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Con una puta en su casa

en Trios

Una  tarde de invierno del mes de Abril, iba caminando para coger el coche con mi amigo Pedro y dirigirnos a comer unas hamburguesas en un local que habían abierto nuevo y queríamos probarlas, porque nos habían comentado que estaban muy buenas.

Por el camino una señora de alrededor de 50 años, nos salió al paso pidiéndonos que la ayudásemos, por favor, pues tenía que descargar varios paquetes del maletero del coche y algunos eran pesados para ella.

Con mucho gusto la acompañamos y descargamos en el portal los paquetes

- Muchas gracias, con que me los dejen aquí, es suficientes, les estoy muy agradecida –

- No señora, por favor permítanos ayudarla a subirlos a casa –

- No, no se molesten, ya han hecho bastante, muchas gracias –

- De ninguna manera, ya se los subimos nosotros –

- Bien, como quieran, son ustedes muy amables –

Pedro cogió parte de la paquetería y yo el resto, subimos los tres en el ascensor hasta la cuarta planta.

En el trayecto me fijé en que la señora tenía un cuerpazo esplendido y con los adornos de collar, pulsera, etc. Aparentaba tener menos edad, el vestido que llevaba para poder lucir el collar tenía bastante escote y deja entrever un hondo canalillo entre sus dos voluminosos pechos. Con el pelo blanco teñido con mechas grises, tenía un apetecible aspecto. Pedro y yo nos miramos seguramente pensando los dos lo mismo, esta podría ser una excelente oportunidad de hacernos a esta  madura buenorra.

Llegamos a la cuarta planta, sacamos los paquetes del ascensor y los dejamos en el suelo esperando a que abriera la puerta.

- Por favor, ya que han sido tan amables pasen a tomar algo – nos invitó la señora

- Muchas gracias, pero no es necesario - dije por quedar bien, cuando en realidad estaba deseando entrar y follarme a esta elegante mujer.

- Si, por favor, han sido muy amables, pasen y acompáñenme con una cerveza o refreco, pues otra cosa no tengo, vivo sola y no suelo beber alcohol –

- No se preocupe, es suficiente una cerveza, muchas gracias –

Ya nos había dicho bastante con lo de “vivo sola”, esta quería follarnos a nosotros y caimos en su trampa.

Dejamos los paquetes en la entrada y nos indicó el sofá para sentarnos, al momento salió de la cocina con tres cervezas frías como el hielo y se sentó en medio de nosotros. Esto lo tomé como una provocación. Lógicamente  al estar en medio nos obligaba a ladearnos para oder mantener una conversación viéndonos las caras y ella lo sabía. Diferente hubiera sido que ella se sentara en el sillón de enfrente que estaba a una distancia corta para poder charlar tranquilamente. Esto empezaba bien.

Se interesó por nuestra procedencia, nuestra edad, nuestras ocupaciones y nuestro estado civil.

Nosotros hicimos lo propio con ella y nuestra sorpresa llegó cuando al preguntarle a que se dedicaba, esta fue la contestación:

- Soy puta –

La madre que la parió, una puta prostituta nos había engañado a los dos, bueno en realidad no nos engañó, su inmejorable aspecto ya era una buena señal para habernos olido algo así. Los dos nos quedamos parados, sin saber que decir. Ella lo detectóy continuó hablando:

- No os preocupéis, tranquilos, tomaros la cerveza y os marcháis, os estoy muy agradecida y no voy a obligaros a nada que no queráis hacer, pero yo sería capaz de haceros a los dos y aun me quedaría libre algún agujero –

. Bueno, no…so…tros, quiero decir… bueno…  vale… no estaría mal… pero… -

- Voy a por otras cervezas mientras pensáis lo que vais a hacer –

A su vuelta se había cambiado de ropa, ahora lucía un picardías que dejaba ver la totalidad de sus pechos y unos pocos pelillos del coño afeitado, además de sus nalgas duras y lisas como de estar bien cuidada la puta esta.

Para vuestra tranquilidad os voy a decir que no follo con cualquiera que me encuentro en la calle, soy una prostituta de alto standing. Mis servicios son para personajes famosos que previo contrato me utilizan para ir con ellos a sus reuniones de negocios, como dama de compañía y en ocasiones haciendo las veces de sus esposas. Mis servicios son excesivamente caros y con vosotros voy a hacer una excepción debido a vuestra desinteresada ayuda.

Volvió a sentarse en medio de nosotros y esta vez puso las manos sobre nuestros cipotes, frotándolos suavemente. Al momento se dio cuenta de que ya estábamos empalmados solamente de pensar lo que se nos venía encima.

Yo me desabroché la cremallera y el cinturón saliendo mi polla a relucir con su tremendo capullo.

- Esto es lo que yo quería ver y tú como la tienes – dijo a Pedro

Este rápidamente se desabrochó los pantalones y directamente se los quitó descalzándose primero, se volvió a sentar con su nabo tieso que ella agarró, se agachó y se lo metió en la boca, haciéndole una mamada como no nos esperábamos.

Pedro estaba bien provisto y cerró los ojos para sentir esa caliente boca alrededor de su capullo.

Ella se abrió de piernas, yo me retiré un poco para dejarle sitio, entonces me ofreció su depilado coño, abriéndoselo con dos de sus dedos y diciéndome

- Cómemelo, hoy quiero que me hagáis disfrutar a mí –

Por supuesto que me desnudé y me tiré a por ese chochito. Comencé por darle repetidos lametazos con mi lengua ensalivada cual perrito comecoños, para lubricarlo, pues hasta ahora no estaba húmeda la señora.

Pedro se agarró la polla apretándosela para agrandar el capullo, ella lo saboreaba con la punta de su lengua y se lo metía en la boca para después sacarlo y lamerle la polla de principio a fin. Una mamada como solamente una puta sabe hacer.

Pedro, la agarró por la cabeza y apretaba contra su polla metiéndosela entera, a punto de ahogarla.

Yo le apretaba las dos tetas mientras saboreaba ese delicado y perfumado chochito; metía mi lengua despacio, muy despacio en la vagina y con la punta subía hasta el clítoris acariciándoselo con pequeños y firmes movimientos.

Pedro le pellizcaba los pezones, golpeándoselos con las yemas de sus dedos de vez en cuando.

Solté los pechos y me agarré a sus nalgas, levantándole el culo para tener mejor acceso a ese coño maravilloso y de color rosa claro que me estaba comiendo. Comenzó a segregar los clásicos fluidos llenándome la cara con ellos, ahora si resbalaba mi cara al completo por esa vagina celestial, llegando a lubricarle con mi lengua el orificio del culo, le apreté las nalgas con firmeza de forma que mis pulgares se le clavaban en el agujero del culo que ya le había preparado anteriormente con mi lengua. Ella lo agradeció dando unos espasmos que sacudieron mi rostro, sacó la polla de pedro de su boca para decir:

- Así… así… así que bieeeeeen, cómemelo… cómemelo –

Y comenzó a mover su pelvis desenfrenadamente contra mi cara, yo sujetaba firmemente sus nalgas aguantando estas locas arremetidas y comiendo sin poder respirar hasta que se corrió en mi boca mientras decía:

- Bien… Bien… Bien… ya, ya, ya, ya, Joder, joder, joder, que bien –

Volvió a comerle la polla a Pedro, yo enloquecí con este orgasmo que se acababa de marcar la puta y restregaba mi lengua, mi cara, mi nariz por todas sus partes sin pensar que era lo que me comía, mi polla estaba dura como tronco de árbol, me puse de pie, la levante sin dejar de comerle el coño, ella quedó boca abajo comiéndole la polla a Pedro y yo con el coño en mi cara sin dejar de lamer y tragar saliva mezclada con fluidos de su orgasmo, que rico… que rico… que rico… le apretaba las nalgas con la intención de hacerle daño y a ella le gustaba, cuanto más apretaba más deprisa le comía la polla a Pedro.

Ahora no era capaz de salir de esta rara postura que habíamos cogido, así es que solo se me ocurrió cogerla en brazos y tumbarla boca arriba sobre la mesa alta del salón, tirando de sus piernas acerqué las nalgas al borde y sin más dilación le clavé la polla en el culo, apreté hasta que los testículos hicieron tope, la dejé metida un momento para después sacarla y volverla a meter enloquecidamente, penetrando ese culo que a saber quién más ya se lo había desgarrado. Gritaba, ella gritaba de placer no se esperaba estas sacudidas bestiales rompiéndola el culo.

Pedro que se estaba pajeando, se puso detrás de ella en la otra parte de la mesa y le colocó su tremenda polla en la boca para que no gritara, ahora hacía ruidos guturales y se apretaba los pechos uno contra otro pellizcándose los pezones al mismo tiempo, completando el placer que sentía con nosotros.

Yo sentía como entraba mi nabo desgarrando el culo de la puta y apretaba para que le doliera, ella le apretaba la polla a Pedro y este le dio una hostia en la cara con su polla dentro de la boca, ahora le dio otra hostia y otra más, la puta se puso a llorar de gusto mordisqueando la polla de Pedro, agarrándosela y tirando de ella hacia el interior de su boca, yo no paraba de taladrar su culo cada vez más deprisa y con más fuerza porque veía que le estaba gustando, con mi dedo pulgar le comencé a frotar el clítoris. Entonces fue cuando enloqueció, levantaba el culo de la mesa, lo apretaba contra mí, lloraba enloquecida, que forma de disfrutar sufriendo tenía esta puta, Pedro le seguía dando hostias en la cara cada vez que le mordía la polla y ella se ponía más eufórica porque le gustaba que la pegaran.

Fueron momentos de locura, hasta que saqué mi polla de su culo soltando chorreones de semen que llegaron hasta su cara empapando su tórax y pechos, los últimos chorros se los dediqué a su coño que ya de por si estaba empapado de su segundo orgasmo. Pedro enloquecido también se pajeó la polla hasta que se corrió dentro de su boca y en sus tetas, metiéndosela de nuevo en la boca para que se la limpiara, lo que hacía muy despacio con su caliente lengua. Había quedado tumbada, sin fuerzas, con los brazos relajados sobre la mesa después del tremendo esfuerzo realizado.

Aquí no termina la historia, nos duchamos y nos volvimos a sentar en el sofá, de nuevo ella en medio, tomando unas cervezas.

- Bueno, ¿cuando vuelves a ir de compras para echarte una mano? – dije para romper el hielo

- Jajajaja, jajaja, jajaja, jajajaja , eres un poquito cabrón, ¿no? –

- Vaya rato que hemos pasado, la verdad es que estás muy buena para la edad que tienes, no me importaría repetir –

- Si, trato de cuidarme – dijo sujetándose las tetas por debajo y subiéndolas hasta lamerse los pezones, sacaba la lengua y se daba lametazos, mirándome maliciosamente.

Esta puta no había tenido bastante con que le partiera el culo que quería seguir provocando. Nos agarró las dos pollas y me dijo:

- La tuya no la he probado en mi boca, no sé si superará a la de tu amigo –

- Pues ahora tienes la ocasión – dije mientras me levantaba, me subí encima del sofá y se la coloqué en la boca. Estaba morcillona pero muy grande, le llenó toda la boca. Pedro se bajó a comerle el coño.

Se me empezó a endurecer de nuevo, la puta chupaba con la lengua mi glande, me la agarró con la mano y la metía y sacaba lentamente, saboreando ese pedazo de carne que le ha venido regalado del cielo.

Pedro, le lamía el coño haciendo énfasis en el clítoris lo que la hacía retorcerse en el sofá del gustazo que le daba, me comía la polla al son que marcaba Pedro con sus lamidas, cuando le trasteaba el clítoris la puta me la meneaba más deprisa y se la metía más dentro.

De nuevo se me puso dura como una piedra, pedro se levantó con la intención de follarle el coño, entonces dije:

- Espera siéntate en el sofá, éste se sentó y puse a la puta encima mirando hacia él, clavándose la tranca de pedro en el coño, dio un suspiro cuando notó que le entraba hasta dentro, pedro comenzó a follársela mientras le comía los pechos y le lamía y mordisqueaba los pezones, metía sus dedos por detrás de las nalgas de la puta abriéndole el coño para que entrara su polla aún más adentro. Ella le comía la boca sin dejarle respirar.

Yo mientras me hacía una paja mirando que el orificio del ojete se le había quedado en pompa y pensaba en cómo se lo iba a romper de nuevo.

Me escupí en la mano y con ella me restregué el capullo, después escupí otra vez y se lo restregué en el ojete, una vez lubricado me abrí de piernas agachándome hasta poner la punta de mi polla en la entrada y una vez en posición apreté duramente, ahora con la polla de Pedro dentro costaba más trabajo meterla pero al estar bien lubricado, entró fácilmente. Ella gritó al notar en sus entrañas esa desgarradora polla que ya conocía y después se movía desenfrenadamente follándonos a los dos, yo estaba quieto solamente apretaba mi musculo para que estuviera siempre dura y ella subía y bajaba en su locura sin dejar la boca de Pedro al que succionaba con los labios y metía la lengua hasta la garganta, le lamía los morros y las mejillas gozando de estas dos pollas en su interior.

Follábamos al unísono, menudos pollazos se estaba metiendo la tía. Cambiamos de postura, ahora Pedro seguía sentado y la puta se sentó en su polla para que le penetrara el culo, pedro comenzó a follarse el culo de la tia, agarrado a sus pechos, los  que apretaba y movía de forma circular sin parar de clavarle la tranca rompiéndole el culo, el coño estaba libre, me bajé arrodillándome y comencé a lamer esa almeja empapada de nuevo, la lamía y relamía mientras me hacía una paja, tenía la polla que iba a reventar, ella me agarró la cabeza apretándome contra su coño empapado

- Cómetelo cabrón, cómemelo, no lo dejes ahora, cabrón cómeme… cómeme … fóllameeeeee… fóllameeeee… fóllame el culo cabrón, el culo… el culo… el culito cabrón –

Se estaba corriendo en mi boca mientras gritaba que nos la folláramos.

Este orgasmo me puso frenético y me comí todo lo que soltó por su coño, restregué mi cara y después le metí  la polla arremetiendo contra ella y profundizando en una follada bestial que le arrancaba gritos de placer que sofoqué con mi boca tapando la suya.

Me corrí en su coño rebosando semen que caía por su culo a la polla de Pedro, resbalando por sus testículos y ano hasta descansar en el sofá.

Pedro comenzó a dar profundos empujones, señal de su orgasmo bestial que chorreó el culo de la puta dejando caer semen por sus testículos hasta juntarse con el mío en el sofá.

Vaya noche la de aquel día, una follada inesperada y muy satisfactoria, nos volvimos a duchar después de descansar un rato y desnudos tomamos otras cervezas, ya pasamos la noche en su casa y por la mañana salimos a trabajar. Esta no fue la última vez que nos reunimos con la señora.