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Realidad - Burka

en Textos educativos

BURKA

Arde otro mundo
más allá de esta celosía
que atrapa nuestra mirada.

Lo sabemos, lo intuimos,
quizá reinventado.
Sus tierras ocres
hirvientes de sangres freáticas,
de odios espesos,
bajo un cielo que acuchilla
cualquier esbozo de penumbra.

Un país sin esquinas ni sombras,
sin primaveras,
de geografía sumida
en la absoluta esencialidad
de los elementos.

El cielo azul y la tierra vacía,
polvo y rocas y un silencio de espinas
atravesando la relampagueante quietud
que sólo el fragor de los guerreros
- muchos, demasiados -, osa profanar.

Así, de la quietud horadada
va ensangrentándose este subsuelo
donde, conviene recordároslo,
habitamos nosotras.

Aunque nuestro mirar ya sólo
se asoma hacia dentro,
hacia el grito que revienta el pecho,
las entrañas rotas, el corazón quebrado
hacia el llanto y el odio y la mansedumbre
y ese tedio amasado entre gruesos muros
que no nos dejan respirar.

El nuestro sí es un mundo de sombras.

Cuando emergemos al país ocre y azul
nuestros cuerpos se disuelven en la nada.

No nos es dado ver ni ser vistas.

Así lo han dispuesto los guerreros.

Solas. Enrejados los ojos y enrejada la vida,
aún a veces sorbemos
una balsámica melaza
de imposibles sueños de amor.

Casi con vergüenza, casi con miedo.
Pero qué queda sino soñar
cuando sempiternas violaciones
nos han paralizado en la inexistencia.

Luzaseni (Barcelona, España); Mayo 30 de 2003

 

Sharbat Gulamira, cuando en un campo para refugiados Afganos en Pakistán, fue fotografiada por Steven McCurry en diciembre de 1984 y su fotografía fue portada de National Geographic en junio de 1985.

 

Cuando ya deberíamos todos haber aprendido que significa aquello de "Amaos los unos a los otros" y "Ama a tu prójimo como a ti mismo", estamos más lejos quizás que nunca de comprender y practicar sus significados. Hoy Junio 4 del 2003, observo que hay un país en África en el que una mujer que hizo lo que ella quiso con su cuerpo y dio vida a un nuevo ser, está condenada a muerte mediante la lapidación; a una muerte ignominiosa, irracional, por "individuos" que se consideran dueños de la verdad absoluta, pero que no son mas que cobardes disfrazados, que disponen de las vidas y de las haciendas de millones de mujeres y también de hombres que a su vez creen que eso que tienen se puede llamar vida, sociedad, país, nación o que se yo.

Para muestra sólo basta con un botón.

Estas mujeres, oprimidas desde el nacimiento hasta la muerte, deben abandonar a sus hijos varones, a sus esposos, a sus hermanos, a sus padres, sus casas, sus pueblos, sus ciudades y su países, por la única razón de que no las merecen, e ir en busca de un género de vida más humano, deben ser apoyadas incondicionalmente por eso, que hoy sirve para muy poco, y que en sus orígenes se denominó Organización de las Naciones Unidas, además de por todos los pueblos y gobiernos del mundo; a fin de hacer caer para siempre y de un solo golpe la infamia que Todos los Hombres (por aquello de que "tanto peca el que mata a la vaca como el que le agarra la pata"); repito, la infamia que todos los hombres hemos permitido que se materialice en contra de La Mujer Universal.


Asqueado del mundo en el que me ha correspondido vivir, poso mis labios en la mano de las mujeres que lo habitan.

Rodrigo Cifuentes Fernández.