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Gabriela, esa noche fui del amigo de mi esposo

en Confesiones

Después de ese día apenas me daba una idea de que a mi esposo le gustaba compartirme, pero como aun no estaba segura de eso, no podía divorciarme y volver con mis padres, por que seria tomada como una mala esposa y estaba segura que el también me acusaría de eso, así que decidí esperar con la tonta esperanza que no se repetiría, pero estaba muy equivocada, ya que a los pocos días sucedió otra cosa aun mas humillante

ese día estaba en la ducha, había dejado a Matías en la sala con un fuerte dolor de cabeza y prácticamente casi me había olvidado de lo que me había pasado, cuando termine de ducharme recorrí la cortina y me di cuenta que no estaba mi bata, se me hizo algo extraño por que bien recordaba que yo la había metido, y ahora solo había una toalla pequeña, pensé en gritarle a Matías para que me la trajera, pero lo mas seguro era que ya estaría roncando por la pastilla que se había tomado, así que tome la toalla y después de secarme un poco salí rápidamente del baño y en ese momento escuche a Matías decirme,

 

- Gabriela, acá esta tu bata, la saque sin querer del baño,

 

todas las luces estaban apagadas, no se me hizo raro por el dolor de cabeza de Matías, así que a tientas llegue a la sala y me fui directo al sillón donde había dejado a mi esposo, pero cuando creí que ya iba a llegar, de pronto se encendieron las luces y me lleve la tremenda sorpresa que el que estaba sentado no era Matías, si no silvano, en ese instante la sangre se me agolpo en el rostro, me intente tapar con la diminuta toalla, pero Matías de un brinco se paro tras de mi y me soltó una fuerte nalgada obligándome a voltear, momento que silvano aprovecho para jalarme la toalla, dejándome completamente desnuda frente a ellos, me intente cubrir los pechos y mi vagina con mis manos, pero mi esposo me dijo,

 

- no Gabriela, recuerda que silvano es como si fuera yo, no tienes que cubrirte,

 

Había quedado completamente desnuda frente a aquel viejo morboso, me di la vuelta intentando decirle a Matías que se detuviera, pero en ese momento silvano me soltó otra nalgada y los dos comenzaron a reír y Matías me dijo,

 

- acércate a silvano, el te va a secar,

 

no me quedo de otra mas que acercarme a silvano, y el al tenerme a su alcance de inmediato tomo la toalla y comenzó a secarme las caderas, sentí como sus manos comenzaron lentamente a frotar mis nalgas, el viejo morboso se estaba tomando su tiempo, comenzó por una de mis nalgas sobandomela y acariciándomela y después de unos segundos se fue hacia la otra, me estaba manoseando descaradamente frente a mi esposo, después comenzó a bajar sus manos por mis muslos sentí como se metía entre mis piernas y lentamente comenzó a acariciármelas, primero una y luego la otra, hasta que llego a mis pantorrillas las froto y apretó un par de veces y después se levanto del sillón y me dijo que me volteara,

 

- podrías voltearte Gabriela, voy a secarte tus pechos,

 

me gire lentamente hasta quedar frente a el, silvano sonrió y de inmediato pude sentir su aliento a cigarrillo, la verdad me dio bastante repugnancia así que solo gire un poco mi cabeza, silvano poso sus manos sobre uno de mis pechos y comenzó a acariciármelo, sentía como me lo apretaba y sobaba de una forma bastante tosca y sus dedos apretaban mis pezones causándome algo de dolor, después se fue con el otro y le dio el mismo tratamiento, lo rodeaba con su mano, como si estuviera sopesando una fruta,

 

- pero mira que chichotas tiene tu esposa, están duras y bien firmes…jajajajaja….

 

Después de unos minutos al fin me soltó, pensé que ya había terminado todo, así que me di la media vuelta pero Matías me dijo,

 

- ve a la recamara, pero no te vistas,

 

Se me helo la sangre cuando escuche eso, así que obedecí a mi esposo y me fui hacia la recamara y me senté en la cama mientras pensaba que mas seguía, y a los pocos minutos lo supe, cuando silvano entro a la recamara y cerro la puerta, en una de sus manos traía una botella de tequila, se me acerco y me dijo,

 

- Matías me dijo que te ibas a poner nerviosa, por eso traje el tequila, vamos, dale un trago,

 

me cerco la botella a mi rostro y no tuve de otra mas que darle un trago, sentí como el caliente liquido caía de lleno en mi estomago, silvano me quito la botella y le dio un largo trago, después la dejo sobre la cómoda y comenzó a desnudarse, primero la camisa y después se quito el pantalón, jamás había estado con otro hombre que no fuera Matías, así que el ver su miembro tan cerca de mi, me dejo algo impactada, lentamente se fue acercando hasta la orilla de la cama y yo me comencé a echar para atrás, pero Matías aprovecho eso para sujetarme de los tobillos y jalarme hasta la orilla de la cama, elevo mis piernas y las apoyo sobre sus hombros y comenzó a acariciármelas, mientras me decía,

 

- mmhhh..Que ricas piernas tienes, desde que te las vi en la boda me gustaron,

 

Sentí como sus manos lentamente comenzaron a subir y bajar por mis pantorrillas, el manoseo de hace un rato no se comparaba con este, ahora me las apretaba y sobaba de una forma bastante tosca y después comenzó a besármelas, sentía sus labios húmedos recorrer mi carne,

 

- no silvano espera...

 

Pero el no se detuvo, por el contrario sus manoseos se hicieron mucho mas fuertes y comenzó a darme de chupetones,

 

- vete acostumbrando Gabriela, por que de ahora en adelante vas a ser también mía,

 

Después de unos segundos silvano dejo de acariciarme y comencé a sentir como su miembro hacia presión en la entrada de mi vagina, intente moverme pero silvano me sujeto aun mas fuerte,

 

- despacio silvano, por favor,

 

Silvano no me contesto y comencé a sentir como su verga entraba lentamente en mí, aquel pedazo de carne estaba tan caliente y duro que parecía como si me estuvieran metiendo un trozo de madera,

 

- no silvano, detente por favor,

 

silvano no hizo caso de mis suplicas y continuo penetrándome, era un dolor tremendo el que sentía, cada centímetro que entraba en mi era insoportable, hasta que después de unos instantes de un empujón me penetro por completo, lance un fuerte grito pero de nada sirvió, silvano se quedo quieto un momento y después comenzó a mover sus caderas, su verga comenzó a entrar y salir lentamente, sin duda la tenia mas grande que Matías y eso me causaba bastante dolor y aunado a eso, parecía que se esmeraba en hacerme gritar, sacaba su verga por completo, esperaba unos instantes y después me la introducía de un solo golpe y sus toscas manos no dejaban de acariciarme y apretarme las piernas, silvano era todo un salvaje, hasta que después de varios minutos de estarme penetrando así, sentí como su verga se puso mas dura y comenzó a gemir y de un momento a otro, su caliente semen inundaba mi vagina, el muy cochino había terminado dentro de mi, lentamente saco su miembro de mi, me soltó las piernas y sonriendo me dijo,

 

- estuviste muy tensa Gabriela, pero poco a poco te iras acostumbrando,

 

se acomodo la ropa, tomo la botella de tequila y salio de la recamara, a los pocos minutos entro Matías, y comencé a preguntarle que por que dejaba que me hicieran eso, pero el solo me dijo que así le gustaba y que si quería ser su esposa tenia que aceptar las cosas como eran, me dijo que iban a pasar el resto de la noche jugando cartas y que silvano entraría unas cuantas veces mas y que lo tratara bien, ahora sabia bien que en verdad a mi esposo le gustaba compartirme, el resto de la noche silvano me tomo dos veces mas, no creía lo que me estaba pasando, silvano me estaba prácticamente violando en mi propia recamara, mientras que mi esposo permanecía en la sala bebiendo, que mas esperaba de mi matrimonio..

 

continuara…