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Mi vecino (IV)

en No Consentido

 hola a todos. depués de mucho tiempo vuelvo con esta historia. Sé que es corto, para futuros relatos intentaré hacerlo mas largo. Gracias a todos por vuestros consejos y vuestras criticas constructivas. Dejad vuestra opinión en los comentarios. 

 

Desperté sobresaltada. Algunos rayos de luz entraban por la ventana. Tarde unos segundos en averiguar donde me encontraba. Parpadee varias veces para que mis ojos se acostumbraran a la luz. Me incorpore, quedando sentada en la cama y vi que Rafa seguía durmiendo a mi lado. Entonces note un pinchado. Las brutales acometidas de Rafa me había pasado factura, respire hondo e intenté aclarar mis ideas. Ahora mismo podía irme a mi casa. Intentar olvidarlo todo, ignorarle y mi vida volvería a ser como antes. Pero, ¿como? Si el chico que estaba durmiendo a mi lado había sido el primer hombre de mi vida, pero sin ser mi novio. No conseguiría olvidarle. Pero tampoco podía seguir con Juan. ¿Estaba empezando a sentir algo por Rafa? No estaba segura. Pero largarse de improviso tampoco le sentaría bien a Rafa. De repente me entraron unas gana increíbles de besarle. Viéndole ahí tumbado en la cama, tapado con la sabana solo de cintura para abajo, parecía tan dócil... Sonreí, pensando que precisamente dócil no era un adjetivo correcto para el.

Sin pensar en lo que hacia, me acerque a su boca y le di un suave beso en los labios. El abrió los ojos.

-¿Qué haces?- me preguntó.

No supe que responder. Ni yo misma lo sabia.¿Por qué le había besado?

-Besarte, supongo.

El rostro de Rafa se suavizó un poco y añadió:

-¿Te encuentras bien?

Pensé en decirle lo que había estado pensando antes, pero me di cuenta de que no merecía la pena, de que el solo me veía como una chica mas con quien pasárselo bien. Por lo que asentí con la cabeza.

-Me alegro entonces. Estas sola en casa toda esta semana?

Volví a asentir.

-Quédate en mi casa entonces.

No era una invitación. Era una orden. Y no quería imaginarme lo que pasaría si le desobedecía. Así que le pedí que me dejara ir a mi casa a coger ropa limpia y el neceser, algo que me sorprendió que aceptara.

Cuando volví Rafa estaba preparando el desayuno.

-¿Quieres algo?

-No gracias, yo no desayuno.

Era verdad, había cogido esa costumbre desde que empece a ir al instituto. A Rafa se le cambio la cara de repente y me dijo:

-Oh, claro que desayunaras.

Al principio no entendí a lo que se refería. Entonces el se sentó en una silla que había en la cocina. Le dio un sorbo a su café y mirándome me ordenó:

-Empieza puta, que parece que aún no lo has pillado.

Con algo de resignación me puse de rodillas y se la saqué de los boxers, que era lo único que el llevaba puesto. Para mi sorpresa ya estaba dura completamente y la empece a lamer antes de metermela entera en la boca. El sabor acre me invadió la boca. Me la metí en la boca, despacio, intentando que entrara entera. Lógicamente no lo conseguí, y me dio una arcada. Rafa la escucho y apartando la mirada de su café me miro a los ojos:

-Tranquila puta, por mucha practica que tengas no te la puedes meter entera sin que te ayuden un poco.

Dicho esto me sujetó la cabeza y yo, anticipándome a lo que podía venir, cogí aire. Me obligo a metermela completamente, y aunque me dieron varias arcadas, el no paró. Las lagrimas me comenzaron a salir por los ojos y ya no podía respirar. Cuando pensaba que me iba a desmayar la sacó. Cuando abrí la boca para coger aire, Rafa aprovecho para metermela otra vez y empezar a follarme la boca rápidamente. Al cabo de un par de minutos me soltó la cabeza y yo seguí chupándosela a buen ritmo. Cuanto antes acabara, menos probabilidades tenia de que me volviera a hacer lo mismo. Note que respiraba demasiado fuerte y me dijo:

-Como no te lo tragues todo te enteras.

No había acabado de decir eso cuando el primer chorro de semen me golpeó la garganta. Tenia un sabor demasiado fuerte, pero me obligué a mi misma a tragármelo todo. Rafa sonrío.

-Pero que perrita mas buena tengo. Corre a ducharte si quieres.

Sin pensármelo dos veces fui a la habitación de Rafa a por ropa limpia y me metí en la ducha. El agua empezó a caerme por el cuerpo y solté un suspiro. Cuando estaba acabando de enjabonarme escuché la puerta del baño. Pensé que eran imaginaciones misa, pero note que se abría la cortina y que unas manos de rodeaban la cintura.

-Rafa! Joder, que susto me has dado.

-Shh, tranquila pequeña.

Cogió la esponja y me empezó a enjabonar. Primero el cuelo. Luego los hombros, los brazos, la cintura. Subió hacia mis pechos, pero sin tocar mis pezones. Cuando acabo soltó la esponja y con extremada delicadeza acercó su boca a uno de mis pezones, que estaban duros como una piedra; en parte por el frio, en parte por la excitación. Un escalofrió me recorrió el cuerpo cuando empezó a succionar. Paso al otro pezón, y cuando quiso acercar su boca a mi clítoris, yo ya estaba increíblemente excitada. Apenas tarde dos minutos en correrme. Si, yo estaba muy cachonda, pero Rafa sabia usar la lengua muy bien. Demasiado bien diría yo. En cuanto me corrí Rafa se levantó y me dio un largo beso en la boca. Luego me hizo darme la vuelta y apoyar las manos en los azulejos. Me levantó una pierna, y acercó su pene a mi agujerito. Empezó a rozarlo y darle suaves palmaditas. Me di cuenta de que hasta que no se lo pidiera no lo iba a hacer.

-Métemela ya, por favor.

Rafa no se lo pensó dos veces y me la metió de una sola vez. Una ola de placer me invadió por dentro, y cuando Rafa solo llevaba un par de minutos, yo me volví a correr. Siguió embistiendome sin parar, aumentando cada vez mas el ritmo. Cogió uno de mis pezones y lo retorció, pero yo no sentía nada mas que placer. Le pedir que me diera mas fuerte y el me giro, me cogió en brazos y me la volvió a meter, teniéndome totalmente a su merced. Me besó apasionadamente. Y acelero sus acometidas. Solté un gemido justo en el momento en el que el se corría. Aun tuvo fuerzas de aguantarme en el aire mientras se corría dentro de mi. Luego me soltó y me agarro para que lo me cayera. Cerró el grifo y me dijo:

-Vístete bien, que hoy comemos fuera enana.

¿Enana? Eso no sonaba bien.