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Entre clavos y arandelas

en MicroRelatos

5 minutos antes de que cierre.

Entro algo mojada, pues no he podido evitar la lluvia que ha empezado.

Quizás debería haber vuelto a casa e ir otro día, pero tenía que aprovechar al día siguiente para arreglar la casa.

Al entrar me tropiezo con tu compañero que te grita desde la puerta:

- No apagues todavía que tienes clientes. Luego cierra bien!!. Buen fin de semana!!

- Vale. Buen fin de semana!! Se escucha desde el fondo de la ferretería.

- Uy, está cerrando? Le pregunto al oírlo.

- En unos minutos, pero no se preocupe pase que la atienden ahora. Me dice amablemente tu compañero.

-  Gracias!. Le digo tímidamente.

Y al salir pone el cartel de cerrado, apaga la luz de la entrada y baja la persiana casi hasta abajo.

Al entrar, me quedo en el mostrador, te veo llegar limpiándote las manos.

Al verte me quedo casi sin palabras, un tipo moreno de cuerpo algo musculado al que le queda ideal esa camiseta ajustada blanca manchada, con esos pantalones vaqueros algo flojos que hace que se vea la goma del bóxer.

-Ummmmmmmmmm, pienso.

Y sin mirarme me preguntas:

- ¿Qué quería?.

Me ves sacar la lista que tengo anotada y con voz de mala hostia, dices:

-Madre mía, todo eso a 5 minutos de cerrar??

Entonces levantas la vista, veo esos ojos negros y esa perilla, que junto con esa camiseta blanca ajustada que marca tus abdominales, hace que me excite al instante.

Me miras, con mi pelo algo rizado por la lluvia, sonriéndote tímidamente, con mi escote húmedo y mi camiseta de tirantes mojada que no puede ocultar los pezones atravesando mi sujetador .

Tus instintos te delatan y me miras los pechos.

Me dices intentando mantener la voz de cabreo:

- A verrrrr empecemos cuanto antes.

No puedo evitar reírme, con mis pensamientos.

Me miras serio.

Empiezas haciéndome una copia de una llave, y mientras me distraigo con los moldes de la estantería.

Por el reflejo del espejo del fondo, veo que me estás mirando el culo, te das cuenta de que te he visto y quitas rápidamente la mirada.

Te ruborizas.

-No me lo creo!!, pienso asombrada.

Me preguntas:

- ¿Qué más?, manteniéndote serio.

Y te digo, que aunque no está en la lista necesitaba uno de los moldes.

Sales de detrás del mostrador para enseñármelo.

- Ya es lo último, el resto ya vengo el lunes. No te cabrees que apuesto que tras esa cara de mala hostia se esconde una sonrisa increíble. Te digo intentando coquetear y rebajar la tensión.

-Y debajo de estos pantalones una polla enorme, deje de vacilarme señorita!.

Sonrío, me acerco a tu pecho, te rozo la cintura del pantalón, mis manos bajan, te sujeto con la mano por fuera del pantalón y te digo:

-Ahora mismo no soy señorita, soy tu zorrita. Me la enseñas y valoro el tamaño?

En ese momento sueltas el molde, tus ojos se clavan en los míos ( aunque no es lo único que noto clavarse a mi cuerpo) me miras y me sujetas por la cintura.

Me besas, me agarras el culo y me aprietas a tu cuerpo.

Me atrapas contra el mostrador.

-Fóllame!!. Te digo, metiendo la mano en tu pantalón y agarrando tu polla.

Ahora tus manos me buscan con ansia, me quitas la camiseta y me comes los pechos.

Me separo de ti,  me quito los pantalones, me quitas el tanga que dejas encima del mostrador.

La altura del mostrador es perfecta.

Me giro me pongo de espaldas a ti, me sujetas por las caderas, me apoyo sobre el mueble, pasas los dedos por mi coño que no puede estar más húmedo, noto como me rozas con tu pene erecto y por fin me la metes.

- Ohhhhhh, siiiiiiiii , decimos.

Te mueves con intensidad, te agachas sobre mí, te noto más dentro, me coges los pechos, te levantas y me presionas hasta dentro, recorres con una mano mi espalda hasta mis glúteos que los aprietas, mientras que con la otra me sujetas por la cadera,  me sujetas fuerte y sigues con ritmo.

Grito, pidiendo más: no pares!!, sigue!!.

Sigues intenso, noto como entras hasta el fondo, te la noto dura dentro de mí, y repites, el placer aumenta y  nos terminamos corriendo.

Me incorporo, me sujetas aún de espaldas y me besas el cuello, me sujetas con tus brazos musculados, me acaricias los pechos y bajas con tus dedos hasta mi coño aún caliente y húmedo, y me dices sonriendo:

-La llave son 3€, el polvo es gratis.

Me giro, te sonrío y te digo:

-Ves, sabía que tenías una bonita sonrisa.

-Y una polla grande... me contestas.

Me separo de ti, nos vestimos y dejo en el mostrador 5€:

-La vuelta quédatela. Por el buen trato!. ;-)