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Mi profesor me rompió el culo por 1ra. vez

en Sexo Anal

*La primera parte es esta -> http://www.todorelatos.com/relato/99443/

Ahí estaba yo, en el departamento de mi profesor de Cine. Un tipo de unos 35 años y yo de 19, después de una cogida deliciosa, estaba a punto de dejar que me rompiera el culo por primera vez.

-No, yo quiero venirme dentro de ti… dentro de ese culito- Me agarró una teta y continuó diciendo – Vas mostrándome las piernas, las tetas, estas nalgas… las merezco, Sofía. Una enculada es lo que te hace falta, eres una puta, una muy caliente.

-Anda dale, pero…

No me dejó terminar cuando me abrazó por detrás y comenzó a besarme. Fue un beso salvaje, sentía su lengua rasposa dentro de mi boca mientras sus manos apretaban todo mi cuerpo, me atraía al suyo con mucha fuerza. Estaba un poco asustada pero muy caliente, cuando una de sus manos llegó a mi vagina estaba muy mojada.

Ansiosa por que me metiera aunque fuera un dedo, me inclino. Me puso nuevamente de perrito y me besó las nalgas, las mordía y se iba acercando a mi culito, en unos minutos los nervios se fueron, disfrutaba su forma de comenzar.

-Me gusta tu dedo en mi culo- alcancé a decirle mientras mi respiración se agitaba.

-Tengo algo mejor para ti- me penetró por la vagina y apenas bombeó algunos segundos, sentí la punta de su verga en mi culo… mi culito virgen.

-Hazlo lento… por favor- le pedí con una voz que estaba entre lo dulce y excitada.

Fijó sus manos en mi cadera y comenzó a meterla muy lento. El dolor era indescriptible,  como si algo me tapara con extrema presión, podía notar como mi cuerpo entero se tensaba y sin pensarlo salieron quejidos.

-Arturo, no. Me duele muchísimo- le supliqué e intenté moverme hacia adelante.

-Tranquila Sofía, estás tan apretada que no voy a dejar que te eches para atrás. Respira, mmmggg-  Me tomó con más fuerza y por fin sentí sus dedos en mi clítoris, apenas sentía el placer que me daba, el dolor ganaba por mucho y él seguía metiéndola más profundo.

-Ya no, ahhhhh. No quiero, por favor ahhh- Le suplicaba entre gritos de dolor, me parecía inmensamente larga y gruesa su verga, hasta que me sentí completamente llena, así se quedó por un momento. Durante ese tiempo, me masturbó y no paró de besarme, me excité nuevamente pero esta vez diferente.

El dolor disminuyó pero siguió ahí, hasta que comenzó a moverse lentamente.

-Te prometo que te va a gustar, es tan fácil mojarte que esto lo vas a disfrutar. Va a ser una puta completa, bien llena con mi verga-

-MMMM…- Gemidos fue lo único que salió de mi boca, su forma de hablarme me gustó, el extraño sentir de dolor con placer me hacía querer sentir más.

-Toma mi pequeña puta- Y simplemente comenzó a romperme el culo de verdad, sentía su verga entrar y salir de mi ano, sentía como se abría, me llenaba cada vez más.

-Ahhhmmm, me gusta. A mi culo le gusta tu verga- En cuanto lo dije me dio una nalgada, me excitó mucho más, continué diciéndole lo rico que estaba su pene, me convertí en una puta de verdad.

 Hasta que se apoyó de mis hombros, en ese momento de verdad me clavó lo más profundo que pudo. Mis brazos se doblaban, así que me acostó sobre la cama, se montó más en mí y poniendo sus manos en mi cintura su cuerpo hacía presión, su verga presionaba mi ano y lo llenaba por completo.

-Estás riquísima, apretada, caliente, gimes rico. Toma de esto que te encanta, puta viciosa- Sus palabras estaban llenas de lujuria, su voz se hizo más ronca hasta que sentí que el peso de su cuerpo aumentaba. Se recargaba más en mí hasta que se vació en mi culito virgen, sentí chorros de su leche llenarme y salirse casi de inmediato, me ardió.

No tuve un orgasmo esa vez pero repetimos y mejoramos, al día siguiente no pude sentarme pero él se encargó de cuidar y entrenar el culito que desvirgó.