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En casa de su madre

en Dominación

En esta ocasión os voy a contar un relato que le pasó a una amiga mía (Laura)en casa de su madre.

El relato lo narrará ella tal y como le pasó a ella, por lo que será en primera persona siendo una mujer la que cuenta este fragmento erótico.

Fui a visitar a mi madre un Viernes por la tarde/noche a eso de las ocho de la tarde, me encontré allí con mi hermana y su marido, mi cuñado, un tío negro fuerte y grande que a mí personalmente no me gusta nada, es un hijo de puta misógino de los cojones, en definitiva me cae bastante mal.

Le saludo y beso a mi hermana y a mi madre, que estaba preparando la cena para todos pues ellos se quedaban a dormir porque al día siguiente tenían que madrugar para no sé qué historias y les pillaba bastante mal bajar desde su pueblo a Madrid tan temprano.

Cuando terminamos de cenar, mi madre se aseó y se tumbó en el sofá porque por costumbre duerme sobre él  cada noche desde que se quedó viuda. Se pone un antifaz ciego sobre los ojos y tapones para los oídos para que no le molesten los ruidos ni las luces.

Mi cuñado se llevó a mi hermana a la habitación de mi madre, cerró la puerta y al poco rato salió mi hermana a cuatro patas con unas bragas de mi madre puestas en la cabeza  de tal forma que parecía un bozal y con el cinturón de una bata a modo de correa . Que cabrón la traía como si fuera una perra, al tiempo que se lo decía.

- Vamos perra, lame el suelo –

La puso en medio del salón delante de mí, con la cara en el suelo, a cuatro patas por lo que el culo le quedaba en pompa a su disposición.

Se sacó una enorme polla, descomunal diría yo, tremendamente gorda y grande, nunca había visto nada igual estaba morcillona, ¿como sería cuando se pusiera dura? y empezó a darle pollazos en el culo y con la mano le daba cachetes en las nalgas hasta que se le enrojecieron.

Esto lo hacía delante de mi sin importarle un bledo que yo estuviera allí. Mi madre aunque despierta estaba ajena a todo esto ya que no oía ni veía nada.

Le puso a mi hermana la enorme tranca en el culo entre las dos nalgas restregándosela saliéndosele por la espalda un buen trozo después de tapar con ella el coño y el culo.

- Ven aquí - me dijo – acércate – con voz autoritaria y dominante.

No sabía qué hacer,  cuando repitió cabreado y con mala leche

- Que vengas joder, acércate –

No me gustaba su tono de voz y en cierto modo me asustaba esa polla tan grande, que querría este cabrón. Me acerqué un poco y me indicó que me acercara más de muy malas maneras, estaba asustada y por otra parte no quería que mi madre se percatara del tema, así es que me acerqué más. Me agarró del pelo por la parte de la nuca y me puso la cara encima de la cintura de mi hermana mirando cómo le recorría con su polla las nalgas desde el coño hasta mi cara, lentamente una y otra vez.

A mi hermana se le humedeció el chocho y el le escupía constantemente en el agujero del culo para que resbalara esa tremenda tranca que gastaba este cabrón.

Yo no sabía qué hacer, pero en cierto modo me daba morbo esa enorme polla.

Entonces me dijo que sacara la lengua, yo obedecí me daba miedo y no quería cabrearle.

Abrí mi boca y saqué la lengua, entonces me paseaba el capullo por mi lengua, estaba muy caliente y ya se estaba poniendo bastante dura.

Se escupía el capullo con el fin de lubricarlo y me caía en la boca, la verdad es que me puse muy cachonda al entrar en contacto con esa enorme pollaza. Se me estaba humedeciendo la vagina.

Puso la verga en el coño de mi hermana con la mano se cogió la polla y se la introdujo poco a poco en su cavidad. A mí me agarró de la cabeza y me puso la lengua en el agujero del culo de mi hermana.

- Lámeselo asquerosa, y déjalo bien lubricado que ahora voy a por él –

Le escupí en el culo dándole lametazos e introduciendo la punta de mi lengua en el agujero del culo mientras ella lloriqueaba del gusto que le daba que la hiciera sufrir con la polla metida y lentamente sacándola, esperando unos segundos para volver a introducirla lentamente en su chorreante vagina.

Me cogió del brazo, me levantó y me tiró en el suelo detrás de él, no me gustaba lo que estaba haciendo pero me daba mucho morbo esa polla tan grande y aguantaba para ver que final nos esperaba.

Me puso de rodillas detrás de él que estaba de pie follando a mi hermana por el coño y me obligó a lamerle los huevos y el agujero de su culo, también le comía el clítoris a mi hermana para que disfrutara más si podía ser de este momento.

Le metía la punta de la lengua y jugueteaba con ella en su ano, lo que le ponía muy cachondo a este cabrón.

Sacó la polla del coño de mi hermana y puso el enorme capullo en su culo después de restregársela y escupirle varias veces. Ayudado por su mano le fue introduciendo ese tarugo lentamente, poco a poco hasta que entró la mitad, no era posible meter todo eso en un culo.

Mi hermana al momento comenzó a restregarse el coño empapado en sus jugos además de mi saliva que escupía esporádicamente. Me gustaba ver como se acariciaba mi hermana el clítoris por lo que dejé el culo del negro para lamer la corrida que se estaba haciendo mi hermana; le lamí el coño desenfrenadamente, me estaba volviendo loca y este hijo de puta me dio una ostia en la cara por haberle dejado de lamer el culo, eso me gustó, que me humillara, me la merecía por no ser sumisa, así es que le mordí en las nalgas provocándole a lo que respondió dándome otras dos ostias. Entonces me empezó a gustar ser la esclava de este amo y le comí el culo con ansias, desesperadamente. Como le gustaba este trato le metí dos dedos en el ojete y automáticamente noté como se le endurecía aún más la verga, pensé que a mi hermana la iba a reventar con semejante aparato.

Se corrió en el culo de mi hermana y yo al ver como chorreaba el blanco y espeso semen por la hendidura del coño, me lance a comer enloquecidamente ese coño empapado, muy empapado pues mi hermana estaba teniendo el segundo orgasmo y yo con mi lengua estaba saboreando todo, viendo como ese rosado chochito se abría y cerraba al son de los espasmos del coito.

El sacó la polla del culo y sin moverse como era tan larga la echó hacia atrás para que yo se la limpiara con la boca. La agarré y chupé hasta que saqué la última gota de semen al tiempo que me corría del gusto que me estaba proporcionando el agarrar por primera vez la pollaza de mi amo. Me trajiné el coño a pesar de haberme corrido, me lo sobaba apretándomelo movía mi mano circularmente dándome un placer extremo que no había tenido nunca antes. Mi mano estaba mojada y me la restregaba por el culo y coño hasta que quedé tumbada en el suelo.

Mi madre ajena a esta actividad abrió la boca para pedirme que le llevara la crema de la cara que se había olvidado ponerse y si podía y no me importaba  que se la untara yo.

Mi cuñado ni corto ni perezoso dijo que si, que se la ponía yo, aunque mi madre no le oía.

Entonces me cogió de la mano y me sentó en el brazo del sofá por detrás de la cabeza de mi madre con el coño encima de su cara. Me dejo en esta posición y me dijo que esperara.

Levantó a mi hermana y la puso de rodillas junto a mi madre, llevándola tirando de la correa y diciéndola

- Vamos perra que me la vas a comer –

Le ató las manos en la espalda y sin poderse defender,  estando de pie, le metió la punta de la polla morcillona en la boca, ésta chupaba y relamía ese pedazo de carne negro y gordo. Mi cuñado le escupía en la cara humillándola mientras ella le comía la polla enfurecidamente.

A mi me tenía con las piernas abiertas encima de la cabeza de mi madre y me estaba gustando la forma en que se comia la verga mi hermana por lo que comencé a acariciarme el clítoris, entreabriéndolo para que él lo mirara. Efectivamente, se le empezó a poner dura como un tronco de árbol, a mi hermana no le cabía en la boca y las babas le resbalaban por la barbilla hasta los pechos. La sacó y la golpeaba la boca y las dos mejillas al tiempo que le decía

- perra…, come…, guarra… - y la golpeaba y golpeaba. Yo me estaba excitando mucho, en realidad quería que me hiciese lo mismo, me estaba dando cuenta de que quería ser la sumisa esclava de este potente amo, me gustaba la humillación por la que nos estaba haciendo pasar a las tres.

Cuando la tuvo dura se dio media vuelta y  puso la punta del tremendo cipote entre mis labios vaginales que yo tenía abiertos haciendo sitio para él, pasando a lo largo de la cara de mi madre, era enorme esa polla. La agarré con una mano y me froté con ella el punto “G”, superior, comencé a correrme.

Mi madre preguntó qué por qué tardaba tanto y este le contestó a pesar de que ella no escuchaba que estuviese tranquila que su hija estaba agitando el bote de la crema.

Me la restregué por mi coño durante un buen rato al tiempo que intentaba yo misma lamerme los pezones, enloquecida terminé en un orgasmo bestial y el soltó variós chorros de semen en mi coño que resbalaron hasta la cara de mi madre, llenando esta de semen cremoso hasta la boca. Una vez que se había corrido le restregó con su polla morcillona a mi madre por toda la cara y boca el semen como si fuera la crema.

Mi madre comentó que estaba muy caliente la crema y el le contestó

. Claro, se dejó Ud. el bote en el alféizar de la ventana y ha estado todo el día dándole el sol.

Más tarde llegó mi marido para recogerme y volver a casa.