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Mi esposa me prostituye, mi primera vez 1

en Transexuales

Había terminado de atender a un cliente, cuando a lo lejos vi que el auto de pamela daba vuelta en la esquina, y claro venia Gabriela enfrente,

- súbete mariconcito,

Subí al auto y le pregunte si ya íbamos a casa

- no, aun no, me hablo un antiguo cliente mío y quiere conocerte, el se llama José, es buen cliente, así que tratalo bien,

- esta bien Gabriela, como digas

Su hermana comenzó a conducir por la avenida y después de unos kilómetros, dio vuelta en una calle y después entro en una pensión, le dijo al de la caseta que veníamos a un servicio y le extendió unos billetes, la pluma se abrió y nos fuimos hasta el fondo de aquel estacionamiento, su hermana apago el motor y Gabriela se paso para el asiento de atrás y saco su celular,

- José, ya estamos aquí.....OK te esperamos.....si en el auto....OK.

Colgó, guardo su teléfono y encendió un cigarrillo, y me comenzó a decir,

- José es buen cliente, si lo complaces nos dará mucho dinero, entendiste,

 - si Gabriela,

me dio un cigarrillo y comencé a fumar, la fuerte lluvia no dejaba ver muy bien hacia afuera, pero alcanzaba a distinguir algunas siluetas dentro de la enorme pensión, así que me tranquilice y termine mi cigarrillo, a los pocos minutos entro un auto y se dirigió hacia nosotros y se estaciono a nuestro lado, pasados unos instantes se abrió la puerta de atrás y bajo un tipo como de unos 40 años, de tez morena clara y bastante fornido y llevaba un six de cervezas en una de sus manos, se acerco a nuestro auto y sin decir mas abrió la puerta de atrás y se subió justo a mi lado, y una vez dentro saludo y mi esposa y a su hermana muy amablemente,

- Gabriela, pamela, ¿como están preciosas?

Las dos contestaron de inmediato,

- bien José, que gusto verte,

- lo mismo digo chicas, ¿que me trajiste Gabriela?

- lo que me pediste, un lindo mariconcito,

Aquel hombre se me quedo viendo y sonriéndome dijo,

- jajajajaja, luce bien, ¿como te llamas linda?

Trague saliva y le conteste,

- aun no tengo nombre para trabajar,

El tal José soltó una risotada y comenzó a repartir las latas de cerveza que llevaba, mientras decía,

- bueno Gabriela, ¿que tal es tu chica?

- como te has dado cuenta es algo inexperta, pero estoy segura que te complacerá,

- eso suena bien, déjame checar la mercancía,

El tal José le pasó las cervezas a pamela y segundos después sentí como su mano se posaba sobre mi muslo, en ese instante di un brinco, pero Gabriela me dijo,

- tranquilo mariconcito, deja que te acaricie,

Deje que José continuara acariciándome, sus manos eran bastante rasposas y olía bastante a alcohol, pero solo me quede quieto, su mano lentamente fue avanzando hasta mi pantorrilla y comenzó a apretármela un poco,

- que buenas piernas tiene, ya me imagino como estarán sus nalgas,

- de lo mejor José, te lo puedo asegurar,

José continuo acariciándome, su mano subió hasta mi muslo, pero ahora también además de acariciarme me lo apretaba, tenía bastante fuerza y era muy tosco,

- esta muy bien tu mariconcito, ¿puedo hacerle de todo?

- claro José. Sientete en confianza,

Al escuchar eso, José de inmediato se abalanzo sobre de mi y comenzó a besar mi cuello, yo prácticamente quede inmovilizado por su peso, sus manos fácilmente se metieron bajo mi vestido y me comenzó a acariciar las caderas, y de un instante a otro, sentí como sus manos me sujetaban fuertemente y de un jalón me puso boca abajo, dejándome recostado sobre las piernas de Gabriela,

- ahora voy a ver si es cierto lo que me dices,

- claro José, checa la mercancía,

En ese momento sentí como me arremangaba el vestido y de un jalón me bajaba la pantaleta, dejando mi trasero expuesto

- tenias razón Gabriela,

- te lo dije José,

 Sentí como las toscas manos de José comenzaban a recorrer mis nalgas de arriba hacia abajo, mientras escuchaba su respiración agitada,

- si gustas dale unas nalgadas, para que estés mas seguro...jajajaja,

Instantes después sentí como sus fuertes manos se impactaban sobre mis nalgas, provocando que me moviera, pero de inmediato Gabriela me dijo,

- tranquilo mariconcito,

José continuo  sobandome y apretándome las nalgas, y después escuche que Gabriela le dijo,

- antes de que comiences, ¿podrías tomarle unas fotos?

- claro Gabriela,

Gabriela le paso su teléfono y el flash ilumino el interior del auto un par de veces,

- bien José, ahora es toda tuya,

José no perdió tiempo, escuche como se desabrocho el pantalón y comencé a sentir como su verga se metía entre mis nalgas, llegando hasta mi orificio anal y comenzó a hacer presión, aquello se sentía caliente y bastante duro, ni el plug anal que Gabriela me había metido, era tan duro como aquella verga, que lentamente comenzaba a introducirse en mi, la presión era tal, que tuve que sujetarme de las piernas de mi esposa y trate de relajarme, pero era inútil, aquello parecía un trozo de metal caliente, sentía como si me estuvieran partiendo en dos, y no pude contenerme y lance un grito,

- ! esperate José, despacio!

Pero José no se detuvo, por el contrario, dejo caer su cuerpo y su enorme verga entro de lleno en mí, obligandome de nuevo a gritar,

- si que estaba apretadito,

- te lo dije, esta nuevo...jajá jajá...dile cuanto te mide José,

- solo 18 centímetros

- ya vez mariconcito, te estrenaste con el mas grande...jajá jajá,

José se quedo quieto unos instantes y yo solo me agarre fuertemente de la pierna de Gabriela, y después el comenzó a mover su cadera lentamente metiendo y sacando su enorme verga de mi adolorido ano, cada vez que entraba lo hacia hasta el fondo, sentía como su pelvis se estampaba contra mis nalgas, provocándome un gran dolor, se quedaba quieto unos instantes y después la sacaba por completo, era como una tortura para mi, sentía como aquel pedazo de carne se iba poniendo mas duro y mas ancho, sentía sus venas palpitar y sus calientes fluidos inundaban mi esfínter, comencé a sudar y mis ojos estaban lagrimeando, intentaba apoyarme, pero me era imposible, cada vez que lo intentaba, José me empujaba, provocando que mi pie resbalara con el tapete de plástico del auto, había momentos en que mi cadera se elevaba y lo único que la sostenía era la enorme verga de José dentro de mi ano, mientras que Gabriela solo me acariciaba el cabello y me decía que me tranquilizara, pero para mi eso era imposible, aquel pedazo de carne entraba y salía de mi sin compasión, sentía la pelvis de José chocar contra mis nalgas de una forma tremenda, a veces se detenía unos instantes, y solo escuchaba su agitada respiración y después continuaba sus frenéticos movimientos, hasta que después de varios minutos, me sujeto fuertemente las nalgas y comencé a sentir como su verga crecía dentro de mi considerablemente y después un caliente liquido inundaba mi orificio anal, José me soltó y su verga al fin salio de mi, en ese momento sentí un gran alivio, José se acomodo en el asiento y se subió el pantalón, mientras le decía a mi esposa,

- tenias razón, es un culito apretadito, o mas bien era un culito apretadito...jajajaja

- te dije que valía la pena,

- oye Gabriela, pero vengo con un amigo, dejarías que el también lo probara,

- claro José, es mas te lo voy a dejar al mismo precio,

Las palabras de mi esposa me provocaron escalofrios, todavía faltaba otro tipo….

 Continuara...