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Juanito o Juanita -- Septima parte.

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Juanito o Juanita

 

Séptima parte

 

No me apetecía. No me apetecía nada pero se lo había prometido. A Angel prefiero besarlo, hacerle mimitos y caricias, pero no azotarle. Aunque si me gustaba mucho que el me castigara a mi. Bueno, a ver si por lo menos le gustaba. O casi mejor que no le gustase, para no tener que repetir. Bueno, en fin, tendría que fingir como una esposa aburrida.

 

Nada mas entrar Angel ya me puse en el papel.

 

    • ¡Perra, a cuatro patas!--Le grite.

    • Si mi amo.

 

Lo lleve al cuarto de mi hermana para maquillarla y ponerla guapa, la quería como chica.

Cuando estuvo preparada, le puse la correa de cuello y la muñequeras y note que se excitaba al sentir el cuero en cuello y muñecas. La llevé tirando de la correa hasta la escalera. Cuando la até a la escalera con los brazos estirados hacia arriba, ella estaba con la polla casi tiesa.

 

Les estrujé las nalgas y le metí un dedo por el culo. Sin previo aviso, le sacudí una fuerte palmada con mi mano en su trasero, que le provoco una quejido. Me gustó azotarla con la mano y le sacudí unas cuantas veces, me estaba excitando. Tome la correa, me puse a la distancia adecuada y le di un azote no muy fuerte, que de nuevo le provocó un ¡Ay!.

 

Al ver que no chistaba, le sacudí un correazo bien fuerte.

 

    • ¡Así, si!--Me dijo.

    • ¡Toma perra!--Golpeé lo mas fuerte que pude-- ¿Que se dice, zorra?.

    • ¡Gracias, mi amo!.

 

Con todas las prevenciones que tenia contra la idea de lastimar a Angel, resultó que me estaba gustando. Notaba una extraña excitación que no había sentido en mi vida. Volví a azotar, y soltó un fuerte ¡Ay!

 

    • ¿Que se dice, guarra?

    • ¡Gracias, señor?.

    • ¡Gírate!--Se puso de frente y le azoté los pezones, con fuerza. Esta vez ya había aprendido la lección

    • ¡Ay!, ¡Gracias mi amo!.--Estábamos los dos totalmente empalmados.

 

Después de media docena de azotes, yo ya no aguantaba mas. Me lubrique el pene y lo dirigí directo a su ojete, sin dilatar y lo clave sin contemplaciones hasta el fondo. Grito, pero yo no pare y empece a follarla con mas furia que nunca, dándole de vez en cuando un correazo en su pecho. Cuando empece a correrme, aun tuve tiempo de azotar su polla, lo cual le provoco su orgasmo y a su vez el mio, que fue bestial.

 

Me apoyé en su espalda, noté que se le aflojaban las piernas y no se caía por estar colgando de los brazos. Desaté la cuerda y se deslizó hasta quedar tirada en el suelo. Cuando se recupero un poco, tire de la correa de su cuello y le señalé su semen derramado por el suelo, sin decirle nada. Comprendió y lo limpió todo con su lengua.

 

Nos sentamos despatarrados en el sofá

 

    • Fue bestial, Juanito, era cierto lo que decías, el dolor se convierte en un placer enorme. El polvazo fue de época

    • Yo tenia mis prevenciones sobre lo de pegarte, antes de empezar no acababa de convencerme que me gustara hacerte daño.

    • Pero lo hiciste, porque me lo habías prometido.

    • Si, al poco tiempo de empezar, me entró un gusto y una excitación tremenda por castigarte.

    • Jijiji, si porque menudo entusiasmo le pusiste. ¡Como zurrabas!

    • ¿Te hice daño?, ¿Te duele?

    • No, curiosamente no me duele, pero estoy enrojecido

    • Si, pero en unas horas se pasa. Mira yo, no me quedan marcas de ayer.

 

Le dimos un giro a la situación, después de la escena sadomaso, pasamos al lado contrario y nos pusimos a darnos besitos y caricias, al principio como muestras de cariño, que poco a poco se convirtieron en deseo y después de un buen rato, en pasión. Yo era el chico y Angela le tocaba hoy ser la chica, así que tenia ganas de encularla de nuevo.

 

 

Se me ocurrió una postura que no habíamos practicado aun. Me senté en una silla y Angela frente a mi con las piernas a los lados fue acercando su culo a mi polla, introduciéndola hasta quedar sentada en mis piernas. Sin moverse nos besábamos y magreábamos por todas partes, hasta que la excitación aumentó y ella empezó a deslizarse arriba y abajo. Maravillosa esta postura, nos permitía besarnos y tocarnos por todas partes.

 

Cuando estábamos cerca del clímax, entro en casa mi hermana. Se acercó sin decir nada y se puso muy cerca a contemplar el show. Se le notaba divertida. Por fin lo notaba llegar, me apreté fuertemente a Angela, inmovilizándola, ella hizo lo mismo y note su leche calentita entre nuestros cuerpos, al tiempo que yo derramaba la miá en su interior.

 

Después de desmontar, cogí su cabeza con mis manos y la dirigí a mi barriga para que la limpiase de semen con su lengua.

 

    • ¡Valla polvete os habéis dado!--Dijo Mary-- Pero, y esas correas, ¿Es algún juego?--Después de una pausa continuó-- Angel, tienes la piel rojiza, ¿De tomar el sol?.

    • Si, es un jueguecito,--Dije, mientras nos reíamos los dos.

 

 

Le contamos todo, lo de ayer y lo de hoy, sin olvidar detalle. Mary estaba alucinada.

 

    • Oídme, yo creo que os estáis pasando bastante—Dijo Mary.

    • Bueno, no es para tanto, usamos un cinturón blandito, para que no haga mucho daño y no deje señales.--Respondí.

    • Y es superexcitante—Continuó Angela-- Cada azote se convertía en una oleada de placer, deberías probarlo, Mary.

    • ¡Que!, a mi no me liéis con eso.

    • Y estar atado—Continué yo-- y sentirse expuesto e indefenso también es treméndamente excitante. Anda deja que te atemos.

    • Te digo que yo no quiero azotes.

    • Te juro que no te haré nada que no quieras, pero prueba la sensación de estar desnuda atada e inmovilizada. Es algo sorprendente, excitante. Hazme caso. Si en algún momento te molesta alguna cosa grita: ¡Stop! Y paramos inmediatamente.

    • Bueeeno, acepto lo de atarme, a ver si dejas de darme la tabarra.

 

Angela se quito las correas y yo grite:

 

    • ¡A por ella!-- Y me lance sobre Mary.

    • ¿Que haces?-- Dijo Mary sorprendida.

    • ¡Ay hija!--Respondí-- Haz que te resistes, que tiene mas gracia.

    • ¡Que zumbado estas hermanito!.

 

Entre los dos la inmovilizamos y le pusimos las correas, mientras ella seguía el juego y trataba de resistirse, sin parar de reír los tres. La acercamos a la escalera venciendo su resistencia y yo la sujete mientras Angel ataba la cuerda a la escalera casi dejando a Mary de puntillas. Le empece a hacer caricias y a besarla. También Angel la sobaba y la besaba.

 

    • Sigue metiéndome mano para que no se enfríe, ahora vuelvo—Se me había ocurrido una cosa. Fui a la cocina y cogí un plumero de limpiar el polvo. Cuando regresé, se estaban morreando a fondo, así que no me vieron llegar.

 

Cuando roce suavemente la axila de Mary con las plumas dio un bote tremendo.

 

    • ¡AYYYYYY!

    • ¡Coñe! Que no te he hecho daño.

    • ¡Las cosquillas!--Grito ella. Angel se partía de risa.

 

Volví a acariciarle la axila con las plumas a pesar de que ella trataba de esquivarlas.

 

    • ¡Aayayayaya!, Juan para porfa—No paraba de reírse

    • Parare inmediatamente cuando digas la palabra convenida: Stop ¿De acuerdo?, mientras no la digas continuare.

 

Pase a deslizar el plumero por sus tetas, barriga y su pubis. Mary no paraba de estremecerse y dar grititos y risas, pero no decía ¡Stop!, así que yo seguía Angel me pidió el plumero y para seguir con el jueguecito de las caricias plumíferas.

 

La abrace con fuerza y comencé a morrearla, mientras Angel le recorría por todas partes el plumero. Le estruje con fuerza las nalgas y le di una palmadita en ellas, tanteando. Le fui dando azotitos con la mano, cada vez mas fuertes y parecía que a Mary le gustaban, así que le hice una señal a Angel señalándole el cinturón

 

El entendió mis propósitos y le sacudió un azote suave en el trasero de Mary que la hizo respingar mientras yo le metía la lengua en la boca. Angel repitió el azote un poco mas fuerte y mas fuerte cada vez. Separe y le empece a chupar las tetas, metiéndome la izquierda totalmente dentro mientras mi mano le acariciaba el clítoris Ella gemía cada vez que recibía un azote, pero no parecía querer parar el juego.

 

Me puse detrás de ella y le dí varios azotes con mis manos, mientras Angel le azotaba las tetas, apuntando a los pezones, que ya estaban dusrísimos.

 

Me cambie de lugar con Angel y le varios azotes fuertes que la hicieron estremecer. Le dije a Angel que se tumbase debajo de ella boca arriba y le separase las piernas, así lo hizo, y con las piernas de Mary separadas le sacudí hacia arriba en medio de ellas, alcanzándole el coño, lo que la hizo saltar.

 

Eso debía de doler, pero ella no detenía el castigo. Al tercer azote en su coñito, ocurrió algo sorprendente, no se si debido al castigo, pero Mary se meó. Soltó un gran chorro de orina que Angel recibió en su cara y pecho. Saltó como un muelle, echando pestes. Me empece a descojonar de risa, seguido por mi hermana que se retorcía con las carcajadas.

 

    • ¡Me vengaré!-- Grito Angel, aunque mas divertido que enfadado. Subí a la mitad de la escalera y se meo encima de Mary, por su cara y cuerpo. Así atada era un blanco fácil

    • ¡Guarroooo, paraaaaa!

    • ¡Yo también me apunto!-- Subí al lado de Angel y también le solté mi meada a Mary por la cabeza.

    • ¡Seréis guarros!--Pero se reía al decirlo.--Lo mio fue sin querer.

    • Y lo nuestro fue queriendo.--Contesté entre las risas de todos.

 

Pues parece que eso la excitó, porque al tercer azote grito por fin:

 

 

    • ¡STOP!, ¡Y necesitó una polla dentro ya!

    • Pues vas a tener dos. Vamos a probar eso del sándwich Angel suelta la cuerda de la escalera.

    • Va.

 

Me tumbé en el suelo boca arriba y mi hermana no perdió el tiempo en ponerse sobre mi y empalarse ella misma, mientras Angel se lubricó su pene. Tuve que sujetar fuerte a Mary para que Angel la pudiese encular, pues se movía como una epiléptica Estaba tan excitado que tuve desviar mi pensamiento para no correrme ya. Otra vez a pensar en coches por la carretera.

 

Todo olía a orina, y parecía raro, pero nos excitaba. Mary por fin se estremeció con un gran orgasmo, provocando primero el mio y segundos después el de Angel. Caímos derrotados al suelo y después de unos segundos mi hermana grito:

 

    • ¡Mierdaaa, el condón!

    • ¡Hostiiaaa, con el calentón no me lo puse!

    • Bueno, tengo que tomar la píldora del día después, antes de veinticuatro horas.

    • Buufff, menos mal que existe,--Respondí,--Si no, que acojone.

    • ¿Sabes hermanito?, diría que he has vuelto a desvirgar, llevo unos cuantos años follando sin parar, y es la primera vez que se me corren dentro. Por cierto, ¡Que gustito me dio sentir esa lechecita dentro!, y ademas me alegro de que fuera la tuya.

    • ¡Ah!--Exclamó Angel!-- Pues yo también me quiero correr en tu coñito.

    • Mmmm, bueno la verdad es que ahora daría lo mismo, bueno, lo haremos, pero antes una ducha general, que esto es un pestazo.

    • Joder, Angel, llevas tres corridas en poco tiempo, ¿Te queda leche para otra?--Pregunté.

    • Con la ilusión que me hace correrme en el coñito de tu hermana, la sacare de donde sea.

 

Nos duchamos juntos, riendo y bromeando, recordando las meadas. Mary reconoció que lo de los azotes realmente era excitante, que el dolor se trasformaba en placer y que sentirse atada e inerme también era una sensación nueva y agradable, muy morbosa, le hacia sentirse sucia y depravada.

 

De vuelta al salón, comenzaron su calentamiento, besos, magreos. Mary le chupo la polla a Angel para ponerlo en forma y yo le lamia el coño a mi hermana para calentarla. Cuando ella se sintió preparada, se tumbó boca arriba esperando a Angel, el cual no tardó en penetrarla. Yo pensaba solo en mirar, pero me calentó el liveshow, así que cuando andaban a medio polvo, decidí hacer de nuevo el sándwich, pero en un orden diferente al de antes.

 

Me lubriqué la polla y los dedos y los metí en el ojete de Angel, para una vez dilatado cambiarlos por mi pene ya listo. A pesar de este montaje, conseguimos acabar sin que se nos saliese la polla a ninguno de los dos, un buen sincronismo. Ya puestos, y como tenia mis dedos engrasados, aproveché para metérselos por el culo a mi hermana y juguetear con ellos por su agujero.

 

Esto pareció gustarle porque en poco rato tuvo un orgasmo, seguido en poco tiempo por los nuestros.

 

    • Me ha gustado esto, --Dijo Angel-- Yo corriéndome en el coño de tu hermana y tu corriéndote en mi culo.

    • Ya, respondí, así todo queda en familia.-- Risas y abrazos de todos.

 

 

 

 

FIN