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La despedida

en Hetero: General

La despedida.

Hola soy Alexandra de nuevo, en este relato os contare como mi amado y yo nos despedimos sin saberlo pero para siempre, aun siguiendo amándonos.

Es el sábado del puente de la constitución yo vine a verle como hacia siempre antes de ir a casa de mis padres, me quedaba una noche en su casa para recordar buenos momentos y dejarme caer en sus brazos. El aun no sabia que un mes después se iría a 12.000 Km. de mi a trabajar.

El tren llega al andén y le veo allí con su cazadora de cuero negra, unos pantalones oscuros y un gorro negro. Ve bajar a la gente, me busca con su mirada pero aun no he salido del tren era la ultima parada así que no tenia miedo de pasármela y me hacia de rogar. Yo llevaba un vestido negro de palabra de honor con un cordón para anudar al cuello, unas ligas de rejilla y unos zapatos de tacón de aguja negros y de punta, encima del vestido llevaba una chaqueta negra entallada de cuero ceñida a mi cuerpo dibujando suavemente mis curvas.

Salgo del departamento del tren donde estaba sentada, llevando en mis manos una maleta pequeña de carrito en la mano izquierda y en la mano derecha un bolso de viaje, según llego a la puerta del tren respiro hondo y salgo nerviosa como si fuera la primera vez que le viera, me recordaba a la primera vez que nos vimos, era mi primer día en la universidad llegue a la universidad y pregunte donde era la clase de imagen, me quede alucinada y casi muda cuando le vi allí en la mesa del profesor sentado , pero yo salí igual de nerviosa que aquel día entre en la clase y le vi. Me divisa desde su posición, se apresura a llegar donde estoy y me da un beso sin decirme nada y me rodea con sus brazos, en ese momento era como si volviera a tener 18 años cuando le conocí, se me puso la misma cara de tonta que se me puso la primera vez que me beso.

- Hola mi nena, ¿Qué tal te fue el viaje?

- Bien Cielo, pero estoy algo agotada, quiero llegar pronto a tu casa y sentirme arropada por el calor de tu cuerpo.- respondí con una sonrisa en la cara-.

Me cogió mi maleta y nos dirigimos a la puerta cogidos de la mano mirándonos cada poco como si tuviéramos miedo de soltarnos de las manos. Cogemos un taxi y nos dirigimos a su casa. En el trayecto nos besamos y me quede acurrucadita a el, echaba de menos quedarme medio soñolienta en su regazo.

Llegamos a su casa, antes de entrar ya en el ascensor decido descalzarme mis zapatos me están matando, el sin decirme nada me rodea con sus brazos y entramos en el ascensor. Casi no nos dirigimos palabra, el roce de nuestros cuerpos lo decían todo.

Comencé a andar delante de el como siempre, le encanta ir detrás de mi, viendo como mis pies descalzos pisan la alfombra que tiene en el pasillo de su casa tan exageradamente largo, poso mis maletas en su habitación.

-Cielo esta noche salimos a cenar, así que te duchas y te pones guapa que en 50 minutos hay mesa reservada.

Sin mediar palabra me fui a duchar, me desnude lentamente, sabia que el me estaba viendo por la rendija de la puerta, me metí en la bañera y el agua empezó a caer desde la ducha colgada en la pared, mis pezones se ponían duros y yo disfrutaba del murmullo del agua y de sus caricias, mientras el me miraba, sentía como me humedecía pero no era hora de jugar, será mejor que lo deje para los postres.

Salgo de la ducha sin secarme me paseo por su casa descalza, y dejando gotas de agua por encima de la alfombra, llego a la habitación. Me pongo unas ligas negras y un vestido de gasa negro con la espalda al descubierto, en mis pies pongo unos zapatos abiertos de puntera redonda y con tacones de aguja muy altos.

Me maquillo natural, un toque de rimel, la raya del ojo en negro, mis labios en un tono rojizo, y mi pelo húmedo en un semirecogido me da un toque de distinción. Esta noche es especial. El seguía mis pasos detrás de las puertas, sabe que me encanta que haga eso, son muchos años ya conociéndome y amándome.

El ya esta preparado tan solo me coge de la mano, y yo cojo mi chaveta de cuero, y salimos los dos camino al restaurante. Vamos caminando el restaurante queda cerca de su casa, por el camino casi ni hablamos, solo jugábamos con nuestras miradas.

- Llegamos- dijo con ímpetu-

Entramos y el camarero nos indico la mesa.

- ¿Qué desean tomar?- Pregunto el camarero mientras nos entregaba las cartas.

- De primero ensalada mixta para ambos. –Dijo el.

- De segundo pollo. –Conteste yo.

- ¿Tomaran postre?- pregunto el camarero.

- Mmm, tarta de chocolate- Conteste sin dudarlo mientras le sonreía.

No lo puedo evitar, me estoy mojando solo con mirar como come esa tarta de chocolate, que mal pensada soy, me dirijo al baño, le miro con cara de diablilla, y le doy a entender que quiero que me siga hasta el baño.

- Cariño, ¿Qué tal si nos vamos de aquí?

Pagamos y salimos del restaurante cogidos de la mano y nos dirigimos a casa, subimos en el ascensor, yo bailaba sin música inhibida, como si su simple presencia me hiciera flotar, su colonia se mezcla con la mía, nuestros cuerpos empiezan a liberar hormonas y feromonas. El me tiene rodeada con sus brazos, yo estoy de espaldas a el y froto mis caderas contra él, se que le encanta, en ese momento me gira y me da un beso, siento como me humedezco, y como mi humedad roza mis muslos, el posa las manos en mi cintura y me arrima muchísimo contra él.

- ¿Ves mi nena? Esto es todo culpa tuya.

Siento como su miembro se apreta contra mi sexo húmedo que solo trae de protección un vestido negro de gasa. Llegamos a nuestro piso, el ascensor se para, y me suelta, me doy la vuelta mi humedad se desliza lentamente por mis muslos, es una sensación muy tentadora, el abre la puerta del piso, yo me descalzo a la puerta, entro de frente al salón, pongo "Diary of Dream" el entra detrás de mi, sabe que le espera.

Me arrimo muy lentamente a el, empiezo besándole en la boca, un beso largo, profundo, en el que mi lengua llego a todos los rincones de su boca, mientras mis manos enredan en su nuca entre cruzadas y las del se posan en mis caderas, empieza a subir lentamente mi vestido con sus manos, mis manos en ese momento se bajan para quitarle su jersey negro, entonces mi boca empieza a bajar por su cuello, jugando con mi lengua, y pegando pequeños mordisquitos, siento su respiración cada vez un poco mas agitada y su sexo cada vez mas potente, mientras el mío se humedece cada vez un poco más.

Mi vestido esta ya medio subido, deja entrever el dibujo de mis ligas negras, y mis piernas largas con mi tatuaje desde el tobillo hasta medio gemelo, el sigue subiéndolo, hasta que por fin descubre que solo traigo las ligas debajo de mi vestido, una de sus manos se dirige a mi sexo y comprueba que estoy húmeda, moja uno de sus dedos y se lo lleva a la boca, en ese momento siento un escalofrió, sabe que estoy a punto de caramelo, le encanta comprobar de esa manera mi estado, estoy loca por sentir su boca como se posa en mi sexo.

- Cielo siéntate en el sofá grande, yo me sentare enfrente, quiero ver como te masturbas para mi pero no llegues a correrte, por favor.

Me siento y me resbalo un poco para estar más cómoda, es muy ancho y abro mis piernas para que tenga una buena vista. Mis ligas a medio muslo, mis piernas abiertas reposadas sobre el reposabrazos, mi pelo recogido. En ese momento el se arrima a mi y me suelta el pelo.

- Quiero ver como tu pelo acaricia tus hombros mientras lo haces.

En ese momento me acaricia el mis hombros y mis pechos desnudos, y se pasea por delante de mi y se quita sus pantalones, y a continuación sus slip, su miembro tiene la punta mojadita, y el se sienta en el sillón que esta enfrente al mío.

Empiezo acariciando mis pechos con una mano, mientras paseo uno de mis dedos por mi boca, lo humedezco bien en mi saliva con cara de niña buena, lo voy pasando por mi cuello por entre mis senos, por mi barriguita alrededor de mi ombligo y empiezo a acariciar con esa mano mis muslos mientras con la otra acaricio mis pechos.

Mientras tu estas con tu mano en tu miembro mirándome sin perder detalle.

Uno de mis dedos entra en mi sexo, y empieza a salir mientras con la otra mano no paro de acariciar mis senos, estoy casi llegando y empiezo a frotar con mi mano, mientras entra y sale mi dedo, mi clítoris.

- Para, para Cielo.

En ese momento te levantaste de tu asiento y echaste una colcha en el suelo, me hiciste tumbarme ahí, abrí mis piernas bien.

- A partir de ahora de la cintura para abajo tú no podrás tocar nada, de ahí para arriba todo lo que quieras pero lo demás me pertenece.

Se arrodilla y empieza a pasear su lengua por el interior de mis muslos y empezar a acercarse más a mi secreto, siento como su lengua se pasea por mi intimidad, y sus labios hacen presión en mi clítoris.

- Siiiiiiiiiiiiiii¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Sigue. Mmmmmmmmmmmmmmmm.

Mi cuerpo empieza a temblar y mi espalda se arquea. Siento mi primer orgasmo de la noche.

- Cielo, mmmmmmmmmmmmmm estoy deseando tenerte dentro mmmmmmmmmmmmmm.

Se reclina hacia adelante entrando en mi poco a poco, siento como entra en mi su verga tiesa y dura.

- Mmmmmmmmmmmmmm.

Ambos gemimos de placer, en entra y sale con fuerza de mi , bombea cada vez mas rápido, sale de mi.

- Cielo quiero que te pongas de perrito y me des aquel consolador que esta encima de la mesa.

Me estiro y lo cojo, en ese momento se que quiere que haga y antes de que me diga nada lo empiezo a chupar y meter y sacar de mi boca.

- Bien hecho Cielo, ya sabes lo que quiero……………………… Me encantas por eso.

Se lo doy y empieza a jugar con el en la entrada de mi culito, introduciendo un poco, y luego otro poco más cada vez que se acerca a mi ano, este empieza a dilatarse, siento como cada vez el consolador entra un poco más y ahora me lo clava, y el se estira y coge otro consolador, y me lo clava en el coñito, siento como entra sin problema y como el lo enciende, vibra esto me provoca otro orgasmo, mis jugos resbalan por mis piernas arrollando hasta la alfombra.

El se recrea viendo como estoy esa postura a cuatro patas, con las piernas abiertas y viendo asomar un consolador de mi coñito depilado y el otro de mi culito indefenso ante el, retorciéndome del placer del orgasmo y mi espalda arqueada como si de una gata me tratase. En ese momento se levanto, y saco de un cajón un lazo negro y me lo ato al cuello.

- Cielo eres mi gatita,¿quieres comer?

- Miau¡¡¡¡¡¡

Me lleva hasta la habitación, a gatas por la larga alfombra del pasillo hasta la habitación.

- Gatita súbete a la cama.

- Miau¡¡¡¡

- Hoy puedes comer en la cama.

Se sienta en la cama, y yo como buena gatita empiezo lamer su cuerpo, empiezo por el cuello, sigo por sus pectorales, haciendo hincapié en sus pezones, le encanta q se los muerda y chupe, y sigo bajando, ahora llegue a mi sitio favorito.

Le doy un beso en la puntita, poso mi lengua despacio, le miro y empiezo a lamer como una gatita lame la mano de su amo, empiezo por hacer con mi lengua pequeños dibujitos circulares, y ahora empiezo a metérmela y sacármela de la boca cada vez un poco mas rápido aunque intento que no te corras, aunque yo casi estoy a punto de sentir mi tercer orgasmo con los dos consoladores llenando mis agujeritos.

Cada vez hago que me folles la boca más rápido, me frenas, aun no quieres correrte.

Te colocas detrás de mi y me sacas el consolador de mi culito, en ese momento me viene el tercer orgasmo.

- Mmmmmmmmmm mmmmmmmmmmmmmm.

Metes tu verga de una estocada en mi culito, me hace ronronear como una gata en celo, me siento llena y empiezas a bombear dentro de mi con mucha fuerza mientras me coges de mi cintura, cada vez te siento mas dentro de mi, y el otro consolador aun esta ahí dentro me siento completa, llena, siento como me inundas de tu vida, en ese momento siento mi cuarto orgasmo, y cada vez me escurro un poco más sobre la cama y tu caes apoyado encima de mi tumbándonos los dos de lado mientras aun sigues dentro de mi, y vas saliendo poco a poco de mi.

Me sacas el consolador y quedamos ambos exhaustos, encima de la cama, sin poder casi movernos, me rodeas con tus brazos y pasamos la noche así.

Ya es por la mañana te despiertas y te levantas sin despertarme, te duchas y haces el desayuno y me lo traes a la cama, me despiertas con un beso, desayuno.

Me ducho mientras tu estas mirando entra la rendija de la puerta, me visto y recojo todas mis cosas y me voy a casa de mis padres, sin saber que esa seria la ultima vez que te vería.

Dos semanas más tarde me dices que te marchas a vivir a 12000km de mi y quieres que no llore, pero como no lo voy a hacer, ya han pasado 9 meses casi sin vernos, hecho de menos tu boca, tus manos y tus abrazos. No se nada de ti, pero espero que hayas encontrado a alguien que te complazca en todo como yo lo intente hacer.