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Niña demonio cap4: Pequeñas huellas

en Grandes Series

Dios, menos mal, solo a sido una pesadilla, liberadora y angustiosa, pero una pesadilla, ahora necesitaba relajarme, los problemas siguen estando hay, ¡mensaje de susi! es de hace unos minutos

S —yo no rompí ese móvil, cuando llegue a clase ya estaba roto, me intente ir pero tu hermana llego.

por otra parte me había echado una buena siesta y la policía no vino a por mí, asi que las palabras de susi empezaron a ganarse mi favor, no me lo creía, estaba dudando seriamente de mi hermanita.

M —luci, luci

L —en mi cuarto, ¿que quieres?

M —¿estas segura de que no hay nada mas sobre esa chica que puedas contarme? —dije yendo en su busca—. ¡Pero que haces desnuda!

L —relájate, es como cuando éramos críos

M —no, no es lo mismo, estas muy cambiada y además están papa y mama

L —relájate, ya se han ido y esto es un regalo por todo, el otro día dijiste que me volvería muy guapa, pues te dejare verme siempre que quieras y que estemos solos.

M —Eso no es justo para ti, que pensara tu futuro novio y marido, definitivamente no

L —Pues yo no sé qué hacer, tú me cuidas y proteges, yo te aprecio y lo demuestro siempre que puedo.

M —eso no es del todo cierto

L —que insinúas, quieres “jugar” conmigo, quieres el placer de mi cuerpo estrenar —dijo dándome un beso en la comisura de los labios.

M —No, no es eso, es solo que este tipo de trato no es normal

L —la normalidad no me importa, tu sí, quiero recompensarte, además sé que tú me cuidaras, a saber lo que hará cualquier otro, agarrándome con fuerza, forzándome a su gusto, haciéndome pasar por otro tremendo disgusto, ¿es eso lo que quieres verdad?, ¿se te está poniendo dura solo de pensar en cómo maltratan a tu hermanita?.

M —no, no es eso, no quiero que lo pases mal, sino no te habría ayudado

L —pues entonces, está claro, tú también quieres, y yo quiero agradecerte como me has tratado siempre, además quiero disfrutar el primer mágico momento de forma tranquila y relajada sabiendo que eres tú el participe y causante del momento, no se me ocurre mejor forma de agradecimiento, que disfrutar de mi primer momento.

Toda esa situación transcurría desbocada, yo alagado y sorprendido, por sus sentimientos acogido, disfrutando las caricias de aquel roce, incauto por la sensación de gozo, pues a mis oídos una voces, ahuyentaban con despojo, todo el disfrute obtenido, en situación tan alocada. Mis padres llegaron y mi corazón dispararon, nervioso y asustado, por la naturaleza de mi estado, abandone el cuarto, todo había pasado.

Ahora todo era locura, que pensar, que opinar, que aceptar y que negar, todo esto como iba a acabar. Mi hermana tirándome los tejos y comportándose como una niña atormentada, Susana sosteniendo mi futuro mientras dice que me quiere sin acusarme de nada, mi cabeza a punto de estallar. Pronto llego la cena y con ella las miradas traicioneras, pero aguante y mas pronto que tarde a la cama me marche.

Tras un buen rato en dudas y sin pensarlo demasiado decidí preguntarle a Álvaro, total algún día acabaría contándoselo, la situación se desmadraba, y el me prestaría ayuda. Le mande un wasap para quedar por la mañana, me tome algún somnífero y a la cama.

A la mañana siguiente un nuevo día amanecía, no podía sacar de mi mente lo que mi hermanita pretendía. Alverto me esperaba, marche a su encuentro, al llegar se le veía impaciente, tras contarle la verdad me miro impactado, perplejo y asombrado no podía creerlo, tampoco quería hacerlo, pero tras un rato me dio su consejo.

A —resumiendo que no tienes ni idea de nada, tampoco estas seguro de quien dice la verdad y no tienes pruebas de casi nada, pues no me extraña que te estés volviendo loco genio.

M —sin cachondeos que el tema es serio

A —no no, si el cachondo eres tú, mira que zumbarte a la acosadora de tu hermana en el despacho de un profesor o con una niña pequeña delante

M —ves si lo se no te cuento nada

A —haber calma, que menuda has liado, además me pides ayuda y encima no me puedo burlar, ja.

M —vale vale muchas gracias.

A —adónde vas, no querías ayuda. Lo primero que tienes que hacer es averiguar el verdadero primer trimestre de esa cría, invéntate alguna excusa para preguntarles a los profesores y no pienses con el rabo, aléjate de ella. Eres mi amigo y eso, pero jo macho esta es de las gordas, menuda aventura y eso si no acaba mal.

M —Gracias y ni se te ocurra contar nada a nadie

A —tranquilo, soy una tumba, por lo menos hasta dentro de unos años

Menuda me iba a caer, lo conocía bien, este me lo recordaría de por vida, pero me había ayudado y de momento eso era lo único importante, a buscar una excusa para preguntar y rezar por que todo fuese bien.

La tarde del sábado tranquila, y relajante, en casa, pero relajado por tener un plan, al fin podía descansar apropiadamente, distraerme con algún estúpido juego y estudiar un poco para largarme del insti. En la cena mas miraditas extraña, mi hermana no contenta quería seguir con el tema. Pero de que iba esta cría, si, estaba en la época y… si, ya se atisbaba el cuerpazo de pibon que pronto tendría, pero era mi hermana y si casi llegamos a… , pero no pasó nada y ahora ya estaba alerta por lo que no ocurriría, tan pronto como acabe la cena me fui a la cama, no se como pero me dormí enseguida.

 

M —¡pero que! Qué coño haces tú aquí.

Era luci, estaba en mi habitación lamiéndome las pelotas, no se como, pero estábamos completamente desnudos y yo totalmente empalmado

L —chssssss calla que nos van a oír

M —¿pero que?

L —tranquilo, recuerda hoy es su aniversario, me han dicho que te habían visto raro ayer así que igual tenía que cuidarte.

M —pues estoy perfectamente sano asi que

L —y fuerte…, mira como me mira, esta triste, quiere jugar

M —ya te he dicho que no, esto no esta bien

L —bien, yo no estoy bien, estoy desnuda, caliente, sudorosa y mareada, creo que tengo fiebre, mira pon la mano

M —estas perfectamente

L —no hay no aquí

Me cogió la mano y se la paso por su rajita soltando un suspiro, estaba húmeda y calentita

L —ves estoy ardiendo, creo que necesito una inyección

M —a ver luci, esto no es

L —¡No! no es eso, mírate, tu estas dispuesto y yo no aguanto mas, el resto ya te lo dije, te debo una y quiero perderla contigo

M —pero luci no ves que las cosas nunca volverán a ser igual

L —y que, no me importa, yo te querré igual y no tiene por que volver a ocurrir, es simplemente que no quiero que mi virginidad se la lleve algún salido que le de por violarme, quiero dártela a ti

M —Luci tranquila, nadie te quiere violar, eso no va a pasar

L —mentira, todos los chicos me empiezan a mirar raro, y algunos me dan miedo, ponen una cara de salidos que me repugna, pero tú no, tu siempre me has cuidado y me tratas bien, quiero hacerlo contigo primero, si hace falta muero virgen

M —luci

No supe que decirla, tenía parte de razón y me miraba con una carita, que no encontré palabras, pero no hizo falta, ella ya se había tomado mi silencio por respuesta, se encontraba metiéndose lo en la boca, era agradable, pero estaba dando palos de ciego.

M —ven aquí, primero tenemos que arreglar esto, esta todo empapado

L —pero yo también quiero aprender a usar mi boca

M —mírate, esta todo colorado e hinchado, además estas temblando

L —eso es normal llevo así desde anteayer cuando entraste al cuarto

M —No es normal, anda date la vuelta y pónmelo en la cara

L —vale pero ten cuidado está muy sensibleee

Mi hermana no mentía, estaba a punto de caramelo, poco hice aparte de sujetarla bien firme abrazándola por encima de la cadera y hundir el morro en aquel hinchado bulto que desprendía dulce olor.

Ella empezó a retorcerse entre suspiros, gritos y gimoteos desbocados suplicándome por seguir, disfrutando del tan anhelado final de aquella calentura, sumida por el placer y un incontrolable deseo, mas y mas rápido decía ella, mas y mas rápido lamia yo, ella se retorcía sin parar, gloriosa explosión de sabor me inundaba la boca, pringando mi cara, marcando su final, dejándola tendida, con el corazón en vilo y la respiración descontrolada, me encontraba amedrentado, emocionado, ¿tanto mi luci lo había disfrutado? no pude evitarlo, tenía que ser ahora.

Sumergí uno de mis dedos acrecentando la cavidad mientras saboreaba aun la dulzura de sus jugos, era firme pero cedía grácil, me invadía la curiosidad ¿Cómo sería aquella fraterna oquedad, pronto sumergí un segundo dedo, volvía a calentarse, sus movimientos sutiles y excitantes, su respiración se intensificaba a cada instante, saque mis dedos, se encontraba tranquila y expectante, esperando complaciente lo que comenzaría en cualquier instante ,la aparte y me dispuse para el acto principal, ella se había vuelto para arriba, su mirada parecía decidida, con sus piernas abiertas me invitaba a entrar, me fui acercando, disfrutando de su rostro contemplar, poco a poco me fui acercando hasta casi rozar, observando su rostro colorar, ella cerraba los ojos calmada, parecía dispuesta y preparada, no quise impacientarla mas, y comencé a introducirla con eterna suavidad, poco a poco contemple como su rostro dibujaban las ansias del disfrute con cada vaivén, de pronto al himen llegue, ni la mínima muestra de dolor, ni un quejido se escuchó, ni una pizca de pudor, cual ninfa adormecida, comenzó a gemir despavorida, todo paso de la calma al desenfreno, desviándome al placer puro y sincero, de ese ataque mañanero.

Nada ya quedaba en mi de dudas, pues un hilillo de sangre se escapaba con premura, no por pena sino gloria nuestro encuentro ya atisbaba el final que se esperaba. Luci ya sin aliento ni griterío solo sumida en el placer que ella sentía, sus ojos supongo que aun cerrados, pues así los recordaba, los míos, intentando imaginar el cuerpo que tanto placer me empezaba a regalar, sonidos, ninguno ya escuchaba, olores ninguno yo atisbaba, sensaciones, las que los sexos regalaban, la presión a reventar, los latidos compenetrados y los roces al compás, ¡ya no aguanto mas! Los fluidos sin cesar, tanto suyos como míos brotaban sin parar, esperando que aquello nunca llegara a acabar, los gemidos al olvido marchaban sin parar y el cansancio de mi cuerpo me devolvía a la realidad. Desplomados, ya vencidos, esperando allí tendidos, lo que nos fuese a deparar.

Una hora tuvo que pasar, eso y la puerta escuchar, eso para podernos levantar. Los nervios se apoderaron de mí, aquello había sido fantástico, genial, lo mejor de mi vida, pero no estaba bien, era mi hermana, y encima casi una niña, en que estaba pensando, mis padres en la puerta, otro problema mas, que coño me pasa repetía sin parar, buscando desesperado la ropa por todo el lugar ¿Dónde coño la puso mi hermana? ella ya vestida y mi lado, ¡la puerta! Raudo como pude me tape con la manta