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El primer encuentro

en MicroRelatos

 

Suena el timbre, abro la puerta y le saludo con un húmedo beso en los labios.

Visto una blusa de algodón verde de cuello alto, minifalda, medias negras y unos zapatos de charol con medio tacón que, para la ocasión, me pidió que me pusiera. Cogidos de la mano, le conduzco hasta el dormitorio.

Nos miramos a los ojos y comenzamos a besarnos. Nuestras lenguas se entrelazan como dos víboras, mientras abrazados reconocemos nuestros cuerpos.

Le recuesto sobre la cama. Le abro la camisa y acaricio el pecho sin vello.

Me sube poco a poco la falda y cuando llega a  mi sexo empalmado que escapa por encima de las medias, descubre que ya estoy excitado.

Me rasga las medias y baja el tanga, No le digo nada cuando sus dedos certeros se abren paso a través de mis glúteos y penetra mi culo, que he lubricado, con mucha fuerza y nada de lástima.

Tiro de su pantalón y le quitó el slip. Cojo con fuerza si polla con una mano mientras con la otra agarro y amaso los testículos. Con la boca le recorro milímetro a milímetro.

Ahora, se a donde le quiero, su pene me penetra poco a poco mientras asiento con la cabeza. Hubiera jurado que era virgen, me siento muy estrecho.

Cuando me besa el cuello comienzo a gemir tan excitadamente que tengo que esforzarme para no correrme. Abro mis piernas y las cruzó alrededor de su espalda, queriendo sujetarle para que no me la saque. El calentón es tal que nos venimos a chorros los dos juntos .

Así, lo hicimos durante el resto de la velada, hasta quedar secos. Fue una de las noches más excitantes y morbosas que disfrutamos juntos.