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No me gusta pero se lo merecio 3

en Dominación

En el anterior relato, dejamos a la doctora y sus hijas, a merced de mi complice y sus mercenarios. Al día siguiente, me puse en contacto con él, y pregunté que como fué.

Me digo que estuvierón toda la noche humillandolas, golpeandolas y follandolas, al estar sin voluntad, seguro que no saben muy bien, lo que paso. Las dejamos vestidas

en pijama  acostadas en sus camas. Por supuesto, todo estaba grabado y fotografiado, a la espera de que hacer con ellas más adelante. Eran un tesoro bastante valioso

solo para un día. Me mantendría informado. En eso quedamos, porque yo quería participar, por supuesto.

Al día siguiente,las chicas y su madre, se levantarón con una gran resaca, con mucho dolor de cabeza y agotadas. La verdad no lo tenían claro, recordaban algo, pero no

estaban seguras. Al día siguiente, la doctora recibio, en su casa, un sobre certificado, sin remite. Ella lo cogio, pensando que era algo del hospital. Lo abrio, habia unas

instrucciones,y un USB. La nota decía que viera el contenido de este, y después, llamara a un número prepago. Que no hiciera tonterías, porque había más información, y

además tenían controlados sus pasos. La doctora temiéndose lo peor, que ya sospechaba entre sombras, vio el USB, lo que vio la indigno, la asunto, la sorprendío, pero

sobre todo la aterrorizo. Inmediatamente llamo al teléfono, se quiso poner soberbia y altiva, como siempre. Pero el intelocutor, la digo, que la convenia bajar los humos,

y ser más asequible y sumisa, si no quería consecuencia para las tres. Esto último,la asusto de verdad. La djerón que de momento no querían dinero, que sabían que

era una ludopata, y que eso unido a las grabaciones, la tenían en sus manos. El primer paso, quwe tenía que hacer, era hablar con sus hijas, contarselo todo, para

que también estuvieran asequibles y sumisas, y que de esta forma no las pasaría nada, solamente tendrían que hacer lo que su socio, yo, y el las mandasen, y todo --

iria bien. La doctora rogo a mi nuevo socio, que la diera un tiempo prudencial, para asimilarlo y decirselo. La dío una semana y que no hiciera tonterías, ya que sabía

que estaban controladas. Así, lo hizo. En esa semana, tanto ella como sus hijas, eran seguidas por los hombres de mi socio, y sabían paso a paso sus movimientos. La

doctora ya no se mostraba tan altiva, sino más bien preocupada y distante.

Por fin, se hizo a la idea, y preparo todo para decirselo a sus hijas, pero no tenía muy claro como decirselo ni como enfocar el asunto. La doctora llamo a mi socio, para

decirle que estaba decidida a hablar, pero que como tenía que enfocarlo, que querían de ellas, aunque se lo imaginaba.

Mi socio, la digo, que solamente las querían a ellas, a sus cuerpos, para gozarlos cuando, como y donde quisieran. De momento nada más, y que ha cambio podrían

seguir con sus vidas.

La doctora, en su casa sento a sus hijas en el salón, las comenzo a contar, como paso y lo que paso, las puso las grabaciones. Al principio se indignarón, llorarón,

culpabilizarón a su madre, por su arrogancia y adicciones. Pero después la abrazarón, y se hicieron a la idea, no obstante ya habían sido suyas, más veces, ya las  daba

igual. No tenían novio, así que tampoco iban a hacer daño a a nadie. La más pequeña, era la menos afectada, y yo díria que la gustaba la situación, aunque no lo mag-

nifestase, la que peor estaba,era la mayor, mas conservadora.

Al día siguiente, la doctora puso en antecedentes a mi socio, de lo ocurrido, este las dijo que ya tendrían noticias suyas, y que recordara la discreción absoluta de las

tres, que todo iria bien,pués estarían controladas siempre. Y que lo podía demostrar.

Mi socio, se puso en contacto conmigo, para prepararlo todo, yo estaría con ellas cuando estuvieran drogadas y sin voluntad, para no descubir mi persona ante la docto-

ra y perjudicarme.

Alquilamos una cabaña,  en las afueras de la ciudad, y alli pasaríamos con ellas una semana completa. Ellas serían nuestras zorras, putas sumisas, qu estarían a nuestro

servicio en todo momento. Por supuesto todo sería grabado y fotografiado.

Además, la doctora, correría con todos los gastos de alquiler,gasolina, comida y otras necesidades, sin rechistar.

Mi socio, la llamo, la comento nuestros planes, y la dio las instrucciones precisas. La ordeno, que mandase una transferencia para los gastos a un apartado de correos

anonimo, que no nos pudieran perjudicar y descubrir. Así lo hizo, punto por punto. La primera parte estaba ejecutada.

Por fin llego el día señalado, al estar vigiladas, pudimos comprobar que la doctora estaba sería y compungida, la mayor asustada y espectante, y la pequeña, también

espectante pero más relagada.

Vino una furgoneta con varias plazas de asiento, con los cristales tintados, las atarón las manos y las taparón los ojos, con un pañuelo. Ellas se dejarón hacer, los mer-

cenarios cogieron las maletas con el equipaje y  a las mujeres, y las metierón en la furgoneta. Su destino, empezaba a escribirse.

Al cabo, de las 2 horas, más o menos, llegarón al destino. Las sacarón de la furgoneta, y las introdujerón en la cabaña, en un lugar solitario de dificil abceso.

Las reunierón en el salón, seguían atadas y tapados sus ojos. Las dieron las instrucciones precisas, tenían que bañarse, maquillarse, y ponerse la ropa que a cada una

se le había asignado, y que una vez echo todo eso, tendrían que pedir permiso para pasar al salón, para ser exibidas y darlas el visto bueno. Así lo hicieron.

Al lado de cada ropa había una nota individual, que ponía como debián de ir en cada caso. Obedecierón puntualmente y sin rechistar.

Como erá de esperar los vestidos, eran bastante sexuales, enseñaban, más que tapaban. Aunque eso ya las importaba más bien poco.

Cuando hubierón terminado, pidierón permiso para entrar en el salón. Estaban escoltadas por hombres vestidos de negro, y enmascarados. Se las ordeno, que pasarán

una a una, empezando por la madre. Mi complice y yo observabamos desde una habitación contigua.

Una vez la madre,en el centro del salón, se la ordeno que diese varios paseos como en un desfile de modelos, para observarla bien, estaba muy sexy. Una vez parada

se la ordeno quitarse la ropa poco a poco, según instrucciones, primero zapatos y medias, después el vestido, luego sujetador y por último el tanga, quedandose com-

pletamente desnuda, se la ordeno que pusiera las brazos detras de la cabeza, para observarla mejor. Luego se la digo que se tocara su cuerpo con poses provocativas,

por último se la ordeno, que se sentara en el sillón del salón, que se quedara abierta y ofrecida, y que se masturbase hasta correrse y sin finjir.

Después, se hio pasar a la hija mayor, repitiendo paso por paso lo echo por su madre, por último la pequeña, que repitio la misma operación.

Se quedarón las tres sentadas en el salón abiertas y  ofrecidas, dspués se las durmio al mismo tiempo con eter y se las inyecto el medicamento, que las dejaba sin volun-

tad y totalmente asequibles. Ya eran nuestras, para toda la semana, empezaba su emputecimiento, sumisión y humillación. Para toda la semana o sería para siempre .....

continuara.....