miprimita.com

Reencontrando a Elena (2)

en Grandes Series

Esta historia es continuación de un relato anterior. Para situarte mejor debieras leer el capítulo 1:

http://www.todorelatos.com/relato/71798/

CAPÍTULO 2

Poco a poco iba volviendo en mí y recobrando el aliento. Elena llevaba una respiración más calmada. Tenía los ojos cerrados y una expresión de satisfacción.

Ha sido… ufff, brutal.- Resoplé.

No ha estado mal para haber estado desentrenado.

Eso parece y tampoco veo mucha queja por tu parte ¿eh?- Le dije en tono burlón sabiendo que para ella también había estado bien, que a uno le gusta hacer bien las cosas.

Al tiempo que decía esto me moví un poco, un escalofrío nos recorrió a ambos. Nos miramos pícaramente. Al poco que se descuidó repetí la maniobra; mi herramienta aún seguía en un estado bastante contundente. Me volvió a mirar recriminándome la jugada pero no de una forma seria. Me salí y fue a lavarse intentando no pringar las sábanas. La verdad es que había sido una corrida de órdago. Ayyy la píldora!!!! el 3er mejor invento después de la rueda y el motor.

Al volver Ele me fui yo al cuarto de baño a hacer lo propio, no sin recibir un cachete en el culo. No me giré, pero sí esbocé una sonrisa. Un cumplido le gusta a cualquiera. Al volver me tendí en la cama junto a Elena.

Supongo que ahora toca "la charla".- Le pregunté en un tono relajado. Estaba en la gloria poscoital, no creo que nada de lo que pudiera decirme me podría sentar mal.

Pues no sé. ¿Tú crees que hace falta? Hemos echado un polvo y ha estado bien.- Me respondió resuelta.

Un polvo y ha estado más que bien. Y ahora cuando me recupere otro. Pero me refiero a mañana por ejemplo.- Seguía relajado, tanto si me decía que no se volvería a repetir como que mañana nos encontraríamos para otra sesión no me iba a extrañar. Aunque esperaba repetirlo mañana y pasado y al otro, pero sin que fuera una relación formal.

Pues ahora no busco pareja.- Su tono reflejaba algo de preocupación. Estaba claro que ella no quería un "novio formal" y tampoco quería hacerme daño o que me hiciera ilusiones con ello.

Perfecto. Acabo de salir de otra relación algo escaldado. Así que no quiero embarcarme en otra. Pero las necesidades fisiológicas están ahí, y es sano.

Claro es por salud.- Me respondió divertida y aliviada.

Claro que sí. Es por tu bien.- Le dije con una sonrisa de oreja a oreja. Perfecto, aclarada la cuestión.

Lo del segundo round iba a ser que no. Había quedado con unos amigos para dar una vuelta, ni me invitó ni tampoco tenía muchas ganas de salir por ahí. Acordamos también algo más la situación. Nos veríamos cuando nos apeteciese para hacer lo que nos apeteciese y podríamos liarnos con otras personas. Pero con esas otras habría que usar (el maldito y engorroso) condón. No es que tuviese nada a tiro, y ella pues no lo sabía, pero tampoco importaba. Juntos teníamos un sexo tremendo, su manera de entenderlo y practicarlo. Ya me preocuparía yo de tenerla entretenida.

Al día siguiente estuvimos chateando un poco hablando de lo divino y de lo humano pero no nos vimos. El sábado me llamó por teléfono a eso de las 8 de la tarde.

Que pasa Javi. Tengo plan perruno, hoy no salgo. ¿Te apetece una peli en mi casa?

Pues llamas con poca antelación, déjame consultar mi chorvagenda.- Haciéndome un poco el interesante pero en tono de broma totalmente.- ¿Tienes alguna peli interesante?

Interesante…. Sssi….

Iré por hacerte un favor vaya.- Película no sé si veríamos, pero tampoco iba a decirme vente a follar. Aunque en una ocasión sí que me lo dijo.

El caso es que el calor tan horroroso que hacía, que los colegas estaban con las novias, que estaba perro para hacer otra cosa y que una velada de sexo intenso no se debe despreciar, me fui para allá a la hora acordada. Me fui bastante informal, pantalón corto, camiseta y chanclas. ¿Para qué más? Eso sí, llevé palomitas. Una vez allí me abrió y nos saludamos con un pico. Se giró y me hizo pasar, aproveché para darle un toquecito en el culo. Iba con un minipantaloncito y una camiseta de manga corta bastante holgada, se notaba que iba sin sujetador que para eso estaba en su casa. Mientras se hacían las palomitas en el microondas, fuimos al salón a elegir la película. Grandes clásicos, actuales, comedias, acción, románticas, castañas,... nos decantamos por Drácula (la de Coppola, vaya peliculón). Así que nos pertrechamos en el sofá con las palomitas dispuestos a "ver" la peli.

Las palomitas iban cayendo y Ele se recostaba cada vez más sobre mí, así que me eché hacia el lado izquierdo para ofrecer mejor superficie y ella se recostó sobre mí con los pies en el sofá. Las palomitas ya desaparecieron y el bol fue a la mesita donde no estorbase. A mí ya se me había quedado dormido el brazo de estar apoyado sobre él, así que propuse que nos tumbásemos los dos. Quedamos ella delante y yo detrás abrazándola. Buena jugada.

No sabría decir que fue antes, sí su culo restregándose ligeramente contra mi paquete o mi mano paseándose por su escote por encima de la camiseta. Entonces se giró con el ceño fruncido diciendo:

 ¿Me estás metiendo mano?

 Pues aún no. ¿Me estás restregando el culo contra el paquete?- Se ve que había ganas de jugar al escondite.

 Me echo hacia atrás, que me empujas y me vas a echar del sofá.

 Tu no te preocupes que te sujeto.- Ya te empujaré tranquila.

La cosa quedó ahí y seguimos viendo la peli. Mi mano se deslizó dentro de su camiseta para abarcar uno de sus magníficos pechos. Esta vez no protestó, tan sólo me echó una mirada. No sabía si interpretarla como que estaba tardando o que no la distrajese. El caso es que me dejó hacer, así que hice. Seguí acariciando delicadamente esos pechos. Suavemente con la punta de los dedos haciendo círculos alrededor de las aureolas con algún que otro toque a los pezones que se iban poniendo duritos. Tan mal no debía estar. Iba notando un poco más agitada su respiración. Me fijé en su cara y tenía los labios entreabiertos intentando disimular los suspiros. Así que retiré de su hombro la camiseta para poder besarlo e ir bajando despacio hacia su cuello. Mi mano pasó de casi ir rozando a amasar sus pechos con ansia. Ya íbamos entrando en calor. Iba acercándome a su cuello y ella retiró el pelo de esa zona para permitirme el besarlo.

Besaba, lamía y mordisqueaba su cuello mientras mi mano fue deslizándose hacia su vientre, buscando el camino a su entrepierna. Mi mano allí fue bien recibida con un ronroneo suave. Separó algo sus piernas para dejarme hacer bajo su pantalón. Le estaba acariciando el interior de los muslos y su sexo, despacio aún. Tenía que ir calentando para que empezase a estar húmeda. Nuestras bocas se encontraron ahora por primera vez en la noche. Ele se seguía dejando hacer, así que empecé a aplicarme a su sexo. Aún no estaba "a punto", pero en poco lo conseguiría. Entonces recogió un poco las piernas para facilitarme las cosas, así que ahora sí que empecé a emplearme a fondo. Sus suspiros me lo confirmaban. Seguíamos con la lucha entre lenguas al tiempo que seguía arrancándole gemidos con mi mano en su entrepierna. Su excitación estaba por las nubes, se acercaba ya al orgasmo y yo la iba a dejar llegar. Se arqueaba cada vez más y su respiración estaba también bastante acelerada. Liberé su boca de mis besos para dejar que cogiera ese aire.

Ya estaba gritando claramente y la recompensé con un mordisco en el cuello, esto terminó de lanzar la carrera a su orgasmo definitivamente. Así que aguantando los calambres en mi muñeca redoblé los esfuerzos mientras me deleitaba mirándola contorsionarse y gemir.

Ahhh!!! Síiiii!!!.- salían de su boca.

Yo solo sonreía y seguía acariciándola. Entonces empezó a convulsionar y a gemir más fuerte. Estaba llegando a su orgasmo, por mi parte no aflojaba el ritmo. Cerró sus muslos atrapando mi mano entre ellos y entonces paré pero sin retirar mi mano. Quería deleitarme al ver sus espasmos con el más leve movimiento de mi mano. Un par de veces es suficiente, tampoco hay que abusar y más también se hace desagradable. Retiré la mano despacio y me levanté para desnudarme mientras volvía en sí. La tienda de campaña montada en los slips era ya más que notable. Ele se había "despertado", así que con mimo, me acerqué para besarla y quitarle la tela sobrante.

No me entretuve al quitarle la ropa. Quería desnudarla. Ya una vez desnuda me acerque a ella por sus piernas, besando una y otra yendo hacia arriba. Sus muslos, el interior, hasta que iba llegando a su sexo y su olor. No soy fetichista al respecto, pero la época de sequía que llevaba atrás pues influye ese olor tan atrayente.

Muy despacio empecé a degustar aquellos labios. Pasando mi lengua alrededor e introduciéndola todo lo que podía sin olvidar el clítoris. Parecía que estaba lista para una nueva batalla. Así que subí por su cuerpo besando aquí y allá. Dediqué algo de tiempo a sus magníficos pechos, con esos pezones erectos, la aureola completa parecía estar erecta. Me recibía con una sonrisa. La besé mientras iba introduciendo mi miembro que me pedía a gritos el participar ya en algo. Suavemente fui entrando en ella, parando para adaptarnos el uno al otro. Hasta que Elena me cogíó del culo y pegó un tirón de mí para que me clavara completamente. Ambos soltamos un suspiro y nos miramos con una sonrisa.

Empecé a bombear al principio con tranquilidad, saboreando cada embestida. Despacio pero con profundidad y fuerza. Fui aumentando el ritmo entre gemidos débiles suyos, pero no quería que nos desbocásemos. Así que paré y me salí de ella. Quería que se pusiera ella encima y marcase el ritmo un rato. Así que me tumbé y le hice una seña con el dedo para que se acercase. No se lo pensó ni un instante. Se puso sobre mí, restregó su sexo con el mío (como si hiciera falta provocarme más...) y se empaló ella misma despacio. La sujeté por la cintura para que no se echara sobre mí, quería verla cabalgar. La melena suelta empezaba a ser un incordio y se hizo una cola. Se me estaba ocurriendo algo.

Lo cierto es que no era muy cómoda esta postura en el sofá, porque tenía una pierna en el suelo y la otra muy encogida en la zona del respaldo, pero tampoco se quejaba precisamente. Así que aumentó un poco más el ritmo y que maravilla ver esos pechos arriba y abajo hasta que los agarré y los estrujé. La miré y le hice un gesto diciendo: -Que pechos!! que gozada.

La sujeté de la cintura para que parase. Era algo incómoda la postura y no quería que terminásemos así porque ya estaba empezando a entusiasmarse. Hice que se pusiera apoyada en el respaldo, con las rodillas en la zona de sentarse y algo separadas y me situé detrás de ella. Un perrito pero más incorporado. Metí de nuevo la polla en su coño despacio mientras tenía una mano en su cintura y la otra en su hombro. Cuando ya estaba dentro me acerque por su mejilla izquierda para besarla, se veía que la postura ya le había gustado y aún no habíamos empezado siquiera a bombear. Poco a poco fui embistiéndola. Mientras besaba su cuello, le mordía la clavícula, lamía su oreja. Ele tenía los ojos cerrados y la cabeza ligeramente hacia atrás con la boca entreabierta. Nos lo estábamos pasando genial.

El ritmo fue aumentando, ya llevaba un buen rato y no iba a durar mucho más. Así que empecé a darle más fuerte mientras empezó a gemir más claramente. En un momento dado hice lo que antes se me ocurrió al recogerse la cola, con mi mano derecha agarré su pelo y tiré ligeramente hacia atrás, sin fuerza pero que lo notase. Eso le sorprendió un instante, pero lo recibió de buen grado. Que le diera un poco de caña le gustaba y también supongo que no esperaba eso de mí. Así que de esta guisa seguí empujando y jadeando hasta que empecé a alcanzar mi orgasmo. Incrementé el ritmo aunque en realidad ya no era dueño de mí. Y terminé inundándola. Ele estaba a punto, así que seguí empujando hasta que sus gritos y movimientos delataron que ella también estaba llegando a otro mundo. Uno de los mejores polvos de mi vida.