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Los usé y me usaron

en Trios

De nuevo aprovecho para agradeceros los comentarios, consejos y valoraciones que hacéis de mis relatos. Me estáis animando a compartir vivencias y fantasías. Os lo agradezco de corazón.

Voy a relatar una historia que me ha sucedido hace no mucho tiempo y ya separada de mí marido. Soy una madurita, por lo menos así nos definís algunos y esta historia es con jovencitos.

Era un día de diario de junio. Muy caluroso por otro lado. Decidí salir con dos amigas a cenar y a tomarnos unas copas. Ni qué decir tiene que los nombres son ficticios. Mis amigas se llamaban María y Ana.  Después de una cena en el centro de la ciudad optamos por ir a tomar una copa a un pub de una concurrida y famosa calle. Estuvimos charlando de nuestras cosas y la copa se convirtió en varias copas. Mientras charloteaba con mis amigas un grupo de dos chicos muy jóvenes para mí no paraban de mirarnos. Una era de estatura media, buen cuerpo, y bastante atractivo y el otro era normal, normal, y bastante gordito. Eran muy jóvenes o muy jóvenes para mí. Deduje que unos veintipocos años. La cuestión es que me miraban a mí. Ese día me había puesto un vestido corto que me llegaba a medio muslo y ligerito. Al sentarme se podían ver bien mis piernas y estos chicos no paraban de mirarme. A mi me encanta provocar. Es un deporte o una afición para mí. Me excita muchísimo enseñar y provocar.

Como podéis imaginar había tensión y muchas miradas cómplices. Al final se decidieron y se abalanzaron hacia nosotras. Se presentaron y comenzamos a charlar. No es muy importante contar de que hablábamos pero, como podéis imaginaros, de las cosas típicas que se dicen en esos momentos. Ellos eran de otra ciudad. Eran comerciales que estaban de feria en la ciudad. Lo que estaba claro es que el guapo que se llamaba Luis iba a por mí. El gordito Juan no sabría decir a por quién iba.

Después de una copa, María y Ana decidieron irse pero yo, por el contrario decidí quedarme a tomar otra con mis nuevos amigos. Así fue. María y Ana se fueron. La conversación a partir de ese momento fue por otros derroteros. Juan, el gordito se quedó mirando las musarañas y Luis se centró en mí. La conversación se calentó un poco. Que si que joven eres para mi, que si me gustan las mujeres maduras, que si patatín y patatán. Yo ya estaba mareada o porque no decirlo borracha y no pedí más copa.

Después de un rato, Luis me invitó a ir con él a su hotel y yo caliente y borracha como iba accedí. Me preguntó si no me importaba que Juan nos acompañara en el taxi al Hotel para no ir en dos y claro está accedí.

Nos fuimos en el taxi en dirección al hotel y dentro del choche Luis no pudo contenerse y me beso en la boca. Fue un beso corto porque no era plan en el taxi y con su amigo delante.

Llegamos al hotel y entramos en la recepción y subimos a la habitación. Tenía cada uno una habitación muy próxima en el pasillo y nos despedimos de Juan. Este se metió en su habitación. Como estaba muy borracha le solté a Luis lo siguiente. “Pobre tu amigo ahora se va solo a su habitación y nosotros aquí. ¿Le invitamos?”

La cara de sorpresa de Luis fue un cuadro. Los ojos se le abrieron y soltó un “ufff vaya” pero, al final, dijo que vale que íba a avisarle. Se fue a su habitación y me quedé sola en la de Luis. Al cabo de un rato, debieron estar hablando del tema, entraron los dos. Juan estaba como encogido y vergonzoso. Luis me preguntó si quería algo y tras mi negativa, se abalanzó sobre mí y comenzó a besarme. Juan estaba cortado sentado en la cama. Yo frené a Luis y les dije que me esperaran que íba a ducharme.

Me introduje en el baño y me duché. Me puse la toalla tapando mi cuerpo y salí. Estaban los dos esperando. Les dije que se desnudaran y entraran en la bañera. Así lo hicieron. Luis tenía un cuerpo estupendo, joven, fibroso, el pene normal de tamaño estaba flácido imagino que por la situación y Juan era bastante gordito. Debajo de su barriga se divisaba su pene, no muy largo pero si muy grueso. Estaban muy cortados. Yo empujada por la alegría proporcionada por las copas abrí el grifo y comencé a mojarles. Me unté las manos de gel y comencé por Luis. Le embadurné de gel el pecho y froté con suavidad alrededor de sus pezones, bajé por el estómago y rodee sus genitales para lavar los muslos. Se empezó a excitar y ya su polla estaba dura aunque no totalmente. Hice lo mismo con Juan que sí que se empinó nada más tocarle los pechos. Volví a untarme las manos de gel y le cogí entre mis manos el pene a Luis. Ya estaba durísimo. Lo enjaboné y masturbé. Después hice lo mismo con Juan. Los sequé. Los tumbé en la cama a los dos. Me quité la toalla y vieron mi cuerpo desnudo. Me sentí deseada por sus miradas, por sus pollas. Juan dijo que le encantaban los coños sin depilar. Me poyé en mis brazos y pasé la lengua por el pecho de Juan. Ya se oía su respiración entrecortada. Hice lo propio con Luis. Regresé a Juan y bajé despacio hasta sus huevos que lamí despacio con mi lengua. Luis se incorporó y me lamia la espalda mientras atrapé en mi boca la polla del rellenito. Lubricaba de excitación. Me la metí entera porque no era muy larga pero me llenaba por el grosor. He de confesar que estaba riquísima. Suave y dura a la vez y con un sabor suave. Luis alcanzo mi culo y lamia mis cachetes. Me abrí para que me chupara el coño y lo entendió. Me lamia con la punta de la lengua todos mis labios vaginales. Ya era una fuente. Noté sus dedos fríos que entraban dentro de mí. Me metió dos de golpe. Yo respiraba excita mientras succionaba y lamia la polla de Juan. De pronto Luis se incorporó y acercó su polla a la de su compañero y entendí lo que quería. Me metí los dos capullos en mi boca. El de Luis era más duro. Gemían como locos. Mientras chupaba la polla de Luis, Juan se puso detrás y me arrimo el pene. Me la metió de golpe. Me estaba follando. Por el tamaño de su cuerpo cada embestida me movía unos centímetros hacia delante. Notaba su tripa contra mi culo. La metía sin parar. Me costaba chupar, respirar y gemir al mismo tiempo. A veces descansaba para coger aliento pero Juan no paraba. Para dentro una vez y otra y otra y yo estaba como una fuente. Me cogía de la cintura apretaba su cuerpo contra mí como para meterme lo más posible. Debido a su peso su respiración era entrecortada y sudaba mucho.

De pronto Luis me dijo que querían probar una cosa que habían hablado ahora. Me preguntaron si me gustaba el sexo anal. Me di cuenta que lo que querían era penetrarme los dos a la vez. Les dije que sí. Luis se colocó y me la metió mientras estaba tumbado boca arriba. Le dije a Juan que preparara la zona y como debía hacerlo. Me lamió el ano llenándomelo de saliva y yo le empape de saliva su pene. Acercó la polla a la entrada y empezó despacio. Qué dolor, al principio duele nada más entrar. Grité un poco. Luis tenía la polla dentro de mi vagina sin moverse. Una vez que me metió el pene Juan a medias en el ano le dije que parara una rato. Después de  un rato le anime a continuar metiéndomela. La metió entera. Con las dos pollas dentro no podía moverme. Me follaron despacio. Era una sensación de estar llena, dolor, morbo y placer. Al final el que se movía era Juan. No paraba de decir que qué rico, qué gusto… al final la sacaron. Me tumbaron boca arriba y Luis me penetró la vagina de nuevo. Juan se situó encima de mi cabeza y le chupe los testículos y después la polla.

Mientras Luis me follaba con golpes duros y chupaba la polla de Juan llegué al orgasmo. Me convulsioné, espasmos, solté la polla de Juan de mi boca porque no podía seguir y gemí.

En ese momento, Juan se corrió en mi cara llenándome el pelo, la cara, la boca, los labios, barbilla todo con su leche. Era un manantial. Gemía como un poseso y respiraba muy fuerte.

Sin limpiarme Luis continuo follándome y cuando se iba a correr la sacó llenándome el coño y el estómago de esperma. Estaba perdida por todo mi cuerpo.

 Descansamos un rato, la respiración de los tres volvió a la normalidad. Allí los tres tumbados y yo con el cuerpo lleno de esperma.

Juan se levantó  y me tocó los muslos con hambre de nuevo. Como Luis se había corrido en la parte superior de mi coño, este me lamió el clítoris y el coño pero sin tocar la zona manchada. Yo gemía. Luis se masturbaba para animar de nuevo su miembro que terminó por animarse aunque menos duro que antes. Le chupé la polla, los huevos. Me corrí con convulsiones como siempre con la boca de Juan y la polla de Luis en mi boca. Nada más terminar. Se acercó Juan con la polla dura en la mano y me metió la suya en la boca. Tenía las dos pollas en mi boca. Yo creo que esto lo hablaron porque  de pronto se corrió Luis con la polla en mi boca. Tenía que incorporar un poco la cara para no ahogarme y levanté la cara y me apoyé en mis codos. Aun habiéndose corrido no sacó su pene  y de pronto Juan gimió fuerte y se corrió. Se mezclaron sus dos espermas en mi boca. La sacaron. Yo escupí la leche sobre la barbilla ya seca del esperma de antes. Nos quedamos rendidos en la cama.

Mientras me acariciaban el cuerpo me incorporé y me fui a duchar. Al salir hablamos un poco. Les di mi mail para estar en contacto. Me despedí. Fue un encuentro sórdido, morboso, sucio en el buen sentido de la palabra pero muy muy placentero.

Espero os haya gustado mi relato. Perdonad el uso de las comas pero cuando una está metida en el tema es complicado.