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Recomendaciones a mujeres que quieran ser infieles

en Textos educativos

Ante todo, habría que distinguir entre los tipos de infidelidad. Y lo haré ante las causas que pueden provocarla. En general el origen siempre será el mismo: nuestro marido o nuestro novio no nos satisface plenamente. Lo hemos hablado de forma más o menos sutil y vemos que nada puede cambiar.
Antes de caer en la infidelidad una puede preferir optar por terminar la relación. En muchos casos será la postura más apropiada. Pero también es un paso arriesgado. Sobre todo si nos atenemos a las causas de nuestro distanciamiento:

1) Si nuestra pareja no nos gusta en su forma de comportarse con nosotras, como persona, hay que dejarla sin más. No se deben mantener relaciones con alguien que nos resulte desagradable.

2) Si atravesamos una etapa apática en nuestra relación. En que hemos perdido un poco el interés de la una por el otro, en que la relación de pareja pasa a un segundo plano (como con el nacimiento de nuestros hijos o por el simple paso del tiempo).

3) Si no nos gusta el sexo con él, ya sea por el aburrimiento y la monotonía o porque pensamos que estamos perdiendo una gran parte de algo tan delicioso, por falta de pericia de nuestra pareja o por la situación en que nos encontramos cuando hacemos el amor.

4) Si creemos que una aventura podría hacernos la vida más excitante, más llena, hacernos sentir deseadas y sexys.

5) Si una es demasiado sexual para lo que nuestro marido nos puede ofrecer. Ser una mujer caliente no es nada malo, es más, es una virtud que no se puede desaprovechar.

Creo que salvo en el primer caso, en que la separación es obligatoria, los otros puntos bien pueden ser motivo de emprender una experiencia fuera de la pareja. Sé que muchas me criticaréis por decir esto, pero es algo que no me importa. Aprovecho este espacio para dar mi opinión al respecto.

En muchos casos la aventura puede servir para aliviar las dudas hacia nuestra pareja y hacer que lo que pensábamos era una vida monótona deje de serlo. Por ejemplo, si pensamos que nuestro esposo tiene un pene normal y luego probamos un amante y descubrimos que tiene un tamaño menor que el que tan bien conocemos; o si el improvisado amante tiene menos resistencia que nuestro engañado marido, podemos ver que no era tan malo el sexo que nos estaba dando a diario.

También el simple hecho del engaño es un empujón de adrenalina que puede servir para pasar una mala racha en una relación y que pasado ese rato, retomemos con mejor pie nuestra pasión por nuestro marido.

a) Relación sexual. Para muchas mujeres que no han conocido a otro hombre que a su marido siempre queda la duda de cómo sería hacerlo con otros hombres. Muchas creen que tal vez sería mucho mejor amante cualquier otro, o sospechan, por lo que oyen o por lo que ven, que su marido no les da lo que necesitan.

En este caso lo que recomiendo es una relación meramente sexual, sin ningún tipo de compromiso. Para ello os recomiendo lo siguiente:
- Ante todo con higiene, si una decide acostarse con otro hombre puede tratarse de un cerdo que tenga algún tipo de enfermedad de transmisión sexual. Aparte de la vergüenza por ser descubierta de la peor de las maneras, es un asunto lo suficientemente serio como para no dejarlo pasar. Todo lo que se haga se debe hacer tomando precauciones al respecto.
- Protección contra el embarazo. Me parece evidente, pero no por ello dejo de mencionarlo. Una noche loca no puede cambiar nuestras vidas, por muy loca que sea la noche.
- Desconocido. Si sólo queremos una relación de una noche, lo justo y necesario es que sea un perfecto desconocido. Si lo hacemos con un amigo nuestro, o persona conocida, es muy probable que queramos o quiera repetir. Además se multiplica la probabilidad de ser descubierta, los hombres no son famosos por hablar poco de sus conquistas.
Que sea un desconocido no significa que sea cualquiera que pase por la calle. Alguien que nos de alguna confianza, con el que hayamos hablado un poco, que veamos que se amolda a nuestros gustos y nuestra idea de pasarlo bien sin riesgos ni compromisos.
En ciudades grandes es fácil encontrar alguien así, en pueblos y ciudades menores lo más recomendable es probar suerte en una ciudad próxima o aprovechar unos días de vacaciones.
- Oportunidad. No debe ser algo planeado a rajatabla. Se debe encontrar una buena oportunidad de pasar tiempo fuera de casa sin despertar sospechas. Y si en ese intento no surge la oportunidad, lo mejor sería dejarla pasar, no forzar la situación y caer en las manos de cualquier energúmeno. Que me perdonen los hombres, pero siempre sobran hombres dispuestos.
- Excitante. Sobre todo tenemos que hacerlo con alguien que nos resulte excitante. Para malas experiencias siempre podemos volver a casa. Un hombre que nos atraiga físicamente desde el primer momento, el tipo de hombre que andamos buscando, si buscas un tipo de gimnasio, no te marches con un barrigudo. La que quiera un hombre de otra raza que no desespere y se conforme con menos. Que a pesar de los nervios de la situación, te excite pensar en ti con ese desconocido, juntos y desnudos en una anónima habitación de hotel.
- Libre. No creo que acudir a un profesional sea una solución. Lo mejor de la experiencia no es el sexo en sí, sino la emoción previa, los nervios, la duda. ¡También una puede ser rechazada! Eso es lo que da verdadero valor y lo que puede servir para calmar la duda de forma tal vez permanente. El sexo de pago es para ellos.
- Disfrútalo. Piénsalo muy bien antes de intentarlo. Cuando subas en el  ascensor con ese desconocido no es el momento de plantear dudas. Porque le harás perder el tiempo a él y sobre todo a ti. Y no disfrutarás de la experiencia. Las dudas, antes. Una vez superadas, hay que saber abandonarse al placer. ¿Eso es lo que buscamos, no?
- Experiencias. Para algunas mujeres lo que se sueña es una fantasía sexual. Un encuentro morboso con un desconocido puede serlo todo, pero también se puede desear probar algo nuevo, que nuestro marido no nos dé.
El sexo anal no es cosa de una noche, si no se tiene experiencia previa. Si vuestro marido no ha sabido hacerlo o no ha querido, o es algo que no se ha hablado nunca, no creo que haya hombre tan experto como para estrenar vuestro agujero secreto en una sola noche sin haceros mucho daño. Y muchos no tendrán apenas experiencia aunque digan lo contrario.
El morbo de practicar sexo oral a un desconocido es incomparable. Jugar con el semen de un desconocido... ¡Que se me va el hilo! No hay que olvidar que teóricamente aunque es improbable, existe posibilidad de transmisión de Sida a través del sexo oral. Marcharse a casa con el sabor de otro hombre en nuestra boca, sintiendo el sabor del semen dentro de la garganta, algo que una puede disfrutar toda la vida, pero sin olvidar lo anterior.
En general, si tienes una fantasía trata de averiguar si ese hombre desconocido está capacitado para satisfacerla. ¡Y no dejes de cumplirla!
- Mujeres. Si tienes la duda de cómo será hacerlo con otra mujer no dejes pasar la experiencia. Te maravillará. Eso sí, no esperes que sea fácil encontrar una candidata. Si tienes una oportunidad ¡Aprovéchala! Además para muchos hombres esto no será una traición total. Muchos sueñan con que su esposa tenga atracción por otras mujeres. El mito del trío.

Cuando lo que se busca es una relación tal vez estable, a espaldas del matrimonio, hay que extremar las precauciones.

- Cuidado con no ser descubierta. Eso puede causar un divorcio inminente en que la más perjudicada es la parte que engaña. O sea, ¡Tú!
- Evita los solteros. Si te embarcas en una relación con una persona soltera y sin compromiso es casi seguro que acabará insistiendo para que dejes a tu marido y que su falta de otra persona le lleve a intentar quedar contigo en todo momento, a veces dificultando el mantenerlo todo oculto. Los casados tienen la ventaja de que saben el riesgo que corren. Si los dos acabáis muy enamorados, podréis dejar vuestras antiguas parejas. Si uno de los dos tiene dudas, no merece la pena que rompáis nada. Aunque insisto, antes de toda infidelidad hay que considerar la opción previa de la separación.
- Para a tiempo. No dejes de evaluar tu situación en todo momento, si ves que esa relación es sólo una preocupación más, tal vez sea el momento para dejarla de lado. O si no es todo lo que esperabas. Mejor estar frustrada con un hombre que con más de uno.
- Cambia de barco. Si ves que lo que alimenta esta infidelidad es solo el sexo, siempre puedes replantear tu idea inicial, pasándote al grupo de las que deseamos probar algo nuevo.
- No es para siempre. Una infidelidad continuada es algo que cuesta mucho ocultar y al final el esfuerzo por mantenerlo todo bajo control puede acabar con todas las ventajas del engaño. No perpetúes tu infidelidad demasiado o te encontrarás sin darte cuenta dentro de una desagradable monotonía.  La tensión de la mantener la mentira es agotadora.
- Cuidado con quién confías. Ten cuidado con quién hablas de tu infidelidad. Quizás la que consideras una gran amiga sea una víbora que aproveche la oportunidad de la confidencia para hacerte daño. A veces porque abriga intereses hacia tu propio marido.

En cualquier caso, para unas y para otras, aunque nadie recomiende la infidelidad como solución a nada:

- Recordad que los hombres son mucho más infieles que las mujeres. Que hasta la apatía que tenemos con nuestro marido puede deberse a una infidelidad previa de él.

- Recordad que tenemos derecho a ser felices y la obligación de buscar por todos los medios la forma de encontrar dicha felicidad.

- Que el sexo no es ni algo aburrido, ni monótono, ni algo que nos deba resultar desconocido.

- Nunca lo reconozcáis. No ayuda la confirmación de una duda. El divorcio será peor, el margen de duda hace menos daño a la persona traicionada. No es lo mismo saber que has sido engañada que saber cómo, dónde, con quién y cuándo. El daño es menor.

En cualquier caso, estas son mis recomendaciones personales, no soy ninguna experta sólo que creo que podía ayudar a otras que se encuentren en una situación tan difícil como la previa a una infidelidad. Entendedla así.