miprimita.com

Gabriela, no fue revision fue manoseo

en Confesiones

Después de aquel día ya no tenia duda, a mi esposo le gustaba compartirme, pero como les mencionaba en el anterior relato, no me podía divorciar y volver con mis padres, así que en ese momento no tenia de otra mas que sobrellevar esa vida, que poco a poco se iba haciendo costumbre, entre semana era de atender a Matías, cuando llegaba le servia de comer y ya en la noche teníamos sexo y el terminaba dormido y los fines de semana por lo regular llegaba acompañado de silvano, se ponían a beber y claro, después se turnaban para acostarse conmigo, pero uno de esos fines de semana, no fue con silvano con quien me compartió,

 

Ese día me sentía algo agripada y había tomado algunos medicamentos, pero no me componía mucho, así que le pregunte a Matías si conocía a algún doctor,

 

- si, tengo un amigo que es doctor, en el transcurso del día le marco y te llevo en la tarde,

 

- me parece bien

 

Matías se fue a trabajar y yo me metí a la cama y el resto de la mañana me la pase dormida, hasta como a las cinco de la tarde que llego Matías,

 

- Gabriela, ya tengo la cita con mi amigo, nos espera hoy a las seis, en su consultorio,

 

me levante de la cama y las pastillas que me había tomado me habían echo sentir mejor, pero aun así le dije que estaría lista en unos minutos, abrí el ropero y acostumbrada a que me tenia que poner siempre falda, me decidí por una de mezclilla y de arriba una camiseta algo ajustada, y ya estando lista salí a la sala.

 

- ya estoy lista Matías,

 

- bueno, pues vamonos

 

salimos del apartamento y ya en el auto eche para atrás el respaldo y me recosté, Matías claro, como era su costumbre, en cada luz roja me manoseaba las piernas, pero ya estaba bastante acostumbrada a eso, pasados unos cuantos minutos nos detuvimos frente a un consultorio medico, bajamos del auto y entramos a aquel sitio, en la entrada estaba la sala de espera, con dos largos sillones y al fondo una puerta de madera, Matías se acerco y toco un par de veces, y casi de inmediato salio un hombre casi de la misma edad que Matías y lo saludo muy amablemente,

 

- Matías, como estas,

- bien issac, mira, te presento a gabriela,

aquel hombre me miro de arriba a abajo rápidamente y después nos dijo,

 

- pasen por favor,

 

entramos al consultorio y de inmediato aquel hombre me dijo que me acostara en la camilla, así que le obedecí y me subí a la camilla y me acomode como el me dijo, mientras que Matías tomo asiento en una silla que estaba a un costado, aquel doctor se me acerco, saco su estetoscopio y me dijo,

 

- te podrías quitar la camiseta Gabriela,

 

en ese momento me incomode un poco, ya que estaba acostumbrada a no usar ropa interior y ese día no me había puesto brasiere, así que algo apenada se lo hice saber al tal Isaac,

 

- doctor, perooo..No traigo brasiere

 

- no te preocupes Gabriela, llevo años atendiendo a Matías y a su familia, creeme que soy de confianza, no es así Matías,

 

- claro Gabriela, no sientas pena,

 

sabia que esto iba a ser como con silvano, pero que podía hacer, echarme a correr, sujete mi playera por la parte de abajo y comencé a sacármela, quedando con mis pechos completamente al descubierto, en ese momento pude sentir como la mirada de Isaac se clavaba en mis pechos.

 

- bien Gabriela, voy revisarte con el estetoscopio,

 

el doctor comenzó a pasar lentamente su estetoscopio alrededor de mi pechos, sentí como sus ojos se clavaban de lleno en mi cuerpo, sin duda Isaac se estaba deleitando la pupila, aquel aparato subía y bajaba por mis pechos y la frialdad del metal provocaron que mis pezones se pusieron erectos, y claro Isaac lo noto,

 

- ¿esta frió Gabriela?

 

- un poco,

 

- tranquila, ya mero termino,

 

Isaac recorrió un par de veces mas mis pechos y después retiro el estetoscopio,

 

- bien Gabriela, ¿has tenido temperatura?

 

- si doctor, anoche un poco

 

- bueno, necesito tomarte la temperatura, pero será vía rectal, para saber si la infección no a llegado al estomago,

 

en ese instante me quede helada, no llevaba tampoco ropa interior y si me quitaba la falda quedaría completamente desnuda, así que se lo hice saber,

 

- doctor, tampoco llevo ropa interior

 

- no te preocupes Gabriela, ya te dije que soy de confianza,

 

voltee a ver a mi esposo y el solo asentó con la cabeza, así que me baje de la camilla, lleve mis manos a los costados y comencé a desabrocharme mi falda y la deje caer, quedando completamente desnuda frente a los dos y en ese momento de nuevo sentí como la morbosa mirada de Isaac, de nuevo se clavaba en mi depilada vagina, me observo unos instantes y sin que me dijera nada, me subí a la camilla y me acomode como el me dijo,

 

- bien Gabriela, voy a introducirte el termómetro pero necesito ponerte una crema lubricante en tu orificio anal, para que no sientas tanta molestia,

 

yo no le dije nada y solo moví un poco mis caderas y voltee mi cabeza hacia un lado y alcance a ver como Isaac sacaba de la bolsa de su bata, un pequeño envase como de pasta dental y sin mas preámbulos, separo mis glúteos y comencé a sentir como algo viscoso caía justo en mi orificio anal,

 

- bien Gabriela, voy a esparcirte la crema y a masajearte un poco para evitar algún desgarre,

 

yo solo escondí mi cabeza entre mis brazos y comencé a sentir como su dedo comenzaba a frotar mi ano de forma algo tosca,

 

- relájate Gabriela,

 

- si doctor,

 

era obvio que me era muy difícil relajarme, si el tal Isaac masajeaba mi ano de una forma bastante tosca, pero como les decía, no podía salir huyendo,

 

- bien Gabriela, solo un poco mas,

 

el dedo de Isaac en momentos oprimía bastante fuerte mi entrada anal, pero no lo introducía, solo lo movía de un lado a otro y después de unos minutos me dijo,

 

- bien Gabriela, voy a introducirte el termómetro,

 

en ese instante solo pude decirle que lo hiciera despacio,

 

- despacio doctor, por favor

 

- claro Gabriela, relájate

 

y de un instante a otro sentí como algo comenzaba a introducirse en mi, no pude ver de que tamaño era aquel termómetro, solo sentía que era demasiado grande, Matías me había echo antes el sexo anal, pero esto era diferente, no era tan ancho como el miembro de mi esposo pero si mucho más duro,

 

- doctor, me duele un poco,

 

- tranquila Gabriela,

 

la invasión de aquel aparato me lastimaba bastante y aquello no solo entraba, Isaac lo comenzó a mover de forma circular, provocándome una excoriación tremenda y claro que después de algunos segundos, no pude evitar lanzar un grito,

 

- hayyy..ya doctor, deténgase,

 

- ya es todo Gabriela, ahora hay que dejártelo adentro unos minutos, mientras voy a realizarte unas preguntas,

 

sentí como las manos de Isaac ahora se posaban sobre mi espalda y comenzaba a toquetearme, mientras me preguntaba,

 

- ¿algún otro malestar Gabriela?, ¿calambres o dolor al respirar?

 

yo le respondí que no, era mas que obvio que mas que una revisión, aquello era un manoseo y estaba pasando lo mismo que con silvano,

 

- bien Gabriela, no se ve nada inflamado, voy a pasar a tus caderas,

 

las manos de Isaac comenzaron a bajar hasta mis glúteos y comenzó a apretármelos un poco, sin duda era todo un espectáculo para ellos tenerme así, desnuda con aquello metido entre mis nalgas, las manos de Isaac me apretaban las nalgas cada vez mas y más fuerte, yo me movía un poco, pero el no se detenía,

 

- vaya Matías, tienes una mujercita en muy buena salud...jajajaja,

 

- si Isaac, es joven y bella,

 

- sin duda, ahora permíteme revisarle las piernas,

 

después de que dijo eso, sentí como las manos de Isaac se posaban en uno de mis muslos y comenzaba a frotármelo y después bajo lentamente hasta mis pies, acaricio un poco mis tobillos y después se fue con la otra pierna y también comenzó a sobarmela y apretármela, y ahora su mano comenzó a subir lentamente hasta mis nalgas y comenzó a frotármela y a darme pequeños apretones, sin duda era todo un placer para el tenerme así, hasta que después de varios minutos de estarme manoseando las nalgas, se detuvo,

 

- bien Gabriela, vamos a dejarte unos minutos mas el termómetro,

 

Isaac se retiro y comenzó a charlar con Matías, mientras que yo me quede así, boca abajo, desnuda y con aquello metido en mis nalgas, me sentía humillada y usada, pero yo sabia que eso le causaba un gran placer a Matías, pasados unos minutos dejaron de charlar, Isaac volvió a la camilla y sentí de nuevo como sus manos se posaron en mis nalgas y de un jalón me retiro el termómetro,

 

- bien Gabriela, tienes unos cuantos grados de temperatura, te voy a mandar medicamentos y quiero que estés en reposo, en unos días te revisare de nuevo, puedes bajarte y vestirte,

 

rápidamente me levante y me baje de la camilla recogí mi ropa y así frente a ellos me comencé a vestir, sentía que me miraban como si fuera un

objeto, un objeto de placer, cuando termine le dije a Matías que lo esperaba en el auto y salí del consultorio, cuando al fin salio Matías me hice la dormida hasta que llegamos al departamento, que mas me esperaba en esta vida matrimonial

continuara.................