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Suegra y Nuera Preñada disfrutan A Su Mascota

en Zoofilia

Mi Nombre es Lourdes, esto que les contare sucedió hace casi un mes, tengo 31 años, mido 1.65, pelo liso largo y castaño, ojos cafés claro, tetas  respingonas y duras aunque una colita no tan grande, mi cuerpo siempre ha sido un tanto esbelto pues amo hacer ejercicio aunque ahora tengo 4 meses de embarazo. Estoy casada con Emilio un hombre bien dotado en todo el sentido de la palabra, es aviador y obviamente casi siempre está de viaje, por lo que desde el principio decidió que viviéramos en la misma casa con Nora, su mamá, para así hacernos compañía cuando el viajara pues su padre murió hace 5 años, yo la verdad no deseo nada en esa casa pero al principio me fue difícil adaptarme por las diferencias con mi suegra. Nora es la típica suegra mandona, regañona, y amargada, aunque  es perfeccionista, sofisticada, y delicada; Tiene 57 años, casi de mi estatura, muy hermosa, ojos claros, con rasgos muy femeninos, tetas medianas y un culo muy arredondeado. Mi suegra se caracteriza por ser una completa dama dentro de la sociedad, aunque cabe resaltar que nadie conoce la versión más perversa que yo tuve la dicha de conocer aquella hermosa madrugada de domingo.

Las ganas de orinar me despertaron y fui casi corriendo al baño, me baje las bragas, y descargue completamente mi vejiga, cuando termine me las subí nuevamente sin limpiar mi uretra pues en ese momento estaba adormitada, cuando estaba a punto de bajar la palanca del baño escuche a lo lejos el constante jadeo de Ralph, el Husky Siberiano de mi queridísima suegra el cual no dejaba que nadie lo acariciara, creí que estaba enfermo y sigilosamente me dirigí hasta el salón que era donde se escuchaban los ruidos, al llegar me quede parada en la puerta del salón y poco a poco comencé a asomar mi cabeza para ver que estaba sucediendo. En el momento me quede fría, el latido de mi corazón se acelero por el susto que llevé al ver a mi delicada suegra recostada en el sofá con las piernas completamente abiertas, y su boca entreabierta, a merced de la lengua de su magno y dócil mascota que permanecía con una especie de calcetas en sus patas, lo que me hacía creer que no era la primera vez que actuaban. En el momento sentí algo de atrocidad y repugnancia pero fue el mismo retorcimiento que me llevo a seguir siendo espectadora de tal perversidad. Inconsciente comencé a sobar lentamente mi estomago medio inflado por mi estado de preñez, mis pezones ya lucían erectos sobre mi blanca blusa de tirantes, una de las dos únicas prendas que usaba para dormir, mi mano fue alargando cada vez su recorrido hasta que comencé a palpar delicadamente mis senos sin darme cuenta, debido a la total concentración que tenía en el goce que ese delicioso macho le estaba propinando a mi suegra con su hábil lengua. Nora estaba totalmente desnuda y ruborizada, tenía sus propias bragas en la boca absorbiendo el sabor de sus fluidos mientras era dominada por la lengua de su voraz bestia. Mis bragas se fueron humedeciendo y mi cuerpo estaba alborotado, en ese momento lleve una de mis manos a frotar mi vulva, y con la otra comencé a apretar mis pezones mientras Nora jadeaba para no hacer ruido ante el inconfundible orgasmo al que estaba llegando mientras sobaba sus tetas, mi cuerpo estaba rebalsado de deseo y frotaba mis senos con gran ímpetu sin importar ser descubierta, y tal era el afán de mi suegra que ni siquiera se daba por enterada que estaba presenciando su aberrante acto.

De pronto el hermoso perro con aspecto de lobo dejó de lamer la concha de mi bella suegra, y por más que Nora intento cogerle la cabeza para que siguiera dándole placer, su mascota se aparto de ella y su olfato lo llevo hasta donde yo estaba escondida, intentó olfatear mi entrepierna mientras yo trataba de apartarlo para no ser descubierta, lo que fue casi imposible pues Nora para ese momento ya estaba parada frente a mí. Mi mano estaba cubierta de mis flujos, y Ralph al ver truncada su aspiración a mi entrepierna no tuvo otra opción más que lamer mi mano mientras mi suegra y yo nos veíamos estáticas en la entrada del salón. En ese momento ya no podíamos prescindir, mi suegra se fue acercando como hipnotizada sin dejar de verme a los ojos, coloco una de sus manos en mi cola y poco a poco fue acercando su boca a la mía, hasta que nuestros labios se juntaron en un beso sutil al que sin pensarlo correspondí introduciendo mi lengua en la boca de Nora, sin dejar de besarnos mi suegra comenzó a acariciar el pelaje de Ralph, mientras yo lentamente iba abriendo mis piernas para entregarme al hocico del lascivo can, y en efecto Ralph acerco su fría nariz a mi entrepierna hasta que llego a mis bragas donde comenzó a lamer el sabor de mi fertilidad, y aunque tenía mis bragas puestas lograba sentir la rugosidad de su lengua que abarcaba completamente mi vulva, el beso con Nora se fue intensificando a consecuencia de las lamidas que su amante perruno me estaba regalando, mi cuerpo estaba completamente arrecho y entregado a la lujuria, mis piernas se aguadaron y se arquearon mientras Ralph me seguía lamiendo, mi suegra me abrazo como pudo desde atrás pues pensó que me desplomaba de tanto placer, mis suspiros y gemidos no se hicieron esperar y en segundo la lengua de un perro me había hecho sentir el orgasmo más largo y maravilloso jamás disfrutado en mi vida. Poco a poco mi cuerpo se fue recuperando, mi suegra me pregunto si estaba bien y yo sin responder le tome la cabeza y le di un fuerte beso que al separarnos no quedo otra más que sonreír, pues nuestros clítoris y pezones estaban sufriendo de libido y sabíamos que debíamos saciar nuestro deseo.

El cuerpo de Nora estaba invadido de lascivia, y mientras tanto yo me sacaba la blusa y las bragas mojadas por mis flujos y las babas de Ralph, mi suegra abrazaba a su amante canino para sentir su suave pelaje en su vagina, la cual lucia con solo una línea muy densa de pelo púbico. Nuestro macho se dio la vuelta ágilmente ante las caricias de su ama para quedar recostado sobre su lomo, pero mi verdadero asombro llegó cuando observe su crecido falo rojo, jugoso, desfundado y listo para ser devorado por el desenfreno de Nora, que sin vacilar lo cogió con su mano y lo llevo hasta su boca como si fuera el de un humano. Yo solo veía como la mano de mi suegra derramaba tanto fluido como mi vagina, esa escena me estaba volviendo a excitar tanto que comencé a masturbarme a la vez que sobaba mi vientre preñado y mis voluptuosos senos, y en plena tragonería de mi suegra me acerque al hocico del can y comencé a introducir mi lengua en su hocico a lo que pronto correspondería, pues aunque era un animal parecía que no era nada ingenuo. Yo trataba que mi lengua llegara hasta las encías del perro, cuando de pronto el fuerte tirón de pelo de mi sofisticada suegra me trajo de nuevo hasta donde ella estaba para hacer que lamiéramos entre las dos el falo de su amante perruno, al principio dudé un poco, pero pronto comencé a mamarlo, la cantidad de fluidos que derramaba era asombroso, su sabor era asqueroso aunque eso me provocaba mayor morbo. Después de unos minutos, Nora se levanto y me dijo que si quería sentir algo delicioso tenía que ponerme en cuatro, yo sabía muy bien lo que seguía pero no estaba tan segura aunque realmente me apetecía probarlo, yo me coloqué en cuatro, mi suegra trono sus dedos y el perro se paro frente a ella jadeando, pegó tres fuertes palmadas con su mano en mi culo lo que sentí muy rico, su macho saltó sobre mi espalda de inmediato tratando de penetrarme, al parecer Ralph estaba muy bien entrenado y aunque realmente no tuvo tanta suerte paso su falo por mi  ano y estuvo a punto de introducirlo ahí pero Nora cogió su falo con su mano y ayudo a su cabronazo macho lleno de lujuria a que me penetrara mi vagina totalmente dilatada.

Una deliciosa sensación sentí cuando su carnudo falo llego hasta la entrada de mi útero, al principio me dio miedo por el embarazo, pero en ese momento ya era muy tarde, pues Ralph se aprovecho de mi pose para engancharse bien y abrazarme con amplia robustez, colocando sus patas delanteras alrededor de mi cadera donde comenzó el mas delicioso vaivén lascivo de toda mi vida. Nora me dijo que separara un poco más las piernas y levantara mi culo para que nuestro amante canino tuviera una mejor penetración, mientras ella cogía con sus manos el falo de nuestro macho cuidando el bulbo del mismo, aunque realmente fue algo que descubrí por mi misma un momento después, al parecer mi suegra era toda una experta pues la verdad la penetración era cada vez más profunda y la sensación era deliciosa, yo movía mi cuerpo adelante y atrás para ayudar a Ralph a envestirme más fuerte, mis tetas se balanceaban por el movimiento de su penetración lo que hizo que la puta de mi suegra soltara el menudo pene de Ralph y fuera directo a coger mis ubres con su mano, donde sin titubear introdujo como pudo su cabeza debajo de mi cuerpo y comenzó a mamar mis tetas con mucha intensidad, en ese momento me sentía como una total perra, una verdadera hembra siendo penetrada por un verdadero macho mientras amamantaba a mi cachorrita, y aunque para ese momento aun no tenia leche mi suegra se introducía mis tetas a su boca glotonamente mientras me entregaba a mi hermoso amante peludo.

De pronto Nora estiro su brazo y sin dejar de comerse mis tetas comenzó  a sobar mi clítoris muy sutilmente  con todo el borde de su palma, y ante las envestidas aceleradas de Ralph y mi abundante lubricación, mi excitación iba subiendo, el choque constante y húmedo se escuchaba con gran lucidez en toda la casa, poco a poco sentía como mi vagina goteaba y derramaba nuestros flujos por toda mi entrepierna, el jadeo del perro hizo que me babeara la espalda, eso me provocó mucho morbo que quise sentir su virilidad muy dentro de mí, hasta que sentí que mi cuerpo se quebraba y mis movimientos se dejaban llevar por la deliciosa sensación que estaba sintiendo, Nora movía mas rápido su mano , comencé a transpirar sudor y sin evitarlo deje salir mis gemidos, mi orgasmo fue tan intenso que casi pierdo el conocimiento, y sin dejar que tomara aire Ralph me siguió penetrando. De igual forma que mi suegra estire mi brazo y comencé a meter dos dedos en su vagina, la cual estaba muy bien lubricada e hinchada, dejando todo mi peso en mi otro brazo y en mis piernas. En ese momento me sentía como una completa perra fértil, era la hembra de una suculenta bestia que estaba destrozando mi útero, mientras Nora suspiraba cada vez más profundo dejando de chupar mis tetas para dejar salir sus inauditos orgasmos al momento que engarabataba los dedos de sus pies. Mi suegra sacó su cabeza de debajo de mi cuerpo y cogió mis dedos abastecidos de su flujo para chuparlos. En ese mismo momento sentí como las envestidas de  Ralph se iban volviendo cada vez más violentas y poco a poco me fue dando la sensación que su vasto falo crecía cada vez más, mi suegra con su cuerpo sudado comenzó a reír mientras era espectadora del inminente espectáculo, mi útero se iba dilatando, una gran bola entró en mi vagina hasta que quede muy bien abotonada y pude sentir como su pene comenzaba a eyacular chorros inmensos de semen, que chocaban en lo más profundo de mis entrañas, hasta llegar a tener la grata sensación de estar completamente llena, esa sensación me provoco mucho morbo que fue colmado nuevamente por la mano de mi suegra, mi nuevo amante perruno se dio vuelta y quedamos enlazados cola a cola.

Era una experiencia maravillosa, ya habían pasado unos minutos y aun sentía como el falo de Ralph palpitaba dentro de mí, Nora se había acercado y sin vacilar habíamos enlazado nuestras lenguas en un largo beso de nuera a suegra, en agradecimiento a algo que con su hijo o con cualquier otro humano jamás hubiera llegado experimentar. Unos segundos después el perro que me había hecho su hembra dio un tirón y se soltó de mi vagina, lo que de inmediato provoco el derrame de su caliente esperma por toda mi pierna, abrace a mi macho y él me dio unas cuantas lamidas en mi rostro pues sabía que de ahora en adelante tendría una nueva hembra, luego se alejo de mi y en un rincón comenzó a limpiarse su pene con su propia lengua, mientras mi suegra emulaba a Ralph pero sobre mi vagina. El falo de Ralph se convirtió en el lazo que unió y estabilizo la relación con mi suegra, y debo decir que mientras mi embarazo va creciendo yo me enamoró mas de Ralph y de mi suegra.