miprimita.com

Una asistenta que conoce todos mis secretos (9)

en Fetichismo

   Buenas de nuevo! Para los que no me conocéis soy Rafa y si queréis leed mis relatos anteriores para conocer mejor la historia de éste. Disculpad éste período de ausencia, ya no tengo ni tanto tiempo ni tanta inspiración para escribir, no prometo nada solo que iré publicando a medida que los tenga acabados, así que no esperéis que vuelva a publicar de manera regular, lo siento.
 
     Bien siguiendo lo que hablamos Raquel y yo en el último relato, aún quedan por contar un par de hazañas más en la peluquería y, más importante todavía, la vuelta de mi "hermana" Sara. Continuemos.
 
     Como bien dije anteriormente, la tarde del Martes me iba a quedar solo en casa porque Raquel tenía cosas que hacer y no podría trabajar. Me decepcionó mucho porque quería contarle las siguientes visitas a la peluquería pero tuve que quedarme con las ganas. Pasé el resto del día sin hacer nada hasta que llegó la noche y con ella un mensaje de Raquel: "Hijo, mañana tengo que ir a hacer unos papeleos y seguramente me lleve toda la mañana y probablemente parte de la tarde. Si os hace mucha falta, puedo ir el ratito que me quede libre por la tarde, si no ya nos veremos el lunes." Manda ... Y ahora yo que hago. Al día siguiente, efectivamente, no pasó por casa así que me tiré, literalmente, todo el día frente al ordenador deseando que llegara el lunes para volver a verla.
 
     Viernes, 10:00 de la mañana, me despierto, desayuno y me salgo al jardín para tomar el sol un rato. Después de una hora más o menos, me llega un mensaje de Raquel: "Hijo, voy a bajar al centro para entregar unos papeles. Como no voy a tardar más de 10 minutos, me preguntaba si querrías bajar tu también y nos tomamos algo.". Ansioso le respondí y en pocos minutos ya estaba listo para salir. Cogí el bus y me dirigí al centro. Cuando llegué tuve que ir hasta donde estaba Raquel y esperar unos pocos minutos a que saliera. Cuando salió, lo hizo con mala cara, pero al verme, sonrió y me saludó.
 
+Buenos días, Rafilla!
 
-Buenos días! Y esa mala cara?
 
+Me tienen harta con tanto papeleo, ayer estuve todo el dia de un sitio para otro recogiendo y entregando papeles, pero ya por fín lo tengo todo entregado y en su sitio.
 
-Qué faena...
 
+Y tanto... Bueno ya que has llegado me has alegrado la mañana, porque he salido de ahí con una mala leche, que ni te cuento.
 
-Ya, ya te lo he visto en la cara.
 
+Nos tomamos un café o algo?
 
-Vale! Sé de un sitio a unos minutos de aquí que hacen un café riquísimo.
 
+Vamos pues y me cuentas que has hecho desde el martes.
 
-Pues hay muy poco que contar, más bien nada.
 
+Bueno pues cuentame lo de tu hermana. Venía entonces el verano que viene?
 
-No, no, me equivoqué, viene este verano, dentro de un par de semanas. Escuché algo que me dijo mi madre del año que viene y dí por entendido que vendría el verano siguiente, pero no, viene este año.
 
+Ammm, pues tu madre no me ha dicho nada aún, tendremos que hacerle espacio en la casa.
 
-Pues sí, pero hay camas de sobra.
 
+Y has hablado con ella?
 
-No, sólo le envió un correo a mi madre para avisarle de que vendría sobre estas fechas y nada mas.
 
+Vaya, bueno ya tendrás tiempo de hablar con ella cuando esté aquí.
 
-Pues sí, se le echa mucho de menos, siempre ha sido muy buena conmigo y siempre se lo he contado todo, aun siendo mucho más mayor que yo.
 
+Que bien os llevábais entonces. Pero, y qué vamos a hacer nosotros?
 
-Nosotros?
 
+Sí, ya sabes, todo lo que hacemos en tu casa. Cómo vamos a seguir con esto si está tu hermana en casa?
 
-Pues no lo sé, digo yo que no pasará mucho tiempo en casa, tendrá muchas cosas que hacer, muchos amigos a los que saludar y muchas cosas que contarle a mi madre.
 
+Bueno, supongo que tendremos que cortarnos más de la cuenta.
 
-Ya, pero no pienso dejarlo, ni por que esté mi hermana en casa.
 
+Tendremos que verlo cuando llegue.
 
-Sip. Mira ya hemos llegado, para mí el café mas bueno de toda la ciudad lo hacen aquí.
 
+Habrá que probarlo no?
 
     Nos pedimos un café cada uno y nos sentamos en una pequeña terraza bajo un toldo rojo. La cafetería era pequeña por dentro con unas pocas mesas y con una terraza que daba a una plaza llena de árboles y bancos en el centro y más bares y cafeterías a los alrededores. Estuvimos hablando sobre cómo organizarnos una vez estuviera Sara en casa, hasta que cambió de tema y me dijo que tenía que comprar unas cosillas.
 
-Qué tienes que comprar?
 
+Pues algo de ropa.
 
-Quieres que vayamos cuando acabemos el café?
 
+Vale, si no te importa.
 
-Para nada. Bueno vamos a pagar y buscamos tiendas. Pero no me vayas a cargar todas las bolsas eh!
 
+No, no tranquilo, jejeje si solo voy a comprar un par de prendas.
 
-Ya, ya y luego volvéis con 30 bolsas de ropa.
 
+Qué va, yo no soy de esas.
 
     Tras pasear unos minutos en busca de buenas tiendas, pasamos por delante de una tienda de lencería y obviamente me quedé mirando al escaparate mientras Raquel me contaba algo. Como me quedé embobado mirando los conjuntos que había en los maniquíes del escaparate, dejé de prestarle atención a Raquel, cosa de la que se dió cuenta.
 
+No me estás escuchando verdad?
 
-Qué? Perdona es que estaba mirando a otro lado.
 
+Ya se a qué mirabas. A las medias que había en el escaparate, verdad?
 
-Pues sí, es que te estaba imaginando a tí con esos conjuntos y me han entrado unas ganas enormes de follarte aquí mismo...
 
+Por dios, aquí en medio de la calle no... Pero si quieres entramos y te compras algo.
 
-Yo? No deberías ser tú la que va a comprar?
 
+Venga ya, pero si estás deseando probarte esos tangas, esas medias y esos ligueros, bueno, apuesto a que te lo quieres probar todo.
 
-Pues la verdad es que algunas cosas si que me han gustado. Entramos?
 
+Vale, así me compro yo algo también.
 
     Estuvimos mirando por toda la tienda, cogiendo prendas para probárnoslas luego mientras las dependientas me miraban extrañanadas preguntándose, por qué tenía yo las manos llenas de medias, tangas, ligueros y conjuntos de lencería femeninas. Y yo como excusa, decía cada poco rato en voz alta: "Ésto te puede quedar bien", refiriéndome a Raquel. Después de coger un poco de todo, nos fuimos a la zona de probadores y nos metimos en el más grande, cuidándonos de que no nos vieran las dependientas y allí mismo pude desatarme por fín como fetichista que soy. Cuando entramos al probador, Raquel no tardó en desnudarse y probarse unas cuantas prendas que había elegido antes, yo por mi parte me senté unos minutos a mirar cómo se desnudaba y me provocaba con cada prenda que se ponía. Al principio sólo miraba, pero sabiendo cómo es ella, no tardé en meterle mano. Acto seguido me desnudé y comencé a probarme las prendas que había elegido yo, mientras Raquel me metía mano a mí.
 
     Estuvimos probandonos distintos conjuntos de los que cogimos previamente cada uno, hasta que se probó uno que me encendió tanto como el pico de una plancha. Un corsette negro y rojo por la parte del pecho, con formas abstractas, flecos en los bordes y unos cordones negros en la espalda que conjuntado con un culotte negro con flecos también y unas medias negras lisas con sus correspodientes ligas, me dejaron boquiabierto cuando la miré de arriba a abajo. Yo apenas llevaba un tanga muy chiquitito por el que se me escapaba la polla por uno de sus lados y unas medias azul fuerte, nada mas ver aquella belleza, se me empalmó de tal manera que cogí a Raquel, le dí la vuelta, la apoyé contra el espejo del probador y apartando el culotte como pude, la penetré lentamente hasta el fondo seguida de crecientes embestidas a la vez que le manoseaba los pechos bajo el corsette. Notaba la suave tela de su braguita rozando continuamente contra el tronco de mi polla y en la punta de la misma, el calor, la humedad y la presión de su interior, del que salían hilos de sus flujos que resbalaban por sus piernas hasta las medias, humedeciéndolas y mojándolas poco a poco. Durante unos pocos minutos solo pensaba en follarla lo más duro que podía, sin importarme la situación ni el lugar en el que estábamos, es más, saber que las dependientas de la tienda podrían pillarnos, y de hecho estoy más que seguro que nos escucharon ya que ni Raquel ni yo nos cortábamos ni un pelo a la hora de hacer ruido, hacía que la adrenalina fluyera por todo mi cuerpo transfiriendo ésa energía, ése ímpetu a través del pequeño y apretado agujero por el que entraba y salía mi polla sin piedad alguna. Tras unos minutos destrozándonos mutuamente en aquel probador acabamos en el suelo cada uno como podía debido al reducido espacio con las prendas medio quitadas, algunas por los suelos, otras colgadas de la puerta e incluso algún tanga acabó fuera del probador pero no sé ni cuando ni cómo acabó allí. 
 
     Una vez relajados y recobrando la compostura, recogimos todo el estropicio que provocamos, nos vestimos con la ropa que traíamos al entrar y nos dispusimos a salir. Para no hacer el feo cogimos las prendas que usamos, el corsette, las medias, tangas y culottes, y le dijimos a las dependientas que nos las llevábamos, ya que podrían ser un trofeo como recuerdo de ésta hazaña. En el momento de pagar decidimos pagarlo a medias (nunca mejor dicho) y con el pago hecho, las bolsas en las manos y listos para irnos, se nos acerca una de las dependientas con toda la educación del mundo y nos dice: "Perdonad, sabemos lo que habéis estado haciendo en los probadores se os escuchaba desde donde está la caja registradora, no me parece correcto que hagáis ése tipo de prácticas en una tienda donde puede entrar mucha gente así que os voy a tener que pedir que no volváis a entrar a ésta tienda en un futuro con esas intenciones. Y por otro lado que disfrutéis de las compras pero en un lugar privado si no es molestia. Gracias". Ésto nos lo dijo cuando estábamos a punto de salir de la tienda y nosotros con la cabeza agachada con un sentimiento de vergüenza y excitación y pidiendo disculpas por el jaleo salimos por la puerta. Es normal que a la o las personas que se encargan de un local no les haga gracia que una pareja de salidos vaya por ahí haciendo de las suyas y por éso la próxima vez nos plantearíamos si volver a hacerlo o no, pero justo después nos entró un ataque de risa ya que nuestras caras y las de las dependientas eran de museo. Y tras un ratito de risas y más risas decidimos ir a comer por ahí ya que estábamos en el centro.
 
     Caminando, hablando sobre cosas varias y buscando algún sitio decente para comer nos topamos con un restaurante italiano bien reconocido en la ciudad pero que no se excedía en sus precios, por lo que decidimos que para una ocasión "especial" no estaría de más comer bien. Un restaurante con la comida típica de los restaurantes italianos pero con una muy buena elaboración de sus platos y una calidad excelente en el servicio. En ésta ocasión no planeamos e hicimos nada más que comer tranquilamente y conversar sobre más cosas varias ya que en un restaurante así no nos atrevíamos. Tras una buena comilona y con los ánimos relajados vimos conveniente volver a casa, a la mía, para ser más exactos ya que como el día anterior Raquel no pasó por casa, ahora sí que le tocaba trabajar al menos para dejarlo todo listo para el fin de semana, así que fuimos a la parada del bus correspondiente y a esperar. En ése tiempo de espera y durante el trayecto me volvió a sacar el tema de mi hermana Sara, que vendría en un par de semanas aproximadamente.
 
+Oye y lo de tu hermana? Al final cuando viene?
 
-Pues como te dije antes, viene dentro de unas dos semanas si no recuerdo mal pero tengo que preguntarle a mi madre para confirmar el día exacto pero que va a estar en casa a mitad de Agosto así que ya te diré algo más adelante.
 
+Vale y tendremos que dejar de lado nuestras "prácticas" como bien dijo la dependienta antes?
 
-Para nada, no pienso dejar esto aun que ande mi hermana por casa. Ademas no creo que pase demasiado tiempo en casa por que lleva fuera mucho tiempo y seguro que tiene miles de cosas que hacer por ahi.
 
+Ya, pero no se... Me da cosa, hasta ahora estamos teniendo suerte ya que tus padres a penas pisan la casa por el trabajo, tus hermanos están cada uno en un sitio distinto y tampoco pisan la casa, pero no sé que hará Sara.
 
-No te preocupes, estoy casi seguro de que no se notará que ha vuelto, además ya me buscaré la manera de que sigamos con nuestras "prácticas".
 
+Bueno, tu eres el experto en planificarlas cosas como bien has hecho hasta la primera vez que te atreviste a hacerlo delante mía.
 
-Exacto. Ya te iré informando cuando se me ocurra algo.
 
     Entre la poca gente que había en el bus, destacaba un viejete de unos 70 años que no paraba de mirarnos y poner muecas de asco o asombro, no lo sé la verdad, cada vez que nos escuchaba decir lo de las "prácticas" ya que acentuábamos ésa palabra y además hacíamos el gesto de las comillas con las manos de manera exagerada. Pero a mí sinceramente me da igual y seguro que a ella también, pocos minutos después llegamos a nuestra parada. Cuando entramos en la casa me dirigí a mi habitación a ponerme algo de lo que compramos para pasar la tarde, mientras Raquel se ponía con sus quehaceres. No parecía tener muchas ganas de fiesta por que se le veía algo cansada así que me limité a exhibirme como lo hacía en un principio para no dejarla agotada al final de la jornada. Una vez llegada la hora de irse nos dimos unos cuantos besitos, unas metidas de mano y se fue. 
 
     Yo estaba verdaderamente satisfecho con mi día, echar un polvo fuera de casa y además en una tienda de lencería, comprar algunas prendas más para mi colección de prendas fetichistas e ir a comer por ahí con ella. Ahora solo quedaba esperar hasta el siguiente martes con ansia para saber que sucedería entonces, así que el resto del viernes y durante el fin de semana me dediqué ha pensar en mi hermana, en qué haría, en cómo seguir con lo mío con Raquel y en cualquier cosa relacionada con nuestras "prácticas" para no abandonarlas pero teniendo más cuidado de lo habitual.
 
     Una vez llegado el primer lunes de Agosto, a las 10:00 de la mañana me llega un mensaje de Raquel diciendo que durante toda la semana no podrá venir a trabajar por las mañanas por temas que por ahora desconozco y que vendrá sólo por las tardes, éso sí, todos los días, por lo que ése mismo lunes por la tarde la tendría de nuevo en mi casa. Es una chica muy aplicada y organizada, por lo que si por un lado falla, lo quiere compensar por otro lado, cosa que agradecemos enormemente y que sea tan buena trabajadora, además yo podría pasar más tiempo con ella. Si por mi fuera, que no trabajase en mi casa, si no que viviera en mi casa para poder hacerlo todo con ella durante todo el día, pero no. Así que como bien dijo, ésa misma tarde estaría en casa a su hora habitual y se me ocurrió recibirla de buena manera, desnudo en una de las hamacas tomando el sol y con un poquito de musiquita. Pero al parecer a ella se le ocurrió la misma idea y vino a casa con algo distinto para aprovechar estas últimas semanas antes de que viniera mi hermana por si había que cortar por lo sano. 
 
     Así que impaciente por que llegara, a su hora habitual de tarde la esperaba en la piscina tomando el sol tal cual me trajo Dios al mundo. A los pocos minutos de llegar la hora a la que supuestamente llegaría ella, me puse un conjunto que tenía preparado: las medias de rejilla azules, un tanga azul y el liguero blanco. Pero por desgracia por los motivos que fueran el autobús se retrasó y llegó como media hora más tarde, Raquel ya me había avisado de que iba a llegar un pelín tarde por no se qué del autobús, por lo que me tuve que quedar media hora más con el conjunto puesto por tal de no quitármelo y tener que volver a ponérmelo un rato después, así que me quedé tomando el sol con todo puesto. Ya casi dormido por lo cómodo que estaba ya que no era un día precisamente caluroso, es decir, que había algunas nubes y una brisa algo fresca, cosa que unos días más tarde acabaría en una tormenta de verano, llegó ella un tanto silenciosa y sin darme yo cuenta de ello se postró ante mí y tras ver que no me despertaba decidió por ponerse de cuclillas y restregar su coño por mi pierna un pequeño ratito hasta que me desperté. Como de una de esas veces que sueñas que te caes y te despiertas de un salto, me agarré a los hierros de la tumbona y me recliné un poco con los ojos abiertos como platos la vi ahí, quieta como una estatua, guapa como una modelo y eso sí, asustada como ninguna, por lo que se puso de nuevo de pie mirando como reaccionaba yo. Ella vestía un jersey bastante fino pero muy largo, con franjas de colores muy vivos y en las piernas llevaba unas medias azul eléctrico y unos tacones a juego con las medias. 
 
+Qué susto me has dado hijo...
 
-Tú si que me has asustado, yo que estaba tan tranquilo con el fresquito...
 
+Bueno pues si quieres te dejo aquí y me pongo a lo mío.
 
-No, no, quédate pero sí que me has asustado.
 
+Ya lo he visto, ya... Bueno, ¿y qué te parece mi atuendo?
 
-Pues que comía entera ahora mismo, de arriba a abajo y de abajo a arriba.
 
+Qué mono... No quiero ni pensar qué me harías cuando veas lo que llevo debajo del jersey.
 
-¿Y a qué esperas para quitártelo?
 
+¿Ahora mismo dices?
 
-Sí, ahora.
 
+Como quieras, pero ya veo que estás bastante excitado con lo que ves sin tener que quitarme el jersey.
 
-Estoy excitado desde que me he puesto a tomar el sol.
 
+¿Por qué? ¿Qué tiene de excitante tomar el sol?
 
-Pues que tomarlo desnudo con la posibilidad de que me vean los vecinos, no se, me resulta excitante, además, poco antes de que me mandaras el mensaje, me había puesto ya el conjunto que ves.
 
+Ya veo... Bueno pues ve sacándote la polla que vas a romper el tanga o te vas a romper tú y yo mientras me voy quitando ésto.
 
     Obedeciendo lo que me dijo, me empecé a sacar el rabo por un lado del tanga y ella comenzó a hacer movimientos sensuales como si se tratara de un baile privado en uno de esos prostíbulos. Se puso de espaldas y, entre movimientos y movimientos de cadera, se iba levantando el jersey poco a poco. Fue entonces cuando vi las medias enteras, y yo creyendo que eran unas pantys normales, pero no, si no que las medias le llegaban a medio muslo y ahí enganchaban con un liguero tan azul como las medias y acto seguido un culotte con unas pequeñas transparencias tanto por detrás como por delante y de igual manera azul como todo lo que llevaba de cintura para abajo. Yo ya había empezado a masturbarme lentamente mientras ella seguía con su baile descubriendo cada centímetro de su cuerpo delante de mí. A la altura del pecho asomaba un sujetador también azul un tanto exótico con transparencias alrededor de la zona de los pezones la cual no dejaba nada a la imaginación con algunas zonas de encaje en los laterales que realzaba su pecho de buena manera. Una vez se sacó el jersey por la cabeza le dio un par de vueltas en el aire y me lo lanzó a la cara para que pudiera disfrutar de su aroma impregnado por toda la prenda, todo esto mientras no paraba de masturbarme y con los ojos clavados en su cuerpo. Tras un par de minutos de bailoteo se acercó a mí lentamente y con una pierna a cada lado de la hamaca, me puso bien la polla dentro del tanga, me cogió las manos para ponérselas en sus pechos y comenzó a realizar lentos movimientos de cadera dejándome notar que cada vez estaba más y más mojada provocando que el culotte cogiera un color algo más oscuro, acabando por traspasar la tela llegando a mojar mi tanga y por último notar sus fluidos por todo mi pene. A la vez que me hacía éste baile, me besaba apasionadamente sin separarse ni un centímetro de mi boca y cuando decidí que me la follaría en ése mismo instante, aparté mis manos de sus pechos y moví hacia un lado tanto mi tanga como su culotte ambos muy mojados y preparado para penetrarla, se detuvo de repente y se levantó. Aún con el culotte a un lado y su coñito a la vista suspiró profundamente, me guiñó un ojo y me dijo:
 
+Que te parece si lo dejamos para luego, se me va a hacer tarde y sabes que tengo cosas que hacer...
 
Yo en mi más absoluto asombro, con un empalme y un calentón que debía desfogar en ése mismo momento dije como pude:
 
-Qué? Cómo? Por qué? No puedes hacer esto y dejarme así. 
 
+No te preocupes, luego si tengo un hueco hacemos algo.
 
-No, luego no, ahora, tiene que ser ahora. Necesito follarte ahora mismo, que me va a explotar la cabeza... por favor...
 
+Contente, así luego me pillas con más ganas, jejeje.
 
-No voy a pillarte con más ganas que las que tengo ahora, no seas así.
 
+Que sí, verás como luego me lo agradeces.
 
-Como puedes ser tan mala persona... 
 
+No soy mala, solo quiero jugar un poquito contigo.
 
-Pues si quieres jugar conmigo, juega conmigo ahora.
 
+Jugaremos luego... ¿Me devuelves el jersey, por favor?
 
-Te odio, te odio mucho, tanto que ni te lo imaginas... 
 
+Sabes que no es verdad y como me quieres tanto me vas a devolver el jersey para que pueda seguir con mis cosas.
 
     A regañadientes, enfadado y con una mirada de asesino me acerqué el jersey a la cara para poder respirar su aroma una vez más antes de devolvérselo y acto seguido se lo di apartando mi mirada a un lado.
 
+Gracias.
 
     Se lo puso de nuevo y se me acercó mientras yo seguía con mi mirada en otro sitio para darme un beso en la mejilla antes de entrar en la casa. Me quedé unos minutos más pensando en lo que me acababa de hacer pero ya no estaba enfadado sino triste, por decirlo de alguna manera, y sin empalme ni calentón entré en casa. Subí a mi habitación y me puse unos cascos con algo de música para pensar un poco, obviamente sobre ella. Nunca me había hecho éso antes, nunca me había dejado con las ganas, nunca había cortado por lo sano de ésa manera. ¿Estaría planeando algo para más tarde? ¿Ya no disfruta tanto como antes? No lo creo, se le veía muy excitada, tanto como yo o es que sabe fingir como ninguna. No es el fin del mundo ni algo tan grave pero no me gusta para nada ésta sensación de impotencia por no poder hacer nada hasta que a ella le de la gana de hacerlo, tanto que ya no tenía ganas ni de masturbarme para saciar mi sed de sexo. 
 
     Para cuando quise darme cuenta ya había anochecido y era la hora a la que solía estar la cena lista, así que decidí bajar a ver que hacía Raquel. Parece ser que había estado pensando en lo de ésta tarde y me había quedado dormido con el modelito puesto y no me dí cuenta hasta que llegué a la cocina debido a la sorpresa que me llevé. Ella estaba tumbada boca arriba encima de la mesa con su lencería puesta, el jersey en la mano y con una mirada de viciosa que nunca vi en ella. Me lanzó el jersey a la cara de nuevo y lo agarré con fuerza para acercármelo a la cara para olerlo de nuevo y fue en ése preciso momento cuando recordé que aún llevaba el modelito ya que me empalme tan repentinamente que me dolió debido a que el tanga retenía a la bestia, más dura que nunca y lista para ir a cazar un buen conejo. Le miré de nuevo, me aparté el tanga y sólo le hicieron falta unas pocas palabras con un tono totalmente de guarra para que me lanzase al ataque.
 
+¿Qué te apetece para cenar, Rafita?
 
     Acto seguido me guiñó un ojo y me hizo un gesto con su mano para que me acercara a la mesa. 
 
     Me acerqué con la ilusión de un niño en navidad y dejé el jersey a su lado, le quité con delicadeza el culotte deslizándolo lentamente a lo largo de sus piernas mientras acariciaba su medias, como ese niño que desenvuelve los regalos, me lo acerqué a la cara y noté rápidamente el fuerte olor a sexo mojado, lo dejé sobre el jersey, me arrodillé para estar a la altura de su conejito y empecé a lamer, pero no a lamer como un loco, sino a lamer y saborear cada milímetro de su vagina, con sensualidad, con tacto. Mientras ella me rodeaba la cabeza con sus piernas y gemía sin parar tirándome de los pelos y me aplastaba la cabeza para que le comiera el coño más y más fuerte. Mi lengua recorría su coñito de de punta a punta, de lado a lado, jugueteando con el clítoris y enterrándose entre sus labios para después penetrar lo poco que podía en esa pequeña cueva, húmeda, caliente, que tanto placer da. 
 
     Después de unos minutos dejándome las papilas gustativas en sus labios mayores y menores, me agarró por las orejas y me tiró hacia arriba para acercarme a su boca para besarla aún con sus fluidos por toda mi cara y boca, compartimos ése líquido tan caliente que hace las veces de lubricante en una lucha de lenguas por ver cual entra más en la boca del otro. Mientras ella me agarraba la cabeza con ambas manos, yo manoseaba sus pechos con una mano y remoloneaba con la otra en su coño, estimulando su clítoris y penetrándola suavemente. Al poco de ésto me apartó la cara, abrí los ojos, la miré y con la cara descompuesta de placer y con una respiración agitada acercó su boca a mi oído y me dijo entre susurros:
 
+¿Ves como te dije que me cogerías con más ganas? Ni se te pase por la cabeza parar, fóllame, te necesito dentro de mí aquí y ahora, no me hagas esperar o vas a lamentarlo.
 
     Sin mediar palabra y sin necesidad de humedecer la zona, la penetré lentamente y hasta el fondo para dilatar ése agujero tan apretado. Una vez acomodados los dos empecé con las embestidas, movimientos explosivos, frenéticos y enérgicos, a cada cual más fuerte que el anterior, sin piedad alguna, entre gemidos cada vez más sonoros que tuve que callar a base de besos, se agarraba a mi espalda clavando sus uñas como si la estuvieran torturando. Ella se separaba de mi boca ya que necesitaba respirar para seguir gimiendo a escasos centímetros de mi oído, lo que hacía que mantuviera mi ritmo frenético, hasta que me puso sus manos en mi vientre y con apenas fuerza alguna me separó de ella para tomarse unos segundos de descanso. Se volvió a acercar para besarme y al momento se dio la vuelta para cambiar de postura, a cuatro patas, dándome la espalda, pasó una de sus manos entre sus muslos y ella misma se acomodó mi polla en su vagina, siguiendo sus indicaciones comenzaron las penetraciones de nuevo mientras se manoseaba sus pechos y empezaba a gemir otra vez. Agarré todo su pelo con una mano en una coleta y mientras tiraba levemente de ella le tapaba la boca con la otra mano para acallar sin mucho éxito ésos gemidos que traspasaban paredes, lo que provocó que me mordiera la mano y lamiera cada uno de los dedos.
 
     Tras unos minutos de excitación máxima Raquel echa un vistazo a un reloj que tenía justo en frente para darse cuenta de que en unos pocos minutos pasará el autobús que le lleva a su casa por lo que de un salto se da la vuelta y se planta frente a mí:
 
+Ni me había dado cuenta de la hora que es! Lo siento mucho pero es que si no pierdo el bus...
 
-No, no, no te puedes ir ahora, todavía no me he corrido y no tengo intención de hacerlo de aquí a poco rato.
 
+De verdad que me duele tener que irme pero es que es muy tarde.
 
-Ya te vale. Primero esta tarde en el jardín y ahora aquí que ya estábamos a mitad de faena.
 
+Si es que has tardado mucho en bajar, ¿cuánto tiempo crees que me he tirado ahí medio desnuda en la mesa?
 
-Aish... Se me ha pasado el tiempo volando...
 
+Bueno no te preocupes, mañana tenemos tiempo.
 
     Todo esto lo hablamos mientras ella se vestía y se arreglaba como podía mientras yo aún ahí parado mirándola como andaba de un lado para otro con el modelito puesto todavía y con un empalme descomunal. Justo antes de irse me cogió del cuello y me plantó un beso intenso y largo para acto seguido salir corriendo hacia la parada del bus. Una vez cerrada la puerta yo seguía ahí quieto pensando en que me había quedado con las ganas de más y ahora no sabía qué hacer, si merecía la pena masturbarme o esperar a mañana para ver qué me tenía preparado. Después de bajar de mi paja mental, me sonó el estómago y recordé que supuestamente tenía que cenar, así que me volví y vi preparado un buen plato de comida en la encimera de la cocina. Después de todo era la hora de cenar y aun que me tocara dormir con el calentón de mi vida, al menos dormiría con el estómago lleno, el resto de la noche fue como otra cualquiera, con el deseo de que empezara el día siguiente para escribir otro capítulo en mi historia con Raquel.
 
     Al día siguiente, martes, como siempre, a la hora que empezaba el turno de tarde yo estaba en una de las tumbonas puesto al sol a ver si de una vez por todas conseguía algo de color. De nuevo, como siempre, cuando Raquel entró yo estaba dormido con un poquito de música pero en esta ocasión no quiso despertarme, para hacer algo distinto esta vez. Mientras dormía soñaba algo extraño, que me aterraba de cierta manera, una especie de pesadilla en el que algo me perseguía y estaba a punto de alcanzarme. Yo me retorcía en la tumbona a la par que corría en el sueño y me escondía, hasta que en un momento me escondí en un armario y esperé a que aquella cosa desapareciese pero no lo hizo, todo lo contrario, tras unos segundos de silencio dentro de aquel minúsculo espacio totalmente a oscuras se abrieron las puertas de par en par, además, para colmo, Raquel se había tirado a la piscina provocando un sonido muy fuerte justo a mi lado que se sincronizó con las puertas del armario. Yo me desperté aterrado mirando en todas direcciones pero no vi a nadie allí y en esos momentos en los que te despiertas pero sigues dormido por dentro y te vuelves a tumbar, comencé a retomar el sueño por donde lo dejé poco a poco como una especie de difuminado que iba aclarando lo que había abierto las puertas del armario cuando de repente vi una mano, gigantesca y horrorosa, que se acercaba rápidamente hacia mí. En el preciso momento en que esa mano aterradora me alcanzaba, algo me agarró en la vida real con la misma fuerza que se intuía en el sueño y de manera repentina. Me incliné hacia delante de nuevo con los ojos como platos y para mi sorpresa no era una mano ni aterradora, ni gigantesca ni horrorosa, era Raquel agarrando mi polla, minúscula por la pesadilla, y mis huevos con solo una mano. En un primer momento podía ver como se reía por el diminuto tamaño de mi pene, pero al verme la cara de terror me soltó los genitales para pedirme perdón, yo aún estaba en shock y hasta unos segundos después no me espabilé para ver claramente la situación:
 
+Estás bien? Te has levantado con una cara que da miedo.
 
-Qué? Cómo? Yo? Aish... He tenido una pesadilla
 
+Ay dios mío, perdona hijo no quería asustarte de esa manera.
 
-No, no es por ti, aun que sí que me he sorprendido cuando me has agarrado la polla de esa manera.
 
+Perdona es que me ha hecho gracia verte la pichilla tan pequeña y tan coqueta cuando me tienes acostumbrada a ir empalmado siempre que estoy cerca.
 
-Supongo que era por la pesadilla.
 
+Supongo que sí.
 
-Que mal rato. Mira, aún la tengo diminuta del susto.
 
+Sí? Pues eso tiene que cambiar.
 
-Qué vas a hacer al respecto?
 
+Pues ahora que estás despierto y relajado, ¿qué te parece si uso esta "lengua mágica" para que vuelvas a estar empalmado como siempre?
 
-Pues te digo que me parece una idea cojonuda y por cierto, siempre me ves empalmado por que siempre te las arreglas para ponerme cachondo de una manera u otra.
 
+Pero si no hace falta que yo haga nada, ya te empalmas tu solo.
 
-Sí, pero por que pienso en ti, en lo que hemos hecho y en lo que vamos a hacer, ¿cómo pretendes que no me ponga a mil?
 
+Eres un chico muy pervertido, te voy a castigar por ser tan travieso.
 
-Adelante, castígame pero que sea con esa "lengua mágica".
 
+Aquí viene tu castigo.
 
     En ese momento me senté al borde de la piscina, justo en frente de Raquel para dar paso a mi "castigo", en otras palabras, una mamada en toda regla. Acercó su boca a mi pequeño pene sin dejar de mirarme a los ojos y se introdujo tanto la polla como los huevos dentro de la boca y comenzó a juguetear con su lengua para que aquello fuera creciendo dentro de su boca, poco a poco iba notando como me empalmaba y empezaba a notar presión allí abajo notando su paladar en el glande, aun así ella no se despegaba. La presión era cada vez mayor y a medida que crecía notaba cómo se iba introduciendo hasta la campanilla, en ese momento puse mis manos en su cabeza para que no se escapara aun que ella no opuso demasiada resistencia. Ella seguía jugando con su lengua alrededor de todo el pack que ya apenas cabía en su boca hasta el punto que empezó a salir de su boca una mezcla de saliva y mi pre-semen que bajaba por su barbilla cayendo sobre mis piernas, ahí fue cuando me puso las manos en los muslos y se despegó de mí sin dejar caer demasiado líquido del que le quedaba en la boca. Antes de que pudiera correrme, Raquel salió del agua de un salto, cual spiderman, y se puso sobre mí volcando todo el agua que sacó de la piscina sobre mi cuerpo seco. Me retorcí de frío unos segundos y acto seguido me dio con el revés de la mano en los huevos (eso sí que es un castigo) para luego echarse sobre mí, abrirme la boca y volcar todo el contenido de su boca, se separó unos segundos para coger aire y enseguida se pegó a mi boca nuevamente para besarme apasionadamente. Cuando no quedaba nada de ése líquido tan espeso se reclinó, se pasó las manos por la boca y me cogió la polla con mano firme:
 
+Ni se te ocurra que se te baje el empalme ahora.
 
-Y qué hago si me hechas todo el agua fría encima!
 
+Pues aguantas como un hombre, si es que puedo llamarte hombre con esa picha tan pequeña que tienes.
 
-¿A qué viene esta hostilidad hacia mi persona?
 
+No es hacia tu persona, solamente hacia tu pene.
 
-Yo soy mi pene, si te metes con mi pene, te metes conmigo.
 
+No me meto con tu pene, al contrario, quiero que me metas tu pene.
 
-Hay que ver que juego de palabras te has sacado de la manga.
 
+No te desconcentres, ¿me has escuchado? Quiero que me folles ahora mismo antes de que me ponga ha hacer otras cosas.
 
-Vaya! Qué rol tan dominante has adoptado. Me encanta.
 
+Rafa, cállate de una puta vez y deja que hable tu micropene.
 
-Sí, sí ya voy, joder que agresiva.
 
+¿Tienes algún problema?
 
-No, lo que tengo es un calentón del 15
 
+15 años parece que tienes con esa cosa que llamas polla.
 
-Dios mío...
 
     Tras este interludio de insultos hacia mí y mi polla, cogí a Raquel y la puse en la tumbona a cuatro patas para disfrutar de su maravilloso culo y besarlo para deslizar mi lengua lentamente hasta su coñito mojado por el agua de la piscina y sus mismos fluidos que tanto me gustan. Sin pensármelo dos veces me erguí y sin necesidad de humedecer ni su coño ni mi polla, comencé con las embestidas con un ritmo frenético desde el principio y sin piedad alguna le cogí el pelo con una mano y tiré hacia mí a la vez que le manoseaba los pechos con la que me quedaba libre. No aguanté mucho antes de querer correrme así que la volteé y la senté en la tumbona, pasé una mano por su, completamente mojado, coño y después se le restregué la misma mano por la boca. Ella sin decir ni una palabra y con una mirada de viciosa que nunca había visto se limitaba a dejarse hacer con sus manos en mis piernas. Con la boca completamente húmeda y abierta metí mi polla hasta donde pude e introduje como pude de manera forzada mis huevos también. Se agarró a mis muslos casi hincándome las uñas pero sin querer despegarse mientras yo cogía su cabeza con ambas manos para disponerme a correrme dentro. Gracias a su habilidosa lengua no tardé mucho en correrme, una corrida como ninguna que no quiso tragarse, yo por mi parte caí rendido al suelo tras convulsionar varias veces por el orgasmo mientras ella se tapaba la boca y me obligaba a tumbarme en la tumbona. Sorprendido le hice caso y exhausto me tumbé bocaarriba esperando a lo que ella tenía pensado. Se sentó sobre mi polla sin metérsela, puso sus manos en mi pecho y se acercó lentamente a mi boca, soltando poco a poco todo el semen que no se había tragado. De nuevo una mezcla de semen y saliva se adueñó de nuestras bocas mientras nos besábamos y jugueteábamos con las lenguas tragando cada uno poco a poco aquella mezcla hasta no dejar nada. Cuando nos separamos después de aquel beso tan intenso nos miramos unos segundos y nos tumbamos cada uno en una tumbona para descansar un poco sin mediar palabra alguna. 
 
     Después de unos 10 minutos de silencio absoluto Raquel se levantó, aún desnuda, y me dijo que se iba a hacer sus quehaceres, cogió su ropa, pero no se vistió, y se dirigió hacia la casa. Yo me quedé un ratito más para relajarme con la brisa y para pensar en lo ocurrido. Había sido muy intenso y todo había pasado muy rápido sin haber hecho nada parecido anteriormente, parece que Raquel realmente quería sacarle el máximo partido a estas 2 semanas previas a la llegada de mi hermana. Cuando ya estaba bien relajado, cogí mis cosas y me dirigí al interior de la casa, pasé por la cocina para coger algo fresquito para beber y la vi doblando la colada totalmente desnuda, sin quitarme ojo pero sin decir ni una palabra más que una sonrisa tímida. Deduje que no tenía muchas ganas de hablar, por lo que me limité a coger mi bebida y me fui a mi habitación para ponerme con el ordenador hasta la hora de cenar. Después de un par de horas, cerca de la hora de cenar, me decidí a bajar cuando me la encontré a mitad de las escaleras, aún completamente desnuda al igual que yo, subiendo para avisarme de que la cena estaba casi lista:
 
+Ah! Ya ibas a bajar, a la cena le quedan unos pocos minutos.
 
-Justo a tiempo!
 
+Sí, jeje.
 
     Tras un incómodo encuentro y un cruce de miradas hacia nuestras partes íntimas, se dio la vuelta y la seguí hasta la cocina. Me senté a esperar mientras ella acababa de cocinar y tras servirme la cena arrastró una de las sillas hasta ponerla justo a mi lado y se sentó dejando caer una mano sobre mi muslo, la miré, sonreímos y empecé a comer.
 
-Qué buena está la cena. Como siempre!
 
+Gracias!
 
     De nuevo, un par de sonrisas inocentes y un silencio que se rompía solamente con el sonido de la televisión. Cuando estaba a punto de acabar, noté como su mano apretaba cada vez más mi pierna sin llegar a hacer daño, miré hacia abajo y seguidamente hacia su cara con una leve expresión de preocupación:
 
-¿Pasa algo?
 
+Pues ahora que lo preguntas...
 
-Dime, ¿cuál es el problema?
 
+¿Sabes ya cuando viene tu hermana?
 
-Sí, hablé con mi madre y viene el fin de semana de la semana que viene, osea que en unos 10 días.
 
+Amm...
 
-¿Ése es el problema?
 
+A ver, no es un problema, es solo que he llegado a un punto contigo que mi cuerpo me pide hacer cosas como las que hemos hecho hoy.
 
-Es cierto que te he notado más suelta que otros días, ¿te preocupa que no tengamos tiempo para esto cuando mi hermana esté aquí?
 
+Puede parecer una tontería, pero en cierto modo sí. Nunca había hecho con nadie ni la mitad de las cosas que he hecho contigo y no me apetece que se acabe todavía.
 
-Sinceramente yo tampoco he hecho mucho antes de que empezáramos tu y yo con nuestras "prácticas". Pero como ya te dije, no creo que tengamos que cortar por lo sano cuando mi hermana esté aquí.
 
+¿Pero y si sí?
 
-No pienses en eso, después de tantos años fuera de casa no va a pasarse las 24 horas del día metida en ella con la cantidad de gente que tiene que ver y la de cosas que tiene que hacer.
 
+Ya, ¿pero y cuando acabe con todo eso que tiene que hacer?
 
-Cuando llegue el momento ya habremos pensado en algo, aún hay tiempo antes de que llegue y aún hay tiempo hasta que no tenga nada que hacer.
 
+Si tu lo dices... 
 
-Pues claro, a ver si te crees que a mí me apetece dejarlo también.
 
+Pero eso distinto tu situación de la mía.
 
-¿A qué te refieres?
 
+Soy bastante mayor que tu y es mucho más improbable que pueda encontrar a otra persona dispuesta a pasar por el listón que ya tengo contigo.
 
-Tampoco exageres que no eres una cincuentona, no te comas tanto la cabeza. Esto no se va a acabar mientras sigas trabajando aquí, así que depende de ti lo que vaya a durar nuestra aventura.
 
+Vale... Es que cuando me dijiste que venía tu hermana, de repente me entró una necesidad de hacer muchas cosas que no había pensado en hacer anteriormente.
 
-¿Cosas como la de esta tarde?
 
+Exacto, notaba que quería tomar el control y hacer realidad algunas fantasías que tengo desde hace mucho tiempo.
 
-Pues creo que va siendo hora de que se hagan realidad, ¿no? Para ser sincero, aun que haya sido humillante para mí en cierto modo, me ha gustado que tomases el control. Nunca entendí como a la gente le puede gustar que le humillen hasta hoy. 
 
+¿De verdad? A mí también me ha gustado mucho aun que me sorprendo a mí misma de la soltura con lo que lo hemos hecho.
 
-Pues sí, algo dentro de mí se revolvía cada vez que me decías esas cosas. Entre eso y la situación en general, me estaba poniendo a mil en cuestión de segundos.
 
+Entonces, ahora que hemos hablado de esto, ¿te apetece hacer más travesuras así?
 
-Yo encantado de la vida. Más travesuras así y más allá si encarta. Creo que me has abierto la puerta a una parte de mí que no conocía.
 
+Me alegro de que estés tan dispuesto a todo.
 
-Y a mí me alegra que tengas la confianza de proponerlo.
 
+Eres el mejor!
 
-Tonterías, tú eres la mejor.
 
+Bueno, que me pongo tontorrona y tengo que irme ya mismo.
 
-Jejeje, vale.
 
     Así mismo deslizó su mano hasta mi entrepierna para manosearla unos segundos mientras me besaba, acto seguido me acarició la mejilla, se levantó, se enfundó el vestido que traía, que hasta ahora no se lo había visto puesto, y se fue. Yo me quedé ahí mirando cómo se iba, acabé de cenar y me subí a mi habitación a pensar de nuevo y a disfrutar con buena música hasta la hora de acostarse.
 
     Ciertamente esto iba a significar un punto de partida para algo mucho más íntimo entre nosotros, traspasando la barrera del exhibicionismo, después la del sexo convencional y posteriormente la del sexo en "público" vendría la barrera de la dominación y el sexo, por decirlo de alguna manera, más desatado, más sucio, más intenso. Todo esto antes de la aparición de mi hermana, a partir de entonces habrá que pensar en como nos las arreglaremos para seguir adelante con nuestra aventura.
 
 
     Hasta aquí la octava entrega, que no la última, de esta serie. Sé que ha pasado mucho, mucho tiempo desde el último capítulo pero como he dicho al principio ya no tengo tanto tiempo ni inspiración para escribir. Esto lo empecé nada más acabar el anterior capítulo y hasta ahora no me he decidido a acabarlo, pero creo que ahora cogeré un poco el ritmo de nuevo y no tendréis que esperar años para la siguiente entrega jejeje. 
 
     Sara aún no ha aparecido como dije en el anterior relato, por que he decidido a contextualizar un poco más la situación y ver hasta dónde puedo llegar con estos dos personajes antes de meter al tercero. Tengo muchas ideas antes de que entre Sara, así que es muy probable que en el siguiente relato tampoco aparezca, y ya lo haga en el décimo. No sé qué os parecerá la idea de que entre Sara pero creo que después de nueve relatos es un buen momento de refrescar la historia. Ya me contaréis.
 
     Espero que no me odiéis mucho por la espera. Seguiré escribiendo de la mejor manera que pueda sin tanta demora de por medio. Sin nada mas que añadir, seguid leyendo mis relatos y comentando en ellos. 
 
     Gracias y sed mal@s mis pequeños exhibicionistas.