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Un trio con mi esposa y un semental

en Trios

A veces las cosas se tuercen y quien va a por lana resulta ser trasquilado. Bueno pues este es uno de estos casos en el que salí trasquilado pero contento.

Siempre presumo de ser el macho alfa de la manada y desde luego soy bastante bueno pero a veces uno sabe cómo empiezan las cosas sin saber cuál será el final, normalmente es así y me suele salir bien.

Un día sentados mi esposa y yo en el sofá de casa me insinuó que quería follar con otro tipo que no fuera yo para ver que se sentía con otra polla, pues desde hacía mucho tiempo que le parecía aburrida nuestra relación sexual. Esto no me asustaba pues yo lo hago con otras mujeres y a ella no le importa.

El susto me lo llevé cuando me dijo que quería que yo viera como se la follaba.

También quería que por un día fuese su esclavo e hiciera todo lo que ella exigiera en ese día, a cambio me daría una sorpresa inesperada.

Está bien, accedí pero nada más allá de que yo mire.

Bueno alguna cosa más que se me ocurra sin comprometerte demasiado, me dijo.

Pusimos un anuncio en internet buscando semental, al anuncio acompañaba una fotografía de mi esposa, es guapa y está de muy buen ver a sus 42 añitos por lo que contestaron infinidad de sementales, que aceptación tiene esta preciosidad.

De entre todos elegimos a los que a ella le parecieron más atractivos y por descarte de entre estos ella eliminaba uno y yo otro según nos parecía hasta dejar solamente tres.

Contestamos a estos tres preguntándoles edad, peso y medida de la polla en erección.

Uno 50 años 78 kg. De peso y 24 ctms. de polla

Otro 55 años 83 kg. De peso y 23 ctms. de polla

Y el ultimo 45 años 70 kg. De peso y 26 ctms. de polla

Tres grandes pollas para la zorra de mi mujer. Eligió al de más edad, le apetecía alguien experto y por el comentario que hizo en la respuesta, era una persona con bastante experiencia en este tipo de actividad, se apodaba “el vikingo” y era lituano, el tamaño de su polla le pareció bien a ella, así es que le contestamos quedando con él un sábado por la noche en una cafetería del centro de la ciudad.

Llegado el día nos presentamos a la hora prevista en la cafetería, localizamos al semental y nos presentamos, tomamos café y charlamos durante un rato. La zorra de mi mujer derivó la  conversación hacia temas sexuales con la intención de ponerle cachondo y poder ver su paquete, que no fuera un engaño.

Después de unas frases eróticas, algunos roces por parte de mi mujer, una muestra de sus espectaculares pechos y un sobeteo en la entrepierna del tipo, se le puso dura. Entonces ella cogió el paquete y lo sopesó dando su visto bueno.

Bien vámonos a casa, salimos y él agarró de la mano a mi esposa yo iba detrás, ellos parecían el matrimonio y yo  sujetaba la vela.

Llegamos a casa y nos acomodamos los dos, él en el sofá y yo en el sillón. La zorra de mi esposa trajo unas cervezas y encendió la tv. a continuación se sentó junto a él.

Ella le puso la mano en la entrepierna mientras se desabrochaba los botones de arriba de la camisa, él continuó desabrochándole el resto para dejar aireándose esos tremendos pechos con sus grandes pezones tan bien puestos en sus aureolas que relucieron al instante por no llevar sujetador.

La zorrita le desabrochó el cinturón y la bragueta para soltar aquella espectacular polla que estaba enjaulada deseando que llegara el momento de su liberación.

Se quitó la camiseta y poniéndose de pie se quitó los pantalones dejando a la vista la tremenda tranca de la que hacía alarde.

Yo de momento aunque la escena era morbosa no estaba impresionado pues el tamaño es como el de mi polla, algo más gorda y quizás un poco más grande.

La sacó morcillona y la zorra se la cogió por los huevos metiéndose en la boca el capullo para después seguir lamiendo hasta los huevos con entera paciencia y calma.

Yo no hacía nada pero me estaba poniendo cachondo del morbo que me daba ver a mi esposa con otra polla en la boca.

- Ven,  acércate. Dijo el tipo –

Me acerqué y me volvió a decir

- Acércate más, cornudo no seas maricón. Pon la cara junto a la de tu mujer y mira lo que es una polla en condiciones –

Yo alucinaba, me dieron ganas de darle una hostia,  miré a la zorra de mi mujer y está asintió dando el visto bueno a esa orden.

Acepté y me arrodillé poniendo mi cara junto a la de mi mujer al otro lado de la polla, ésta la chupeteaba con cariño y gracia, seguía agarrándole los huevos con una mano. Se la metía entera en la boca. La sacó y me comió los morros.

- Prueba tu cornudo - dijo el tipo

- Prueba, verás cómo te gusta, es enorme, verás cómo disfrutas – dijo la zorra

La verdad es que daba morbo ver aquel pollón con ese capullo reluciente y grande.

Entonces con nuestras bocas juntas las deslizamos cada uno por un lado de esa tremenda verga que cada vez estaba más dura. Yo obedecía y me estaba empezando a gustar este juego.

Pasado un rato de estar comiéndole la polla al tipo, me quité los pantalones y la camiseta, dejando ver una estupenda verga, tampoco voy descalzo con mi aparato, me defiendo bastante bien haciendo enloquecer a las mujeres.

La puse junto a la del tipo y le metimos las dos en la boca a mi esposa que las relamía y se las tragaba, después las sacaba y alternativamente les pasaba la lengua de arriba abajo.

El tipo sentó a mi esposa en el sofá y me ordenó que la comiera el coño, me puse de rodillas y comencé a comerle el coño a la zorra, depilado y humedecido estaba delicioso, paseaba mi lengua por sus carnosos y abultados labios, ese olor inconfundible me ponía muy cachondo, así es que me propuse darle el mayor placer posible con mis lengüetadas de arriba abajo por el interior de su vagina. Ella abrió las piernas poniendo los pies sobre los cojines del sofá para que la comiera todo sin obstáculos, con la puntita de mi lengua llegaba a tocar su clítoris y ella se estremecía por lo que jugueteaba con movimientos circulares en el punto “G”.  lo que la hacia revolverse en el asiento. Agarré sus nalgas con fuerza, la levanté levemente del sofá y hundí la cara por completo en su sabroso chochito meneándola de lado a lado y arriba y abajo desenfrenadamente mientras mis dedos pulgares se hundían en la entrada del orificio cular que estaba lubricado por los fluidos vaginales que recorrían esa zona. La muy zorra se había corrido en mi cara y yo relamía muslos, coño y ojete con todo lo grande y plana que es mi  lengua. Le abría los labios con el resto de mis de mis dedos para poder saborear la totalidad de esta ardiente vagina.

Mi polla estaba dura como el acero de verla a ella jadear y revolverse en el asiento pensando que disfrutaba con la comida de coño que le estaba haciendo pero en realidad era la enorme polla de aquel lituano que tenía agarrada con las dos manos y metida en su boca comiéndosela desesperadamente la que la estaba enloqueciendo. El tipo se había subido en el sofá y le colocó la tremenda polla en la boca y ella se agarró degustándola, chupándola y tragándosela mientras yo la comía el coño. Ante esta locura como no se iba a correr de gusto, me soltó todos sus jugos en la cara.

Entonces me levanté y puse mi cara junto a la de la zorra, besándole la boca mientras el semental penetraba su garganta, yo le lamia la cara y los labios durante un largo rato viendo como disfrutaba de ese momento, el tipo sacó su polla y mi zorra y yo nos comimos los morros, besándonos apasionadamente y lamiéndonos las bocas con nuestras lenguas. El tipo aprovechó para poner su capullo en nuestras bocas por lo que nuestras lenguas comenzaron a juguetear con ese endurecido glande, recorriéndolo cada uno por un lado. Yo ya estaba a punto de reventar y al tipo se le salía el capullo de la polla  queriendo soltar los primeros chorros. Yo me aparté y justo en ese preciso instante golpeó un primer chorro en la cara de mi esposa, seguidamente ella se la metió en la boca y no desperdició ningún chorro más de ese blanco y abundante semen que llenó su boca hasta que se derramaba por la comisura de sus labios.

Me volví a poner de rodillas comiéndole la almeja que ahora estaba nuevamente llena de fluidos de su segundo orgasmo, relamí  su vagina y orificio del culo repartiendo fluidos y lubricando ese culito para posteriormente rompérselo a pollazos.

La levanté del sofá, el lituano se bajó al suelo y yo me senté en el sofá, senté a mi esposa con su culito encima de mi polla y cuando estaba en posición la solté de golpe penetrándola el ano del tirón, ella subió las piernas poniendo sus pies encima de mis muslos, quedando el chochito descubierto, entonces el tipo se agachó y comenzó a comerle el coño lubricado con sus jugos mientras yo la estaba desgarrando el culo a pollazos, le giré lo que pude el cuerpo y metí mi boca en uno de sus pechos por debajo del sobaco mordiéndole el pezón y jugueteando mi boca con él. Ella tenía la cabeza del semental agarrada con fuerza apretándola contra su coño mientras le decía con desesperación… !!! COME CABRON, COMEME EL COÑO CABRON, ASÍ, ASÍ, ASÍ, COME MÁS CABRON, COMEME, COMEME, COMEEEEMEEEE!!!

Entonces se corrió por tercera vez en la boca del lituano, los fluidos vaginales caían a lo largo de mi polla con la que estaba penetrando duramente su culito de zorra.

Entendí que me iba a correr en su culo y no quise, saqué mi verga dura y grande y puse a la zorra de rodillas ante mí, la obligué a comerme la polla durante un rato, el lituano se la estaba cascando de pie junto a nosotros, cuando la tubo muy tiesa cogió a mi esposa del pelo, y me la arrebató tirando de ella hacia atrás, sacando mi polla de su boca y poniéndole la suya para que se la comiera. !!! COME GUARRA, COME TU AHORA ZORRA, ESTE POLLÓN TE VA A ROMPER EL COÑO EN UNOS MOMENTOS, GUARRA, COMETELA !!!

Yo estaba meneándomela mientras contemplaba la escena y me dio tal morbo que me puse de rodillas y le pedí enloquecidamente que rompiera la boca con su polla, literalmente me tiré a por su polla sacándola de la boca de mi esposa y comiéndomela toda, relamiéndola, agarrándola con la mano y meneándosela mientras la devoraba. Mi esposa se pajeaba el coño viendo la escena y yo me masturbaba con la otra mano.

Mi esposa se puso junto al semental,  de pie y abriéndose los labios desnudos de su vagina me la ofreció para que se la comiera, yo estaba de rodillas y ahora alternaba lametazos de coño a mi esposa y comida de polla al lituano, los acerqué más y puse el capullo del lituano en la entrada de la vagina de ella, así comía los dos sexos desesperadamente al tiempo que restregaba el capullo en el clítoris de mi esposa,  después de un rato cambiamos de postura.

Con las pollas tremendamente duras y gordas y la zorra con la vagina encharcada de fluidos vaginales, la puse de pie junto a la mesa alta del comedor, levante su pierna derecha y la subí encima de la mesa, me puse detrás de ella y le clavé la tremenda polla en el culo. El lituano se puso de rodillas debajo de la mesa y le estaba comiendo el coño mientras yo penetraba ese culito encantador, ella gemía, gritaba y disfrutaba con este trio como si se fuese a acabar el mundo.

Yo metía profundamente mi polla en ese culito y apretaba moviendo su cintura para que la saboreara dentro, ella se estremecía de gusto y sacaba sus pechos para adelante que golpeaban contra su estómago en cada arremetida mía, entonces sacaba mi polla lentamente para volver a arremeter contra ese esplendido culito, ahora roto por mis pollazos. El lituano mientras con su lengua relamía ese chochito rasurado con esos tiernos y abultados labios, metiendo su lengua en la rosada vagina y jugueteando con su clítoris cuando la sacaba.

Mi sorpresa vino después, cuando la zorra de mi esposa le dijo a este hijo de puta que ahora era la ocasión. Este se levantó con la polla en la mano se puso detrás de mi, me escupió el culo colocó su tremendo capullo en la entrada de mi orificio del culo, me abrió las cachas y me colocó 23 centímetros de polla en el agujero, con esto mi polla aumentó de volumen considerablemente por lo que a mi vez le rompia el culo descaramente a mi mujer que lo noto y nos lo hizo saber dando un fuerte grito que resonó junto al mío cuando este cabrón me la clavó rompiéndome el culo. Me penetró fuertemente, no podía escaparme, estaba emparedado y clavado me penetró durante un largo rato yo no sabía que hacer ni que decir, simplemente me gustaba y a mi mujer también, todos disfrutábamos de este inolvidable momento en que perdí la virginidad.

Como la postura no era muy cómoda, el semental llevándome empalado se sentó conmigo en el sofá, mi esposa se arrodillo y mientras este hijo de puta me follaba ella me comía la polla y se pajeaba el coño, el final fue que no aguantando más solté varios chorros de semen espeso en la cara de mi zorra llenándola de este caliente fluido. El semental, sacó la polla de mi culo yde igual forma se corrió en la boca y cara de mi esposa que con los dedos se lo restregaba por toda la cara chupándose los dedos cuando llegaba a la boca, corriéndose por última vez esta guarra mientras se comía las dos pollas. Termino esta historia comiéndonos mi esposa la polla a los dos hasta sacarnos la última gota de semen que podía quedar dentro.

Fue un trio espectacular en el que quedamos todos satisfechos, pensando en un próximo encuentro en el futuro.