpo y se quedó de pie atrás mío, estando yo totalmente ensartada, hasta que muy suavemente comenzó a bombearme, mi culo ya se había acoplado, pero les voy a ser sincera aunque sentía algo de placer el dolor no se iba del todo, pero no tenía más opciones tenía que resistir esa, era el regalo de cumpleaños de mi padre/esposo, el así lo deseaba y yo solo tenía que obedecer.

El dolor fue cediendo y lo pude disfrutar un poco más (pero no del todo), y él ya había tomado ritmo, y me culeaba a la misma velocidad que como cuando lo hacía por la vagina, el placer era mucho más intenso que cuando me daba por la vagina, y luego de un tiempo así por fin el mágico elixir seminal inundo las profundidades de mi recto y quizá algo de mi intestino grueso, la verdad es que pude sentir lo caliente de su semen en todo mi abdomen, cualquier mujer en su sano juicio se enamoraría de un hombre que le cause esta sensación.

Mi orgasmo fue tan intenso, que comencé a convulsionar y me desmayé, cuando recobré el sentido estaba algo adolorida pero tuve una de las sensaciones más hermosas de toda mi vida, el sentir como el semen se iba chorreando desde el ojo de mi culo y se chorreaba por mis piernas, que delicia mientras escribo y lo recuerdo se me humedece la vagina.

Tan importante fue esta experiencia en nuestras vidas, que desde ese día en adelante hacíamos el amor tres veces al día en la mañana anal, en la tarde vaginal y en la noche antes de dormir se lo hacía oral, pero para mí no hay nada en lo absoluto como es el sexo anal. Debo terminar confesando es que cuando me quedaba sola en casa y desde que enviudé mi mejor compañero anal es un pepino, que yo misma siembro y cosecho aquí en el jardín de la casa.

Eso es todo por ahí mis queridos lectores, una vez más les dejo mi Gmail yesseniaec2016@gmail.com por favor insisto, no es mi deseo establecer cybersex ni nada esas cosas, solo deseo dialogar con personas que hayan vivido algo similar o al menos que lo tengan como fantasía.