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De criada a Diosa 3

en Dominación

En casa, solía ponerme una camisa blanca de jugador de rugby, con grandes hombreras y el nº 1 impreso en negro delante y atrás, en pie el faldón de la camisa acariciaba la parte superior de mis muslos, pero cuando me sentaba a comer, apenas me cubría las bragas… desde que me divorcie me gustaba estar desinhibida en casa y desde que conocí el estilo de vida FemDom me sentía sexy con mi costumbre de estar en mi casa exclusivamente con bragas, una camisa de hombre que tapaba mi desnudez y las piernas al aire.   

Todavía estaba impactada del orgasmo que había experimentado por la mañana, nunca creí posible alcanzar el nirvana, sin estimular mis genitales… recordé que el sexo con los hombres, había sido durante casi toda mi vida, una práctica bastante frustrante,  aunque reconocía que obligatoria para mantener vivas las relaciones de pareja… Los machos solo se preocupaban de su eyaculación y ninguno se esforzó por mí placer, ¿Por qué fingí orgasmos que no sentí? A partir de ahora no iba a simular nada.

Sonó el telefonillo de la puerta, eran las 4 en punto, al levantarme para abrir a mi criado, note que estaba descalza como acostumbraba a estar en casa, me encamine a mi cuarto para ponerme los zuecos de tacón alto… una concesión para el machito fetichista que subía, seguro que ansioso por verla.

Al oír el timbre de casa, abrí la puerta retadora, ocupando todo el espacio de acceso con las piernas abiertas, él se quedo petrificado ante mi imponente aparición, agacho la cabeza subyugado, su mirada recorrió mi esbelta figura y como siempre quedo capturado por mi calzado… “Pasa” le dije para evitar el “espectáculo” a los vecinos, me aparte para dejarle entrar, cerré la puerta y como suponía se lanzo a mis pies (era la forma que había elegido para saludarme).

-          Ama: ¡Suficiente!... ¡Sígueme, chucho!

Sabía que intentaría verme las bragas mientras me seguía a 4 patas, abrí la puerta del aseo y le indique con el dedo que pasara…

-          Ama: ¡Desnúdate y ponte la bata de mayordomo que te he comprado!

Sus ojos se abrieron de par en par

-          Santi: Es el primer regalo que me hace…

-          Ama: No será el último… ¡Rápido, cámbiate!

Cerré la puerta del aseo y me aleje con paso firme y sonoro a mi salón. Me encendí un cigarro, intente visualizar como debía actuar como Jefa y me acorde de la fusta que me lleve de su casa. Pase otra vez, por delante del aseo haciendo resonar mis tacones, recogí la fusta de la habitación y la hice restañar en mi mano…, esperaba que aquel objeto me aportara confianza y cuando volví a pasar por delante del aseo, golpee la puerta… “¡Vamos…, bobo!”. “Voy… Ama”. Su voz temblorosa me demostró que estaba tan inseguro como yo.

Unos segundos después, le oí salir presuroso y al llegar al salón y verme sentada con las piernas cruzadas y el zueco balanceando sobre mi pie, adopto una postura que intentaba imitar mi posición al llegar, pero resultaba patética con esa bata de mayordomo, al abrirse de piernas la bata se ajusto a la parte alta del muslo, en los pies se había puesto unas chanclas de dedo que por lo visto se había traído de casa, muy apropiadas para un criado, los brazos engarzados por detrás, intentado sostener el mal abrochado mandil, enfrente de mí, la cabeza gacha e inmóvil…

Me levante complacida, olvidando la fusta en el sofá, di una vuelta a su alrededor, me encantaba aquella actitud sumisa, me coloque enfrente, con mi dedo índice en su barbilla levante su cabeza y cuando nuestros rostros se encontraron…

-          Ama: Mal empezamos. Has hecho muchas cosas mal…

-          S: Perdone, Ama

-          A: ¿Sabes cuales…, cariñito?

-          S: ¿Tardar mucho en cambiarme?

-          A: Bien (le metí la mano por debajo de la bata y le di un pequeño apretón en los genitales que agradeció) ¿Qué más?

-          S: Presentarme ante Ud. sin abrocharme bien la bata…

-          A: Muy bien (le di un apretón intenso en los huevos para que diera la importancia que debía a la estética) ¡ves!, como cuando quieres, no eres nada bobo… (le dolían las pelotas, pero no rechisto) ¿Qué mas…, bobo?

-          S: Imitar su postura cuando me recibió

-          A: Mira, pues eso no me ha molestado, (le acaricie los genitales) me parece natural que un ser inferior intente imitar a su Ama (sonrió agradecido y agacho la cabeza)… ¡Levanta la cabeza! Gilipoyas

Le escupí en el rostro y con su lengua intento recoger mi saliva…

-          A: ¡Abre la boca! (le volví a escupir dentro de su boca y complacido degusto mi sabor)… ¿Te gusta… pervertido?

-          S: Me encanta, Ama

Volví a escupirle divertida, me complacía descubrir una nueva forma de encender a aquel machito… le deje que degustara mis fluidos… ¿sería un fetiche común a todos los machos o a todos los sumisos?...

-          A: ¡Lacayo!… Abróchate el uniforme del servicio de mi casa (cuando termino) ¡Firmes!

Adopto la posición, recogí mi fusta y comencé a girar sobre él, inspeccionándole.

-          A: No quiero que ningún vecino se entere de momento de nuestra relación FemDom. Te daré una llave del portal y del piso que utilizaras, tocaras el telefonillo cuando llegues, pero no esperes a que te abra. (le di un azote en los glúteos) ¡Entiendes!

-          S: Si Ama, quiere saber que he llegado y que sea discreto en público.

-          A: Cuando entres en mi casa, si estoy me saludaras como acostumbras, este sola o acompañada, excepto orden contraria expresa y con una única salvedad que este en mi cama descansando. (otro azote) ¿Comprendes?

-          S: Si Ama, no quiere que la moleste innecesariamente.

-          A: Si no estoy o cuando me hayas saludado, te pondrás el uniforme de mayordomo que te he comprado, que debe estar al inicio de cada jornada inmaculado, que por cierto lavaras en tu casa. Te recomiendo que compres un segundo o incluso un tercero para que no tenga que castigarte por falta del respeto que me debes (otro azote) ¿Pillas, criado?

-          S: Si Ama, quiere que su servicio domestico tenga una imagen decente.

-          A: Vestido con el delantal para que no mancilles mi casa y por supuesto desnudo por debajo del uniforme para que estés siempre expuesto a mi capricho, te presentaras ante mí como hoy lo has hecho, con las piernas abiertas y los brazos engarzados por detrás. Cuando decida darte instrucciones y sin que te lo tenga que decir expresamente, adoptaras una posición de atención que dependerá de tu postura previa, bien puedes estar de pie como hoy, en cuyo caso te pondrás firmes, bien puedes no estar erecto como cuando adoptas el rol de chucho, en cuyo caso te pondrás  de rodillas con los glúteos apoyados sobre tus talones, las manos sobre tus muslos y el cuerpo erguido (azote en el culo).

-          S: …y ¿si no está o descansa?

-          A: Veo que estas atento, sumiso… Al principio intentare dejarte una nota con las tareas que quiero que hagas, pero espero que aprendas pronto a saber que tareas domesticas debes hacer y cuando. (azote en el culo)

-          S: Intentare aprender lo antes posible, para cumplir con sus expectativas.

-          A: Todos los días cuando te presentes ante mí, me abonaras el privilegio de ser mi criado y si no me has visto antes de marcharte dejaras el dinero en esta caja al irte. (azote en el culo)

-          S: Gracias Ama, por permitirme ser su criado.

-          A: Ahora te voy a instruir que tareas harás y como debes hacerlas… ¡Sígueme, lacayo!

Mientras le enseñaba mi casa que yo pretendía convertir en un hogar con su dedicación, se percato que era muy desordenada, recogía los objetos y me preguntaba dónde colocarlos. Me agrado mucho su disposición proactiva, me hizo soñar con un futuro confort, podría dedicarme  a lo que quisiera y despreocuparme de las engorrosas tareas domesticas. Cuanto más le conocía más me seducía aquel macho sumiso.

Era un piso con 2 habitaciones, uno de los cuartos no lo utilizaba, en el otro estaba mi cama de matrimonio de 1,50 x 2 metros para mi sola, debía reordenar todas las cosas, debía adecentar todas las estancias todos los días, deje a su criterio que tareas desarrollar: recoger el polvo, limpiar o/y fregar. Inspeccionaría su trabajo a diario y le castigaría o premiaría en función de su ejecución. Lo más importante era que mi armario ropero estuviera ordenado, el vestuario bien lavado, pulcramente planchado y ordenado como yo había dispuesto, para que encontrara las prendas con facilidad.

Dos tareas adicionales le encargue de especial responsabilidad: La primera es que mi maquillaje, pintauñas, perfumes, etc. siempre debían estar utilizables, que estuviera atento, debía reponerlo antes que se acabara y que le castigaría siempre que pasara este suceso. En la segunda me aproveche de su fetichismo por el calzado, le pedí que contara, clasificara y ordenara mis zapatos-botas según su criterio…, con la condición que pudiera elegir de forma intuitiva, que par me convenía ponerme.

Acabada la visita, habiendo recogido y ordenado todo en su sitio. Le ordene que pusiera Pink Floyd en el equipo de música y realizara sus tareas domesticas.

Me senté delante del portátil, entre en el chat que me recomendó mi sumiso-criado de Am@s y sumis@s. Mi avatar era “Diosa-Diabla” desde hacía 2 semanas, el suyo desde que yo entre  “limpiabotas [DD]”, al principio los machos me abrían privados sin cesar, lo que me vino bien para conocer a sumís virtuales, después decidí intervenir mas en público que en privado, lo que me granjeo una popularidad inesperada, al menos para mí. Sonsaque, sin mucho esfuerzo, la visión de algunas mujeres del BDSM en general y del FemDom en particular… y me parecía que congeniaba con una Domina que me estaba aportando su experiencia de años…

Le conté a mi amiga mi orgasmo de la mañana, me dijo que había tenido mi primera fiebre de poder, que a partir de ahora, buscaría reproducir esa fiebre, en cada relación sexual, que había empezado a seducirme el poder, que era la motivación principal de una autentica Domina… cuantas más veces me invadiera la fiebre, más fácilmente se convertiría en una adicción y mas difícil seria salir de las relaciones D/s. El erotismo del poder la sienten tanto sumis@s como Am@s, la adicción-asociación de sexo y poder era muy peligrosa, podía transformar el rol que habíamos escogido y me recomendó no perder mi control emocional para no dejarme llevar por la adicción. Podría alcanzar orgasmos en los coitos vainilla, pero perdería el valor añadido que la fiebre del poder proporcionaba…  

La relate que mi antiguo jefe-sumiso, estaba en mi casa trabajando de criado domestico y se quedo asombrada… Le parecía sospechoso que en tan poco tiempo (1 mes) un macho se me hubiera entregado hasta ese punto. Me pregunto que si habíamos firmado un contrato y que garantías tenía para que de la noche a la mañana no volviera o desapareciera. Afirmo que la confianza en las relaciones de pareja, está muy bien, pero las relaciones D/s deben estar reguladas por un documento que acredite el compromiso de los participantes o por la posesión de una prueba que le someta a ti, para que no pueda marcharse cuando le venga en gana. Aprovecha que lo tienes en casa y hazle unas fotos comprometedoras que le pudieran avergonzar ante su familia o amigos…

Me levante, cogí el móvil y me fui a buscarlo… estaba limpiando el wc.

-          Ama: ¡Suelta el trapo!...  ¡Lame la taza! (comencé a grabarle con el video del móvil, al verlo saco mas la lengua, acomodo su cuerpo para que pudiera filmarlo con mejor precisión) ¡Qué suerte! limpiar mi taza con la lengua.

Miro a la cámara de frente…

-          S: Un privilegio que solo tengo yo, su empleado domestico

Parecía creer que grababa el video para dar envidia a otros, estaba orgulloso y a mí me convenía que no sospechara que era una forma de atraparle, de ponerlo un yugo del que no pudiera soltarse.

-          Ama: ¡Levanta tu uniforme!... ¡Muestra tu poya!

-          S: Esta encendida (se levanto el delantal y apareció su miembro erecto)

Sin dejar de grabar, aplaste su poya con mi zueco…

-          Ama: ¿Te calienta servirme o mi presencia? (su cara reflejaba satisfacción)

Le escupí en la cara.

-          S: Su autoritaria presencia potencia mi placer por servirla (recogió con su mano el lapo que se deslizaba por su rostro)

Le escupí en la mano

-          Ama: ¡Comete mi lluvia plateada! (note como su pene sometido por mi zueco, se endurecía)

-          S: Gracias, Ama (degusto mis jugos de su mano).

De pronto, su mano descendió, agarro su poya que ya incontenible eyaculaba…

Filme su corrida, su rostro extasiado, su recuperación y como descendía hasta mis pies, para lamer las gotas que me habían salpicado.       

-          Ama: Criado, limpia también mi suelo con tu lengua