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Nuera necesitada

en Amor filial

Mi nuera que sorpresa.

Este es mi relato de cómo sucedió esa primera vez con mi nuera, en un principio se mostraron reacios a vivir conjuntamente, pero los convencí al ser la propiedad amplia y contar con espacio suficiente, tal y como se sucedieron las cosas, cuando se fueron a vivir conmigo, acostumbrados a vivir solos, era yo quien preparaba el desayuno de nosotros, y cuando se casaron ella se levantaba para ayudarme a preparar el desayuno cortando batiendo, agregando, y ayudaba entonces a poner la mesa, así transcurrieron algunos días, como yo tengo mi propio negocio y funciona adecuadamente, no me es indispensable presentarme todos los días ni temprano, por lo que regularmente al irse mi hijo a trabajar nos quedábamos en casa mi nuera y yo, ella acostumbra andar en casa con una playerita ligera y con unos shorts en verdad cortos y ceñidos, pero esa era su forma de ser y a mi no me inquietaba en lo mas mínimo.

El día que sucedieron las cosas, me levante como todos los días, prepare el desayuno y si me llamo la atención que ella no se hubiera levantado, pero en ocasiones anteriores ya había sucedió algo similar y yo le hablaba para que saliera a desayunar.

Ese día al irse mi hijo a trabajar, procedí a llamarla y al no recibir respuesta me acerque a su alcoba y toque respondiéndome ella que no se sentía bien, ingresé a la habitación y le pregunté que si algo le había hecho daño de la comida o la cena, y que cual era su malestar, indicándome que tenia un dolor que no definía bien, tomando mi mano y guiándola debajo de las sabanas que la cubrían me mostró que le dolía de la pierna al vientre, que era una molestia que le inquietaba, fue cuando al sentir su piel tibia y ella guiando mi mano que sentí que su mal no era inventado, levante la sabana que la cubría quedando expuesta con solo esa pequeña tanga.

Ella se ruborizo y se cubrió sus senos fue cuando proseguí acariciando su pierna hasta su hermoso rinconcito y me percaté que ella suspiraba y se dejaba hacer, la bese, bese su cuello sintiendo como su pecho se agitaba al compás de su respiración, mil cosas pasaron por mi cabeza.

Mi cabeza era un lío monumental... no lo podía creer, a la vez que sabia que eso ocurriría. Mis manos fueron directo a esa preciosidad. Comencé a acariciar su cuerpo de mujercita tierna. Le recorría toda la pierna, los muslos, sus brazos, la acariciaba por sobre la tanga. Ella simplemente sonreía, creo yo que al mirar mi cara de asombro.

Mi boca se dirigió a su cuello para empezar a besarlo y succionarlo, mientras mis manos se metían entre sus brazos para poder acariciar mejor sus pechos. Sus pezones estaban durísimos y eran oprimidos por mis hábiles dedos, que no dejaban de jugar con ellos. Después de un rato sus brazos desaparecieron y mi boca ocupaba el lugar de una de mis manos. Lamía golosamente ese pezoncito que saltaba como retándome, mientras ella comenzaba a respirar más rápido y agarraba la cabeza apretándome contra sus tetas, las que eran chupadas y lamidas por mi boca.

Había logrado lo que quería. Una de sus manos se dirigió a mi entrepierna y comenzó a acariciar mi abultado paquete. Mi mano que quedo libre se dirigió rápidamente a su sexo, metiéndose por entre su tanguita. Mis dedos acariciaban sus labios vaginales para luego introducirse despacito en su conchita, en busca de su botón de placer. Mismo que empecé a frotar suavemente, mientras ella se chorreaba en medio de gemidos ahora mas pronunciados que antes. Sus piernas se frotaban entre si, apretando con sus muslos mi mano que le estaba dando un placer tremendo. Ella saco al exterior mi pene, el cual estaba a punto de reventar y comenzó a acariciarlo suavemente. Yo estaba como loco y no dejaba de chuparle las tetitas, pero lo único que iba a poder aplacar su deseo era penetrarla, cogerla como la ardiente que es. Así que me levante, le termine de sacar la tanga, ella se dejaba hacer con una sonrisa picara en la boca. Luego me desvestí y me acomode entre sus piernas.

Métemela despacito... que no me han metido nada aun... me dijo con cierto tono de inocencia, lo cual supuse era para calentarme mas... mi hijo no satisfacía a esta hermosa mujer por alguna razón que desconocía. Continué acariciando y besando todo su cuerpo, sintiendo como iba en aumento su excitación, me sorprendía y animaba a continuar por sus suspiros y la forma en que mordía sus labios, besé su monte lamí sus labios chupe y bese su clítoris, ese botoncito mágico que la hacía exclamar y suspirar seguí en mi labor hasta lograr que explotara en un orgasmo de antología, subí por su vientre besando y acariciándolo, hasta su hermosos senos que invitaban a comérselos, la giré y besé su espalda hasta sus hermosas nalgas, separándolas y besando en medio de ellas, arrancándole suspiros, gemía y pedía ser penetrada, la gire de nuevo quedando boca arriba levante sus piernas y las bese, las acaricie, lamí y chupe sintiendo como se tensaba mientras demandaba seguir y penetrarla, me recosté a su lado y la monte en mi, (Entonces le acerque la punta de mi pene a su vagina, la abrí completamente de piernas, colocando cada una a cada lado mío y acerqué mi verga hacia ella. Abrí sus labios y empecé a meter la cabeza. Pude notar como sus piernitas se cerraban alrededor mío y me apretaba, a la vez que agarraba fuerte las sabanas. Pero yo al ver que entraba se la metí de una sola estocada. Ella se llevó la almohada a la boca y dio un gran grito, el cual fue apagado por la almohada. Entonces la tome por las caderas y empecé mi lento bombeo. Mi pene entraba y salía de forma cadenciosa de dentro de la conchita de mi nuera, me estaba sacando unas ganas terribles que venia trayendo desde hace rato.

Después de un rato de bombeo, ella se acostumbro a mis embates y comenzó a mover su cadera, para recibir de una forma más directa a mi verga que estaba taladrando su húmedo coño, me cabalgaba como una verdadera amazona subía y bajaba sus tetas hermosas rebotaban en cada brinco de ella, sudaba y gemía, gruñía, se apoyaba en mi pecho levantaba su cabello, arqueaba la espalda y se dejaba caer en mi verga dura, hasta que en un orgasmo mas se soltó cayendo desfallecida con su cuerpo encima del mío. Le estire las piernas y nos giramos. Luego le tome las piernas y las subí hasta mis hombros, así me daba mejor acceso a su vagina y me eche sobre ella, pasando mi lengua por sus hombros, cuello y cara. Ella me agarraba fuertemente la espalda y gemía pidiendo más y más.

-Dame más durooooooo... aaaaaahhhhhhh... que ricoooooooo... aaaaaahhhhhh.... oooooohhhhhhh... siiiiiiiiiiiii.........

Yo seguía bombeando sobre ella que estaba disfrutando como loca, mientras seguía con sus movimientos de cadera y rasguñando mi espalda. Movía su cabeza hacia ambos lados, mientras gemía y mostraba un rostro desencajado por el placer, mientras se venia en continuos orgasmos. Mientras tanto yo estaba echo una bestia y no paraba de darle con todo, pero aun estaba conciente de lo que hacia, y cuando sentí que me estaba viniendo se la saque y mientras ella estaba ahí tirada, medio satisfecha y cansada. Pero yo no había acabado me gire y nuevamente la situé encima mío acariciando su espalda y su hermosas nalgas, besando su deliciosos senos chupando sus pezones, deslizándola hacia mi pene que se frotaba contra sus labios llegando a su clítoris inflamado, pedía ser penetrada, lo suplicaba, tomándola de la cadera la pose sobre mi herramienta dura que con su mano ubicó en la entrada de su cueva que destilaba jugos abundantemente, levante mi cadera para iniciar la penetración y ella se dejo caer sintiendo al intruso que separaba sus paredes y se sumergía completamente, soltando ella unas lagrimas y un quejido que anunciaba la posesión plena y total, quedando momentáneamente desfallecida siendo ese el momento de máximo placer, la abracé besándola y acariciándola tiernamente, diciéndole al oído princesa lo que has de haber ansiado para llegar a este momento, y seré yo quien te haga vibrar y juntos solucionaremos esto, continuando con su vaivén suave y rítmico teniendo nuevamente un orgasmo con un pene en su interior, contrayendo sus músculos pidiéndome que me colocara encima y le siguiera haciendo el amor nos giramos en la cama y proseguí dándole placer, hasta que tuvo otro orgasmo y yo el mío vaciando en su interior todo lo que había acumulado, sin dejarla de besar le prometí a esa bella princesa que nunca le haría ningún daño y que me sentía enormemente afortunado en ser el primero en haber dado tanto gusto en su gruta de placer, y que lo haríamos todas las veces que ella quisiera.

Me pidió que la dejara sola y así procedí, llevándole mas tarde su desayuno, mimándola como lo que es una hermosa princesa.

Dejo hasta aquí este relato, que escribo para precisar que no soy un ser malvado que solo deseo lo mejor para ellos y que mi adoración por ella es inmensa. Ella les contara lo que después hemos vivido a lo largo de este tiempo que me he dedicado a su satisfacción y gozo. Mimándola y llevándole su desayuno todas las mañanas hasta su cama.