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Sexo con un empleado de la finca de mi papá

en Hetero: General

Para comenzar con este relato quiero decir que soy una chica de 18 años, no aficionada al sexo, pero si se presenta la oportunidad la aprovecho. Este es mi primer relato y espero que les guste.

Mis padres y yo decidimos pasar el fin de semana en nuestra finca a la afueras de la ciudad; al llegar, los trabajadores encargados de cuidar el lugar nos recibieron muy bien y nos comentaron que esa noche en el pueblo se celebraría una fiesta, y que si lo deseábamos podríamos asistir.

A mis papás no les agradó mucho la idea, pues estaban cansados y su viaje no era de diversión sino netamente de negocios; sin embargo yo si me moría de las ganas por ir, y de tanto rogarles terminaron dándome permiso para ir acompañada por uno de los trabajadores de confianza de papá. No me disgustó para nada la idea; por el contrario me gustó mucho saber que ese hombre de 22 años de edad, cuerpo escultural, piel trigueña y unos ojos verdes oscuros que me mataban cada vez que me miraban iba a acompañarme a una fiesta.

En la noche me vestí con una pequeña minifalda de Jean, botas de tacón cafés y una blusa escotada que dejaba ver mis senos, que aunque no son muy grandes, son lindos y provoca comérselos. Me aseguré de estar lo mas provocativa posible para ganarme el deseo de los hombres, pero especialmente de ese que iba a acompañarme.

Al salir del cuarto, Miguel (así se llama el chico) me miró de arriba abajo con gran disimulo. Le dije:

OK… estoy lista ¿nos vamos ya? -

Si vamos… y agarró mi mano conduciéndome hacia afuera-

Al salir, me dijo que estaba muy bonita y que había cambiado mucho desde la ultima vez que me vio (habían pasado unos 3 años mas o menos).

Iniciamos una conversación acerca de nuestras vidas y le pregunté si tenía novia; a lo que me respondió que no, que era un hombre demasiado exigente y no se fijaba en cualquier mujer. Detuve ese interrogatorio y continuamos nuestra charla acerca de cosas secundarias, hasta llegar al lugar donde se hacía la fiesta.

Entramos y había un buen ambiente, además de que todos los hombres eran bastante guapos y bien parecidos. Nos sentamos y me preguntó que quería tomar y pedí una cerveza. No quería dármela por ser menor de edad y tampoco quería tener problemas con mi papá por ofrecerme trago; pero le insistí diciéndole que solo sería una para quitar la sed y terminó aceptando.

Después de un rato de estar hablando ahí sentados, le agarré la mano y le pedí que bailara conmigo. No tuvo problema alguno y se levantó de inmediato.

El baile se tornaba demasiado sexy y me puse de espaldas hacia el; pude sentir su paquete rozando mis nalgas mientras agarraba mi cintura.

Cada vez me calentaba mas y arqueaba un poco mi espalda hacia adelante tratando de pegar mas y mas mi cola a su pene. Se sentía delicioso, y el también se excitaba a medida que yo movía la cadera de lado a lado.

Mientras bailábamos, los meseros se acercaban ofreciendo copas de aguardiente y ron con coca cola; yo las recibía y Miguel ya no me decía nada ni se preocupaba por lo que pudieran decir mis padres.

Después de un rato de estar bailando de esa forma tan sensual y excitante pusieron una música un poco más suave y romántica; y en ese momento recosté mi cabeza sobre el hombro de miguel. Bailábamos despacio y aún podía sentir su pene erecto.

Se me olvidó absolutamente todo, incluso el hecho de estar en un lugar lleno de gente; solo me concentre en ese hombre, en su cuerpo... Me interesé solo por abrazarlo durante el baile y acercar mis labios a su cuello.

Por un momento creí que iba a apartarme pero no… al parecer le gustó lo que estaba haciendo, así que proseguí: bese y mordí delicadamente su cuello, y para mayor y mejor comodidad desabroché tres botones de su camisa y acaricié su pecho. Me miró con deseo, pero a la vez con una cara de sorpresa y preocupación

Lo que haces esta mal -

¿mal? Pero… ¿te gusta o no? -

¡Sí! Me gusta y mucho. Pero tus papas… -

(puse mi dedo índice en su labios) no te preocupes, ellos no están y no tienen porque enterarse de nada -

Pues… tienes razón. –

Me agarró de la cadera y me besó de una forma deliciosa, con su lengua recorrió todo el interior de mi boca. Me excité tanto que no pude resistir y pase mi mano por encima de su pantalón sintiendo la gran erección que tenía en ese momento.

Se acercó a mi oído y me dijo que saliéramos del bar. Como buena niña me dejé llevar por el y ni siquiera pregunté a donde

Llegamos a la parte trasera de una casa, era como un campo, en donde me agarró las nalgas, me puso contra su pecho y me besó apasionadamente.

Como pude, terminé de desabrochar todos los botones de su camisa. Pasaba mis manos por su espalda, su pecho, su abdomen… me encantaba, que bueno estaba ese hombre. El, mientras tanto se dedicó a pellizcar mis senos y pasar su lengua por mi cuello.

Me tiró sobre el pasto y me despojó de toda mi ropa excepto mi tanguita y mi brasier; acarició todo mi cuerpo y yo sentía que me penetraba solo con la mirada. Recorrió mis piernas con sus labios húmedos y al llegar a mi vagina tocó mi monte de Venus por encima de la tanga, mientras que con su boca continuó besando mi abdomen y senos.

Bajé la cremallera de su pantalón y el se encargó de quitárselo junto con el boxer dejando a mi disposición un pene de unos 23 cm de largo y un grosor considerable.

¿Te gusta?... ¿es suficiente para la hija de mi patrón?

Sin pronunciar palabra agarré esa verga entre mis manos y la introduje en mi boca. Acariciaba sus huevos y su abdomen mientras le mamaba el pene y el empujaba mi cabeza como si además quisiera meterme los testículos. Que rico sabía, como me gustaba pasar mi lengua por su glande mientras el gemía y respiraba aceleradamente.

Me agarró del cabello y me levantó. Bajó mi tanga y desabrochó mi brasier.

Chupó, lamió, mordió, tocó, pellizcó e hizo de todo con mis senos. Me sentía en el paraíso, y a decir verdad lo era, pues toda esa pasión era también algo romántica estando bajo un cielo repleto de estrellas y con una luna llena que iluminaba nuestros cuerpos

Ya no podía mas… necesitaba sentirlo dentro de mí, le pedí que me penetrara, pero no quiso. Solo me dijo que tuviera paciencia y lo dejara actuar; que mas podía hacer yo… tenía que obedecer a un trabajador y dejar que hiciera conmigo lo que se le apeteciera.

Prosiguió con sus caricias y besos e introdujo dos dedos en mi vagina y luego aumentó a 4. Al sacarlos empezó a morder suavemente mi clítoris y lamía mi vagina como un perrito con sed. Yo acariciaba su cabello y gemía de placer… arqueaba mi espalda y le pedía que no parara.

aaaahhh… aaahhh que rico… sigue… sigue… aaaahhh –

Se detuvo, y poniendo su fabuloso cuerpo sobre mí, me besó, agarró mis senos y me penetró

Si que me dolió al principio… nunca había tenido dentro uno tan grande, pero sin embargo era delicioso, que rico se sentía… comenzaba despacio y terminaba embistiéndome fuertemente. Yo lo único que podía hacer era gritar y gemir de placer y pedirle mas y mas. No quería terminar nunca.

Se acostó boca arriba y yo me senté encima de su verga y empecé a cabalgarlo. Era tan excitante estar allí teniendo sexo, en medio del campo y sabiendo que alguien podría llegar en cualquier momento; aunque eso era casi imposible, pues todo el mundo estaba disfrutando de la celebración y ese lugar era un poco alejado y solitario

Yo seguía saltando sobre su verga a punto de explotar mientras el pellizcaba mi cintura y mis senos al tiempo que decía:

aahh, que rico lo hace la hijita consentida de mi patrón… quien iba a pensar que un simple trabajador iba a tener encima a la hija de tan respetado señor –

…Tanta palabrería me aburrió y para callarlo me coloqué sobre el en la pose del 69; comencé a mamarle la verga y el a lamer mi vagina.

Después de un rato tuvimos un orgasmo los dos al mismo tiempo. El se tragó todo mis jugos y los saboreó como si se tratara de lo mas rico que hubiera probado en su vida. Yo por mi parte recibí su semen en mi boca y trague todo lo que pude, el resto calló en mi cabello y parte de mi pecho.

Nos quedamos un rato acostados sobre el pasto besándonos y después nos vestimos y salimos camino a la finca de mis papás. El iba atrás de mí, abrazándome por la cintura y besando mis hombros y cuello

Al llegar, todo estaba oscuro y mis padres durmiendo.

Lo invité a la piscina con el fin de quitarme todos los residuos de semen que me había dejado. Al principio no quería, pues temía que alguien nos viera, pero al quitarme la blusa cambió de opinión.

Nos desnudamos completamente y entramos a la piscina. Estando allí hicimos una clase de juego erótico bajo el agua, masturbándonos el uno al otro. Intenté hacerle sexo oral, y a pesar de que logré introducir el pene casi hasta la mitad no pude seguir, pues el agua me asfixiaba más que su pene llegando hasta el fondo de mi garganta

Puse las manos sobre las escaleras de la piscina y puse a su disposición mi culo. De inmediato metió su verga fuertemente en mi ano y me hizo gritar de dolor, sentí como si me hubiera partido en dos. Me puso su mano en la boca y me dijo que tenía que estar calladita sino quería que nos descubrieran, así que tenia que dejarme penetrar analmente sin omitir palabra. Poco a poco me acostumbre y ya no sentía dolor, por el contrario, el placer era inmenso y quería mas; mientras el me daba por el culo yo introducía dos dedos en mi vagina.

Así continuamos un rato y luego me cargó y me puso al borde de la piscina mientras el estaba de pie dentro de ella… metía dos dedos en mi ano al tiempo que metía su lengua en mi vagina lo mas que podía. Yo agarraba mis senos y su cabello; arqueaba mi espalda y me mordía los labios tratando de no gemir para evitar que alguien se diera cuenta.

Tuve varios orgasmos en ese momento y luego me tiré a la piscina abrazándome a el con piernas y brazos e introduciendo su verga en mi vagina. Era algo complicado estando dentro del agua, pero sin embargo fue una de las sensaciones más ricas que había sentido en mi vida.

Salimos de la piscina y el me llevaba en sus brazos. Nos secamos, nos vestimos y me acompañó hasta mi cuarto. Se quedó un rato conmigo bajo las cobijas besándonos y acariciándonos. Le pedí que eso que había sucedido quedara entre los dos y que por favor lo repitiéramos.

Lógicamente lo repetimos, y no una sino muchas veces. Ahora cada vez que puedo voy a la finca a buscar a mi hombre. Pero si quieren que les cuente el resto de lo sucedido pues opinen. Si les gusta podré continuar

 

Gracias