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Mi juguete preferido (4)

en Confesiones

Mi juguete preferido (4)

Trabajando como puta y la visita al ginecólogo

Todo lo que sabía Sandra de puta, se lo había enseñado su amiga Andrea y fué ella quien la metió en este mundo Un buen día le enseñó un fajo de billetes y le explicó que con su físico y aprendiendo de ella, podría conseguir lo mismo. Al principio Sandra no lo tenía muy claro pues aunque le gustaba vestirse y exhibirse como una puta y no se cortaba en cuestiones de sexo, no tenía pensado hacer de ello un negocio.

Andrea la convenció para que se emancipara y viniera a vivir a su casa. Y así empezó colaborando con ella en duplex lésbicos con sus clientes. Previamente ya habían ensayado muchas veces. Mas tarde ya se atrevió a hacer servicios ella sola y cuando vió como su bolso se llenaba de billetes tan fácilmente, ya no tuvo ninguna duda de que esto era un chollo que tenía que aprovechar ya que Andrea le facilitaba mucho las cosas proporcionándole los clientes que ella no podía atender. Llevaba siempre un book que ella misma le había hecho con fotos desnuda o vestida muy provocativa para que el cliente pudiera verla en todos los ángulos. Muy orgullosa decía que siempre le daban el visto bueno, excepto alguno que quería alguna chica con las tetas mas grandes o con ciertas características especiales.

La instruyó en las reglas básicas que debe observar una buena profesional: nunca follar gratis, siempre con preservativo, fingir orgasmos, contentar al cliente alabando su potencia sexual y el tamaño de su miembro. En fin, dejándolo satisfecho para que repitiera. Y la verdad es que lo conseguía. Tenía ya una cartera de clientes asiduos que cuando venían por negocios o ferias a Barcelona, la llamaban sin falta.

Entre semana, sólo hacía servicios que no acabaran muy tarde para poder descansar e ir al trabajo oficial en condiciones. Los fines de semana ya no tenía horarios y no despreciaba ningún servicio aunque durara toda la noche. Yo procuraba acompañarla y recogerla para que no tuviera que ir sola por la calle a altas horas de la noche con aquella pinta de pendón. Esto me lo compensaba y me lo agradecía muchísimo y así nunca me negaba ningún capricho. A los dos nos iba muy bien esta colaboración. Yo disfrutaba escogiéndole su vestuario siempre provocativo y a veces no tenía mas remedio que follármela, para apagar mi fuego cuando la veía así vestida , antes de acompañarla. Otras veces la follada se producía al llegar a casa cuando la recogía y ya lo tenía asumido como pago por mis servicios de chofer.

Normalmente no solía relatarme sus encuentros a no ser que se diera alguna situación morbosa que sabía que me gustaría o para desfogarse si había tenido alguna mala experiencia con algun cliente desagradable, que de todo había., aunque éste ya quedaba borrado de la lista. Alguna vez sí que tuvo que darme explicaciones como en una ocasión que me tuvo casi media hora de plantón .Habíamos quedado a una hora y al llegar a la recepción, veo que no estaba. Le pregunto al conserje si la había visto

Buenas noches, ha visto una chica esperando aquí en recepción?

Se refiere a Sandra?

Si

Usted es Alberto?

Me ha dicho que se retrasaría un poco porque está hablando con el director del hotel

Algún problema?

No que va, ninguno

Me siento en un sillón del salón de la entrada y allí me espero a que venga. Por lo visto ya era conocida en este hotel..Lo primero que pensé es si habría tenido algún problema con su cliente.

Al cabo de unos minutos aparece despidiéndose amigablemente del director. El conserje también la despidió efusivamente. No se que tenía esta chica que en todas partes caía bien.

Hola cariño, perdona que te haya hecho esperar pero me ha surgido un imprevisto

Que pasó?

Nada, que mientras estaba aquí esperándote, me ha visto el director y como ya me conoce, me ha pedido un servicio rápido y no podía decirle que no, porque ya sabes, me interesa estar a buenas con él y así me facilita las cosas para conseguir clientes.

Tú siempre tan práctica

Luego caí en la cuenta de porque el conserje me había dicho con cierta sorna lo de que estaba "hablando" con el director. Seguro que en cuanto me vió, debía pensar: mira el cabrón este que va rascando el techo con los cuernos que lleva.

Sus clientes solían ser gente de empresa. A los que mas odiaba era a los ejecutivos agresivos que se creen que el mundo gira alrededor de ellos y siempre querían llevar la iniciativa tratándola como un simple objeto. Salían perdiendo porque la implicación por parte de ella bajaba muchos puntos. El otro extremo, con los que mas gozaba, era con el tipo de cliente que la trataba como una amante antes que puta. Prefieren dejarse llevar, les gusta el juego preliminar para coger temperatura y así ambas partes disfrutaban mas y ella se implicaba dando lo mejor de si misma.

Cuando mas dinero se sacaba en menos tiempo era en las orgias con 2 o 3 clientes a la vez. Ahí ya sabía que su culo sería perforado junto con sus otros agujeros. Si le pedían un griego en el servicio, antes había que pactarlo ya que tenía suplemento. En este caso, como cuidaba mucho su cuerpo, se ponía una lavativa y luego un plug para dilatar el agujero para que fuera fácilmente accesible cuando se la metiera el cliente. Era una gozada verla, mientras se arreglaba, andando desnuda por la casa con el plug insertado entre sus nalgas. Alguna vez no podía resistirme, le quitaba el plug y se la insertaba en su trasero, aunque a mí nunca me ha seducido demasiado lo de petar el culo. Era mas por el hecho de saber que podía disponer de todos sus agujeros que por el gusto que me proporcionaba. Siempre me ha dado mas placer follar una mujer por el coño, por lo que no le insistía demasiado en este aspecto.

Tambien algún ejecutivo la contrataba como florero para quedar bien en alguna cena de negocios. Entonces se vestía según las indicaciones del cliente, discreta o provocativa dependiendo de la estrategia empresarial. Incluso a veces si al cliente le convenía satisfacer algún invitado, para motivarle a cerrar un negocio, se la cedía amablemente para que la disfrutara, habiéndolo pactado previamente para que no hubiera ningún malentendido. Alguna vez, incluso se la habían sorteado mientras ella permanecía impasible a ver con quien le había tocado follar.

Aunque pudiera sentirse como una mercancía de intercambio en el materialista mundo de los negocios, a ella le daba igual y tenía asumido su papel. No le importaba, incluso le gustaba sentirse como una deseada mujer objeto si esto le proporcionaba un beneficio en forma de dinero contante y sonante

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En el ginecólogo

Sandra tenía hora en el ginecólogo para cambiarse el DIU. El médico le había dicho que pidiera hora tan pronto como le viniera la regla, pues el aparatito hay que colocarlo en este momento. Yo sabía que le daba un poco de miedo porque le tenían que manipular su chochito profundamente y me ofrecí a acompañarla, lo cual me lo agradeció mucho.

Después de esperar unos minutos la llamaron y le pregunté a la enfermera si podía estar con Sandra durante la intervención. Me dijo que sí pero a condición de que estuviera tranquilito. Se desvistió, se quitó el tampax y se puso la bata que le habían dado. Se tendió en la camilla ginecológica, o sea con las piernas abiertas apoyandolas en los estribos, como en los partos. Yo estaba en su cabecera, cogiendole la mano, por lo que no veía nada. Entró el ginecólogo que ya la conocía y ya sabía de su promiscuidad, pues al medico no hay que esconderle nada y se puso manos a la obra.

Desde mi posición no veía muy bien como iba la cosa, pero primero le metió un largo tubo transparente. Creo que se llama espéculo. Luego le metió una sonda conectada a un aparato para ver el interior por la pantalla. Le dijo que todo estaba muy bien. Luego le introdujo una pinzas enormes que quedaron fijas y con otras pinzas muy largas le extrajo lentamente el DIU. Yo notaba como Sandra me apretaba la mano según la sensación que tenía que no se si era de dolor, de placer o todo mezclado. El ginecólogo cogió una bolsita y la abrió. Era el nuevo DIU que le iba a meter en lo mas profundo de su vientre. Se lo introdujo con aquellas largas pinzas y se estuvo un buen rato hurgando y colocándoselo. Luego le sacó las enormes pinzas que habían quedado fijas y que daban angustia verlas y luego el tubo. Por fin se había acabado la intervención..

Desde luego le debía quedar el coñito muy escaldado con tantas cosas. Había sido una nueva experiencia para conocer mejor las intimidades femeninas. Desde mi perspectiva visual, veía lo que le ponían y le sacaban y lo describo como lo recuerdo aunque me puedo equivocar .

Seguramente si lee este relato alguna mujer que lleve un DIU me podrá corregir muchas cosas aunque yo lo explico como espectador.

Se vistió, se introdujo el tampax de recambio y pasamos al despacho del doctor que empezó a teclear todo el historial de la intervención. Cuando acabó le dijo que todo estaba bien y le recordó que tenía que guardar abstinencia durante unos días para que se asentara el DIU.

En estas se me ocurrió preguntarle al médico.

- Doctor, me gustaría que Sandra se anillara los pezones y el clitoris. Que opina usted ?

Sandra me clavó los ojos con una mirada asesina y una expresión de desagrado total. Despues de un silencio, dijo el doctor

- Yo como médico no puedo recomendar las perforaciones en los organos sexuales ni en ninguna parte del cuerpo. Aunque tengo algunas pacientes que se lo han hecho y no han tenido problemas. Pero no es el clitoris lo que se perfora, sino el capuchón del clítoris. Si sexualmente da placer o no, no os lo puedo decir porque no me he informado en este aspecto y lógicamente, no se lo he preguntado a las pacientes que lo llevan. Aunque algunos estudios dicen que sí. De todas formas, Sandra, si te lo haces, que sea en vertical en el capuchon del clitoris porque es la forma mas natural. Y sobretodo que te lo hagan en algun sitio con experiencia en esto y sería necesario que pasaras despues a verme para revisarlos.

- No tengo previsto hacerme nada de esto. Le dijo Sandra muy molesta

En cuanto cruzamos la puerta de la consulta me miró con cara de perro diciendome

- Pero tu estas gilipollas?. Como se te ocurre preguntarle esto al medico y ademas sin consultarme nada.

- Bueno. es que me ha salido de repente y el ginecologo es el que mejor puede saberlo

- Pues quitatelo de la cabeza. Que quieres, que parezca un arbol de navidad con tanto adorno?. Ya llevo el agujero de los pendientes, el piercing en el ombligo, la cadenita de la cintura, la tobillera, pulseras. Ya solo me faltaría anillarme las tetas y el coño. Y mi cuerpo es mío y no tengo intención que me lo dejen como un gruyere

-Y te olvidas de que además llevas el DIU, el tampax y cuando no está el tampax, mi polla o la de tus clientes.

- Cerdo

- Zorra

Me dió una "cariñosa" bofetada

Fuimos a tomar un café con leche calentito para que se le pasara el malhumor y hacer las paces después de la bronca que me echó. Ya no se habló mas del tema. Pero me hubiera dado un morbo increíble que se anillara los pezones y el coño. Ya lo había probado con alguna lumi y es algo que siempre me ha excitado. Pero estaba visto que este capricho no sería cumplido porque así como no tenía inconveniente en vestirse muy provocativa, no quería ni hablar de cosas que pudieran afectar a su cuerpo, excepto el piercing que llevaba en el ombligo.