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Vende tu novia - 5

en Dominación

La hice sentarse entre Juanchu y yo, su novio enfrente. No se si le “pone” eso de ser un cornudo o estaba preocupado por lo que podía pasar (a su novia o su “negocio”), pero se le notaba nervioso, muy nervioso.

- Bueno, vale - le dije - ha probado la mercancía y me parece bien. Nos vemos el domingo aquí a la misma hora

- Pe…pero…

- ¿Qué es?

- Me dijiste que me darías…

- ¿Un anticipo? Claro, pero también te dije que la quería con falda y correa al cuello y… esta mierda vaqueros no entraba en el trato. Le hace un buen culo, pero no es lo que te pedí.

- Pero tío… lo siento, es que yo pensaba…

La situación era esperpéntica. Acabo de “beneficiarme” a su novia, ésta traga (¡y vaya cómo ha tragado!) y el novio está disculpándoseme de no habérmela “presentado” como debía, jeje… ésto promete.

- Tío, yo necesito algo… no se…

- ¿La señal? Bueno, vale, paso por lo de los vaqueros porque ya pensaba cambiarle de vestuario, para el tiempo que esté vestida, claro, jeje… pero vale… mira, hacemos algo. Justo en la calle de detrás de este bar hay una tienda de mascotas, compra una correa, la traes y te doy lo que quedamos. ¿Hace?

…Y es que no se me puede dar cancha porque me vengo arriba y… Lo que aún alucino es que el tío, o la tía, no me enviaran a la mierda ahí mismo y se largaran, con lo que mi “farol” me hubiese dejado un dolor de huevos… bueno, a mi no, pero al pobre Juanchu, que imagino llama bastante tiempo sin mojar le hubiese fastidiado el finde de manera inmisericorde.

Pero el tío tragó… se levantó, se quedó de pie delante de la mesa, mirándonos, indeciso

- ¿qué esperas? ¿No tienes para pagar una correa?

- No… si… no es eso, sino que…

_ No te preocupes, cuidaremos de tu novia, y no nos iremos hasta que vuelvas… siempre que no tardes una hora, claro!

- Bue… y… yo… ahora vuelvo…

- Eso, vuelve pronto, anda

En cuanto se fue hice las correspondientes presentaciones.

- Este es uno de mis mejores amigos

- Juanchu,

- Eso, Juanchu, uno de los que te va a follar este finde, trátalo bien, muy bien, estás a su servicio también… bueno, al de su polla sobretodo, jeje… anda, ponle la mano sobre la bragueta a ver si ya está creciendo y presentate tú misma.

Me miró desconcertada, su semblante esbozo un cierto enfado, pero pasó rápido, porque de inmediato puso el “periscopio” al ver esto del bar para ver si alguien se fijaba en nosotros… ¡Y vaya si lo había!, la mayor parte de los parroquianos pasaba de nosotros (alguna mirada furtiva y basta) pero en una mesa éramos el centro de atención… ¡normal!, en ella estaba sentado el chavalote del aseo y, por sus gestos, era fácil de deducir que lo había contado todo (seguramente exagerando) lo que había pasado.

- Vamos, ponle la mano y presentate

- Yo… -mano a la bragueta ¡bingo! la cosa va rodada - me llamo Maribel… Mabel…

- Pero puedes llamarle puta, zorra… ¿verdad?

Me fulminó con la mirada mientras se sonrojaba

- Verdad, puta?

- S…si, puedes llamarme como quieras…

- Como por ejemplo…

- SI!, puta, zorra, perra! ¿contento?

- No alces la voz o se enterará el dueño y lo mismo pasa la llave y de aquí no salimos hasta que te los hayas follado a todos… ¿te apetecería?

- Porqué has de ser tan desagradable?

- ¿A ti te parezco desagradable, Juanchu?

- A m-i me parece… Ufff. que me va a reventar la polla como siga restregándomela… ¡jo-der!

- Has visto? Ahí al lado está el chaval de antes… anda, enviale un beso para que sus amigos sepan que es cierto lo que les ha contado …y se mueran de envidia!

- ¿No te cansas nunca?

- No… ¿y tú?… ya te he dicho que cuando quieras te puedes largar. Anda, no seas sosa, sonriele y mandale un beso.

Un gesto rápido pero suficiente… ¡mandaguebos!, la mesa de los tres chavales se revolucionó, sus miradas ya se centraron descaradamente en nosotros, supongo que esperarían que Mabel volviese a mirarlos para devolverle el beso… pero eso no pasó, ya no volvió a desviar la mirada hacia ese ni ningún otro punto del bar.

Ellos sí. Los putos móviles de los chavales seguramente se quedaron sin memoria… Claro que desde esa distancia poco interés podría tener lo que grabaran más allá de ayudarles a pegarse pajas recordando el episodio.

A Mabel le pedimos unos caliches de whisky, no opuso resistencia, comenzaba a ser consciente del poco valor que tenía su opinión… el primero lo iba tomando a sorbos hasta que le indiqué que se lo hiciera de un trago… no parece que estuviese muy acostumbrada a juzgar por su semblante.

Al tercer chupito apareció el novio con una bolsita que me entregó. Dentro una correita verde con su cadena…

- Ah, es bonita. Anda, pónsela - le dije sacándola de la bolsa - la cadena no es necesaria, ya la usaremos luego.

Un comentario tan simple y ¡vaya efecto que provocó! Javier era un manojo de nervios, me dedicó una mirada suplicante… Mabel me fulminó mientras sus mejillas adquirían un tono frambuesa… Mmmh… me encanta ésto.

No dejé que Mabel saliera de entre nosotros, así que hubo de levantarse e inclinarse sobre la mesa para que su novio le pusiera la correa. La camisa, en esa posición se le vino abajo y al retirarse el pelo para despejar el cuello sus pechos quedaron bien visibles no solo para el novio sino para las mesas que había tras él, sobre todo la de los chavales que se quedaron bobos con los ojos como platos, incluso uno se levantó para tener mejor perspectiva.

Como un tomate volvió a sentarse, su mirada no se despegó del vasito vacío que tenía sobre la mesa, su novio se quedó pasmado viéndola y, bueno, alguien tenía que romper el hielo.

- Mucho mejor así, ¿no?… venga, aunque te has portado a medias como creo que  chica se va a portar muy bien, toma… te dije 100 pero te daré doscientos. Llévate la bolsita de la correa, ahí lo tienes.

Ni siquiera miró para comprobarlo. La mantuvo todo el tiempo en su mano, mirando a su novia que en ningún momento apartó la vista del vasito de vidrio. Me levanté y le palmeé el brazo

- bueno, voy a pagar, si no quieres tomarte nada nos vemos el domingo ¿ok?

No decía nada, no se movía… hube de tomarlo de los hombros y alejarlo de la mesa, hacia la barra y… hacia la puerta

- Yo, no se…

- Tranquilo tío, la primera vez siempre cuesta, pero no te preocupes, la trataremos bien. Yo creo que lo pasara bien y luego tendrá mucho que contarte… tranqui

Demasiado fácil. Echó un último vistazo hacia la mesa donde Mabel seguía con la cabeza gacha y luego bajó el también la cabeza y se dirigió a la puerta… se volvió hacia mí, creo que quería decir algo pero no sabía que…

Al volver a la mesa la cosa estaba sosa, en silencio… Juanchu me miraba desconcertado...nervioso, sin saber qué hacer.

- Anda, Mabel, levanta la cabeza que se te vea ese collar tan chulo… y, ¿porqué has quitado la mano de la bragueta de Juanchu?

- Deja, deja, que con el calentón que llevo…

- Jaja, venga que nos vamos.

Al ir a girarme me topé con el chavalote del aseo

- Oye, que si… mis amigos dicen...

- ¿Qué pasa que te has quedado con ganas de más?

- Bueno, si podemos…

- No creo que tengais pasta para tanta tía, pero bueno, este finde la tenemos ocupada

Ayudé a Mabel a levantarse y la puse frente al chico… puro nervio, la “escaneaba” de arriba abajo centrándose sobre todo en el  escotazo: coronado por la correita y acabado en dos prominencias que por poco no mostraba la aureola del pezón.

- Yo… sería solo un rato.

- Que ya te digo que es cara, pero bueno, si ella quiere podéis quedar cualquier otro día… ¿quieres quedar con estos chicos otro día, puta?

Su mirada lastimera y su movimiento de cabeza no dejaba lugar a dudas.

- Lo siento, tendréis que buscar otra tía para desahogaros

El chico no desistía, tomó un boli de su bolsillo y, hecho un manojo de nervios, escribió como pudo unos números en una servilleta de papel y se lo ofreció a Mabel

- Vale, vale, pero toma mi teléfono por si…

Como ella no se decidía a hacer nada, fui yo quien cogió el papel y… le abrí el pantalón para meterselo, recreándome en dejárselo dentro de las bragas. Ni que decir tiene que fue como si se hubiese detenido el tiempo, creo que casi todo el bar se paralizó durante ese instante.

- Venga, ya lo tiene a buen recaudo, …vámonos ya, que hay que aprovechar la inversión.

Hasta que abandonamos el bar solo se oía un cansino programa rosa en la tele y nadie movió más que la cabeza para seguir nuestra marcha. Llevé a Mabel de la cintura y fui bajando la mano, al atravesar la puerta la colé en su bolsillo trasero del pantalón.

- A ver, vamos a organizarnos… tú sabes llegar a la casa, ¿no, Juanchu?

- ¿Donde estuvimos en navidad? claro, hombre…

- Pues tú recoges a la peña y te los llevas para allí… nosotros vamos a buscar un vestuario más apropiado para la chica esta.

- Bue… vale

- Venga, va… vente al coche.

- Pero… si tengo el mío ahí detrás.

- ¿Donde vas a ir tú con ese bulto entre las piernas? No podemos dejarle así, ¿verdad, Mabel?

Una “sumisión desafiante¨, creo que es la definición perfecta de la actitud de la chica, querer oponerse cuando es consciente que no servirá de nada… que acabará comiéndose la polla de Juanchu dentro de mi coche, en la parte de atrás exactamente. Le hice quitarse la camisa para que el colega pudiese disfrutar del tacto de sus tetas… pero poco porque con el calentón acumulado no tardó en vaciarse, el primer chorro dentro de la boca, el resto …bueno, ya quedó que me pagaría la limpieza de la tapicería.

No llevo cristales tintados y la calle tiene su tránsito. Aún así no logramos captar la atención de ningún viandante… una pena, la gente va pensando en lo suyo y se pierde muchas de las cosas que pasan a su alrededor.

 

Mabel estaba muy pesada así que cuando estábamos cerca del centro comercial le permití ponerse la camisa… eso sí, con la condición de ir desabotonada y con las manos a los lados… como la noté acalorada porque no quería bajar la ventanilla, puse el aire acondicionado a tope lo que provocó la aparición de un par de bultitos… jeje.

De habitual me aburre soberanamente ir de compras, pero hacerlo con Mabel fue divertidísimo… por un lado por la admiración que provocaba su collar y escote (ya iba abotonada, pero solo hasta el inicio del “canalillo”), por otro al imaginármela enfundada en ciertas minifaldas y tops… o cuando estuve mostrándole tangas y sujetadores para pedir su opinión… jeje… No solo me alegró la velada, sino a unos cuantos tipos que también acompañaban aburridos a sus respectivas hasta que sus ojos se posaron en Mabel.

No, no me la follé en el probador, como se podía prever en casos de éstos, había demasiada gente y demasiadas prisas… eso sí, pude aprovechar para contemplarla en todo su esplendor. No estaba bien depiladita. No es que tuviese mucha pelambrera, pero prefiero los coños sin pelo, así que aproveché para pillar una “epileidi” o como se llame y unas tijeras para luego.

Ropa interior poca, solo un juego de encaje muy traslúcido. Del resto tampoco demasiado pues mi mayor interés es que la mayor parte del finde no vistiera más que el collar, solo un par de tops, una camisa ceñida y unas minifaldas… respecto la falda ceñida Mabel trató de convencerme que no era su talla, pero a mi me encantó. Claro que no podría sentarse y se pasaría el tiempo pegándose tirones al caminar… una delicia, vamos

…Y mi fetiche: un vestido con cremallera de arriba a abajo, según ella la cremallera iba detrás pero para mi gusto (y el del abuelete que se quedó bobo cuando salió del probador) por delante también quedaba estupendo, y permitía “regular” el escote y la abertura de la falda al gusto de cada cual.

En el parking sí que se me destapó la vena juguetona.

  • Me he cansado de tus vaqueros, no puedo meterme mano… anda cambiate de ropa

  • Pero… ¿aquí?

  • Estamos dentro del coche… ¿qué problema tienes?

Con parsimonia se fue sacando los pantalones. Entre el calor que debía llevar encima, lo ceñido de los mismos y la estrechez del asiento del copiloto le costó bastante.

  • No irás a dejarte esas bragas con los tangas tan chulos que hemos comprado

Si las miradas matasen yo ya sería difunto, pero no había caso, sólo quedaba…

  • La camisa también, mujer, que está muy sudada

A medida que se deshacía de una prenda yo la iba tirando al asiento de atrás. Tapándose con el brazo los pechos se volvió comprobando que…

  • Y?... ¿Y las bolsas?

  • En el maletero, claro… ¿dónde sino?

Hizo ademán de pillar la camisa pero se lo impedí

  • Déjame! No voy a salir…!

  • Claro que vas a salir en bolas, chiquilla… y mejor que te des prisa ahora que no hay nadie por aquí.

¿Se puede ser más cabrón? Claro. En el mismo momento que salió corriendo subí los cristales, cerré la puerta y, con ello, el maletero y puse la música a tope… me entretuve un rato tarareando antes de volver la mirada hacia la ventanilla donde una Mabel espantada se cebaba golpeando la ventanilla.

  • Ay, chica, perdona… con la música… ¿es que está cerrado el maletero?

  • SI! HIjodeputa!, déjame entrar o coger la ropa, cabrón!

  • Tss, tss… que modales!... ¿nunca te han enseñado cómo se piden las cosas, niña?

Su mirada sanguinaria no cuadraba mucho con el “por favor” que musitó. Pero me bastó para desbloquear el maletero y dejar que volviese a entrar ya vestida.

 

La falda tableada también es una delicia, aunque lamentablemente en estos días no hacía viento, al caminar siempre hace un vaivén muy atractivo y cuando más deprisa camina tanto más vuelo coge y más agradable es a la vista, jeje.

La camisa en el interior del coche transparentaba más que en la tienda… aún así le arranqué los tres botones superiores

  • Así tienes las tetas menos apretadas

  • Eres un cabrón! ¿Que quieres? ¿que parezca una puta?

  • Es que lo eres, chica… ¿o tengo que recordarte que estás aquí por dinero?

  • No pienso tolerar que te pases, cabrón!

Alargué mi brazo sobre sus pechos y dando a la manivela abrí la puerta del copiloto de par en par.

  • ¡Lárgate!

  • ¿Q-Qué?

  • Que te largues… me tienes harto con tus gelipolleces

No se lo esperaba. Su rostro evidenciaba que no esperaba mi reacción… su altivez se transformó en nervios, quizás algo de temor

  • Yo..

  • TÚ??? Tu tienes dos opciones:  o te bajas del coche y te vas con tu puto novio o dejas de usar la boca para otra cosa que no sea chupar pollas!!

Ahora sí era un manojo de nervios… imagino que su cabeza sería un hervidero, un tropel de ideas reventandole el sentido: llorar? indignarse? irse? quedarse?

  • ¡¡Pero decídete ya, estúpida, no tengo ganas de seguir perdiendo el tiempo!! Si quieres irte lárgate ya y deja de reventarme las pelotas!!

Va a ser un finde estupendo. Le cuesta entrar en razón pero… “poderoso caballero es don dinero”... si no es que la situación también le iba “poniendo” cada vez un poquito más

  • Bue… bueno

Cabeza gacha, temblorosa… ojos brillantes por unas lágrimas que no acaban de salir

  • ¿“Bueno” qué, puta?

  • ...que sigo…

  • ¿Qué sigues? ¿que sigues qué?

  • con lo de… lo de...

Tenía que soltarlo… quería que lo dijese, que se humillase ante mí, que sucumbiese su orgullo. Permanecí en silencio, con el semblante serio y la mirada clavada en su cara… levantaba la cabeza, me miraba el rostro impasible, apartaba la mirada, me miraba de reojo… el tenso silencio lo rompió una frase débilmente pronunciada

  • ...seré tu puta…

  • ¿Seguro? ¿lo tienes claro?

Movía la cabeza sin atreverse a mirarme

  • ¿No seguirás dando por culo con más tonterías?

El movimiento de su cabeza cambió el sentido… su cara enrojecía, su mirada apuntaba a sus pies, sus rodillas…

  • Eso espero… yo seré el que te de por culo...

Le cogí de la barbilla y le miré fijamente

  • ¿Para qué vas a usar tu boca a partir de ahora, puta?

  • Para… para chuparte la polla.

  • Muy bien, a ver si es verdad, ya puedes empezar!

Tampoco se lo esperaba… su mirada suplicante no sirvió de nada: me bajé la cremallera y le saqué mi polla arrugada…

  • Vamos!... mira como me la has dejado con tus tonterías, recupéramela, puta.

  • ...Me...mejor esperamos…

  • No, zorra… acabas de decir que me la vas a chupar así que ya estás tardando.

Al hacer el ademán de agacharse la detuve

  • Pero mejor quítate la camisa no se vaya a manchar cuando me corra

Si hay algo que me encanta de la dominación es ese punto en que ya no queda un solo pero para nada… apenas unos segundos de indecisión y poco después la camisa descansaba en el asiento de atrás… y mi polla se excitaba en la boca de Mabel.

 

Quiso levantar la cabeza cuando arranqué el coche pero mi mano se lo impidió. Así llegamos junto a la ventanilla de pago… con la consiguiente sorpresa del tipo que había allí, claro!

  • Jo-der!

  • ¿Está prohibido que te la coman en el parking, jefe?

  • Qué va, tío!... ojalá tuviese yo una así bajo el mostrador para que me animase el muermo de estar aquí!, jodo!

Le pasé el ticket y lo picó sin casi apartar la vista de esa cabeza que subía y bajaba en el interior del coche.

  • Parece que está bien buena, eh?

  • Como mamona aún le queda un poco de rodaje, pero sí, está apetecible… a ver, Mabel, levántate que te pueda ver el señor este.

Moviendo la cabeza dejaba bien claro que no quería despegarse de mi polla… pero mi “poder de convicción” acompañado del tirón, suave pero firme, de pelo le hizo cambiar de opinión

  • Si señor! Está bien buena… Yo salgo a las diez, si me decís por dónde vais a estar me gustaría educarla un poco más en el arte de la mamada.

  • JAJAJA… agradezco la oferta pero este finde ya está bastante ocupada. De todos modos ya sabe dónde trabajas por si quiere aparcar gratis, ¿no?

  • Encantado, tio… no me importaría cobrarme “en carne” cuando quiera… ¡que lo disfrutes!

 

Dos semáforos tardó en “vaciarme”...y es que es muy incómodo, digan lo que digan, conducir y estar por la “faena”. En el segundo aproveché que tardó más para follarme su boca… o su cabeza: cogiéndola del pelo le pegué una follada rápida que acabó en su boca porque no pudo separarse hasta que dejé de correrme… un gilipollas me insultó al pasar por mi lado, pero que se pusiese en verde no era motivo suficiente para dejarme a medias.