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Rompiéndole el culo a Mili (35)

en Sexo Anal

Pasaron las últimas semanas de vacaciones, le di todo el espacio posible a Mili. Cerca al último fin de semana, la llame varias veces sin respuesta. Así que me arriesgue a ir a su casa, enfrentar a mi ex suegro, si me caía una golpiza, al menos que Mili viera que estaba dispuesto a recibirla por recuperarla.

Toque varias veces el timbre, sin respuesta, hasta que una vecina me indico que habían salido a su club… ¿otra misión imposible en el club?, estaba dispuesto a hacerlo… pero, la última vez ingrese gracias a que Guille tenía un familiar militar.

Ahora mi amistad con Guille se había roto por culpa de las intrigas de la manipuladora de Vane… aun así, intente llamarlo, seria oportunidad para congraciarme con él y, ¿por qué no?, que me ayude nuevamente con Mili, pero no tuve respuesta.

Hasta que recibí la llamada de un número desconocido…

-          Me dicen que andas solito… dijo coqueta.

-          ¿Vane?, este no es tu número… replique, reconociendo su voz, pero no su número.

-          Buenooo… el otro número estaba viciado, solo recibía llamadas de ya sabes quién… dijo aburrida.

Al parecer yo no era el único que llamaba de cuando en cuando a la ex (Mili), parece que Guille seguía intentando volver a contactar a Vane que, siendo práctica, cambio su número… hacia poco que Vane había regresado de viaje y no sé cómo se enteró de mi situación… tenía un radar esa bruja…

-          Pero… no me contestaste… ¿Qué paso?... se acabó el amor… replico burlona.

-          Nada… diferencias irreconciliables… argumente para no dar pie a más comentarios.

-          Espero que no haya sido mi culpa… agrego con falsa pena.

Claro que si… puta de mierd… por tu culpa ya no puedo disfrutar del carnoso trasero de Mili, ni de su fogosa entrega… y bueno de su compañía también… ustedes comprenderán, ya la abstención me estaba pasando factura, que se me venía a la mente más rápido sus habilidades amatorias que sus virtudes.

-          Nooo, para nada… repuse, no quería inflarle más el ego a esa arpía.

-          Entonces… ¿estas disponible?… agrego volviendo a la coquetería.

-          ¿Para qué?... repuse haciéndome el loco.

-          Tú sabes… un chico solo, una chica sola… hay vacíos por llenar… dijo explícitamente.

Mili tenía razón, Vane era una zorra, pero con rabo de paja… en realidad con un tremendo rabo… caraj… concéntrate, no caigas en el juego de esta loca… gracias a ella y sus intrigas terminaste alejando a quizás de lo mejor que te paso en los últimos tiempos. Por otro lado, Mili me alejo… no me responde, intente congraciarme de todas las maneras posibles y nada… después de todo Vane tiene un culo como para olvidarse de todo…

Como ven, tenía mi angelito en un hombro y mi diablito en el otro, ambos susurrándome al oído… uno me decía: Huye de esa lagartona, no vale la pena, eso te va alejar más de Mili… y el otro me decía: aprovecha y reviéntala, ese blanco y musculoso trasero quiere tu verga, de paso que te vengas…

Esta última idea fue envenenando mi mente… venganza o verganza (venganza de mi verga)… no era posible que esta bruja loca anduviera feliz y campante, burlándose de mi situación e invitándome a cogerla… mientras Mili, Guille y yo, estábamos jodidamente infelices por su culpa. Vane debía pagar.

-          ¿A qué te refieres?... repuse haciéndome el interesante.

-          Tu sabesss… una mujer es como un auto… necesita un buen mantenimiento de cuando en cuando, si una se descuida, se oxida… me dijo risueña, seguramente en referencia a su ano, si no le abrían el culo de nuevo se iba a cerrar, quería mantenerlo razonablemente dilatado.

-          Suena bien… respondí accediendo.

En realidad, no sabía qué hacer en ese momento… estaba con un deseo revanchista terrible, quizás igual de febril que Guille en su momento. No quería llegar a extremos, quizás un castigo anal, reventarle el orto, como para que se acuerde de mí siempre (o al menos cada vez que se siente) y no me lo vuelva a pedir…

Pero que tal, un castigo a su ego… dejarla plantada… o ir a la cita, acceder a sus caprichos hasta cierto punto, cuando este excitada y lista, irme dejándola así, haciendo referencia a que Mili era mejor que Vane en la cama… o algo así… que la hiera igual que ella hirió a Guille, que le duela igual que a Mili le dolió ver la foto del culo de Vane en mi laptop… que sufra como yo cuando Mili se alejó de mi…

-          Y bueno… ¿Donde?... agregue tras esos segundos de reflexión.

-          Que te parece en el mismo lugar de la vez pasada… agrego Vane rápidamente.

-          Por mi está bien… dije tragando saliva.

Más que por ansiedad, trague saliva, recordando lo caro que me salió la última vez. Quizás Vane noto mi reacción poco relajada, pero estaba muy animada porque en esta ocasión, sin haber chantaje de por medio, yo estaba accediendo a sus peticiones.

-          Que bien… no te preocupes… esta vez yo invito… dijo emocionada.

-          Oye…no… repuse saliendo mi lado caballeresco.

-          Ay, no tienes que quedar bien conmigo… no soy anticuada, una mujer también puede pagar estas cosas… dijo frescamente, saliendo su lado feminista.

No opuse, quedamos en vernos en el hotel a las 8 de la noche, Vane ingresaría primero y me mandaría un mensaje con el número de la habitación. Me hacía ideas que está loca seguro querría preparar algo para mi llegada… quizás algún fetiche o fantasía que tuviera.

Por otro lado, tuve un leve temor de que preparase otro tipo de recibimiento… para vengarse de la vez que la amarre y dejé que Guille disfrutara de ella. Bueno, se supone que ya todo estaba saldado, me dije… pero esta noche le reviento el culo como para que no vuelva a llamarme.

Había pasado las últimas noches en desvelo pensando en Mili, estaba un poco cansado y a la vez ansioso por esa idea loca del castigo anal que pensaba darle a Vane. Pensé que debía descansar un poco para darle a Vané el esfuerzo que la ocasión merecía.

Recordé que la última vez Vane opto por el sexo fuerte, en esta ocasión con que idea vendría… o más bien debería preocuparme con que propuesta ir yo… así me quede dormido sin darme cuenta.

Desperté de improviso por la alarma, me vestí de manera normal, ya no tenía que impresionar a la abuela de Vane, solo tenía que ir directo al punto y hacer mi trabajo.

Tome un taxi, y en el camino por el centro de la ciudad me distrajo un cartel de neón “Sex-Shop”… corte el viaje, previa protesta del taxista. Creí que ahí podría encontrar algún implemento que me ayude a darle a Vane su merecido.

Cual justiciero o vengador anal, que en ese momento esa idea corrompía mi mente, ingrese de la manera más discreta a esa tienda. Hice un par de preguntas al vendedor y salí llevando algo en mi bolsillo… ahora veras Vane, me decía.

Retomando el camino al hotel, recibí el mensaje de Vane… habitación 69… debe ser una broma, numero cabalístico, pensé. Ingrese al hotel más decidido que la primera vez, el recepcionista amable y discretamente me dijo que me esperaban.

Tome aire, recordé el plan (una brutal verganza anal) y toque la puerta y… a la mierd… Vane me abrió la puerta apenas vestida por una diminuta y traslucida ropa interior de encaje color rojo, toda una diabla, dejando vislumbrar su castaño y poco poblado pubis, así como sus rosados pezones…

Me esperaba sin preámbulos, lista para la acción mientras yo seguía con la boca abierta ante ese espectáculo que me ofrecían sus formas casi desnudas… obviamente Vane sonrió complacida al ver el shock que causo en mí, mirando además el efecto en mi entrepierna.

-          Pasa… me dijo ingresando, dándome la espalda para que pudiera apreciar sus firmes nalgas.

La seguí embobado como zombi, viendo el ir y venir de sus muslos, entre los cuales se perdía un fino hilo rojo de su tanga. Para acrecentar el morbo de la situación, se detuvo ante una pequeña mesa de centro y se inclinó completamente hasta estar en 4, volteo a mirarme coquetamente:

-          Deseas servirte algo… dijo sugerentemente y al ver que no reaccionaba agrego… me refiero a un trago.

Accedí a tomar algo, mientras mi mente trataba de reaccionar e hilvanar ideas del porque estaba ahí, recomponer mi plan… recordar todo lo que nos hizo sufrir a Guille, Mili y a mi… enfócate, síguele el juego y luego a lo tuyo, me dije.

-          ¿Ves?... te dije que no tenías que quedar bien conmigo… me dijo como femme fatale.

Me quería dar a entender que ella no esperaría a que yo tomara la iniciativa, seguramente intentando que yo haga la comparación con Mili… mostrándome que Vane cuando tuviera ganas podía ser provocativa y proactiva…

Como para sentar mejor su punto, se arrodillo frente a mí, desenvaino mi semi-erecta verga y la engullo de buena gana. Mientras yo atónito apenas lograba reaccionar… Vane me estaba ganando la iniciativa y la partida de todas las maneras posibles… me sentía como un vibrador andante…

Vane parecía dispuesta a mostrarme que podía ser la mujer más complaciente… capaz de cualquier habilidad amatoria con tal de hacerme olvidar a Mili o dejar en claro que Vane era mejor en la cama.

Por lo pronto notaba que había aprendido mucho en el último tiempo, la mamaba con una experta, usando labios y lengua, pajeando de cuando en cuando, y metiéndosela hasta el paladar casi ahogándose con tal de complacerme… mirándome expectante desde abajo…

Logro sacarme unas gotitas de leche, que saboreo sonriendo, mientras yo cedía, acariciándole los cabellos, por momentos reaccionando y jalándola con fuerza para que haga bien su labor…

-          Mi turno… le dije, queriendo retomar la iniciativa.

Recordando que la última vez le había encantado el sexo fuerte, y con la rabia contenida que le tenía, la tome del cabello y casi la arrastre hacia el sillón… en vez de verla asustada, más bien la notaba ansiosa de lo que pasaría…

-          En 4 patas, perra… le ordene.

-          Si… si… repuso arrodillándose sobre el sofá, a lo largo.

Sin decirle más, ella misma hundió su cabeza en el mueble, mientras estiraba los brazos hacia atrás, jalando su pequeña tanga a un lado y luego abriéndose sus firmes nalgas para mostrarme su arrugado, pero lubricado ano… Vane había tomado la precaución de lubricarse ella misma con algo que compro en la farmacia.

-          Hazlo yaaa… por favorrr… me suplicaba Vane que había pasado de la acción a la sumisión.

Le di un palmazo en la nalga, para calmarla y hacerle saber quién tenía el control en ese momento, eso la estremeció, excitándola más hasta hacerla temblar… tenía que hacerla sufrir… así que la tome bruscamente por su estrecha cintura y apuntando rápidamente mi verga contra su ano, la penetre violentamente hasta la raíz…

-          Ayyyy… oouuu… asiii nooo… ouuu… exclamo llorosa Vane.

A pesar del lubricante, sintió el impacto de mi feroz incursión en sus entrañas, se le arqueo la columna en un fuerte espasmo, mientras ella misma se arañaba las nalgas… luego volteo el rostro para ahogar otros lastimeros quejidos en los cojines del mueble.

-          Resiste puta… dije burlonamente.

Por el momento la verganza se estaba consumando… Vane a pesar de su lubricada preparación estaba sufriendo en su esfínter las consecuencias de su febril deseo de superar a Mili en cuanto a destreza anal. Sin darle mayor tiempo a reaccionar, procedí a bombearla con fuerza…

-          Auuu.., caraj… auch… mierd… la escuchaba quejarse entre los cojines.

Para ese entonces Vane había perdido todo atisbo de sus gemidos con sus absurdas frases en inglés, se había vuelto más terrenal su agonía…  yo estaba satisfecho por eso, gozando de su firme trasero que se iba volviendo colorado por el continuo golpeteo contra mi ingle.

-          Callate mujerzuela… le reñí golpeando su nalga nuevamente con mi palma.

-          Nooo… Danny… ya nooo… murmuraba Vane con lágrimas en los ojos.

Por momentos comencé a sentir pena por ella, quizás estaba exagerando, en esa dubitación dejé de castigarla frenéticamente, bajando a un ritmo más armónico y pausado… mientras decidía que hacer… pensé que estaba llegando a los extremos de venganza que le había reprochado a Guille,

Estaba pasando de un encuentro sexual consentido a una salvaje violación anal donde no me importaba lo que dijera o que me pidiera que me detenga… solo deseaba hacerle el mayor daño posible para que no volviera a buscarme… sin embargo…

-          Ohhh… siii… asiii… párteme el culo así… uhmmm… le oí gemir a Vane.

En ese ritmo más lento, menos brutal, Vane había encontrado el disfrute, paso de las lágrimas de llanto a un lagrimeo de placer, con el rostro colorado de lado, entrecerrando los ojos y mordiéndose los labios mientras disfrutaba que le abrieran el culo como perra.

Esa no era la idea… era momento del plan B… busque en el bolsillo de mi pantalón lo que compre en el sex-shop… saque mi verga de su ano…

-          Queee… nooo… sigue por favor… sigue… dijo saliendo de su abstracción.

-          Espera puta… le recrimine.

Me coloque en la verga el accesorio que había encontrado para infringirle dolor a Vane… un preservativo con púas, el más agresivo que encontré, solo apto para sadomasoquistas, no para una recientemente aficionada al sexo anal…

Ni bien me lo coloque, me la clave abruptamente… A pesar de la resistencia inicial que me ofreció su orto, empuje bestialmente hasta meterle todas las púas en sus intestinos…

-          Auuuu… nooo… auuu…. me desgarras… ayyy… exclamo Vane, enterrando las uñas en el mueble, mientras nuevamente lagrimeaba de dolor.

-          Esto buscaste siempre… ¿no es así perra?…  ¿querías que te rompa el culo?, pues se te cumplió loca de mierd… le grite enfurecido.

La expresión de Vane de dolor se tornó en temor, mientras yo forzaba las penetraciones que se estancaban en las paredes de sus entrañas… viendo que no estaba dispuesto a ceder, Vane intento liberarse de su cautiverio, pataleando, mientras yo la presionaba hacia abajo con mi cuerpo.

En un momento que perdí el equilibrio, Vane se logró liberar, pero también trastabillo y termino de cabeza en el piso con la espalda contra el asiento del sofá. En esos breves segundos de confusión de su parte, de no saber cómo pararse, aproveche en ubicarme sobre ella, aún tenía su blanco trasero a mi disposición… no se me escaparía… me las pagaría todas…

-          Ouuu… nooo… ya nooo… se quejó Vane, al sentir nuevamente mi verga desgarrándola.

En todo ese trajín pude ver como su ano tenía rastros de sangre al igual que las púas que traía en el preservativo… seguía febril por mi apetito de venganza. Lo hacía por Guille, por Mili y por mi… para que esta perra manipuladora no se nos volviera a acercar jamás.

Para evitar que siguiera quejándose, procure poner mi pie sobre su boca, ella casi me muerde… en ese malabarismo en que estábamos, los senos de Vane se habían liberado de su pequeña prisión y se mostraban desafiantes, saltando al ritmo de mi demencial castigo a sus bien formadas nalgas.

De un momento a otro Vane se fue callando y soportando ese martirio… Me imagino que Vane pensó que sería penoso que por sus gritos la rescaten de ese lujoso hotel con el culo reventado por alguien que ella misma había dejado entrar.

-          Terminaaa yaaa… por favorrr… me suplicaba Vane llorosa, con el rostro enrojecido.

Aquellas púas iban teniendo el efecto contrario, para suerte de Vane, generando una fricción en el cuello de mi verga, masajeándola debido a lo ajustado de su cavidad anal. Cuando me sentí cerca de llegar, liberé mi verga de su ano, dejando el preservativo con las púas dentro de sus entrañas.

Mi verga escupió a diestra y siniestras sus líquidos en los muslos, en el vientre, en los senos y hasta en el rostro de Vane, llegando a cegarla con un chorro en el parpado derecho, mientras otras gotas se escurrían en su mentón y mejilla y algunos caprichosamente entraban en su boca abierta.

Vane resoplaba llorosa y adolorida… había excedido mi venganza, no me sentía orgulloso de lo que hice, sin embargo, siempre hay un espacio para la crueldad… el puntillazo, tras el castigo físico, el emocional…

-          Ufff… estuvo bueno… pero el culo de Mili, uff ese si es rico… sus nalgas naturales son suaves y producen un rico sonido… las tuyas están un poco duras… dije despectivamente.

Vane se quedó boquiabierta, ante tal despiadada declaración, seguramente con su ego herido, por un momento la vi pasar de la pena y dolor a la rabia, mientras se limpiaba los restos de semen y lágrimas de sus ojos.

Antes que reaccionara esa loca, de una manera u otra, me limpie y me vestí dejándola tirada de cabeza en el suelo, deshecha y salpicada de mis líquidos, quería huir antes que mi conciencia comenzara a torturarme por el desastre que hice.

Recordaba las advertencias que le hice a Guille sobre el mafioso viejo de Vane y lo que le podía hacer por dañar a su hija…  pero ya era tarde… no tuve un amigo para detenerme… había jodido todo con Mili, con Vane, con Guille… quizás así debía ser, así debía terminar todo.

Sin embargo, mientras me abría la puerta, escuché una sonora y quizás disforzada risa…

-          ¿Eso fue todo?... replico Vane provocativa y agrego desafiante… disfrute cada instante tenerte dentro mío...

Un frio temblor recorrió mi columna, me inundo una rabia como nunca había experimentado, quería hacerle daño a como dé lugar, cerré la puerta… ahora veras puta de mierd…

Caraj… ¿Qué fue eso? ¿Dónde estoy?... comencé a ver a los lados desesperado, estaba algo oscuro… ¿Qué paso? ¿Me desmaye?... dije aun aturdido… ¿qué le puso Vane al trago? ¿Cómo llegue aquí?... ¿aún tengo mis riñones?, pensé por último tocándome… estaba sudado y frio…

Lo único cierto era que aún era de noche… busque mi celular en mi ropa y lo revise buscando pistas de lo sucedido… Ok aun es sábado, sigue siendo la misma fecha… y la hora es… ¿Qué? No puede ser… eso significa que… ¿en serio?... ¿así paso?...

Con el transcurrir de los segundos caí en cuenta que… que nunca salí de mi habitación… me había dormido pensando en todo lo que haría, me había encaprichado con vengarme de Vane y me quede con esa idea en la cabeza a tal punto que se reprodujo en un vivido sueño… tan real, tan fatal…

Mientras intentaba dilucidar que era fantasía y que real, vi un mensaje en mi celular… era de Vane: “Habitación 69”… ¿Coincidencia?...  luego recibí una llamada que me aclaro todo.

-          Te estoy esperando en el hotel idiota… ¿a qué hora vas a venir?... me recrimino Vane furiosa.

-          No… no iré… respondí fríamente, luego colgué y apagué el teléfono.

Tras todo lo sucedido, de lo experimentado con y de la fantasía de mi sueño… entendí que con Vane no había forma de ganar, entraría en su juego, en el cual ella me manipularía a su gusto, como ya había pasado antes. Era volver a lo mismo, y ya sabía cómo terminaba esa historia.

Había excedido mis limites en mi sueño, tanto que me había horrorizado de mi accionar y lo que estaba dispuesto a hacer, a tal punto que desperté violentamente… quizás era un presagio de lo que pasaría si me dejaba llevar por esa ira y sed de venganza.

Era algo similar a lo que dicen de los idiotas… que no puedes ganarle una pelea porque te llevaran a su nivel y por experiencia te ganaran… supongo que algo similar me esperaba con esta loca, por más que maquinara venganzas, no tenía tanta malicia ni era tan manipulador como Vane…

Cualquier cosa que hiciera, me llevaría un escalón cada vez más bajo, trasgrediendo mi personalidad solo por revanchismo, forzándome a hacer cosas absurdas... sí caía a su nivel, Vane ganaba. Quizás algunas peleas si se ganan evitándolas, pensé.

Vane seguro intuía que por la manera que actué antes, guiado febrilmente por mi ego herido, yo seguiría actuando de la misma manera revanchista y mientras fuera así, ella tendría el control. Tenía que romper con ese círculo vicioso… y de la misma manera la hería en su propio ego.

Si deseaba recuperar a Mili debía dejarme de esos juegos que me alejaron de ella… después de tiempo me alegraba de pensar con la cabeza de arriba que con la cabeza de mi pene… pero cuanto duraría… cuanto tardaría en recuperar a Mili… ese era el dilema…

Lo malo era que Mili me acostumbro a un ritmo sexual… y estar abstemio no sabía cuánto tiempo me resultaría… quizás terminaría cayendo con Vane después de todo… que parecía dispuesta a seguir insistiendo… ella había perdido la batalla, pero no la guerra… como todo, era cuestión de tiempo.

Continuara…

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