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1 - fatuus.

en Grandes Relatos

Impostura, calumnia. Cosas que no son.

Diccionario del satán.

IGNIS FATUUS. Amor.

Escarificación. Penitencia dolorosa.

Mi nombre es FATUUS, no es tal, me fue asignado después de mi captura, fui apresado en la noche, ya madrugada cuando volvía a casa después de un largo día de trabajo y lo extraño es que fue a pocos pasos de mi portal, estaba muy cansado debido al inventario del almacén, y solo recuerdo el golpe en la cabeza, un destello brillante a la vez que me hundía en las sombras y nada más.

Desperté desorientado, pensaba en otra pesadilla, aunque debo reconocer que no todas eran diabólicas, también las tenía eróticas, con extrañas mujeres que no eran de este planeta, pero claro, la imaginación de los sueños no tiene límite, pero en este caso no, tenía grilletes en las muñecas y tobillos, y frío, tiritaba, estaba desnudo. Una voz cercana me sobresaltó.

La presa 39 ha despertado ¿Qué código le asigno?

Voz de mujer, gutural para más detalle. Mi corazón arrancó de improviso ganando velocidad, podía escuchar los latidos.

Antes comprueba su cuerpo, si todo es correcto asígnale para escarificaciones. ESC342001. Y le pones al tanto de su situación, pero no le golpees, su lugar estará en recepción, parece que aumentamos el negocio, están ensayando capturar mujeres y ese tipo ha sido clasificado aunque no disponemos de toda la información.

Me dejó perplejo, sin palabras y sin ideas, algo así como la mente en blanco. Y fui manoseado con cierta desconsideración en la entre pierna, apretaba más de la cuenta los testículos, retiró el prepucio olisqueándole de cerca, pasó la lengua por el glande moviendo la boca como si hubiera catado algo, mirándome con gesto de asco.

Tienes una minga vulgar donde las haya.

No sé qué es una minga, y me haces daño.

Es simple, tu polla – Me llegó su saliva.

Yo no tengo polla, inculta.

¿Y esto que es?

Dijo cogiéndome el pene y moviéndole de mala forma.

Eso es un pene, pero su nombre real es más largo, ignorante.

Si lo había oído, pero no me dice nada.

Y sin querer empezó a simular que me pajeaba, lentamente y mirándome de lado con una sonrisa de muermo atontada y diplomada.

Su nombre real es penetrador, pene es una disminución de su nombre, es igual que llamarte gili en vez de gilipollas. ¿Lo pillas?

Soltó el pene arrugando la frente, en su mirada hostilidad, pensaba. Y golpeándome en el vientre con la mano abierta espetó echando gotitas de saliva a la vez que palabras.

No me toques las tetas, puedo hacer que tu vida sea un infierno, te han asignado a la entrada, a información de los servicios que préstamos, y cuando termines el turno, será el infierno, ya que pasarás frío, hambre, sed y más cosas que nos guardamos para los listillos como tú.

Eres un jodido prisionero, una presa que cuando te explotemos, es decir cuando se terminen tus fuerzas, serás subastado, donde harpías pagarán pasta por ti, las hay de todas clases, y piensa que puedes terminar en un caldero, hay entre ellas caníbalas.

No era para reírme, pero me abstuve de corregirla, era la primera vez que escuchaba esa palabra, caníbala, seguro que escrita será con v. Cerré la boca, pero ella me la abrió, con una pequeña linterna observó el interior de mi boca y gritó a la otra que la boca bien y que no fumaba. Y la otra respondió gritando más.

Pues termina el examen, chúpasela hasta que se corra y cuéntame, piensa que te lo van a preguntar.

No me apetece ¿Y si me lo tiro?

Si te lo tiras, no tendrás datos de volumen, longitud y sabor, y sobre todo de lo más importante, temperatura, a algunas de ellas tiene las vaginas heladas y pagan bien un pene calentito.

No sé qué hacer, este tipo me mira mal y emplea palabras que me joden. Aunque tengo una idea, este mamón parece no estar vencido ni aplanado por el secuestro.

¿Qué vas hacer?, no me asustes.

Todo esto tenía su gracia, una cosa es cierta, he pasado deprisa de la incertidumbre a la realidad, no era un secuestro para robo de vísceras, que era lo que me temí al principio, el tema era sexo secuestrado, no podía imaginármelo.

Tío, vamos a llegar a un acuerdo. Tomo los datos que necesitamos y tú me tratas con respeto, y a cambió te dejo ir donde quieras.

¿Eso es posible?

Sí que lo es, la decisión es tuya.

No me lo creí, pero cerré la boca. Ella de nuevo se procuró un buen rato, tenía el rostro cerca del glande y su estilo de pajear era tranquilo, supo despertarle, de vez en cuando pasaba la lengua y este se fue animando, y esa vez empleó los labios para atrapar la glande, me miró poniendo cara de lasciva, que casi me hizo reír.

Empezaba a llegar al final, pero sabía, sí que sabía, detuvo sus labios y la mano.

Ahora necesito que me la metas, ya sé que temperatura tiene, pero necesito sentirlo en la vagina.

¿Y a cambio? – Solté sin pensar mucho.

Te dejo que te vayas.

No te creo – Exclamé.

Y elevando la voz gritó.

¿Puedo o no puedo dejar que se vaya?

Y la otra respondió gritando más.

Sí que puedes.

Me soltó los grilletes y ella ocupó mi lugar, separó los muslos mirándome fijamente.

Puedes metérmela, chupándote la polla empecé a mojarme y quiero más.

Pero antes metí la nariz, y humedecí dos dedos en la entrada de la vagina. Era cierto, escapaba cierta humedad, y lo probé, normal dentro de lo normal. Y con el glande fui separando los labios mayores, como haciéndome hueco, ella respondió mordiéndose los labios y elevando la pelvis para facilitar la penetración. Me detuve rozando el arco vaginal suavemente, ella se removió, y un hummmmm escapó de su boca entreabierta.

Lentamente hice pasar el glande pasó al otro lado del arco, ella empujó cuando entraba despacio, suele gustarlas esos segundos y lentamente fue entrando hasta el final, nuestras medidas parecían ajustarse, ella empujó soltando aire.

¿Qué opinas? – Pregunté.

Se removió de nuevo, soltaba aire deprisa.

Róllame deprisa, y te lo diré cuando paras.

Me dejó perplejo su respuesta.

¿Qué es rollarte?

Estás metido en mi mina, yo le llamo así, por tanto ahora procúrame temperatura. Esta mina es de carbón y espero que lo enciendas.

Despacio empecé a moverme, y lentamente fui llegando al final de la vagina y más despacio retrocedía, pero al cabo de varias veces abrió los ojos, mirándome fijamente.

Detente.

Me detuve dentro, ella movió la pelvis empujando un poco.

Puedes acabar, pero haz algo más de tú parte, quiero evaluarte y preciso conocer tu nivel. Traficamos en niveles, hay mujeres muy exigentes y si te portas, te lo pasarás bien y estarás mejor que en la otra vida de esclavo que tenías.

¿Nivel? – Pregunté extrañado.

Si, necesitamos saber, que puedes procurar a la que tengas debajo. Ese dato le preguntan. Y si aportamos detalles de culminación, subiremos de nivel y eso se traduce en pasta y lo mejor son influencias, tenemos en marcha un nuevo centro de instrucción sexual avanzado, en ese lugar no tienen cabida lo normal del sexo.

¿Y a cambio?

Mejoras en el aislamiento. Olvidas que terminas de llegar, no corras tanto, salir de aquí solo es temporal, ya que estamos construyendo una nueva sociedad superior basada en el sexo, y que te guste o no es la que mueve el mundo actual, sé que cada hombre que me miraba en la calle, lo primero que haría sería quitarme la bragas y tirarme en la cama, así de simple.

De nuevo me moví despacio, resbalaba, la tía disponía de un fluido constante, algunas se secaban cuando perdían cuerda, esta no, a pesar de su perfil moví ficha, mis dedos buscaron el clítoris…, y sorpresa, tenía un tamaño fuera de lo normal, calculé que su grosor se parecía al dedo meñique, de inferior diámetro pero si, era grande comparado con los que conocía.

Un poco más y tú misma te podías follar – Dije con sorna.

So cabrón, no te burles y sigue en ese camino.

Y me salí del todo, ella abrió mucho los ojos mirándome, sorprendida, pensó que había terminado, pero no, metí la cabeza entre sus muslos, tenía interés en ver un clítoris de esas dimensiones, sonreí sin darme cuenta.

Disponía de prepucio que colgaba un poco, le retiré con los dedos, ella se movió, escondió un gemido. Y mi lengua empezó a rozarle despacio, muy despacio. De nuevo se movió, gimió sujetando mi cabeza con ambas manos. Le metí en mi boca, apresándole con mis labios, gimió elevando la pelvis.

Su dureza me extrañaba, era el primero que me encontraba, ella tensaba el cuerpo gimiendo, y en ese momento apartaba mi cabeza, gimiendo dijo que no podía aguantar más, tensó su cuerpo y sentí el sacudida de su vientre, el primer orgasmo estaba construido, ahora había que mantenerle, soy de los que hago I + D en el sexo, y mantener su excitación de forma suave y sobre todo controlada, eso hace que le procure una escalera al edén, que suele culminar con la pérdida de los sentidos + desvanecimiento + escapar del espacio-tiempo en que viva.

Horas después cuando despierte, flotará, estará sin fuerzas y tardará en poder ponerse en pie. Tropezará con los muebles a la vez que mantendrá en su boca una sonrisa fácil, desvaída, y tardará en tomar tierra, ese día y el siguiente estará casi fuera de control, ya que de vez en cuando le llegará el retorno de lo que deja ese nivel superior, y suele quedar una especie de goce difuso, algo así como si una sombra estuviera rozando el clítoris, se encogerá escondiendo un gemido.

Asombrosa revelación listillo.

¿De qué revelación hablas? – Pregunté alarmado.

Estabas quieto, me moví empujando con la vulva tu cara y empezaste hablar, me dabas una explicación de un proceso, siento curiosidad por esas notas, pienso que te procuras memoria de cada una de nosotras, ¿Es así listillo?

De nuevo entré en su vagina, pasando de responder y mis dedos siguieron en el clítoris, lentamente, y ella asió mis caderas, procuraba armonizar sus movimientos a los míos, y de nuevo gimió cuando ajusté más mi cuerpo contra el suyo.

Tío, procúrame eso que has mencionado. Puedo ser tu esclava si eso es cierto.

Su cuerpo se estremecía, gimió llevándose una mano a la boca, y murmuraba algo que no fui capaz de entender, algo parecido a que se la metiera más, aunque no lo entendí, tocaba fondo.

Ahora fue una especie de ronquido, y si sentí como su fluido cambiaba, ahora fue más deslizante, esta pajarraca eyaculaba, y tensando su cuerpo sujetó mi mano apartándola del clítoris. Diciendo que no podía aguantar más. Me fui deteniendo lentamente hasta que me quedé quieto.

Seguí en su interior, abrió los ojos confundida, miraba a todas partes hasta que centró la mirada en mí.

¿Te has corrido? – Preguntó sobresaltada.

No, eso era cosa tuya. ¿Y qué tal la temperatura?

Normal, es momento que terminemos.

¿No quieres subir de nivel?

No, me he dado cuenta que no será tan fácil.

No, no lo es, primero debes mentalizarte, y por otro lado ignoro todo de tu cuerpo. Son detalles muy importantes, yo le llamo conquista.

¿Qué es eso?

Recorrer lentamente tu cuerpo, seguro que en el hombro tienes lugares donde sentirás cierto tipo de cosquillas, tu piel me dirá qué nivel es, he dicho cosquillas pero no es correcto, es una forma de excitación, esto que estamos haciendo es un polvo frío.

Me miró confundida, dejé que pensara.

Me has dejado sin palabras.

No es tan complicado. Ahora tus niveles se han puesto a cero, y antes estabas en el nivel 20, has tenido la base del orgasmo, y la falta de práctica hace que no puedas superarle, es decir, subir de nivel. Es como el beso, el primer escalón de la escalera al edén.

Tío, esto es sexo, no amor, no es necesario enamorarse para echar un polvo.

Te equivocas, hasta en el sexo frío, se precisa de un entrante, y el beso es el mejor.

Tenía un silencio extraño, no dejaba de mirarme, deduje dudas y que estaría haciéndose muchas preguntas.

He pensado que tenemos que hablar de todo esto, y ahora me tienes fuera de juego, y puede ser verdad, siento lejano ese gustillo final de los orgasmos, tengo dudas. Termina, necesito saber ese calor.

De nuevo me moví, ella estaba en un punto de duda por mi revelación, y armonizó su movimiento con el mío. Mi cabeza junto a su cuello, hizo que le mostrara otro detalle. Mis dientes rozaron el borde del cuello que se une la hombro, y el acto reflejo fue el encoger los hombros y doblar el cuello impidiendo lo que hacía, y se estremeció, perdió comba en su movimiento y así llegué al final, se lo anticipé al oído.

Retenía el efecto del ensayo, lógico, su mente esta en lo que ocurría en el fondo de la vagina, ya que apenas me movía, solo un poco para terminar la sensación, y el goce que tuve fue artificial.

Mejor de lo que esperaba.

Dijo empleando un tono serio.

¿Y de temperatura?

Dudo, la primera vez es raro sacar conclusiones, ya que ahora debería meter un registrador vaginal sin que te salgas.

¿Registrador?, nunca había escuchado que existiera ese instrumento.

¡Si, tío sí!, eso nos permite datos del semen, le analiza en su mejor momento y todo lo que ocurre con su llegada a las paredes vaginales, incluso mide el pH.

No dije nada, ya el semen escapaba de la vagina, pero me mantuve dentro.

¿A qué esperas? – Dijo con cierto tonillo irónico.

A terminar de eyacular, además es un lugar tranquilo. Y de la misma forma que se empieza, se termina.

No sé de qué hablas.

Del beso, durante la eyaculación se continúa, el beso siempre está presente, y en el final sobre todo, muestra que no solo es meter, que hay más, el beso construye, edifica la base de la relación, hace que sepas que no eres un objeto, el beso es sentimiento.

Me sorprendes – Dijo removiéndose un poco.

¿Te molesta que siga adentro del todo?

No exactamente, es inusual, no lo comprendo, eso es todo.

Analiza esto.

Y empecé a salir hasta la mitad y volví a entrar, repetí la acción tres veces, muy despacio. Ella se movió soltando aire despacio, primero por la nariz y terminó soltándole despacio la boca.

¡Joder listillo! ¿Cómo sabes esto? – Exclamó sorprendida.

Ya de lo dije antes, para mí el sexo es muy importante, no disponemos de tanto tiempo para desperdiciarle.

Sigo sin entender tu filosofía.

El sexo precisa de estudio, de mejoras, de entendimiento, de alineación, de saber que no es igual siempre. Eso le enriquece.

Silencio, se movió levemente. El pene estaba en la media distancia con el fondo, lentamente le había sacado.

Métetelo tu misma.

Afianzó los talones y empujó despacio. El pene llegó al fondo. De nuevo soltó aire por la nariz, tenía los dientes apretados.

¿Qué pretendes?..., listillo.

Su tono había cambiado, ahora diría que conciliador.

Que empieces a comprender y ver la diferencia entre un polvo y algo que no lo es, no trates de encontrar nombre.

¿Esto no ha sido un polvo?

Me miraba con gesto serio, había perdido ese tono irónico.

Yo diría que no, esto puede haber sido un ensayo, yo lo aconsejo al principio, la base de todo está en el conocimiento de ambas partes.

Tiró de mi brazo, nuestros cuerpos se juntaron, sentí los pezones duros en mi pecho y al oído me susurró.

Debemos terminar, estoy muy intrigada por este extraño polvo que me has echado, debo meditar todo lo que me has dicho ¿alguna pregunta?

Si, que eso de frías vaginas.

Mujeres que no gozan cuando las penetran, no sienten nada y yo si he sentido, pero tus palabras me han dado luz a muchas dudas que ignoraba.

Esas mujeres precisan sobre todo, de la puesta en escena, no echarlas en la cama y tirártela con un polvo rápido. No, precisan de cierta atención que las caliente los cascos, y es como en una gran comida, los entrantes.

Dime algún entrante, tal como los llamas.

Primero no ir a tiro hecho. Fotografías de ella, medio desnuda, en la ducha. Sombrearlas, no ellas, maquillar su cuerpo.

Tío. Eres una caja de sorpresas…, listillo. Tengo hablar con más gente.

No hay nada peor que la mentira, y esta mujer no se movió, mantuvo su abrazo en silencio. Supe que valoraba algo que ignoraba, detalles que le había hablado, que no solo era meter y ella ahora utilizaba el abrazo y permanecer penetrada, a pesar de que el semen se había enfriado al salir de la vagina, el pene no era un tapón.