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Relatos prohibidos (primera vez)

en Hetero: General

No había vuelto a escribir… Pero a petición de mis lectores lo haré de nuevo.

Este relato es acerca de mi primera vez… de cómo me quitaron la virginidad… De la forma en que le entregue mi cuerpo a mi segundo novio, con todo el amor y pasión que se desbordaba de mi ser.

Para aquellos que siguieron mis relatos anteriores y se preguntan que ocurrió con Gustavo, pues se lo contaré; con él estuve dos meses de novia. Al cabo de ese tiempo me dejó porque entro a la universidad y conoció a otra chica que quizás si le daba lo que el quería: sexo.

En fin…

Conocí a Camilo cuando tenía 14 años y el 16, nos hicimos novios y nos queríamos muchísimo. Algunas veces cuando estábamos juntos empezábamos a besarnos y terminábamos con caricias por todos nuestros cuerpos, pero sin quitarnos la ropa.

Así fue hasta el día en que cumplimos un año de noviazgo; día en el que me sentí totalmente segura de entregarle mi virginidad y hacerlo dueño de todo mi cuerpo, para que hiciera con el lo que se le antojara.

A las 3 de la tarde salí de mi casa y me dirigí a la de él. Al llegar me recibió con un tierno y a la vez apasionado beso que me hizo sentir aun mas segura de lo que iba a hacer. Subimos a su cuarto y antes de abrir la puerta me cubrió los ojos con sus manos; entramos y al destapar mis ojos me encontré con un oso de peluche gigante sobre su cama.

Feliz aniversario bebé… Te amo

Me lancé hacia su cuerpo y lo bese de la forma mas apasionada, aferrandome a su cuello mientras el me sostenía de la cadera.

Amor… Yo también tengo un regalo para ti… aunque no es algo material se que te va a gustar, pues es algo que quieres hace mucho

¿A qué te refieres mi niña?

Quiero regalarte mi virginidad Camilo… quiero ser tuya

Se llevó una gran sorpresa con lo que le dije y al parecer no supo decir nada; solo me sostuvo por la cintura y empezó a besar mi boca… mi cuello, mi pecho, mis hombros y terminó mordisqueando mi oreja.

Aún abrazados y besándonos fuimos cayendo poco a poco en su cama, dond ese encargó de desabrochar mi blusa y quitar suavemente mi pequeña falda.

Al fin estuvimos completamente desnudos y el comenzó a recorrer cada parte de mi cuerpo con su lengua… No le hizo falta ningún rincón por tocar, mordisquear, acariciar y besar, siempre con la misma ternura y cariño que hacía que cada vez me sintiera mas enamorada.

Se detuvo. Observó mi vagina totalmente depilada para él y después de mirar mi cara con sus ojos llenos de lujuria hundió su cabeza entre mis piernas y empezó a lamer y morder suavemente mi clítoris.

Fue increíble, una sensación que jamás había sentido y que no imaginé sentir ni siquiera en mis mas locas y pornográficas fantasías.

Yo gemía fuertemente mientras que Camilo me sostenía de la cadera sin dejar de lamer mi virginal vagina.

Amm… sii… aaahj… ummm. El primer orgasmo se asomó entre mis paredes vaginales y todos mis jugos cayeron en la boca de camilo.

Él se levantó y sosteniéndome de las manos me acerco lentamente hacia su erecto pene. Yo lo agarré con las dos manos y torpemente traté de introducirlo en mi boca; él me fue dando indicaciones para que ninguno de los dos sufriera molestias durante el sexo oral. Me acostumbré a tener ese pene en mi boca y poco a poco le tomé el gusto suficiente.

Después de darle una buena mamada, Camilo me acostó sobre la cama y abrió mis piernas; se posó sobre mi cuerpo, me besó e introdujo suavemente su pene en mi vagina.

Al principio me dolía mucho, pues hasta el momento los mas grande que había tenido dentro eran tres de mis delgados dedos, pero me acostumbre al dolor que poco a poco se convirtió en placer a medida que el pene entraba más y más.

Como ya no existía ningún tipo de dolor empecé a pedirle a Camilo que lo hiciera mas rápido y el haciendo caso a mis palabras iniciaba un mete y saca que producía que mi cuerpo se retorciera de la excitación.

Los dos sudábamos, nos mirábamos directamente a los ojos llenos de lujuria y nuestros cuerpos calientes chocaban dando paso a un cosquilleo en mi abdomen, pubis, vagina y piernas.

Tenía orgasmo tras orgasmo y no sabía como controlarme, pues Camilo no paraba de penetrarme con todas su fuerzas y yo sentía que iba a explotar en cualquier momento.

Al fin se detuvo y caí rendida sobre la cama. Nos besamos y acariciamos nuestros cuerpos con una pasión casi inhumana como si además de ser la primera vez que tuviéramos sexo fuera la ultima.

Minutos después inició nuevamente su mete y saca y por segunda vez me sentí en el cielo; cerraba los ojos y sentía su pene dentro de mi causando estática en todo mi cuerpo y provocando que de mi boca salieron los gritos mas placenteros que puedan imaginarse.

aaah... aaah… no… aaay… aaah!!

Decidimos cambiar la posición, y me coloqué sobre el. Empecé a cabalgarlo de una forma casi profesional, pues debo decir que siempre me ha gustado mucho bailar y se mover muy bien mis caderas.

Yo realizaba movimientos de lado a lado y de arriba a bajo sobre su paquete mientras el pellizcaba mis senos y me pedía mas… mas… y mas.

Al sentir él que su orgasmo se acercaba me agarro de la cintura y me puso rápidamente en cuatro sobre la cama. Por un momento pensé que iba a penetrarme por el ano y no quería, pues aun no estaba preparada.

Pero mis sospechas fueron erróneas; Camilo continuó penetrándome por la vagina.

Le pedí que no se viniera dentro, pues ninguno de los dos se estaba protegiendo y lo que menos deseábamos era un embarazo.

Haciendo caso a lo que le pedí saco su pene de mi conchita y derramó todo su semen sobre mi espalda; me dio la vuelta y lo introdujo en mi boca en donde terminaron de caer algunas gotas que me supieron amargas, pero aun así me las trague.

Tirada sobre la cama, con el cuerpo aun sudoroso de Camilo sobre el mío me quedé profundamente dormida.

BESOS A TODOS Y GRACIAS