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Marcos

en Gays

Marcos

Primer amor.

Veraneaba con mis padres en un pueblo costero mas bien grande y no conocía a nadie. Un día pasaba por cerca de un cine y vi apoyado en la pared leyendo una novela aun chico que yo supuse de mi misma edad, catorce años, por tamaño y aspecto. A mi me atraían las chicas, pero en alguna rara ocasión me sentía atraído por algún chico de mi misma edad, en mi ciudad había dos amigos que me parecían guapos, aunque nunca me atrevería a dejar que tan siquiera lo sospechasen. Este me pareció el chico mas guapo que había visto en mi vida, una carita deliciosa, nariz un poco respingona, bonitos ojos facciones regulares, pelo castaño claro un poco largo y también me gustaron sus piernas, cosa que jamas me había fijado en un chico ( Pero si en las chicas ).

Me tenia fascinado y no paraba de mirarlo, con mucho disimulo. Cuando a los pocos minutos abrieron la taquilla del cine y vi que se dirigía a ella, me puse detrás, sin saber muy bien lo que hacia, si me atrevería a abordarlo pero estaba deseando no perderle de vista.

Cuando compro la entrada me vino la inspiración, compre mi entrada y aprovechando que aun no habían abierto las puertas. Me acerque a el y le pregunte:

    • Hola. Perdona pero es que al oírte pedir la entrada por el acento me parece que eres paisano mio.

Se quedo un poco cortado, y me dio la impresión que un poco colorado. Por fin respondió, y resulto ser de mi misma ciudad. Le pregunte por el libro que estaba leyendo, era una novela de ciencia ficción, genero que me encanta y ya pude proseguir la conversación

    • Yo me llamo Angel – Le dije.

    • Yo Marcos- Contesto

Charlamos sobre novelas de cf hasta que empezó el cine. Al salir nos fuimos al ferial, el pueblo estaba en fiestas, y anduvimos por las atracciones hasta la hora de ir a cenar.

Me encantaba lo tímido que parecía, pero cada vez se fue soltando mas. El también estaba de veraneo con sus padres y tampoco conocía a nadie. Quedamos al día siguiente en la playa.

Estuvimos cuatro días saliendo como amigos, a la playa y por ahí.

Al día siguiente en la playa me invito a que fuera a comer con el, que sus padres habían ido a la capital y no volverían hasta la noche. Su madre le había dejado bastante comida preparada. Sin dudarlo acepte. Mis padre no estaban en el apartamento así que les deje una nota por debajo de la puerta.

Después de comer fuimos a la sala y decidí provocar algo.

    • ¡ Que bien ! - Dije- Todo un apartamento para uno solo, así se puede hacer uno una paja a gusto—Riéndome

Marcos se rió y me pregunto:

    • JAJAJA ¿ Te haces muchas pajas ??

    • ¡ No paro !- Conteste.

    • ¡ Igual que yo! - Respondió

Nos partíamos de risa. Marcos me pregunto:

    • ¿ Y piensas en alguna chica en concreto ?

    • En muchas – decidí jugar a fondo- Y a veces en algún chico.

    • ¡ QUEEE ! ¿ Me estas tomando el pelo ?

    • No, te estoy confiando algo muy gordo porque me pareces un chico muy majo y comprensivo- Y después de una pausa le mire a los ojos y continué- Y porque me pareces el chico mas guapo que he visto en vida.

Se quedo muy serio unos instantes en silencio. ( La cague, pensé )

    • Angel ¿ No te estarás burlando de mi ?

    • Marcos, te he confiado algo muy fuerte para decirle a otro chico, no comprendo como crees que me burlo. Si te he molestado perdoname, por favor, no pretendo molestarte ni mucho menos.

    • Es que en la ciudad el resto de los chicos siempre se están burlando de mi, que si parezco una niñita, que soy un mariquita, y no tengo amigos.

La verdad es que a mi no me parecía afeminado ni por aspecto ni modales. Si me parecía dulce, pero chico. Y así se lo dije.

--No, no me pareces en absoluto ni niña ni afeminado. Te veo como un chico, un chico guapísimo

    • Angel ¿ De verdad te gusto tanto ? ¿ Y de que modo ?

    • No te enfades por lo que voy a decir ¿ Vale ? Que no te quiero obligar a nada que no quieras: La verdad es que estoy rabiando por besarte y acariciarte

    • Es que tu también me gustas mucho-- Me lleve la gran sorpresa – Nunca conocí a nadie que me tratara tan bien. El día del cine cuando me hablaste me pareciste guapísimo y me quede muy cortado y no imagine que a ti te pudiera gustar un chico.

Estábamos sentados en el sofá y yo me había ido arrimando a el poco a poco hasta que mi pierna se pego a la suya. Los dos vestíamos pantalón corto y su piel contra mi piel me pareció pura seda. Le cogí una mano mientras nos mirábamos y poco a poco fuimos acercando nuestras caras hasta que nuestros labios entraron en contacto. Nos besamos suavemente, poco a poco fue creciendo la pasión mientras le acaricia , primero en la cara y después por la espalda. Deslice mi mano por debajo de su niky y se lo fui subiendo mientras el me abrazaba.

Nos separamos unos instantes para quitarnos las camisetas y volvimos a abrazarnos, piel contra piel, el delicioso calorcito de su pecho contra el mio. Deslice mi manos por sus preciosos muslos desde la rodilla hasta el borde de su pantaloncito, un poco mas arriba sentí su pene ya bastante crecido.

    • Noto que algo crece- Dije riéndome

Le solté el botón y baje la cremallera y le empece a bajar el pantalón y el slip juntos, hasta quitárselos totalmente y descubrí un precioso pene, recto y regular de unos 12 cm., por cierto casi idéntico al mio. Yo también termine de desnudarme y después de unos besos y abrazos, comencé a descender mientras le besaba su pecho, sus pezones, ombligo hasta llegar a su palito ya totalmente duro. Le bese la cabeza varias veces y lo metí en mi boca chupándolo poco a poco hasta que me llego hasta el fondo. Después de unas cuantas chupadas, Marcos me dijo:

    • Angel, yo también te la quiero chupar, ¿ Lo hacemos juntos ?

De lado sobre el sofá en la clásica posición del 69, sentí la deliciosa sensación de mi polla en su boca, adentro y afuera, casi con el mismo ritmo los dos. Al tiempo que se la chupaba, con mis manos le acariciaba las nalgas y los testículos con suavidad. El repetía todos mis movimientos.

Después de unos minutos, Marcos empezó a estremecerse cada vez mas y yo aumente el ritmo, hasta que exploto en mi boca, aunque no me detuve hasta que lo hizo el. Su corrida en mi boca provoco mi orgasmo segundos después, también el aguanto sin retirarse hasta que me vacié totalmente con un hormigueo que me recorrió todo el cuerpo.

Felices, nos sentamos juntitos en el sofá, descansando. Después de un buen rato, charlando y jugando, cada vez los besitos volvían a ser mas apasionados, chupándonos los labios, y metiéndonos mutuamente la lengua y sobándonos por todo el cuerpo. Nos empezamos a hacer una paja mutua cuando Marcos me dijo:

    • Angel ¿ No te gustaría metermela ?

    • ¿ Que ?

    • Por el culito. ¡ Venga, va !

    • ¡ Encantadisimo !

Buscamos en el cuarto de baño una crema que sirviese como lubricante y volvimos al sofá Mientras seguíamos con los besos, empece a introducir mi dedo indice impregnado en crema en su ojete. Cuando este entraba y salia con facilidad, agregue el dedo corazón. Me pareció que ya estaba preparado.

Le dije que se pusiese de rodillas en el asiento del sofá, con el pecho apoyado en su respaldo y apunte mi pene ya duro a la entrada de su culito, frotándolo sin meterlo inmediatamente, sino poco a poco. Note una pequeña resistencia y empuje hasta que entro la cabeza. Marcos pego un respingo, pero afirmo que todo estaba bien, así que la metí hasta el fondo, una vez que entro la punta, el resto fue con facilidad.

Empece a moverme, cada vez mas rápido mientras le rodeaba el pecho con mis brazos, acariciándole los pezones, lo cual notaba que lo volvía loco. Después de un buen rato, los gemidos de Marcos crecieron en intensidad, lo mismo que sus convulsiones, lo cual provoco mas aun mi excitación y velocidad, hasta que note que el se corría, por cierto sin tocarse el pene. De nuevo sentí la oleada de placer por todo el cuerpo, mas intensa que la vez anterior y llene su culito con mi semen, bueno no mucho, era la segunda corrida en poco tiempo.

Esta vez si quedamos exhaustos, tirados sobre el sofá un buen rato.

Mas tarde le propuse que me follara el a mi, lo hicimos y a mi me gusto, pero Marcos me dijo que no estaba mal, pero que prefería ser el pasivo.

Ese verano no perdimos ocasión de repetir y al volver a nuestra ciudad continuamos viéndonos y buscando todas las maneras para estar juntos y a solas.