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Mi esposa y su boquita.

en Trios

Para una pareja es difícil encontrar los tiempos y condiciones para un encuentro swinger o un trío: entre el trabajo, los compromisos familiares, las enfermedades y la menstruación, ¡imagínense! Solamente tenemos tiempo algunos fines de semana.

Somos Faby y Rogelio y llevamos en el swinger  un año y casi hemos  tenido un intercambio: entramos al hotel con  otra pareja y aun no habíamos llegado a la cama cuando Faby ya estaba arrodillada y dándole a aquel hombre una mamada bárbara. Para Fabiola el sexo debe llevar orales en generosas cantidades, tanto darlo como recibirlo. Y él comenzó a gemir con tanta pasión que despertó en su esposa el monstruo de los celos.

―¿Porqué con ella gimes más que conmigo? ―le gritó.

Tomó de la mano a su marido y lo arrastró a la salida. Fabiola se sentó en la orilla de la cama y fui raudo a su lado, ya con el pantalón abajo. Ella continuó su oral.

Pero no nos hemos cerrado a conocer únicamente a parejas; también tenemos interés en los hombres solos. Como requisito SIEMPRE les pedimos una foto de rostro, nada de penes, ni vulgaridades.

Faby y yo habíamos estado charlando con Aarón  durante unas seis ocasiones en un lapso de tres meses, voz a voz y nos pareció un chico agradable, educado y nada urgido. ¿Porque voz y no texto? Porque por voz descubres  verdades y mentiras; la persona se muestra casi como es. Y entre más se conversa, sale a relucir la verdadera personalidad. Le llamamos  a Aarón para preguntarle si tenía tiempo por la noche, a las 8 en una cafetería por el centro de la ciudad para conocernos: nos contestó que sí.

Como pareja swinger buscamos lugares donde se pueda  platicar con libertad de sexo y no estar con el miedo de si te escucharán. Hemos prescindido de los lugares comerciales y buscado otros  más íntimos y fuimos a un coffe-bar en viernes por la tarde-noche y el lugar estaba lleno; había  que hacer fila. Lo bueno: es un lugar de diversidad sexual y no lo sabíamos; nos dimos cuenta al ver la cantidad de parejas hombres conversando demasiado cerca y después besándose, al igual que mujeres. Cada quien en su rollo.

Aarón nos escribió; estaba atascado por tanto auto y llegaría una hora más tarde. Nos miramos y decidimos esperarlo; sabíamos  de nuestra escasez de oportunidades para tener otro encuentro.

Fabiola es tetona y llevaba un escote que el mesero ignoró y las otras chicas también pues estaban en lo suyo: conquistando a sus parejas. Aun sabiendo que la mayoría de los hombres se apreciaban gays, Fabiola no dejaba de verles “el paquete”.

―A ese morenazo se le marca una barbaridad―me dijo no muy discreta―. Y ese pantalón ajustado lo hace más antojable. ¿A qué sabrá?

Fabiola tiene un secreto y es que le encanta la verga. Cada que puede, las mira con o sin disimulo y se las saborea; es muy buena mamando, de esas mamadas que disfrutas sin que te muerdan o te arrastren  los dientes: así como entra en tu boca, así sale: victoriosa, sin heridas de guerra y más gorda; por el placer de su lengua.

Yo le he untado aceite en medio de las tetas y me ha hecho unas rusas increíbles: mi verga deslizándose para encontrarse con su boca, cálida y ávida: chupa como no tienen idea: es excelente mamadora.

―Amor, como quisiera tener una ahorita en mi boca―me confesó.

―Pues con ellos no lo creo; espera a Aarón y veremos.

―¡Ay, no; es nuestra primera cita! ¿Qué pensara si dejo que me coja de buenas a primeras?

―No estamos en esto por lo que piensen o dejen de pensar; ambos sabemos que te encanta la verga y eres muy buena mamando. Si Aarón es lo que tu boquita quiere, chúpasela.

―Me daría mucha pena contigo…

―¿Pena de qué?

―De que me veas chupándosela a otro. Recuerda cómo se puso Alondra cuando me hinque a chupársela a Pepe y aquel empezó a gemir: me lo quitó de la boca y se llevó a su marido en menos que canta un gallo.

―De lo que se perdió Pepe; pero olvídate de eso; si lo tuyo es mamar, usa tu boquita para dar placer.

―Pero también quiero que me chupen… y después me cojan.

―Pues veremos que tal resulta nuestro invitado.

La hora pasó rápido; Faby miraba el reloj y Aarón nada que aparecía.

―Aquí cierran a las 10:30 y son 9:20 –dijo decepcionada.

―Si nos corren, buscamos otro sitio. ¿Quieres ir a bailar?

―Mmm…no lo sé; esperar me pone de malas.

Y son esos momentos que hacen que una pareja ODIE a los hombres solos; juegan con las fantasías de un matrimonio. Temí que Aarón hiciera la salida estúpida: faltar a la cita. Descansé cuando lo ví. Por fin  llegó: Pulcro, bien vestido y afeitado.

―Ya tienes el 50% ganado ―pensé al verlo.

Fabiola ―no sé si todas las mujeres lo sean― es exigente en la apariencia. Pueden no ser guapos pero no les perdona las fodonguerias ni las cochinadas.

―En un hombre, una presentación impecable es como la lencería en las mujeres―me lo ha repetido mi mujer como advertencia―Yo invierto un par de horas en verme atractiva como para aceptar a un hombre con apariencia de pordiosero ―me sentenció.

Aarón resultó el tipo que escuchamos por teléfono: jovial, sincero y…tímido, más de lo conveniente.

Habíamos visto en dos  clubes a hombres  de gimnasio…  sin erección. Sabemos por experiencia lo que la ansiedad puede hacer y deshacer así que le invitamos -para romper el hielo- una bebida que no aceptó; estaba demasiado nervioso.  La timidez de acercarse a ella la compensó con su gracia y apertura;  Aarón  nos contó algunas anécdotas y nosotros a él. Pero el tiempo pasaba y el mesero  ya nos había dejado la cuenta.

Los que han estado en una entrevista de trabajo saben que los psicólogos evalúan más a los candidatos por cómo se sientan, sus ademanes, que por lo que dicen: y Fabiola tampoco dejaba acercarse a Aarón; ella mantenía su brazo tapando el escote y yo no entendía el porqué.  Lo mantenía a su lado, pero sin tanta cercanía, no la necesaria para el cachondeo. Sentí que la química con Aarón estaba fluyendo muy despacio; por su parte, él la trataba como amiga y la primera cita se encaminaba al fracaso.

Más allá de hacer amigos, más allá de buenas charlas, estamos en esto por pasión, por caricias sobre y bajo la ropa, por conversaciones cachondas acompañadas de besos y manoseos. POR SEXO. La meta es tener sexo. No amistad, no charlas. Y que me disculpen los que así lo consideran, pero el swinger está lleno de fracasos (hemos escuchado muchas historias) porque les da miedo aceptar porque están aquí: Para coger. Y es fácil apartarse de la meta: al fin de cuentas, te la estás pasando bien.

Aarón se fue al baño y charlé con Faby.

―Está muy chico; podría ser mi hijo ―objetó ella. (Nosotros tenemos 42)

―Sabias su edad y decidiste que era un buen partido ―contesté―. Vamos, dale una oportunidad.

―¿Qué quieres que yo haga? Es él quien debe de atreverse, no yo.

―Si fuera un noviazgo, tal vez; pero esto es diferente. Aquí puedes ser la agresiva, la cazadora, la lanzada. Por lo pronto, deja que te vea; presúmele tus tetas; y no, no me des excusas de discreción; en este sitio, nadie nota nada.

Fabiola se quitó un botón de la blusa casi con desgano; yo le desabotoné el siguiente y se las acomodé hasta casi hacerlas desbordarse. Una pareja de mujeres y un chico que estaban en la mesa de al lado, nos miraban con poca discreción; no era una mirada de censura, sino de curiosidad.

Aarón regresó y alabó  la perspectiva de las tetas de Faby.

―Me gustan mucho tus senos ―dijo respetuoso pero al fin decidido.

Pagamos la cuenta y noté a Faby indecisa en su silla, sin querer abandonar el lugar.

―¿Les puedo tomar una foto? ―les pregunte a los dos― Obvio, con el rostro oculto, para mantener el anonimato.

―¿Foto, cómo? ―contestó Fabiola.

―Te acercas a Aarón y le das un beso; lo cubres con tu pelo y así no se nota.

Los dos se quedaron viéndome.

―Es un beso, no les estoy pidiendo más ―externé.

Fabiola se acercó a él y tomándolo de la cabeza, lo besó; un beso breve que yo capture con mi teléfono.

―Estuvo fatal ―les recriminé. Pónganle pasión, cachonderia.

Fabiola retomó el beso y de las fotos pasé al video; como un minuto  estuvieron besándose mientras nuestros compañeros de al lado, los veían. Después que se separaron, vi a mi mujer más cómoda; ya no regresó a su lugar, se quedó al lado de Aarón.

―Pues ya nos corrieron de aquí―les dije― ¿Buscamos otro?

―Mejor para otra ocasión ―respondió Faby. Y me miró decidida a terminar el encuentro.

¿Por qué? Lo ignoro. Fabiola es mujer géminis.

―¿Te acercamos a algún lado? ―le pregunté a Aarón.

Salimos del café y subimos a nuestra camioneta. Aarón se fue atrás, Faby de copiloto y yo manejando. La situación había retornado a “amistad”.

―Pásate atrás con Aarón o que él se pase contigo―le solicité a mi mujer.

―¿Para qué? ―respondió molesta.

―Para que se cachondeen ―respondí decidido―, en el café se notó que se agradaron y es absurdo dejarlo solo en un beso.

Me estacioné  y encendí la luz interior.

―Me paso atrás con él ―aceptó Faby de mala gana.

Aarón la recibió con un abrazo y pronto se besaron. Conduje mientras ellos se comían a besos. Me estacioné frente al hospital de Oncología: eran las 11 de la noche y los pocos autos que pasaban lo hacían sin detenerse. Encendí la luz interior y mi mujer ya se había recostado en el asiento; Aarón estaba sobre ella y le tocaba las tetas sobre la blusa; fue ella quien las liberó para que se las amasara mejor. El espacio trasero es poco: sentí una zapatilla de Fabiola en mi hombro y le acaricié y besé un pie. Ella, con la otra pierna, ya había abrazado a Aarón. No escuche gemidos, solo besos y chupadas.

Estaba atento a que un automóvil se estacionara atrás, delante o al lado: era una via rápida y nadie sospecharía ―según yo― que estábamos en el cachondeo.  Y estábamos es un decir, pues eran ellos los que se la estaban pasando muy bien. Fabiola tenía a Aarón pegado a su lengua: vi  que él se recostó en el asiento y se bajó el pantalón.

―¡Ya te habías tardado, zorra! ―pensé.

Faby se agachó para chupársela; se escuchaba el chop, chop, chop, de la mamada y yo estaba igual o peor que Aarón, con la verga súper dura,  de ver y escuchar. Fueron entre tres y cinco minutos que él aguantó porque otro se hubiera derramado. Un automóvil se estacionó al lado y  manejé otra cuadra para evitar sorpresas. Por el espejo vi que habían reanudado los besos y el manoseo. Las tetas de Fabiola se movían por las manos y chupadas de Aarón y me estacione nuevamente para verlos. Él se aplicó y le dio una manoseada que Faby comenzó a gemir; pero ella no dejo que continuara: se ajustó sostén, blusa y yo reanudé el manejo.

―La próxima ocasión, me los cogeré a los dos ―prometió.

Aarón me pidió acercarlo a pocas cuadras de allí y bajó del vehículo. Fabiola regresó al modo “amistad” y se despidió con un beso en la mejilla.

―¿Quieres ir a un bar, a bailar o ya nos vamos a la casa?—pregunté.

―Quiero unas caribe cooler.

Compramos cuatro y nos estacionamos frente a un parque a tomárnoslas. Un mariachi buscaba clientes y nadie se paraba. Mientras, le amasé las tetas a Faby y cerró los ojos. (Yo esperaba una confesión…algo que me corroborara su puteria). Pero se calló.

Cuando llegamos a la casa, nos cogimos en el estacionamiento.

―¿Cuántos hombres solos tenemos por conocer? ―me dijo.

―Como cinco; e igual con parejas.

―¿Podemos conocerlos primero a ellos? ―propuso―.Me encantaría sentir su verga sobre su pantalón.

―¡Ay, ajá!...sobre el pantalón…

Pasaron dos semanas y facebook –la red social basura- nos canceló la cuenta y perdimos todos los contactos. No subimos desnudos, no genitales, no sexo por pago, nada que infringiera sus políticas y aun así nos cerró. Hicimos una cuanta en twitter y ¡qué diferencia! Todo lo que jamás pensamos decir en Fb, lo hacíamos en twitter y sin que nos reportaran. También abrimos una cuenta en Telegram como ParejaSwingerToluca para depender menos del Whatsapp pero por alguna extraña razón, las parejas sw prefieren Facebook aunque esa red los maltrate y odie; suponemos que Facebook es el PRI de México y reabrimos otra cuenta en Fb, más que nada, con la esperanza de recuperar los contactos de parejas.

Un perfil de hombre solo sin fotos, donde vive, ni lo que busca es pan de todos los días y los bloqueamos de inmediato. ¡Qué pereza responderles habiendo millones de singles! Hemos contabilizado 205 bloqueos en fb, asi que para cortar por lo sano, decidimos usar facebook únicamente para contactar con parejas y buscar otras redes para solos, porque sabemos que allí, escondidos como diamantes, hay hombres que vale la pena conocer y que prueben a Faby entera.

Por cuestiones familiares teníamos que viajar a otro estado y le propuse a mi esposa matar dos pájaros de un tiro; visitar a la familia y conocer parejas y singles. Dijo que sí.

Subimos un anuncio a Locanto y prescindí  de las parejas; solicite singles con foto de rostro y un número para llamarnos. Por cortesía, les respondimos a los que enviaron foto –aun a los que no fueron de su agrado, es lo menos que una pareja que se precie de educada puede hacer- y mantuvimos  contacto por voz con los realmente interesados.

Pero las cosas no salen siempre como uno quiere. A Faby la atacó la gripa y como años antes se había vacunado, ahora que le da, la tumba. Y lo hizo por dos semanas y el viaje y los encuentros con los singles, se cancelaron.

Pasó otra semana y nos encontramos con una pareja para conocernos y decidir si había química para continuar al intercambio o no. Fueron muy agradables pero ni ellos ni nosotros propusimos algo. Salimos de la cita y le escribí a Aarón para encontrarnos pero no disponía de tiempo. Por el mensajero me llegó un mensaje de Pepe uno de los singles con los cuales hemos mantenido conversación pero no lo conocíamos. Nos invitaba a un bar a encontrarnos.  Faby dijo que sí.

―Estoy muy inquieta―dijo mi mujer en el camino.

―¿De que?

No contestó; me bajó el cierre y me la chupó.

Llegamos al bar y estuvimos conversando con el cómo una hora; vi que Fabiola había dejado el modo “amistad“ para coquetear abiertamente con él.  Se le acercaba, se recargaba en su hombro, casi lo besaba.

―¿Me dan un par de minutos? ―dijo Pepe―Quiero salir a fumar y aquí no dejan.

―Te acompañamos ―respondió Faby.

Cuando Pepe iba a medio cigarro, mi mujer lo tomó de la mano, lo beso y lo llevó a la camioneta, según porque quería un abrigo. Allí Faby reanudó el besuqueo, y sin más se agachó a mamársela.

―Estén alertas, por si viene alguien ―nos dijo.

Pepe encendió  otro cigarro y yo saque una caribe cooler de la camioneta.

Fabiola se la mamó hasta que él se olvidó del cigarro.

―¡Para, por Dios! ―dijo él.

Ella se detuvo, tomó el cigarro de Pepe, abrió la puerta de atrás y le dio un condón.

―O nos vamos de aquí y manejas, o nos quedamos aquí y vigilas un poco―me dijo.

Era casi la una de la mañana  y había pocos autos.

―Nos quedamos aquí―respondí.

Fabiola se tendió en el asiento, se quitó la tanga y me la dió. Pepe se colocó el condón, se le montó y un quejido de mi mujer avisó que se la habían metido.

 

Como diez minutos entre gemidos y vaivenes de la camioneta y Fabiola y Pepe terminaron.  Ella lo despidió con un beso intenso y lo vimos cuando se subió a su auto y se fue. Nosotros regresamos al bar a terminar los tragos pendientes y con suerte, a encontrar otro amante.

Somos Fabiola y Rogelio, heteros, de Toluca, Estado de México, ambos con 42 años y deseosos de encontrar a parejas y hombres solos para tener sexo. Para ellos: escriban sin vulgaridades y con foto de rostro. Preferentemente con cultura general aceptable. Por si no fuimos claros, foto de rostro, no penes, no penes, no penes. Si no les contestamos, es porque incumplieron nuestras reglas.