Mi primera amante, aquella que jamás olvidaré...
La verdad, yo no sé por qué los okupas tienen tanta mala fama... ¿Qué no?
Agua que viene y que va.
¿Dónde vas, con tu sotana y tu alzacuellos y tus veintinueve años cumplidos? ¿Dónde vas, Sergio? Quo Vadis, Dómine?
Me uno, humildemente, a la propuesta de Trazada de una serie de cuentos no eróticos.
Estoy de pie ante el espejo, y no puedo, por más que quiera, dejar de recordar lo que ocurrió.
Estoy de pie ante el espejo, y no puedo más que quiera, dejar de recordar lo que ocurrió.
No es este el vademécum de lo que perdí ni un triste tomo de anatomía femenina.
(no erótico) Cuando una valla separa dos continentes, desgraciadamente se convierte en un tema de actualidad.
Diosa noche, noche diosa, que me alumbras y sin luces.
De quererte como te quería me olvidé.
La amaba en secreto, como aman los cobardes.
Un inventario de un segundo en una casa.
El final de Sempere. Último capítulo de la saga.
Penúltimo relato de la saga. El final de Sempere se acerca, esta vez, llegará más lejos.
Te abro mi cuerpo desnudo y tú no vuelves.
Tenía la piel tan blanca como esas muñecas de porcelana que desbordaban sus estanterías, esperando que les pidiera perdón por haber crecido demasiado.
He tenido un sueño, compañero. Un sueño en el que moría en combate, y me ha hecho pensar.
Ahora, al igual que yo soy tuyo, tú eres por siempre mía, cariño.
Siguen las tétricas andanzas del señor Sempere, esta vez controlando a un nuevo cliente.
Una humilde reflexión del autor sobre el machismo.
Tú, yo, la noche, una estación abandonada...
Intento de adaptación libérrima del poema de Federico García Lorca. Que me perdonen los entendidos por la profanación de la obra.
Ven, seguro que te gusta tanto como a mí. Se lleva en los genes. Acércate, te voy a enseñar a ser tan puta como yo.