Hola, me llamo Lucia y tengo 22 años. Esto sucedió cuando tenía 18. Por aquel entonces yo era una chica bastante guapa; media 1’65,era delgada y con unas tetas grandes y un buen culo, redondito y firme, que terminaba en unas piernas delgadas y estilizadas. Tenía los ojos verdes y un pelo muy largo y rizado, me llegaba por debajo de la cintura.

Aquella noche me estaba arreglando para salir. Una amiga celebraba su cumpleaños y nos había invitado a salir de fiesta. Levaba mi vestido favorito. Era morado y muy ajustado, brillaba como si estuviera hecho de diamantes. Tenía solo un tirante, de modo que dejaba mi hombro derecho al descubierto. Me llegaba muy por encima de las rodillas, lo justo para que no se me viera nada. Me puse unos tacones negros y morados, a juego con el vestido. Deje suelta mi larga melena negra y me maquille un poco, aunque no demasiado. Estaba radiante.

Baje las escaleras de mi habitación y me despedí de mis padres. Aquella noche viajarían a Hawaii, a pasar las vacaciones. Yo no había querido ir, no me quería perder ninguna fiesta, y además tenía la casa para mi sola. Les dije que no se preocuparan, que estaría bien.

Salí a la calle y pedí un taxi.  Me llevo hasta donde habíamos quedado todas, a la entrada de una de las discotecas más famosas de la ciudad. Allí ya estaban Sara, que era la que cumplía años, y otras dos más. Las salude y cuando estuvimos todas, entramos en la discoteca.

Bailamos durante gran parte de la noche, y cerca de las 2 de la madrugada, Sara nos dijo que la fiesta seguía en su casa, que los chicos ya nos esperaban allí con las bebidas, asique salimos de las discoteca y fuimos para allá.

Cuando llegamos, los chicos ya habían empezado a beber, y la fiesta se había desmadrado un poco. Había gente que no conocía, pero me los presentaron a todos. Me serví un ron cola y en ese momento pusieron música. Un chico se acerco a mí. Lo reconocí. Me lo acababan de presentar, se llamaba José Carlos, pero lo llamaban JC.

JC: hola guapa. ¿Quieres bailar?

Lo observe con atención. El chico no estaba nada mal. Tendría unos 19 años, rubio, ojos oscuros, buen cuerpo y una sonrisa perfecta.

Yo: claro.

Me cogió de la mano y me llevo a la improvisada pista de baile que había hecho Sara en el salón, retirando algunos muebles. Bailamos un par de canciones, hasta que llego una en la que había que bailar pegados. La verdad es que la había bailado muchas veces y me sabia la coreografía de memoria, asique no me importo cuando JC me sujeto de la cintura por detrás y empezó a restregarse contra mí. Entonces note un bulto detrás mío y me asuste un poco. Mire a JC y vi que me sonreía, y me tranquilicé. Tenía una sonrisa tan bonita…

JC: estas muy buena Lucia… ¿vamos a un lugar más tranquilo?

Asentí con la cabeza. El alcohol me estaba empezando a hacer efecto y no pensaba lo que hacía. Me agarro de la cintura, y antes de llevarme al dormitorio, me volvió a llenar la copa.

Entramos al dormitorio y me termine la copa. El se acerco a mí, me apoyo contra la pared y me empezó a besar. Le respondí con entusiasmo y deje caer el vaso vacio. Se quito la camiseta y cuando empezó a desabrocharme el sujetador, me di cuenta de que aquello no estaba bien, ¡no podía perder mi virginidad de aquella manera!

Yo: espera, espera.

JC: ¿Qué pasa?

Yo: no creo que esté preparada.

JC: joder tía, si se ve que eres una calientapollas… ¿Qué mas te da un polvo mas?

Me ofendió que me dijera eso. Yo no era ninguna calientapollas.

Yo: pues para tu información.. ¡soy virgen!

Justo en el momento en el que dije aquello me arrepentí. Solo con ver la cara de salido de JC me asuste e intente desembarazarme de él.

JC: ¡pues mucho mejor! No te preocupes, que te lo hare despacito...

Yo: ¡que no quiero!¡déjame en paz!

Conseguí que me soltara y salí de la habitación enfadada. Decidí que lo mejor era irme a casa. Me despedí de mis amigas y cundo llegue a la calle me di cuenta de que ya no me quedaba dinero, asique me tocaría hacer el camino a pie.

Solo llevaba 5 minutos caminando cuando escuche una motos que venían al final de la calle. Seguí caminando como si  nada y entonces uno de los motoristas se puso a mi derecha. Lo mire, pero llevaba casco y no lo reconocí. Antes de que me diera cuenta, dos motos mas se pusieron a la izquierda y delante mío. El de mi derecha se quito el casco. Me quede de piedra. No olvidaría su sonrisa nunca.

JC: hola guapa.

Yo: ¡JC! ¿Qué haces aquí?

JC: vaya, si te acuerdas de mí…

Me regalo una de sus encantadoras sonrisas.

Yo: pues claro que me acuerdo de ti! Y ahora, déjame marcharme.

JC: ¿No quieres conocer a mis amigos?

Los otros dos motoristas se quitaron los cascos y los reconocí también. Eran Alex y Víctor. Víctor tenia la edad de JC y era más alto que el. Tenía buen cuerpo, pero no era muy guapo. Alex era un poco más pequeño que ellos, pero también era fuerte y tenía unos ojos azules preciosos.

Yo: pues no, solo quiero irme a mi casa.

Me estaba empezando a asustar, no quería que me hicieran nada.

Víctor: pues no va a poder ser… resulta que mi amigo me ha dicho que res un a calientapollas y habrá que darte una lección…

Yo: ¡que me dejéis ya joder! Tu amigo lo que es, es un chuloputas.

Aquello debió molestar a Víctor, porque saco una navaja y me la puso en el cuello. Empecé a temblar.

Víctor: ¿y ahora? Harás todo lo que te digamos, ¿verdad? Porque te juro que como no me hagas caso, te matare.

Estaba muerta de miedo. Sentía el filo de la navaja rozar mi suave piel y supe que no tendría elección. A lo mejor si les obedecía, no me hacían nada.

Yo: está bien, pero no me hagáis daño, por favor.

Víctor: sube a la moto de JC y no intentes ninguna tontería, o te arrepentirás.

Subí a la moto de JC y me agarre a él. Me susurro:

JC: ya verás que bien lo vamos a pasar juntos…

Arranco la moto y nos pusimos en marcha. Al cabo de 10 min llegamos a un chalet a las afueras de la cuidad, que mas tarde sabría que era de los tíos de Víctor, y se lo habían dejado por un tiempo. JC bajo de la moto y me ayudo a bajar, cosa que me extrañó, porque lo hizo despacio, procurando no hacerme daño. Pero entonces llego Víctor y me cogió colocándome en su hombro.

Comencé a resistirme, pero recordé la navaja y enseguida pare de hacerlo. Entramos en la casa y observe que era un dúplex y que estaba decorada con muy buen gusto. Víctor me tiro sobre un sofá y yo me puse a llorar,  a lo que Víctor me respondió con una sonora bofetada.

Víctor: ¡cállate zorra!

Entonces Alex y JC se acercaron a mi comenzaron a desnudarme. Alex comenzó a chuparme los pezones, mordisqueándolos y haciéndome daño. JC y Víctor se desnudaron y entonces mire sus enormes pollas. La de Víctor era muy gorda, y mediría unos 25cm. La de JC era algo menos ancha, pero mediría 28cm. Se acercaron a mí y Víctor me puso su polla en la boca.

Víctor: chúpala zorra, ya verás cómo te gusta.

La empecé a lamer con timidez, pero era demasiado grande y no me cabía mas que la punta. Entonces él se canso y me cogió por la cabeza. Empezó a embestirme hasta que consiguió que me dieran arcadas, pero poco a poco me fui acostumbrado  y me deje hacer, a lo mejor solo se conformaban con manosearme y se la chupara.

Alex: Joder, ¡si hasta tiene el coño depilado!¿ Seguro que es virgen?

Era Alex. También se había desnudado y, mientras JC me chupaba los pezones, el inspeccionaba mi vagina.

JC: ¡si, seguro!

 Entonces note como Alex me habría mi coño para mirar y descubrió mi secreto.

Alex:¡ joder, que si es virgen! Le veo el himen desde aquí… Que ganas de romperlo…

En ese momento me volvieron a entrar ganas de llorar. Empecé¡ a suplicar, pero Víctor me dio un puñetazo que me dejo algo tonta y no quise protestar mas. Cuanto antes acabaran, mejor.

JC: ¡ah no! Ese himen es para mí, ¡que la he conseguido yo!

JC aparto a Alex y el entonces se ensaño de nuevo con mis tetas mientras JC  me chupaba el coño. Me corrí y me sentí una guarra. ¡Me estaban violando y aun así me gustaba!

JC:  ¿ves como eres una guarra? ¡Si hasta te has corrido! Ahora vas a  saber lo que es bueno…

Coloco la punta de su polla en mi vagina y empezó a empujar. Note un dolor muy intenso e intente gritar, pero la polla que tenía en mi garganta me impedía emitir ningún sonido. JC siguió empujando hasta que llego a mi himen, y de una sola embestida me metió toda su polla dentro.

YO:¡¡ aahhhhggg!!

Empecé a sangrar. Me dolía muchísimo, y aunque ellos me decían cosas como: puta, zorra, guarra… No les escuchaba. Solo quería que aquello terminara ya. Pero entonces el dolor dejo paso al placer y comencé a gemir. Entonces JC la saco y se corrió en mi cara. Víctor la saco de mi boca y por un momento me pude relajar, pero entonces Víctor me penetro de una sola embestida y Alex me lleno la boca con su polla. La polla de Víctor era más gruesa que la de JC y me hacía más daño, pero la polla de Alex ahogaba mis gritos. Al cabo de un rato Víctor se corrió en mis tetas y le toco el turno a Alex. Con esta sí que disfrute, porque era la más pequeña de todas y me corrí dos veces antes de que me la sacara.

Me di cuenta de que ya no había nadie que me sujetara. Entonces Víctor se acerco a mí.

Víctor:¡ Joder puta, que buena estas 1Escúchame, porque estas van a ser las normas a partir de ahora: nos vas a hacer caso en todo lo que te digamos mientras vivas aquí; te dirigirás  a nosotros como señor y como se te ocurra escapar, te mataremos. ¿Lo has entendido?

Asentí con la cabeza.

Víctor: Buena chica, Lucia. Siempre habrá alguien en la casa contigo, pero por la  noche normalmente solo estarás con uno de nosotros, que será cuando podamos disfrutar de ti mejor; ¡ no crees?

Yo: si, señor.

Víctor: bien, puedes darte una ducha si quieres, ahora te dejare algo de ropa.

Asumiendo mi nueva condición, fui a la ducha, mientras Alex y Víctor se iban. JC me agarro y me beso.

Yo: ¿ qué quieres?

JC: Ya sé que aun es de día, pero que sepas que esta noche te tocara conmigo…

CONTINUARÁ.