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Mi adorado amo -- Capitulo 2

en Sadomaso

 

 

 

            MI  ADORADO  AMO  capitulo dos

 

 

    Mi amo Sergio me había ordenado que estuviera listo para salir al día siguiente a las once y media de la mañana. Me indicó con detalle lo que tenia que ponerme:

 

    Minifalda escocesa (Yo siempre tenia que salir de niña), blusa corta con la cintura y los hombros al aire, corbatín a juego con la falda, medias azul marino hasta las rodillas, zapato plano, sujetador y braguita con el ocultapene. Maquillaje ligero, uñas rosa pálido, lo mismo que los labios y coletas a los lados con coleteros de bolas. Look de colegiala.

 

    Me extrañó que me dijera que me pusiera las muñequeras y tobilleras con argolla, así como el collar de perrita con la correa, ya que no los llevaba en publico, pero obedecí sin preguntar, ya que no me dio permiso para hablar. Llevaba varios días sin azotarme, por lo que no me quedaba ninguna marca en el cuerpo, mi amo  debía tener algo planeado.

 

    Después de media hora por el campo el amo detuvo el coche delante de un gran portón, llamó al portero automático y se abrió Un centenar de metros llegamos a una imponente mansión y el amo me dio sus instrucciones

 

--Harás todo lo que te digan mis amigos y les responderás a todo lo que te pregunten. Tienes permiso durante todo el día para correrte las veces que puedas.

 

Detuvo el coche entre una docena de vehículos frente a la casa y salió primero, abrió mi puerta, tomo la correa y me llevo hasta la puerta de la casa, ya abierta donde nos esperaba una jovencita con un precioso traje de criada, negro blanco con encajes y falda cortisima.

 

--Buenos días señor-- Dijo la doncellita – Sigame por favor.

 

    Nos condujo a un gran salón, donde había siete hombres y tres mujeres, todos muy guapos y elegantes. Ademas por las correas y collares había tres esclavos ( o esclavas, no estaba claro) Nos recibió un hombre de unos cuarenta años, alto, muy atractivo de cuerpo atlético

 

--Mi querido Sergio, bienvenido a mi humilde mansión

--¡ Ya quisiera tener la mitad de humildad!-- Respondió riendo el amo – Gracias por el recibimiento, Marcos.

--¡Pero que tenemos aquí ! – Dijo el anfitrión fijándose en mi.

--Levanta la cabeza – Ordenó el amo

¡--Que maravilla!  Sergio has traído una autentica maravilla, que carita mas encantadora, ¡ es un ángel! y que boquita mas deliciosa, me la comería a besos.

--Pues no te prives – Riéndose el amo. – Y ademas se llama Angel.

 

    Marcos me acaricio las mejillas con sus manos y yo ofrecí mi boca, entreabierta. Me sacaba la cabeza en altura, así que me levantó la miá mientras se inclinaba hasta conectar sus labios con los míos. Sus labios mordisqueaban los míos y su lengua empezó a abrirse paso hacia el interior de mi boca, recorriendola toda. Su mano izquierda en mi nuca, mientras la derecha levantando la minifalda y entrando en la braguita, me sobaba el trasero sin parar.

    Me estaba excitando a tope. Le rodeé con mis brazos y me apreté fuertemente, mi pequeño cuerpo contra el suyo.

 

¡Delicioso! – Dijo separándose de mi. – Sergio, me gustaría follármelo el primero.

Encantado.

Mari – Llevatelo y ponle un traje de camarera, quiero que me sirva personalmente.

 

    Mari me llevo a una habitación, estimo mi talla y saco ropa de un armario.

 

Quitate la ropa, bueno la interior dejala, lo mismo que las medias y los zapatos. Valen

 

    Me puso unas enaguas blancas y un vestido negro, con la falda cortisima, a la altura del culo y un pequeño delantal blanco, toda la ropa preciosa, llena de bordados y adornos.

 

    

Comimos algo rápido en la cocina, para estar preparados para los señores. Primero vermú y aperitivos. Marcos el señor de la casa me tomo como su camarera particular, besándome, sobándome por todas partes y dándome azotes en el culo con su mano.

 

--¿Te gusta esta ropa ?-- Preguntó el señor

--Si, ¡ Es lo mas lindo que he tenido en mi vida!

--Pues te la regalo

--¡ Oh, gracias, muchísimas gracias!

 

 

    Terminada la comida y recogida la mesa, me ordenaron volver a ponerme la ropa de colegiala y bajar al salón

 

 

    Pasamos a una sala que parecía preparada para diferentes juegos sexuales, aspas para atar cuerpos, cadenas con gancho del suelo, colchonetas, y en una mesa pegada a la pared, dildos, látigos, etc.

 

    Pusieron música y nos ordenaron a los esclavos desnudarnos  bailando. El amo me ordenó que me dejase puestas las medias. Nos aplaudieron al terminar y se acercaron para examinarnos bien, resulto que eramos dos chicos y dos chicas. Me dio la impresión de causé muy buena impresión Una de las tres mujeres paso su dedo por mi rostro:

 

--¡Que preciosidad, que carita mas linda, que ojos y que boquita!-- Dijo rodeándome la cara con sus manos.

 

    Acercó sus labios a los míos y me beso con ternura al principio. Era la primera vez que me besaba una mujer, y aunque no estaba mal prefería algo mas viril. De todas formas colabore lo que pude.

 

    El anfitrión y mi amo me llevaron a una cadena del techo con gancho y colocaron las argollas de mis muñequeras. Con un mecanismo eléctrico, elevaron la cadena hasta quedar con los brazos en alto.

 

--Que piel mas estupenda.-- Dijo Marcos – Es una pena, casi preferiría follármelo sin marcas.

 

--Si, pero es que unos cuantos azotes le ponen cachondisimo. – Contesto mi amo – Y veras que polvazo.

 

De todas formas escogió un multicolas pero de silicona en vez de cuero que casi no dejan marca, pero que se sienten mucho menos, lastima, con tanto publico me gustaría dar un buen espectáculo    

 

 

    Marcos me azotaba por detrás y mi amo por delante, el cual me mando abrir las piernas para azotarme los testículos y el pene. Dolía, pero poco a pesar de lo cual me excite y tuve una completa erección, en parte gracias a los azotes del publico. La mujer que me había besado tomo un látigo de cuero y ese si dolía, el resto del publico se animó y todos me dieron algún azote y latigazo mujeres incluidas. Y estas no se cortaban, eran las que daban mas fuerte.  

 

    Todo el mundo se había desnudado durante el castigo, habían colgado al chico de otra cadena, una de las chicas estaba atada al soporte de madera en aspa con la espalda a la vista y la otra en un cepo que le sujetaba la cabeza y las manos en la misma tabla con los pies en vertical y el tronco paralelo al suelo. Todos los amos recorrían la sala castigando a todos los inmovilizados. A la chica del cepo se la estaban follando por detrás Al chico colgado lo estaban enculando sin soltarlo, mientras una de las mujeres le chupaba la polla.

 

    El anfitrión se acercó a mi, tenia la polla algo mas grande que la del amo, y muy bonita ademas, perfecta, la juntó con la miá con su mano y se inclino para besarme. El morreo fue de antología, con su lengua recorriendo toda mi boca y enlazándola con mi lengua. Me descolgó de la cadena y me llevo a una colchoneta, donde de pie me volvió a pesar.

 

 

--¿Como te gusta hacerlo ?-- Preguntó

--Como mas te guste a ti. --Respondí – Me gustan todas, la perrita porque me siento poseído, y eso me excita mucho. Y el misionero porque te veo la cara y me siento tu mujercita.

 

    Me tumbó boca arriba y me levantó las piernas. Una de las doncellas trajo lubricante y se lo entregó al señor, el cual rápidamente me lo aplicó metiéndome dos dedos. Sin perder mas tiempo, apuntó su polla en mi ojete y la introdujo lenta pero hasta el fondo. Rápidamente empezó a bombear, con ritmo y metiéndomela entera, hasta que sus huevos golpeaban mis nalgas.

 

    Apoyado en sus codos, el conseguía doblarse para morrearme sin parar, besarme el cuello, mordisquearme el lóbulo de la oreja. Me hizo un par de chupones en el cuello que casi me hacen correrme. Tome sus manos y las puse encima de mis pezones, el entendió y se dedicó a acariciarmelos suavemente, pero le rogué que me los estrujara sin piedad

 

    Yo ya no aguantaba mas, con mis tetitas estrujadas, su polla a toda marcha en mi culito, cuando me hizo otro chupón en el cuello exploté soltando todo mi semen por su pecho y el mio con grandes estremecimientos. Con varios gruñidos y espasmos, me lleno el culo de leche hasta rebosar por fuera, se notaba que era su primer polvo del  día, por lo menos.

 

    Aplastó mi cuerpo durante unos instantes y luego se giró quedando boca arriba en la colchoneta, momento que aproveche para limpiar con mi lengua la leche que había salpicado su pecho, y con dedos recogí la que había en el mio, así como la que se había salido de mi culo.

 

    La llevé toda a mi boca y se la enseñé a Marcos cerré la boca y tragué. Volví a abrir la boca y se la mostré ya limpia. Marcos estaba fascinado. Los que no estaban follando, aplaudieron. Tres tíos y dos de las chicas pedían turno para hacerlo conmigo ( ¿Que hago yo con chicas, no tengo ni idea?)

 

    Había en una mesa un gran buffet con bebidas y aperitivos al que me llevó Marcos para tomar algo. Les dije a las chicas que haría lo que fuera para complacerlas, pero no tenia ninguna experiencia con chicas.

 

--¡ Uy que mono, un virguito!-- Dijo una de ellas – Ya te enseñaremos nosotras. Chicos ¿Nos dejáis ser las siguientes?

 

 

    Aprobación general. Todos querían ver una iniciación Las chicas me sujetaron las muñecas en dos cadenas del techo, con los brazos en V.

 

    Usaron látigos, una por delante y la otra por detrás y daban con ganas. Nunca me habían azotado tan fuerte. En un momento dado Sergio gritó:

 

    --¡ ALTO; ALTO ! – Y le quito el látigo a la tía – Le habéis hecho sangre, eso esta fuera de los limites. – Me habían hecho un pequeño desgarro, poca cosa, pero inaceptable.

 

--¿ Que es eso de los limites ?-- La tía no entendía nada.

--Nada de escatologia ni sangre.

--El juego es así – Intervino el anfitrión – Todo el mundo esta aquí libremente,nadie esta por la fuerza. Cuando se forma una relación amo esclavo se pactan unas condiciones y limites que hay que respetar.

--¡ Vaya ! – Exclamo uno de los invitados – Toda la tarde deseando hacerle  una lluvia dorada y no puede ser.

--No, no puede ser – Replicó Sergio.

 

 

 

     Esta tipa quería hacer daño de verdad, no,  excitar. Me soltaron y me llevaron a un sofá. Una de ellas se sentó en el borde del asiento con su coño depilado y me ordenó que se lo lamiese, indicándome como hacerlo, y azotándome las nalgas y la espalda con una fusta si lo hacia mal.

 

    Debí mejorar mucho ya que dejo de azotarme (Si fuese un hombre seguiría fallando de vez en cuando para recibir algún azote, pero quería acabar pronto con las chicas, había cuatro chulazos que querían joder conmigo).

 

    La otra chica se había colocado un arnés con consolador y me lo introdujo sin contemplaciones, menos mal que tenia el ojete lubricado y me follaba como si fuera un hombre. La tercera mujer dejó de morrearse con la chica que seguía en el cepo y se apuntó a nuestro grupo tirándose  en el suelo debajo de de mi y metiéndose mi polla en mi boca. No me gusta nada que me toquen ni me chupen el pene,  ni chicos, menos aun chicas. Mis mejores orgasmos sin tocarlo nadie, ni yo mismo.

 

    Les tuve que lamer el coño a las tres hasta que quedaron satisfechas y un poco frustradas porque yo no me corrí. Me dejaron por imposible.

 

    En la mesa del bufe me rodearon los cuatro chulazos, altos, atléticos velludos y me empezaron a sobar por todas partes, besándome, magreándome y dándome palmadas en el culo. Yo les acariciaba sus pollas, no tan grandes como la del amo, pero bien armados. Ya se me estaba pasando el mal rollo que me habían dejado las tres tipas. Cuando me uní a Sergio, acepté encantado que el tuviera derecho a ofrecerme a quien quisiera, pero no se me pasó por la cabeza que me ofreciera a mujeres.

 

    Estábamos los cinco bastante cachondos, así que acabé el refresco y fuimos hacia una colchoneta. Entonces intervino mi amo:

 

--Vais a ver algo curioso.

 

    Me puso a cuatro patas y comenzó a lubricarme el trasero, primero un dedo, hasta cuatro y parte de la mano. Yo ya imaginaba de que iba la cosa y se me disparo la excitación.

 

--Yo ya he visto antes fistfucking – Dijo uno de los tíos

--No es eso. – Respondió mi amo – Tumbate boca arriba – Le dijo al tío

 

    Me puse en cuclillas y metí su polla en mi culo hasta el fondo,

 

--Y ahora tu – Dijo mi amo a otro de los tíos  – Metésela por detrás

 

    Sorpresa general.

 

--¡Coño, dos pollas en un culo, eso si que nunca lo había visto!

Eso no me lo pierdo – Oí decir a alguien. Todo el mundo dejo lo que estaba haciendo y se acercaron a observar.

 

    Aunque no era la primera vez que me enculaban doble, la sensación fue brutal. La excitación me recorría todo el cuerpo, esperaba aguantar hasta que se corriesen, sino podía ser doloroso.

 

--Pues a ver si le caben dos pollas en la boca – Dijo otro de los tíos

 

    Como siempre es complicado por culpa del angulo, así que solo me entraban las cabezas de sus pollas. Uno ellos dijo que prefería pajearse y correrse en mi cara, así el otro me la pudo meter entera hasta la garganta, mientras no se quien me magreaba los pezones con dureza. En realidad creo que todos los hombres presentes me estaban metiendo mano por donde podían

 

    Por fin llegó el clímax todo el mundo gemía, me llenaron el culo de leche primero el que estaba en el suelo y a continuación el que me follaba por detrás Se retiraron con suavidad y el que iba a correrse en mi cara, cambió de idea y me la metió por el culo aprovechando que estaba libre.

 

    La mamada estaba acelerándose, sus manos en mi cabeza forzaban la embestida hasta mi garganta, donde soltó su corrida. Pocos instantes después noté la descarga en mi culo y no aguante más. Con fuertes convulsiones me vino un tremendo orgasmo.

 

    Después de eyacular me deje caer en la colchoneta boca arriba, respirando entrecortadamente. Los tíos que no me habían follado directamente aprovecharon para ponerse de rodillas con sus pollas cerca de mi cara, hasta que recibí con la boca abierta el semen de todos ellos.

 

    No necesité la orden de mi amo, para recoger con mi lengua y mis dedos todo el semen que pudiera y me lo metiera en la boca y después de tragármelo, mostrar mi boca abierta al amo.

 

    Estábamos todos exhaustos. El anfitrión propuso que nos duchásemos y descansásemos hasta la hora de la cena.

 

    Después de la cena me lleve una gran sorpresa.

 

Continuara. ( Si los lectores quieren )