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Manolon (10)

en Amor filial

Manolón 10

Pipo

Al dia siguiente, después de recuperar fuerzas en el bar, planificaron el futuro. Carmen no queria volver a España, y menos a su casa. Quería llegar a París. No porque conociera a alguién, sino simplemente por conocer París, una ciudad grande e importante de verdad.

Casualmente Fernández se dirigía a París, podía llevarla.

Manolo y su hijo Manolito se despidieron de Carmen. A Manolito le costó un poco, se había enamorado de una chica por primera vez. Pero el destino es el destino y tenían que volver a cargar a España.

Esta vez volvían a casa, a Valencia, era viernes y dormirían en casa. Descasarían todo el fin de semana.

Llegaron tarde a Valencia. Dejaron el camión en la Central Naranjera para que se lo cargaran y lo tuviera a punto para salir para Francia a primera hora de la mañana del lunes. Cogieron un taxi y se fueron a su casa.

Cuando llegaron a casa era más de media noche, su madre y esposa estaba ya acostada. Como ya habían cenado y estaban cansados se fueron derechos a la cama pero antes Manolo quiso tomarse una copa de coñac. No podía beber alcohol en toda la semana por miedo a los controles de alcolemia pero hoy en casa si podia tomarse una copa.

Mientras sorbía despacio y con gusto su copa de Soberano, cosa de hombres, Manolito se sentó a su lado y recordó la noche anterior que habían pasado con Carmen y Fernandez.

Los recuerdos felicies animaron a los dos hombres y Manolito, ya sin ningún rubor se sacó la verga de los pantalones pues al pensar en Carmen se le estaba poniendo dura.

A Manolo le ocurría lo mismo e hizo lo mismo que su hijo, sacarse la polla de dentro de los pantalanos.

Estaban los dos hombres pajeándose lentamente evocando sus últimas experiencies sexuales cuando decidieron que no podían irse a la cama con la polla dura. Había que hacer algo para calmar la calentura. Rápidamente Manolo pensó una solución.

- Tu madre, soltó de pronto Manolo

- Mamá, exclamó Manolito.

- Tu madre solucionará nuestra calentura. A Ella le va a gustar y a nosotros también.

- Dejaremos la luz del pasillo encendida y la habitación a oscuras para no despertarla. Primero entraré yo y ya te diré lo que tienes que hacer.

- ¡Hola cariño! Dijo Manolo a su mujer. Ésta estaba dormida y no se enteró. Le dio un beso y la mujer continuó durmiendo. Con suavidad apartó la sábana que cubría el cuerpazo de Consuelo y lo mostró a su hijo. Éste miró por primera vez el cuerpo de su madre con otros ojos, con ojos de hombre caliente que quiere enterrar su verga en algún agujerito calentito.

Con delicadeza Manolo desnudó a su mujer. Esta colaboraba mientras dormía pues no era la primera vez que lo hacía y su subsconciente sabía que aquello terminaba con una follada.

Después de desnudar a su mujer se desnudó Manolo y Manolito al mismo tiempo. El chico se quedó de pie al lado de la cama mientras su padre se acostó al lado de la mujer.

Primero le chupó las inmensas tetas que tenía y cuando empezaba a gemir entre sueños se la colocó encima. Era la primera vez que estaban él debajo y ella encima, siempre lo hacían de la manera tradicional pero hoy era un día diferente y lo tenían que hacer con una nueva postura aunque ella estuviera dormida y no se enterara.

Mientras las manazas de Manolo sobaban las tetas de Consuelo, le hizo señas a su hijo para que se colocara detrás, de rodillas y penetrara a su madre. Manolo abrió sus piernas para dejar espacio a su hijo y este se colocó en medio buscó el coño de su madre y la penetró con cariño y suavidad.

El coño estaba húmedo, las caricias de su marido estaban calentando a la bella durmiente. Mientras entraba y salía del interior de su madre, lentamente, Manolo no dejaba de sobarla por todas partes. Esto también le provocó a él una gloriosa erección. El vergón de Manolo había quedado prisionero entre su cuerpo y el de su mujer con lo que los movimientos del chico también calentaban a su padre. Los huevos de uno chocaban con los del otro y el vello del puvis de la mujer hacía cosquillas al trancazo de Manolo.

El hombre empezaba a tener una erección máxima, se acercaba peligrosamente al orgasmo y no quería terminar sin haber podido meterla dentro. No podía hacer sacar la polla de hijo para meterla él eso era egoismo. Estaba forzando para no orgasmar. Encima su hijo aceleró los movientos.

Manolo se cogió la verga y la saco de debajo de su mujer, la levantó y al dejar de estar aprisionada, respiró aliviado, el orgasmo se alejaba. Ahora recibía los golpes de la barriga de su hijo, era diferente. Le mantenía la erección sin peligro de terminar

La respiración y los moviemientos del chico se aceleraron y de pronto undió su verga hasta el fondo y allí soltó todo su esperma. Mientras se convulsionaba se tumbó sobre la espalda de su madre, ella también se convulsionaba estaba orgasmando dormida. Estaba soñando una follada que estaba pasando en la realidad.

Una vez el chico hubo terminado su padre ocupó su lugar. Como la mujer no había despertado no se movía, era Manolo quien tenía que coger a su mujer y moverla arriba y abajo. Era un trabajo enorme pues Consuelo estaba entradita en carmes, no era un fideo.

El esfuerzo de mover a su mujer para conseguir un orgasmo calentó más a Manolo, quería terminar y no podía. Los movimientos eran demasiado lentos y no los podía hacer más rápidos porque su mujer pesaba demasiado. Se estaba poniendo nervioso.

Al fin dio con la solución, se giró y su mujer quedó abajo y él arriba. Entonces sí que pudo acelerar los movientos y llegar al orgasmo que hacía un rato que quería conseguir.

De pie al lado de la cama estaba Manolito mirando. Tenía la polla otra vez en erección y no sabía que hacer.

Su padre, resoplando al lado de su madre le dijo: Buenas noches hijo, hasta mañana.

Manolito no se movió quería más, era joven y podía follar otra vez.

- Buenas noches y hasta mañana. Y apaga la luz del pasillo. Repitió el padre.

El chico se dio por aludido hizo lo que le ordenaban y se fue a su habitación y allí se masturbó desesperadamente como hacía unos días atrás. Aquello lo tranquilizó y también se durmió placidamente como toda la família.

Continuará…

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