Aquél fin de semana iba a suponer un punto de inflexión en su jodida vida.
Nada hay que explicar, todos alguna vez hemos estado delante y detrás
Al principio de conocernos, cuando nos comíamos haciendo un sesenta y nueve, comenzamos a introducirnos los deditos en el ano el uno al otro, a meterlos y a sacarlos hasta corrernos como nunca antes lo habíamos hecho.
Hasta entonces, solo le imaginaba desnudo, disfrutando de mis besos y caricias
Hacía tiempo que tenía claro que me gustaban las chicas con sorpresa entre las piernas, hasta que decidí ser yo quien jugase ese papel.
Ambas tuvimos el mismo orgasmo.
Mi fantasía era vivir una experiencia breve pero intensa, exclusivamente de morbo y placer con un hombre pero...
Habían traído unas botellas de cava y nada para picar, brindamos...
Ella había salido y estábamos los dos solos.
Le invité a casa y a las seis de la tarde estaba allí...