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Una asistenta que conoce todos mis secretos (7)

en Voyerismo

     Buenas de nuevo! Para los que no me conocéis soy Rafa y si queréis leed mis relatos anteriores para conocer mejor la historia de éste. En esta ocasión incluiré una pequeña anéctoda que me viví fuera de casa.
 
    Día siguiente, Martes 9:00 de la mañana, llega Raquel para su turno de mañana, deja sus cosas en el comedor y acto seguido sube las escaleras directa a mi habitación. Toca dos veces en la puerta suavemente con los nudillos y entra, yo aún profundamente dormido me revuelvo en la cama. Se me acerca, me llama por mi nombre en voz baja acercándose a mi oreja pero se retira unos centímetros para sentarse en la cama junto a mí y arrimarse a mi boca y plantarme un beso de buenos días en los labios a la vez que introduce toda su lengua en mi boca. Por todo esto, me despierto a mitad del beso pero no abro los ojos hasta que se retira para darme los buenos días.
 
+Buenos días, pequeñín.
 
-Emm... B-Buenos días.
 
+Me dijiste que te levantara cuando llegara no?
 
-Sí, sí... Gracias.
 
+Bueno voy a ponerme con mis cosas.
 
-Vale, ahora bajo a desayunar.
 
     En ese momento volví a cerrar los ojos unos segundos, lo que tardó Raquel en cerrar la puerta y bajar de nuevo. Me levanté y salí de la cama sólo vistiendo unos calzoncillos y con un inmenso empalme tanto por el despertar natural del hombre como por el buen despertar gracias a Raquel. Después de espabilarme un poco, noté algo en los calzoncillos, algo frío y húmedo, me miré y lo tenía todo mojado, seguramente me habría corrido por la noche o más probablemente por el beso. Entonces me puse otros calzoncillos, un pantalón corto y bajé a desayunar con los sucios en la mano. Nada mas llegar al comedor me vio Raquel que iba al baño y me miró extrañada.
 
+Y esos calzoncillos?
 
-Están sucios.
 
+Por qué no los echaste al cesto anoche?
 
-Es que anoche no estaban sucios. He debido de tener un sueño húmedo y me habré corrido por la noche.
 
+Por la noche? Pues aún parecen mojados, como si los hubieras mojado hace poco.
 
-Pues eso es lo que me extraña, que esto en poco rato se acartona.
 
+Eso ha debido de ser por el beso. Seguramente te habrás corrido nada mas levantarte o durante el beso...
 
-Pues puede ser, quién sabe...
 
+Bueno voy a cambiarme, espérate y te preparo el desayuno.
 
     Dejé los calzoncillos en el cesto de la ropa sucia y me senté en la mesa para ver un rato la tele. Raquel entró en el baño y después de unos segundos estando dentro sin cerrar la puerta, por curiosidad, me acerqué a ver que hacía. Me asomé lentamente por la puerta y la "sorprendí" totalmente desnuda, de pie en medio del baño, poniéndose un tanga de hilo azul.
 
+Pero bueno! Que haces mirando? Es que no se puede tener un poco de intimidad en esta casa?
 
-Venga ya! Pero si estás aquí con la puerta totalmente abierta, no me cuentes historias...
 
+Era broma chico, estaba esperando a que te asomaras, sabía que no podías evitar espiarme o curiosear mientras estoy en el baño.
 
-Es que si me dices que vas a cambiarte y te dejas la puerta abierta, lo ultimo que me espero es que te estés cambiando.
 
+Pues deberías esperártelo, después de lo que hemos estado haciendo últimamente. Ya no debería extrañarnos vernos desnudos en cualquier lugar y momento del día.
 
-Pues la verdad es que no. La de veces que te habré visto desnuda...
 
+Apuesto lo que quieras a que yo te he visto desnudo más veces.
 
-No apuesto nada porque sé que es verdad, así que sería una apuesta absurda.
 
     En ese instante acabó de vestirse y sobre el tanga vestía su uniforme rutinario, pero con la parte de arriba totalmente desabotonada y abierta y sin sujetador alguno, mientras que el tanga sobresalía por encima del pantalón.
 
+Bueno, ya he terminado de vestirme. Te preparo algo para desayunar?
 
-En realidad en todo este rato que llevamos hablando podría haberme hecho yo mismo el desayuno, pero es que me lías y al final se me pasa el tiempo.
 
-Pero si te encanta, que se te nota todo el empalme bajo los pantalones... Pero bueno, tu no te preocupes yo te lo preparo en un segundo.
 
+Si es que me pones mucho cuando haces cosas así. Bueno venga pues hazme unas tostadas que voy un momento a mi habitación.
 
-Vale, ahora te aviso cuando esté listo el desayuno.
 
     Tras esto subí a mi habitación para ordenar un poco la cama y la mesa y después me puse unas medias de un color gris muy claro que transparentaba mucho y bajé sin nada más de ropa aún con el empalme que era más que obvio que se notaba y se veía bajo las medias. En cuanto llegué al comedor me topé de frente con Raquel que justo iba a avisarme de que el desayuno estaba listo y como yo iba mirando hacia abajo, hacia mi polla y Raquel miraba detrás suya a dios sabe qué, chocamos, no con las caras, pero sí mi polla contra su vientre y sus tetas contra mi pecho. Tras el susto y como acto reflejo, levanté las manos como para no chocarme con la cara, apoyando mis manos en sus pechos, sin querer, a la vez que ella se apoyaba en mi vientre. Me miró a la cara y acto seguido bajó la mirada, viendo mi polla bajo las medias en contacto con su ombligo y mis manos en sus tetas. Antes de que me separara de élla le dí un apretón a sus pequeños pechos y un empujón con un golpe de cadera, apretujando aún más mi polla con su vientre, pero sólo por un par de segundos.
 
+Ayy, hijo! No me esperaba que fueras a bajar tan pronto.
 
-Ni yo te esperaba justo aquí.
 
+Bueno pues ya lo tienes. Y ya me parecía raro que no te hubieses puesto unas medias nada más levantarte.
 
-No sé, es que antes me he levantado medio rápido y ni lo he pensado y ahora que te he visto desnuda me he puesto cachondo.
 
+Y tan cachondo, me has clavado la polla en el ombligo y me has hecho hasta daño.
 
-Perdón, no te esperaba en la puerta, es que no estaba mirando al frente.
 
+Ya, ya, ni yo... Anda siéntate y desayuna.
 
     Me senté para desayunar y ella subía a mi habitación para hacer la cama y volvió a bajar para limpiar el salón. No tardé en terminar y volví a subir a mi habitación para echar un rato en el ordenador. Se me pasaron las horas volando y llegaron las 11:30, hora a la que normalmente Raquel acaba su turno de mañana. Me asomé fuera de la habitación y me pareció que ya se había ido, así que algo decepcionado, me senté frente al ordenador y empecé a masturbarme bajo las medias. Como supuse que estaba solo en casa, puse el porno con el volumen lo suficientemente alto como para que se escuchara también en el piso de abajo, pero no demasiado como para que se escuchara fuera de la casa. Durante unos minutos estuve atento al vídeo, tiempo suficiente para que Raquel, que estaba en el baño cuando me asomé, escuchó gemidos y subió a mi habitación a ver porqué me masturbaba con el porno a todo volumen. Como dejé la puerta abierta, no noté ningun ruido cuando entró y se paró justo detrás de mí a observar, unos segundos después se sentó en la cama que queda detrás de la silla donde me sentaba a unos dos pasos y comenzó a tocarse. Yo no me había enterado y seguía con mi vídeo porno y poco a poco iba escuchando gemidos detras mía cada vez más intensos, como tenía el volumen algo alto creí que los gemidos venían del vídeo, así que no me inmuté. Cada vez los gemidos que escuchaba eran más fuertes y no me cuadraban con lo que veía en el vídeo pero no le di mucha importancia hasta que, estando a punto de correrme, oí una puerta cerrarse, del susto cerré corriendo el vídeo, quedando en la pantalla el escritorio principal con las fotos de Raquel desnuda. Como corté el vídeo de golpe y seguía escuchando gemidos, ya no podía ser por el ordenador así que como acto reflejo me levanté y me giré quedando de frente a la cama con una mano en la polla y las medias bajadas a medio muslo me di cuenta de que era Raquel la que gemía, porque estaba masturbándose a un metro de mí, con una mano en su coño todo mojado y la otra en sus pechos, gimiendo sin parar, hizo que me entrara un escalofrío y un espasmo a la vez corriéndome sobre mi mano, el suelo, la cama y Raquel. Sus piernas, su coño y su mano con la que jugueteaba con sus labios, quedaron empapadas por mi semen e incluso alguna gota llegó a parar a su vientre. 
 
     No sé si se corrió, pero en el momento en que me corrí sobre ella paró de masturbarse y con dos dedos se recorrió todo el cuerpo recogiendo el semen que tenía para llevárselo a la boca. Después de haberse "limpiado" todo el semen de su cuerpo se levantó y vino directa hacia mí para besarme. Aquella mezcla de líquidos calientes y algo espesos recorrían el interior de nuestras bocas hasta que cada uno tragó poco a poco hasta no dejar nada.
 
-No me esperaba que aún siguieras aquí.
 
+De verdad? Seguro que no has puesto el porno a todo volumen para tentarme a venir a verte?
 
-No, no, de verdad creía que te habías ido, por eso me he puesto un vídeo, por que creía que no iba a verte hasta la tarde.
 
+Y por qué iba a irme?
 
-Pues porque son las 11:40. No ha acabado tu turno hace 10 minutos?
 
+Sí, pero pensaba en quedarme a comer aquí como ayer ya que sigo sola en mi casa hasta dentro de unas semanas.
 
-Bueno pues me parece perfecto. Sabes? Me has dado un susto que casi me caigo al suelo.
 
+Ya, si te lo he visto en la cara, tan pálido como el suelo.
 
-No me esperaba que estuvieses justo detrás mía y menos masturbándote. No me he dado cuenta hasta lo de la puerta.
 
+Ha debido de ser el viento y, además, no tenía pensado ponerme a masturbarme aquí mismo, pero es que te he visto ahí sentando tan concentrado mirando como se comen el coño esas dos rubias y con las medias... no he podido resistirme.
 
-Aunque ya decía yo que había gemidos que no me cuadraban con el vídeo.
 
+Y cómo no te dabas cuenta de me tenías masturbándome y gimiendo detrás tuya a un metro?
 
-Yo que sé...
 
+Bueno te vienes a tomar el sol un rato ahora que hace calorcito?
 
-Vale, déjame que me quite las medias.
 
+Venga, por cierto veo que aún tienes mis fotitos desnuda de fondo. Te masturbas mucho disfrutando de mi coño y mis tetas en mi ausencia?
 
-No sabes cuanto... A veces me tiro largos ratos mirando tus fotos pasar una a una y deseando que estés conmigo para comértelo todo...
 
+Qué halago, por dios... 
 
-Y tu sigues teniendo mis fotos?
 
+Por supuesto! Aún las tengo de fondo en el móvil y me encanta tener tu pollita merodeando siempre cerca de mí.
 
-Me alegra que tengas una pequeña parte de mí siempre a tu lado.
 
+Querrás decir una gran parte de ti... Anda vamos y hablamos abajo.
 
     Tras quitarme las medias y apagar el ordenador, Raquel me cogió de la mano y me llevó al jardín para tumbarnos al sol y charlar un rato. Antes de tumbarse se quitó toda la ropa, quedando los dos desnudos cara a cara y me pidió que le echara crema para luego echarme ella a mí. Primero se tumbó bocabajo así que le puse crema en los hombros, espalda, culo (entreteniéndome más de la cuenta en su hermoso culo, masajeándolo y apretándolo) y sus piernas. Le dí dos golpecitos en el culo para que se volteara y empecé a echarle crema por delante. Primero un poco en la cara, luego sus pechos (entreteniéndome también más de la cuenta), su vientre, sus piernas y por último su conejito. Parecía recién depilado, seguramente se lo rasuraba cada día porque sabía que me gustan más los coñitos sin nada de pelo. Estuve masajeándole la zona durante bastante rato, introduciendo suavemente un par de dedos en la rajita pero sin el objetivo de que se corriera, sino trantando de que se relajara. Tras unos minutos de ése lento y sensual masaje, abrió los ojos y me cogió las manos, se enderezó y me ordenó tumbarme para cambiar los papeles. Entonces me tubé bocabajo y comenzó a masajearme untándome crema por toda la espalda, culo y piernas. Cuando acabó, con una sensual voz me dijo al oído que me girara, por lo que no tardé en hacerlo. Una vez bocarriba, empalmándome por momentos a unos pocos palmos de su cara, me echaba crema por todo el cuerpo para seguir con lo suyo. Un poco en la cara, hombros, pecho, vientre, piernas y lo mejor para lo último. Cogió un pegote de crema entre las manos y las restregó a lo largo de mi polla con movimientos lentos y constantes y con algún que otro apretón, masajeando mi herramienta y jugueteando con mis pelotas. Élla tampoco lo hizo como para que me corriera, sino para relajarme, así que poco antes de quedarme dormido, se retiró y se tumbó en su tumbona a mi lado y comenzamos a charlar.
 
+Qué agusto se está aquí y qué tranquilidad...
 
-Y tanto... Qué hay mejor que esto en verano?
 
+Hacerlo en la playa supongo, aunque no puedo quejarme. El trabajo me gusta, mis jefes son simpáticos y agradables, el horario me permite tiempo para mí y en los descansos tengo piscina, buena compañía y sexo si es preciso... Sexo del bueno, por supuesto.
 
-Pero qué cosas me dices... Anda que yo, que puedo dar rienda suelta a mi fetiche y mi exhibicionismo y que además se me recompense con ése sexo del bueno...
 
+Qué buen verano estamos pasando, no me arrepiento de seguir trabajando durante el verano,
 
-Y no sabes cómo me agrada eso... Por cierto hablando de exhibicionismo, sabes que me cambié de peluquería a finales del verano pasado?
 
+Si? Y qué tiene éso que ver con el exhibicionismo?
 
-Pues sabes qué me pasó la primera vez que fuí a esa peluquería?
 
+Cuenta, cuenta.
 
-Pues mira. Bajé al centro por la tarde y antes de pelarme estuve haciendo tiempo pensando en tí, en tus fotos, en lo que hacíamos aquí en casa y empecé a empalmarme bastante. De repente me entraron ganas de ir al baño, no sabes lo que me costó hacer pis con el empalme... y al acabar fuí directo a la peluquería, casi que corriendo porque a ver si iban a cerrar la peluquería. Toqué a un timbre que tienen en la puerta y me recibió una señora de unos 40 y pocos, morena, bajita, rellenita, con una voz muy dulce y aguda, unas tetas bastante grandes, una carita inocente, con gafas y un uniforme negro de blusa con botones y falda hasta las rodillas. Me dejó pasar y me dijo que por pocas no llegaba tarde, que estaban a punto de cerrar, a lo que respondí con una sonrisa nerviosa. Ya dentro, detrás de un mostrador donde tenían un ordenador, un teléfono y muchos papeles, vi a una chica, más jóven, de unos 25, rubia, también algo bajita pero más delgada y menos tetas, que vestía el mismo uniforme y que no paraba de mirarme. 
 
+Eran guapas? 
 
-La cuarentona tenía su morbillo, no es que me vayan las maduras pero no era fea y la otra era normalita.
 
+Vale, continúa.
 
-Sí, sí... Pues eso, que no paraba de mirarme y la otra me decía que me sentara en una silla para que me lavara el pelo antes de cortármelo. Me senté, me puso una toalla en el cuello y me reclinó hacia atrás encajando en el lavabo ese que tienen para lavar el pelo. En lo que tardaba en lavarme el pelo, que era bastante, no sé por qué se tomaba tanto tiempo si supuestamente ya iban a cerrar, iba mirando mi alrededor para ver la peluquería y me fijé en que la chica seguía mirándome y yo le aparté la mirada varias veces porque me estaba poniendo nervioso. 
 
+A lo mejor le gustabas.
 
-No lo sé. Bueno, pues eso que acaba de lavarme el pelo, he de decir que la morena tenía unas manos... Sabía masajear bien la cabeza y con mucha suavidad me enjabonaba el pelo. Después me lo aclaró con agua algo fresquita y me lo secó con una toalla para mandarme a otra silla frente al típico espejo de peluquería y cortarme allí el pelo. Nada maás sentarme me puso el poncho ese raro de peluquería para que no te caiga pelo en la ropa y me preguntó cómo me lo quería cortar. Tras unas indicaciones empezó con la maquinilla mientras me daba conversación, de si vivía en el centro, si estudiaba o trabajaba y esas cosas. Durante el pelado iba mirando la decoración de la peluquería a través del espejo y me di cuenta de que la rubia ya no me miraba tanto, si no que estaba más pendiente de los papeles que tenía delante suya, así que seguí mirando cosas. Mientras me pelaba y me hablaba, yo me iba despistando de la conversación respondiendo con frases cortas y volviendo a pensar en tus fotos, en tí y me iba calentando poco a poco hasta un punto en que ya no estaba prestando nada de atención a lo que me decía la peluquera, me dió un golpecito en el hombro y me preguntó qué me parecía el pelado. Se me había pasado el tiempo volando nada más pensando en tu maldito cuerpo desnudo.
 
+El mío?
 
-Sí, el tuyo...
 
+Me agrada que me tengas desnuda en tu mente en cualquier lugar y momento.
 
-Ya, pero me despista de lo que pasa a mi alrededor.
 
+Bueno, sigue contando, que hasta ahora solo ha sido una visita normal y corriente a la peluquería y no sé qué tiene de especial.
 
-Espera y verás. Bueno, eso que me pregunta que tal el pelado y le digo que bien. Entonces deja las tijeras y empieza a quitarme la manta esa y me pregunta que si quería que me enjuagase la cabeza para quitarme los pelillos y eso, así que obviamente le digo que sí y me vuelve a sentar en la silla de antes. Mientras me acomodaba volví a ver a la rubia mirarme sin parar pero miré a otro lado para acomodar el cuello en el lavabo y la morena empezó a lavarme de nuevo el pelo. Mientras lo lavaba me sacó otro tema de conversación al que yo prestaba poca atención gracias a las imágenes de tu cuerpo desnudo grabadas en mi mente y en unos minutos acabó y me volvió a secar con otra toalla, y de nuevo me sentó frente al espejo para ponerme algo de gomina, mientras notaba que la rubia seguía mirando sin cortarse. Aún bajo la atenta mirada de la rubia reflejada en el espejo, yo seguía pensando en tí y me estaba poniendo más y más cachondo hasta que acabó de peinarme, me miré en el espejo, me incorporé, mientras la morena se acercaba al mostrador donde estaba la rubia para esperar a que le pagase supongo, me sacudí un poco la camiseta que tenían algunos pelos y fui a pagar. Cuando estaba frente al mostrador y a ellas, noté que me miraban fijamente a mis manos que estaban en mis bolsillos buscando el dinero, cuando la rubia se apoyó en el mostrador, acercando su mirada a mí y cuando fuí a mirarme los bolsillos por que no encontraba el dinero...
 
+No me digas que no llevabas dinero encima...
 
-Qué va! Si dinero llevaba de sobra, lo que pasaba es que tenía toda la polla asomando por fuera del pantalon, que tiene botones en vez de cremallera y se me habría olvidado cerrarme abrochármelos antes de ir y supongo que al sentarme y ponerme cachondo me empalmaría y se saldría fuera del pantalón.
 
+Qué me dices!! Y estuviste todo el rato con la polla fuera?
 
-Pues supongo que sí, sería por eso que la rubia no me quitaba ojo. Entonces cuando fui a sacar el dinero me la ví empalmada saliendo del pantalón a la altura del mostrador y tanto la rubia como la morena miraban sin perder detalle y yo creyendo que miraban ahí esperando a que sacara el dinero.
 
+Y no dijeron nada?
 
-Qué va, las dos más calladas... Y yo todo rojo antes de darle el dinero les pedí perdon y traté de meterme la polla de vuelta en el pantalón pero me costó lo mío ya que como bien sabes me gusta exhibirme y eso hizo que la tuviera durísima como para guardármela de nuevo. Pero lo conseguí tras unos forcejeos y abroché los botones más nervioso que nunca y les puse el dinero en la mesa. Volví a pedirles perdón por ir enseñando la polla por toda la peluquería y sabes que dijeron?
 
+Que iban a llamar a la policía por exhibicionista?
 
-Todo lo contrario, que no pasaba nada, que estuvo bien, que pasaron un buen rato y todo entre risitas.
 
+Que guarrillas.
 
-Y yo salí más rojo que un tomate despidiéndome y con el empalme entre las piernas. 
 
+Pues tuviste suerte de que no fuera una de esas que llama a la policía por nada.
 
-Ya ves... Lo pensé de vuelta a casa, pero aún así fue una experiencia rara que me gustó mucho y a pesar de estar muy nervioso, por otro lado estaba cachondo.
 
+Y cómo es que no me lo has contado hasta ahora?
 
-Pues no sé, hace un año no teníamos tanta confianza como para sentirme tan cómodo contándotelo.
 
+Bueno, pero de eso hace un año, supongo que te has pelado a lo largo de un año. Sigues en esa peluquería?
 
-Por su puesto, como voy cada dos meses mas o menos, cada vez que voy me saco la polla a posta ya que se que les gusta, aunque la última vez que fui a pelarme no pude hacerlo porque había más gente y entre ellos un hombre y paso de exhibirme delante de un tío.
 
+Jajaja, qué personaje estás hecho, no se cómo tienes tanto valor de hacerlo.
 
-Bueno tú estás desnuda delante mía y éso hace un par de años ni se te hubiera ocurrido.
 
+Ya pero es distinto.
 
-Pero al final y al cabo es exhibirse de una manera o de otra.
 
+Sí, bueno luego me cuentas otra de ésas que voy a hacer de comer. Qué te apetece? 
 
-Pues ahora mismo me apetece...
 
+A parte de mi coño y mis tetas...
 
-Aish, me has pillado! Bueno pues no sé algo de pasta.
 
+Si es que te conozco más de lo que crees.
 
     Mientras hablábamos sobre qué comer se levantaba y cogía su ropa. 
 
-Vas a vestirte?
 
+Por qué? No quieres que lo haga?
 
-Sinceramente, no. Me gustaría disfrutar de tu cuerpo desnudo todo el día.
 
+Bueno, como quieras, pero entonces tú tampoco puedes ponerte nada. Ni medias ni tangas ni nada.
 
-Vale, vale.
 
     Entonces entramos dentro de la casa con toda la ropa en la mano, la dejamos en el comedor y luego Raquel se puso a hacer la comida mientras yo miraba la televisión aunque prefería mirar su culo en constante movimiento, el cual me hipnotizaba. Estuve tocándome lentamente mientras disfrutaba del espectáculo hasta que acabó de cocinar, cogió dos platos para servir la comida, espaguetis con nata, y ponerlos en la mesa. Pero antes de empezar a comer se metió en el baño, así que sin entender por qué, comencé a masturbarme rápidamente pensando en ella desnuda sentada en el váter haciendo sus cosas y antes de correrme  me levanté y me acerqué a su plato para esparcir todo mi semen sobre sus espaguetis, que debido a la nata no se notaba demasiado el chorretón de semen que se colaba entre los fideos. Cuando salió del baño, disimulé mirando a la televisión, se sentó, cogió el tenedor y se dispuso a meterse un puñado de espaguetis en la boca, por lo que no pude quitar ojo. Tras comerse el primer bocado, echó un vistazo a mi polla y notó que caía un hilo de semen por la punta hasta la silla, así que empezó a sospechar.
 
+Por qué tienes la polla mojada?
 
-Emm... Pues no sé...
 
+Te has pajeado mientras estaba en el baño?
 
-Emm... No... 
 
     Dije apartando la mirada y haciendo una mueca de mentirosillo.
 
+Sé que te has masturbado porque aún te queda semen en la polla, que lo estoy viendo.
 
-Bueno, sí, vale me he masturbado. Qué hay de malo?
 
+Nada, nada, no tiene nada de malo, pero lo que me pregunto es si te has corrido, donde lo has hecho?
 
-A qué te refieres?
 
+Me refiero a que en algún sitio habrás tenido que correrte y el suelo lo veo limpio... No te habrás corrido en...
 
-En?
 
+Oh dios... Te has corrido en mi plato! Y me has visto comérmelos y no me has dicho nada?
 
-Emm, bueno esa era la intención.
 
+Eres de lo que no hay, no me molesta demasiado porque ya me he tragado tu semen mas de una vez, pero en la comida?
 
-No sé, un volunto...
 
+Si te digo la verdad, están buenos igualmente los espaguetis. Quieres probarlos?
 
-No, yo estoy bien con mis espaguetis.
 
+Pero no con semen no?
 
-No, sólo me he corrido en el tuyo.
 
+Pues más para mí.
 
     Y comenzó a comerse el plato, sabiendo, notando y viendo el semen en cada puñado de fideos que se metía en la boca. 
 
     Cuando acabamos de comer me propuso tumbarnos al sol de nuevo para que le contara otra de las veces que fui a la peluquería. Por supuesto le dije que sí y como ya estábamos desnudos, no tuvimos que coger nada, si no que fuimos directamente al jardín. Como siempre nos untamos crema mutuamente, entreteniéndonos en nuestras partes y masajeando sensualmente para justo después relajarnos tranquilamente bajo el sol y la brisa de verano. Una vez tumbados junto a la piscina me volvió a sacar el tema de la peluquería así que con gusto le conté mi segunda visita.
 
+No me vas a contar otra de tus hazañas en la peluquería?
 
-Lo de antes?
 
+Sí. Hiciste algo más la segunda vez que fuiste?
 
-Pues sí! Una vez que sabía que no les importó ni molestó si no todo lo contrario el verme la polla, despertó en mi el exhibicionista que llevo dentro.
 
+Pues cuenta, cuenta.
 
-A ver... Si me pelo cada dos meses aproximadamente y la primera visita fue a principios de septiembre creo, pues la segunda visita sería en noviembre. Sí, por que hacía frío ese día y me acuerdo que llevaba una chaqueta. Bueno pues llegué a la peluquería y justo antes me había preparado para la ocasión, es decir, con los botones del pantalón ya desabrochados y la polla casi asomando pero sin empalmar, no me la saqué entera por miedo a que hubiera más gente, así que toqué a la puerta y me recibió la morena cincuentona con una cara de alegría, creo que ya sabría lo que le esperaba la visita. Me dejó pasar y me dijo que dejara la chaqueta en un perchero mientras se iba a poner el uniforme porque acababa de llegar y ni si quiera le había dado tiempo a cambiarse. Había llegado tan pronto que no tenía ni las luces encendidas ni su compañera, la chica rubia, había llegado todavía. 
 
+Pues sí que tenías ganas de pelarte, no?
 
-Bueno precisamente de pelarme no... 
 
+Bueno pero ya me entiendes.
 
-Sí, sí... Pues eso... Mientras se cambiaba, que fue un minutos escaso, me dió tiempo a colgar la chaqueta donde me dijo y de sacarme la polla del pantalón, pero sólo la punta aun que ya medio empalmada nada más de pensar en lo que iba a hacer. Salió de una pequeña habitación donde se cambiaba y me pidió que me sentara para que me lavara el pelo. Me senté y me aseguré de que se me asomara la polla, no entera, pero sí una parte mientras estuviera ahí sentado. No se me empalmó del todo pero aún así la peluquera tenía una buena visión de ella desde donde estaba, es decir, justo detrás mía al otro lado del lavabo. Lo supe por el tiempo que tardó en lavarme la cabeza, más o menos como la última vez, pero no sé si me vió la polla entera durante toda la visita en la primera vez. 
 
+Pero cómo no te diste cuenta de que tenías el nabo fuera del pantalón?
 
-No sé, estaba pensando en otras cosas y ni me di cuenta.
 
+Pensabas en mí, guarro.
 
-Pues sí... Bueno, me sentó frente al espejo y me puso la manta esa, que aún sigo sin saber si tiene un nombre en concreto... Me preguntó cómo quería el pelo y se dispuso a empezar con la maquinilla. Mientras me pelaba me daba conversación sobre qué tal los estudios y esas cosas, que si tiene un hijo pequeño, que si va a tal colegio y varias cosas más de su vida. Durante todo el rato estuvo contándome su vida y al parecer estaba divorciada y con la custodia del niño, que si su exmarido no se qué, que si su exmarido no se cuanto y en cuanto acabó de contarme parte de su vida, antes de dar un último repaso a mi pelo, se escuchó la puerta y al otro lado estaba la rubia con una sudadera negra y unos leggins grises muy ceñidos en los que se le notaba perfectamente el contorno de su culo y que me puso a tope cuando entró y pasó por mi lado a una habitación trasera para dejar sus cosas y ponerse el uniforme. Antes de que saliera la rubia de aquella habitación, ya estaba yo sentado de nuevo en la otra silla esperando a que me lavara el pelo. Mientras estuve con la manta esa, me tocaba lentamente y me la saqué entera, aunque estaba flácida, por lo que al sentarme en el otro sitio seguía blandona hasta que salió la rubia. No sé por qué pero se me puso durísima en cuanto salió y me vió con la polla a la vista de ambas mujeres. Intenté mirar de reojo a la rubia y vi en ella una cara de sorpresa y supongo que la morena estando detrás de mí y mas cerca, también se habría sorprendido al verla flácida y en dos segundo más recta que el mástil de un barco.
 
+Seguro que sí, si soy yo que ya te la he visto miles de veces y me sigo sorprendiendo cada vez que te la veo dura...
 
-Oish... Ya sabes que a mí también me encantan tu coñito y tus tetas.
 
+Lo sé, lo sé...
 
-Bueno, entonces yo ahí sentado con el mástil en su posición y las dos peluqueras mirando sin parar. De repente, la rubia pareció bajar de su paja mental y empezó a hablar con la otra sobre si habían llegado los productos que encargaron y cosas de peluqueras mientras se acercaba disimuladamente a mi. Ya se lo que intentaba, pero quería poner una excusa para acercarse sin que pareciese extraño, pero no más del hecho de estar yo exhibiéndome en una peluquería. Siguieron hablando un rato más, lo suficiente como para que pudiera acercarse a mí lo bastante como para tener una perfecta visión de mi herramienta y se quedaron así hablando unos segundos. Notaba como la rubia me miraba discretamente a medida que se acercaba, pero una vez a mi lado, no se cortaba ni un pelo y supongo que la morena estaba encantada de estar a mi espalda para no tener que cortarse al mirar. Cuando acabaron de hablar, la rubia si dirigió al mostrador sin quitarme ojo y la morena comenzó a lavarme el pelo de nuevo. Mientras me masajeaba la cabeza con el champú, no sé qué hizo pero un goterón de espuma salió volando, dando la casualidad de que me cayó en la punta de la polla.
 
+Casualidad? Seguro que lo hizo a posta y le salió a la primera.
 
-Eso es lo mismo que creo yo. Bueno, pues no tardó ni un segundo en acercarme una toalla para que me limpiara y me dijo: "Si no fueras con eso al aire, no habría pasado nada", mientras la rubia reía por lo bajo. Y yo pensé: "Claro si no tuviera la polla al aire no habrías tenido la tentación de mancharmela". Pero no lo dije, sólo me limité a limpiarme con la toalla y cuando fui a guardarme la polla en para que no me dijera más cosas, me dijo: "No hace falta que te la guardes si no quieres... Sé que te la sacas a propósito y la verdad no nos molesta a ninguna de las dos", mientras la rubia asentía con la cabeza dándole la razón. Y pensé: "Qué guarronas", pero sólo sonreí y me volví a sacar la polla, aún empalmada. Una vez acabó de lavarme la cabeza, me ofreció ponerme gomina así que me senté de nuevo frente al espejo cosa que me facilitaba verle la cara a la morena y ver a donde dirigía su mirada. Durante el poco rato que tardó moldeándome el pelo, echaba unos vistazos rápidos desde arriba a mi polla y como veía que yo le observaba desde el espejo, me sonreía y seguía con lo suyo. Ya lavado y peinado me levanté de la silla y frente al espejo me quité algunos pelos que tenía por la cara y me sacudí un poco la camiseta moviéndome con todo el cuerpo para que la polla se moviera de un lado para otro y de arriba a abajo, sabiendo que las dos iban a estar mirando sin descaro. 
 
+Estarían esperando algo más que un simple meneo.
 
-Pues se quedaron con las ganas.
 
+Como te gusta hacerte de rogar eh?
 
-Jejeje... Contigo siempre lo he dado todo y te he ofrecido todo lo que podía.
 
+Ya... Y aún tienes más cosas que ofrecerme seguro...
 
-Que lo sepas... Bueno, que despues de "bailar" para ellas, me acerqué al mostrador donde me esperaban las dos, saqué el dinero del bolsillo, lo dejé en el mostrador y me cogí la polla para guardármela a la vez que decía: "Bueno, ya no tengo por qué llevarla por fuera del pantalón, no?". A lo que la morena algo decepcionada pero satisfecha a la vez, me dijo: "Métetela en los pantalones, no sea que te la vea alguien por la calle y tengas algún problema". Así que sonreí y dije: "Tranquila, sé cuidarme. Hasta la próxima!", mientras me dirigía a la puerta y antes de salir, escuché decir a la rubia: "Te estaremos esperando para la próxima vez que vengas, no tardes en volver!", a la vez que sonreían ambas pícaramente. Entonces cogí mi chaqueta, me despedí con la mano y salí de la puquería
 
+Bueno, parece que ya no soy la única a la que te exhibes, no?
 
-Pues no, aun que llevo ya un año con esto más o menos.
 
+Entonces haciendo cuentas, hasta este verano te has pelado 3 veces más no?
 
-Sí, una a mediados de enero, otra a finales de marzo y la última a mediados de junio cuando acabé las clases. Pero cuando fui en junio no hice nada por eso de que había mas gente.
 
+Entonces aún te quedan por contarme dos visitas.
 
-Sip, te las cuento ahora?
 
+No, ya mañana, así me entra la intriga y mañana tengo más ganas de saber qué haces en la peluquería a parte de pelarte.
 
-Como quieras. Pues voy a echarme una siesta que se está la mar de bien aquí al aire libre.
 
+Y tanto, hace calorcito pero viene bien para tomar el sol y eso de estar en pelotas te hace sentir como más libre, verdad?
 
-No sé, solo digo que estoy perfecto para echarme a dormir un rato.
 
+Pues ale, a sobar.
 
     No tardé en dormirme, no se si Raquel se durmió también pero pasó como hora y media más o menos. Me desperté de repente con unas ganas inmensas de ir a echar un meo, por lo que me fui corriendo al baño. Cuando volví al jardín vi a Raquel bocabajo y supongo que durmiendo, porque la llamé pero no contestaba. Entonces me acerqué y la vi ahí tumbada tan bonita, con todo al aire, me puse donde tenía los pies y veía claramente su rajita y su culo entre la sombra que hacían sus cachetes. Nada más ver su coñito empecé a empalmarme y fui acercándome para verlo mejor, me llevé una mano a mi polla para tocarme pero lo pensé bien, para qué voy a tocarme teniendo ése pedazo de chocho a mi alcance? Por lo que me acerqué a su culo y empecé a lamerlo, luego me acerqué lentamente a su rajita y con dos dedos masajeé suavemente su clítoris a la vez que lamía como podía el resto de la almejita. Después del clítoris pasé a penetrarla con los dedos, por lo que se despertó y se giró hacia mi con cara extrañada, así que paré por si no le había gustado lo que estaba haciendo, pero al contrario, se dió la vuelta quedando bocarriba y acercó mi cara a su coño para encerrarme entre sus muslos y mantenerme ahí todo lo que pudiera, así que acomodé la cabeza entre sus piernas preparándome para quedarme ahí un buen rato. No sé cuanto tiempo estuve lamiendo y relamiendo su coño por todos sitios, pero seguramente más de cinco minutos a la vez que con una mano masajeaba uno de sus pechos y con la otra su culo. Ella misma se masajeaba las tetas también y cada poco rato me cogía de la cabeza y me apretaba más contra su coño. En algunos momentos notaba que me faltaba la respiración pero aún así no deja a de lamer y ella me sujetaba la cabeza sabiendo que me encanta estar entre sus piernas. Pude dejarme las papilas gustativas pegadas a los labios de su coño y enterrar mi nariz contra su clítoris pero, como dije antes, no dejaba de lamer y saborear su jugo caliente y espeso, que resbalaba hasta su ano, cayendo sobre la tumbona y colándose por los agujeros de la misma dejando un pequeño charco de ése líquido transparente tan rico que acaba por estancarse en el suelo. 
 
     Después de tantos lametones y lametones, empecé a notarme la lengua rara y a ver su conejito algo colorado, así que me despegué de su coñito y fui recorriendo el vientre, los pechos, el cuello y por último la boca con mi lengua para acabar con un beso con lengua, por supuesto. Tras unos segundos perdido en su boca, me separó unos centímetros y me dijo: "Es mi turno", se enderezó, me tumbó bocarriba en la tumbona y se arrodilló poniendo su cabeza sobre mi pecho. Desde ahí hizo el mismo recorrido que yo pero en sentido contrario, primero el pecho, luego el vientre y por último la polla. La cogió con ambas manos y dejó caer un hilo de saliva sobre la punta para masajearla con más suavidad y fluidez. Subiendo y bajando las manos, jugueteando con mis huevos y dejando caer poco a poco más saliva, se dispuso a chuparla. Rodeó la punta con la lengua y acto seguido le dió un beso a mi glande al descubierto, me sonrió y se la introdujo lentamente hasta que llegué a notar su campanilla y se mantuvo unos segundos. Después volvió a sacársela de la boca para respirar y volver a metérsela y comenzar con movimientos constantes desde la punta hasta la base. Yo por mi parte iba perdiendo la noción del tiempo a cada lametón que me daba y cerré los ojos para concentrarme en la mamada. Poco rato después levantó la mirada y me vió ahí, con los ojos medio cerrados, parecía que estaba inconsciente o dormido, así se enderezó y me dijo: "Para que no te duermas, te voy a dar trabajo", y en ese momento acercó de nuevo su coño a mi boca para que siguiera lamiendo mientras ella me seguía chupando la polla, un 69 en toda regla como ya hicimos alguna vez. De nuevo tenía mi cabeza atascada entre sus muslos y de cara a su jugoso coño, así que sin más remedio me dispuse a comérselo todo, otra vez. Aunque éso mismo lo hubiese hecho pocos minutos antes, yo volvía a estar encantado de comérselo todo una vez más y ella me lo agradecía con cada gemido que soltaba con mi polla entre sus carnosos labios.
 
     Al estar ésta vez yo debajo de ella, todo lo que chorreaba de su coño iba a parar a mi cara y a mi boca, y como no me dejaba moverme por la presión de sus muslos sobre mi cabeza, no tenía mas remedio que tragar, y lo que no me tragaba caía sobre mi cuello y seguía bajando hasta encharcar de nuevo el suelo. En un momento de lucidez decidí penetrarle con dos dedos mientras aumentaba el ritmo con mi lengua, acelerando su orgasmo. Ella por su parte me respondió con movimientos más y más rápidos hasta que no pude contenerme y me corrí y un par de segundos después se corrió ella, inundando mi boca e inundando yo la suya con mi semen. Tuve que voltearme hacia un lado porque iba a ahogarme con tanto flujo y me fijé en que el suelo que quedaba debajo estaba todo mojado, pero aún con su flujo en mi boca, se giró rápidamente y con mi semen en la suya me plantó un beso sin dejar escapar ni una gota. Mi semen y su líquido se mezclaron en nuestras bocas junto a las salivas de ambos. Mientras me besaba, dejaba escapar poco a poco la mezcla que fabricamos en nuestras bocas que caía sobre su mano con la que iba a humedecer tanto mi polla como su rajita. Era increíble, después de todo este rato de magreos y lametones, incluso después de haberme corrido, esperaba que tuviera fuerzas para follar... Así que mientras seguía besándome, se acomodaba sobre mi hereamienta, todavía flácida. 
 
+Qué pasa? No se te empalma? No eres un hombre o qué?
 
-Pero bueno! Déjame un poco de margen... Los hombres tenemos que recargar baterías, sabes?
 
+Pues a ver si esto te ayuda a ponerte las pilas...
 
     Entonces se levantó un poco sobre sus rodillas y me aplastó las tetas sobre mi cara mientras restregaba su coño sobre mi polla blandona pero sin penetrarse. Después de encerrarme entre sus piernas para que me comiera su coño, ahora me encerraba entre sus tetas... Parece que le gusta dejarme sin respiración... Estuve un rato lamiendo y mordisqueando sus tetas y sus pezones a la vez que manoseaba y apretujaba su culo mientras élla seguía restregándose sobre mi polla hasta que me empalmé de nuevo. En cuanto notó que se me puso dura se llevó una mano a la boca para lamerse unos dedos y agarrar mi polla para humedecerla. Se puso de cuclillas sobre mí, quedando mi cara a la altura de sus pechos, bajó suavemente hasta quedar totalmente penetrada y pegó sus tetas contra mi cara nuevamente. Se mantuvo en esa posición durante un buen rato con movimientos lentos y sensuales sin dejar de gemir a medio centímetro de mi oído. Momentos antes de correrme cambiamos de posición por lo que ella quedaba tumbada con las piernas hacia arriba y yo la penetraba con mis rodillas en el suelo. De nuevo lamía y relamía sus pies mientras aceleraba el ritmo hasta que llegué a mi punto máximo y le dije que iba a correrme, entonces fui a incorporarme para dejar salir toda mi leche pero para mi sorpresa, Raquel me agarró del culo y me mantuvo pegado a ella para que me corriera dentro, me guiñó un ojo y me eché sobre ella con mi polla aun dentro de su muy empapado coño, la besé y descargué todo mi semen en su rajita. Después de unos segundos de descanso, me besó y me dispuse a lamerle el coño para saborear la mezcla de fluidos que brotaba de su interior durante unos segundos.
 
     Cuando ya casi no quedaba nada me volvió a besar, se incorporó y cogió sus cosas para darse una ducha. Me extrañó ya que no suele tener tanta prisa por ducharse al acabar de follar, por lo que cogí mis cosas y fui a darme una ducha en el otro baño de la casa. Cuando acabé, Raquel se estaba preparando para salir.
 
-Te vas?
 
+Sí, no me acordaba de que tengo que ir a hacer unas cosas y esta tarde no podré venir a trabajar.
 
-Vaya... Bueno me ha llamado mi madre hace un ratito.
 
+Yo voy a llamarla cuando llegue a mi casa y le digo que no podré venir esta tarde.
 
-Vale. Sabes quién viene el verano que viene?
 
+Quién? A donde?
 
-Aquí a casa, Sara.
 
+Qué Sara?
 
-Mi hermana.
 
+Aaaahhh!! Sí, sí, Sara, he escuchado hablar de ella alguna vez a tus padres, pero no la he visto nunca.
 
-Ya, porque justo el año que viniste a trabajar, ella se fue a estudiar fuera.
 
+Y eso? Ya ha acabado sus estudios?
 
-Sí y mientras busca un trabajo se va a quedar aquí una temporada.
 
+Vaya hombre... Vamos a tener que cortarnos a la hora de hacer nuestras cosas, no?
 
-Sí, supongo que sí, aunque ya encontraremos la manera de hacerlo.
 
+Vale, bueno tengo que irme que pierdo el bus. Mañana nos vemos y me cuentas lo de tu hermana.
 
-Venga, hasta mañana.
 
     Antes de irse me plantó un beso largo y apasionado y se fue a coger el bus.
 
 
     Hasta aquí mi séptimo relato. Cómo pasa el tiempo... Bueno sé que he tardado mucho más de la cuenta en publicar este capítulo, pero como ya sabéis han empezado las clases y ahora tengo mucho menos tiempo que dedicar a escribir y tengo muchas otras cosas a las que necesito dedicarle tiempo. Así que os pido disculpas y ya mismo empiezo con el octavo relato
 
     Como ya habéis leído, Sara vuelve a aparecer y esta vez lo hace en la historia principal como algunos me pidieron. No sé cómo acabará esta historia de tres, como se dice por ahí, tres son multitud y no sé si será mucho lío a la hora de tener tres personajes en el mismo diálogo, ya me buscaré alguna manera de facilitaros la lectura para que no os perdáis. 
 
     Para el siguiente capítulo Sara se encontrará en medio de un romance. Se dará cuenta de lo que tienen entre manos su hermano y la asistenta? Si lo hace, cómo reaccionará? Lo aprobara? Lo criticará? O se unirá para formar una pareja de tres? Pronto lo averiguaréis.
 
     Me agrada que sigan subiendo las lecturas, más despacio pero al menos siguen aumentando. Me gustaría que votarais y que comentarais más ya que así me puedo hacer una idea de lo que gusta y de lo que no gusta tanto. Así que espero que os guste y no os impacientéis por que publique el siguiente relato, necesito algo de tiempo.
 
     Gracias y sed mal@s mis pequeños exhibicionistas.