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Mi Ninfomana Familia1 Mi tia

en Amor filial

Por fin me he decidido a relatar lo que ha pasado en mi casa desde hace un tiempo, este fue el inicio de las experiencias sexuales más grandes que he tenido. Después de esto mi mundo ha cambiado radicalmente, y le ha dado un giro enorme a mi vida. Creo que uno no conoce el sexo hasta que lo practica sin tabúes. Mi nombre es Juan y esto sucedió hace unos meses, tengo 21 años, estoy en la universidad, hijo único pelo negro, ojos cafés, un cuerpo más o menos marcado, 180cm. de alto. A mi edad solo había follado con 3 mujeres distintas, y eran de mi edad, aunque una de mis fantasías siempre fue la de poder tener sexo con una madurita; pero lo que iba a suceder, era algo que nunca imagine, era algo que superaba mis fantasías, y es algo de lo que no me arrepiento.

La familia de mi padre es muy pequeña, a diferencia de la de mi madre, mi padre tiene una hermana, mi tía Amparo. Mi madre es hija única, al igual que yo, Siempre hemos llevado una vida muy confortable, debido a que mi padre es cofundador de una empresa  de vinos, junto con otro amigo de él, debido a eso mi madre jamás tuvo que trabajar, y ha estado al pendiente de las tareas de la casa todo el tiempo. Mi madre y mi tía Amparo siempre se han llevado muy bien, aunque ahora conozco muy bien sus razones. (Es algo de lo que hablare en otro relato)

Verán, todo comenzó en las vacaciones cuando mi tía me invito a ir con ella a su finca. Mi tía se llama Amparo es la hermana mayor de mi padre, tiene 56 años, rubia, no muy alta, pero a pesar de su edad ella se conserva muy bien, es arquitecta, la mayoría de sus proyectos los lleva a cabo desde su casa, uno de sus grandes atributos son sus tetas como de 120 cm., naturales. Es madre soltera solo tiene una hija, mi prima Rosario; Cuando Rosario nació, mi tía tenía 24 años. El esposo falleció en un accidente de auto, cuando rosario tenía 3 meses de nacida, y nunca más volvió a casarse. Mi tía y mi prima iban muy seguidas a una finca, que era lo único que les había dejado su esposo. Un día cuando iban a viajar le surgió un contratiempo a mi prima de su trabajo, y tuvo que cancelar el viaje, pero mi tía quería ir porque debía estar al pendiente de su finca, o al menos eso era lo que yo sabía. Mi tía no podía conducir porque su licencia estaba vencida ya hacía rato, así que me llamo para pedirme favor que la llevara en su auto, y al mismo tiempo me podría relajar en la finca, era una invitación muy favorable para mi, así que accedí y mis padres también estuvieron de acuerdo.

Empaque de inmediato, debido a que al siguiente día salíamos temprano, era un viaje corto de dos días, pero la verdad si me apetecía ir. Al siguiente día salimos a las 7:00AM, fue un viaje de 4 horas, llegamos a eso de las 11 de la mañana, ya había ido una vez a esa finca pero tenía 6 años, a esta edad ya no me recordaba muy bien del lugar, mi tía me mostro la habitación en donde iba a dormir. Una recamara muy amplia, con una cama muy grande y muy femenina, claro era la habitación de Rosario, mi prima.

Desempacamos muy rápido porque yo quería recorrer todo el lugar así que en ese momento salimos, la verdad el lugar no había cambiado mucho, y el ambiente era muy agradable. Muy cerca de la finca pasaba un río con poca presión, yo le pregunte a mi tía si podía bañarme en el río, me dijo que no había problema así que me fui a poner un bañador y me bañe en el río.

 Cuando Salí fui directo al baño a quitarme la ropa mojada, la puerta estaba sin pasador, así que solo empuje, y ahí estaba mi tía orinando con su concha depilada, me quede hipnotizado uno, o dos segundos, ella pego un brinco cuando me vio y rápido se tapo, yo reaccione, levante la cara, me sentía incomodo, y salí rapidamente cerrando la puerta de nuevo.

-Lo siento no sabía que tú estabas ahí. -Le dije a mi tía cuando Salió.

-No te preocupes Juan. -respondió sonriente.

En ese momento entré al baño, cerré la puerta, no podía creer lo que había visto, me quite la ropa tome una tolla y fui a mi habitación a cambiarme. Al respaldo de la cama había un mueble de noche, abrí una gaveta y lo único que había era un consolador doble, no había duda que mi prima era una ninfómana, y quizá hasta lesbiana, en ese momento sentí que el consolador aun soltaba un olor a sexo de ambos lados, era el olor de los jugos vaginales  de mi prima y de alguien más tal vez, mi pene se empezó a poner duro por lo que acababa de ver, y también por lo que acababa de oler, no pude aguantar y empecé a hacerme una paja, al mismo tiempo que lamia ese consolador, el cual tenía un sabor entre salado y dulce. Me corrí de inmediato, luego me cambie y Salí, mi tía tenía el almuerzo servido, me senté en la mesa y almorzamos solo los dos.

-Sabes Juan espero que nos divirtamos juntos y que puedas pasar un fin de semana excelente. En ese momento tome su comentario en doble sentido, y se me vino la imagen de su concha a la mente.

-Claro, creo que va ser fabuloso estar aquí solitos los dos. -Respondí tratando de darle un toque morboso por lo que había visto. Ella de inmediato me entendió y cambio la conversación, terminamos  de almorzar y fuimos a la granja a ver el ganado, cuando en eso llegamos al establo, y ahí estaban una yegua y un caballo follando duro, y de inmediato vi como mi tía se sonrojaba, yo me reí y ella me dijo, -bien creo que mejor los dejamos a ellos en su actividad diaria, y nosotros vamos a ver qué hacemos. -Yo me volví a reír e hice énfasis en lo que dijo, -es que esa yegua es una puta, y anda follando con todos los caballos del establo casi a diario, –explico mi tía.

En ese momento solté una carcajada y sin más que decir fuimos a montar, al cabo de tres horas decidimos regresar a la casa, debido a que ya estaba oscureciendo, eran las 8 de la noche entonces,  mi tía me dijo que se iba a dar una ducha que viera la televisión y que cuando saliera iba cocinar la cena. Yo prendí la tv mientras ella se duchaba, en eso descubrí que habían seis canales de porno, me puse a ver uno de esos y de inmediato mi polla comenzó a ponerse dura, la excitación hizo que me dirigiera al cuarto de mi tía, el cual quedaba a la par del baño, y enfrente de mi cuarto, entre cuidadosamente sin hacer ruido, y vi su sostén al final de la cama, también había una cesta de ropa sucia a un lado, y encima había una tanga azul, la levante y sentí que la mano se llenaba de un liquido pegajoso con un aroma excitante, mi tía se había excitado cuando estábamos montando, o bien al ver los caballos follar, no lo sabía, pero estaba seguro que era el porqué de la ducha, y quizá en ese momento se estaba masturbando. Comencé a oler el néctar de mi tía por medio de la tanga, saque mi polla que estaba a reventar, y comencé a pajearme cuando de pronto, me doy media vuelta, y veo a mi tía envuelta en una toalla, parada en la puerta de su cuarto, viéndome con cara de morbo y asombro, yo estaba mudo, no podía hacer nada, solo escuche que me dijo.

-¿así que te gusta mi olor?  -Yo no respondí nada, solo quería guardarme la polla lo más rápido posible, y como no respondí, pregunto de nuevo

-¿Juan te gusta mi olor? ¡Habla carbón! 

No sabía que responder y tartamudeando le dije que si, ella sin decir nada se acerco a mí, me vio a los ojos, y de un tirón se saco la toalla. Llevaba puesto un sostén rojo, que con el tamaño de sus tetas parecía que lo iba reventar, y haciéndole juego una tanga muy parecida a la que había hallado, en ese momento se agacho quitándome el pantalón y el bóxer, de un solo yo aun estaba sin poder moverme, y solo deje que mi tía hiciera lo suyo, comenzó a darme una mamada enorme, parecía que tenía mucha experiencia, me succionaba hasta los testículos de una forma feroz, me escupía la polla y yo gozaba, en un momento pensé que se estaba ahogando con mi polla pues la llevaba hasta el fondo de su garganta, yo estaba completamente en el paraíso, no lo creía, mi propia tía me estaba haciendo una felación, no aguante mas y me vine en su boca, se trago mi semen quería limpiármelo toda con su boca se paro y me dijo.

-todavía tienes reserva verdad, porque quiero ese trozo de carne dentro de mi vagina, tengo ganas de cenar huevos con salchicha, y a ti te daré caldo de concha.

-Sin responder nada la tumbe con un beso lleno de lujuria y morbo, juntando mi lengua con la suya, me quite la camisa, estábamos dando vueltas en la cama, se sentó para quitarse el sostén al mismo tiempo que me decía, -toma tu pechuga mi amor, estas tetas serán tuyas esta noche. Yo sin pensarlo comencé a mamar su rico pezón rosado de tamaño medio muy erecto, no paraba de mamarle las tetas, quería sacar leche de ellas, puse mi mano en su concha y estaba completamente empapada, así que me dirigí a ella bajando mi lengua hasta su ombligo.

Al llegar ahí me detuve, levanto sus caderas, y le fui quitando poco a poco sus bragas con los dientes, eso la puso a mil, -Juan, comete mi concha, ahí tienes tu cena. -Comencé a lamerle los jugos como si hubiera sido una paleta de helado, ella temblaba de lo excitada que estaba, le besaba los labios, me comí su clítoris enterito, le metí la lengua en su vagina, y ella gritaba.

-quiero polla, cabálgame, móntame, que soy tu puta sobrinito, -claro que estaba desesperada y no la hice esperar más, le metí mi polla hasta el fondo, le estaba dando sin parar y al mismo tiempo nos dábamos unos besos con sabor a incesto, pero no nos importaba lo estábamos disfrutando, me dijo que le escupiera la cara, todo lo que quisiera, y así lo hice, solo hacia lo que ella me pedía.

-Amparo, eres una puta.

-Soy tu puta sobrinito, pero ahora deja de hablar, y sígueme follando por favor, no pares.

De pronto ella hizo una maniobra extraña y termino encima de mí, y dijo ahora me toca cabalgar a mi. Ella se movía de atrás hacia delante, brincaba sin parar, pero no pude aguantar su ritmo, ella era toda una profesional, sentí que me venía.

-Levántate, mi polla va estallar.

-no sobrinito, yo hoy soy tu puta y quiero tu esperma dentro de mi vagina.

-No me hizo caso así que le volví a advertir.

 -¡Me vengo! -Grité con la voz casi ahogada, ella se puso a mil al sentir mis chorros de semen rebotar en las paredes de su vagina, su concha emanaba cantidad de flujo, un rubor extraño invadió la cara, el cuello y las tetas de mi tía, mi pene estaba empapado, comencé a sentir como su vagina se comía mi pene completamente, podía sentir como su vagina se abría y se cerraba exprimiendo mi falo, aún seguía eyaculando, y aumentaba mi placer, mi tía estaba teniendo un gran orgasmo, gemía, se arqueaba, Tomaba las sabanas, las mordía y sobre todo dejaba fluir su néctar. -Aaaah! Aaaaaah Ahhhhhhhhhhhhhh! Ahhhmmm… Juan eres un semental. -Fueron unos 25 segundos de placer, habíamos llegado al clímax, y yo estaba casi muerto, nos recostamos en la cama, no nos queríamos mover, a mi tía le corría mi semen en su entrepierna, y mi pene estaba empapado de sus líquidos, nos besamos casi tragándonos la lengua del otro hasta quedarnos dormidos. Esa noche dormimos desnudos, abrazados el uno con el otro, dejando que nuestros líquidos se secaran hasta otro día.

Al día siguiente me levante y el cuarto olía a sexo todavía, mi tía ya no estaba en la cama, me fui a cepillar, llegue a la cocina y mi tía estaba cocinado unos panqueques para el desayuno completamente desnuda, me vio y me beso, al mismo tiempo que yo saludaba su coño con mi mano, éramos como dos amantes sin preocupaciones.

-Te estaba esperando para que nos bañáramos juntos pero antes desayunemos.

- Solo pensar en eso me levantaba el pene, ambos estábamos desnudos, sus tetas eran enormes, hacia que se me pusiera dura, terminamos de desayunar, me tomo de la mano y me llevo al cuarto de su hija, el que supuestamente yo usaría, nos tiramos en la cama, la puse de perrito, y comencé a darle con mucha fuerza mientras le cogía las tetas con mis manos desde atrás, ella me pedía más, hicimos un 69 espectacular, yo le comía su coño mientras ella hacia lo suyo con mi pene, Amparo termino llenándome la cara de sus jugos, era una guarra y con su lengua me limpio la cara, por sus fluidos, nos paramos y nos fuimos besándonos a la ducha, prendimos la regadera, estábamos tan calientes que de nuestro cuerpo salía vapor, ella me comenzó a enjabonar y yo hice lo mismo con sus tetas, las llene de mucho jabón, luego se agacho y me dijo, ven que te voy a limpiar la polla, comenzó a hacerme una cubana con sus enormes tetas, de inmediato me corrí con tanta fuerza que le llene la cara de mi semen.

Me agache y le dije. -Muchas gracias tía, gracias por ser tan puta y darme un fin de semana excelente, lo hiciste maravilloso. 

-Gracias a ti por complacer a una puta como yo con tu enorme y delicioso pene, y entregarme tu virilidad, llenando mis entrañas con tu apetecible manjar de leche. De hoy en adelante seré tu puta cuando lo desees. –hablo, volviéndome a besar.

Nuestro fin de semana había terminado, pero se había abierto un nuevo ciclo inimaginable en mi vida, estábamos listos para volver a follar, y yo estaba seguro que a mi tía la iba estar visitando más seguido de ahora en adelante, había tenido mi primera relación de incesto y creí que sería la única, pero en realidad era el primer paso que mi vida daba, a una vida sexual sin tabúes.