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Vende tu novia - 7

en Dominación

El tipo se quedó parado en la puerta, Jorge avanzó hacia el sillón donde la boca de Mabel intentaba infructuosamente que Juanchu se corriera.

- Supongo que no os importará que haya venido acompañado - dijo Jorge

- ¡Qué va! - respondí - necesitábamos refuerzos ya… Yo a tí te he visto

- Bueno, Diego, Carlos… éste que está tan a gusto es Juanchu y la que le come el rabo… ¿como te llamas, tía?

- Deja, que no se distraiga. Es Mabel, pero puedes llamarla puta, zorra… no se molesta.

- Ostias, tío. Me lo contaba Jorge pero no me lo podía creer. ¿En serio se la habéis alquilado al novio?

- Claro - dije - no ha sido fácil, sobre todo “adiestrarla” para que se porte bien, pero mira que bien que se lo hace ya.

Jorge se había sentado en el reposabrazos del sillón donde Juanchu seguía recibiendo las “atenciones” de nuestra “invitada”… que con la mano y la boca intentaba endurecerlo el pito.

- Va, tío, déjala ya, ¿no ves que la tienes morcillona? Deja que descanse tu polla y me atienda un poco a mí

- Bueh… la verdad es que es la “tecera” vez que “melahupa” y…

- Y además llevas una mierda como un piano

- Se ha hecho lo que falta de la botella - dije señalando el Dewars a medias que había sobre la mesa.

- Vas ya “cocido” tío, anda, aparta, que desde que me has dicho que ya la teníais llevo un empalme de cojones, he estado a punto de tirarme a Laura en su oficina. Pero quería reservarme para ésto.

Jorge ocupó el sitio que hizo “desalojar” a Juanchu. La tomó de la barbilla y le elevó la cara, los pechos estaban fuera del top… su mirada era de agotamiento.

- Estás un rato buena, tía… pero ¿qué tute te han dado estos tíos?

- Lleva como media hora ahí de rodillas chupándole la polla, debe estar “anquilosá” ya - intervine

- Juanchu, deberías saber que el alcohol no ayuda… con tantas moñas que has pillao!… - sin soltar su cara pasó su mano por los pechos, la cadera y la metió bajo la falda - ¡qué capullos! Ni siquiera la habéis limpiado, está chorreando.

Diego estaba en plan “voyeur” contemplando la escena, sentado junto la mesa y apoyando en ella el brazo y su mano manteniendo la cabeza. Divertido, expectante, como quien ve una “peli” …

- ¡Ya sé de que te conozco! - dije, mirándole - tú también estabas en la despedida de soltero

- Muy observador - me respondió sonriendo

- ¡Cómo no iba a estar! es el dueño del garito - intervino Jorge

- Pues vaya mierda de fiesta, perdona que te diga

- Jaja, - me contestó - es que las despedidas de tío suelen ser un muermo, las tías se lo montan mucho mejor… ¡y los gays ni te cuento! Eso son bacanales romanas… pero los tíos… mucha boquilla, pero solo le dais a la “priva”.

Jorge se levantó. Sus pantalones seguían cerrados, para extrañeza de los presentes. Enseguida supimos porqué

- Vdes. me disculparán pero Mabel y yo vamos al aseo a que se limpie vuestras porquerías y ver si se recupera un poco.

Dicho ésto nos mostró de qué sirven sus horas de gimnasio, la tomó en volandas y, como si fuese un bebé, se la llevó en brazos hacia el aseo… solo de verlo cansa el tío. Está cachas el cabrón.

Diego y yo alternamos nuestras valoraciones sobre fiestas “de adultos” y pubs con la ingesta de whiskys, moderadamente claro, no queríamos acabar como Juanchu, que comenzaba a roncar en el sillón junto la chimenea apagada.

Jorge llegó con Mabel desnuda, en brazos y enganchada a su cuello… y echándome del sofá.

- Va, tío, haz hueco, lárgate que vengo cargado.

Me senté junto a Diego, al otro lado de la mesa, observando como la estiraba sobre el sofá y se ponía a hurgarle con la mano en su coño; después agachó la cabeza y… se ve la experiencia del tío: en nada Mabel estaba suspirando como una loca, los ojos desorbitados, cada vez que intentaba coger la cabeza de Jorge para que parara éste le apartaba las manos y seguía comiéndole los bajos. De nuevo el salón se inundó con los gritos de la tía, pero nada tenían que ver con los de esta tarde… también le pedía, sin éxito, que parara, pero no es que le pusiera demasiado empeño al requerimiento, no.

En muchas ocasiones me es difícil detectar cuando una tía ha llegado al orgasmo, pero si ésta no era multiorgásmica su corrida era de envidia: los tíos que en unos segundos nos vaciamos y ella… Cuando Jorge levantó la cabeza, chorreando flujos por sus labios, se derrengó: suspiraba como si hubiese acabado una carrera de fondo, la cabeza y los brazos abandonados, sin fuerza.

Diego y yo ni nos habíamos movido durante todo el “espectáculo”, absortos con las habilidades del colega. No se quien de ambos tomó la iniciativa pero, casi al unísono, nos pusimos a aplaudir.

- Chaval, eres un fiera - le dijo Diego al tiempo que se levantaba para ofrecerle el vaso de whisky - No me extraña que mi mujer te acose

- Tu mujer acosa a todo el mundo, Diego - de un trago acabó lo que había en el vaso - es una ninfómana - dijo mirándome

- Es una puta - terció Diego volviendo a sentarse y rellenando de nuevo el vaso

Como vió que le miré extrañado, me sonrió

- En serio, no lo digo de mal rollo - trago - le gusta tanto el sexo que es puta

- ¡Va tío! - le reprochó Jorge

- Joder que no! ¿no te ha dicho que está en Ashley Madison? ¿y Victoria Milán? ¿y que cobra por follar?

- No te creo…- dijo Jorge. La mano vacía de vaso aprisionaba y masajeaba los pies de Mabel… la tía estaba en la gloria

- Porque a tí no te cobra, capullo, a tí te paga

- Y una leche!

- Jaja, ¿No te “paga” con regalillos… con buenos regalillos?. ¿Qué crees que cuesta ese iphone, tío?

- Bueno, pues…

- Si, por tu cumple cualquiera te regala un iphone 6, como el que te regala una corbata o unos calcetines… ¿’tas tonto o te lo haces?

- Cabrón, si es que estáis “forraos”… ¿porqué iba a hacer de puta Virgi?

- Puta la falta que le hace… tiene para contratar un harén, pero le encanta que le paguen… hacer de puta, jajaja

- ¿Y te ries? - me tiene alucinado el tipo éste

- Venga, hombre, joder, no me vengáis ahora de mojigatos, si la tuviera sólo para mí ya me hubiese quedado tísico, sino que te cuente tu colega como se las gasta… Jajaja… Eso sí, es una puta-ong, cobra en función de la pasta que tengas, jajaja… y si pilla un virguito se lo hace gratis y le invita a cenar, jajaja! El mes pasado se tiró a un sobrino… como se entere mi cuñada la despelleja; pero el chaval… 14 años y estrenarse así… jajaja

- Si, jajaj, ya me lo imagino… Bueno, chica, te toca - Jorge se tumbó en el sofá donde Mabel acababa de incorporarse. Se apartó para dejarle espacio mientras éste se abría la bragueta y sacaba su miembro - vamos, ven, a ver como la comes…

Mabel se arrodilló en el sofá entre sus piernas dispuesta a corresponderle… ¡y se asombró tanto como Diego!

- Leches, ¡vaya “mandao” te gastas chaval!!!

Yo ya conocía la “tercera pierna” de Jorge… de buen rollo, eh? jeje, ha sido muy comentada en las duchas del gym. No es la del “negro de wasap” pero también impresiona

- Ahora comprendo a mi mujer ¡cacho cabrón!

Caber cabía pero Mabel no consiguió pasar de  la mitad, se le notaban las arcadas en la garganta, pero le puso empeño hasta que Jorge decidió cambiar de “agujero”

- Vamos, monta

- No… no se…. es muy…

- No te preocupes chica, si por ahí cabe un crío ésta también cabe… y ya lo tienes bien lubricado, jaja

Poco a poco la barra de carne fue desapareciendo entre las piernas de Mabel, arrodillada. A las primeras expresiones de dolor le siguieron otras más, digamos, “elocuentes”. No tardó en llevarse una mano a los pechos y otra al coño… esta tía no solo va a sacar dinerito de este finde… jeje, lo siento por su novio, jeje… ya dicen que “las comparaciones son odiosas”, cuando vuelva a casa lo va a faltar polla.

Diego se relamía… el hielo de su vaso se derretía casi al unísono que Mabel

- Joder… mira que se me ocurren “guarreridas” pero ésto de alquilar novias

- Es que internet enseña mucho - respondí - pero no ha sido fácil tampoco eh!

- Ya me imagino. Encontrar putas es muy fácil, pero “amateurs”… joder, cuestan un “pastón”

- Eso es que no te lo curras

- ¡Y un “guebo”! Hombre, teniendo el trabuco de tu colega tiene que ser fácil, seguro que, además, su fama corre de boca en boca…. Jajaja! “de boca en boca”, nunca mejor dicho… Pero al resto de mortales nos cuesta un río de euros

- Que va…

- Los cojones, chaval. A una puta le pagas la tarifa y listos… para enrollarte una “no-profesional” prepara un buen fajo para copas, cenitas, hotel, … clubs liberales… ¡y algún regalo que otro!. Eso si no te sale con que si le puedes prestar para algún apuro… ella dice que te lo devolverá y tú que “no hace falta, chica”, de todos modos no lo recuperarás… los rolletes siempre salen más caros que las putas

- AAAAAHHHH!! AAAAAHH!!

Los desgarradores gritos de Mabel interrumpieron nuestra charla… Ufff! Ella que le tenía tanto miedo al finde y está disfrutando como una loca… Jorge también. Agarrándola por la cintura la subía y bajaba como si fuese una muñeca hinchable y no tardó en acompasar sus jadeos a los de la chica… y su corrida. Mabel cayó derrengada sobre el pecho de su “follador” que resoplaba cual si apagase un incendio. El incendio ya estaba apagado, ¡y con bastante espuma! pese al “tapón”, de la vagina de Mabel fluía un incesante río de esperma. ¡Vaya charco estaba formando! pero cuando se levantó aún fue a más ¿que le había metido el tío este en el coño?

- El espectáculo ha estado muy bien pero ¿puedo también participar? - dijo Diego volviéndose hacia mí

- ¡Claro, tío! No te cortes. A ver Mabel, acércate “pa quí” a ver como te ha dejado Jorge.

Mirándome cabizbaja fue acercándose a la mesa hasta que estuvo al alcance de las manos de Diego, que la tomó de la cintura. Mabel le miró a los ojos, luego la bragueta e hizo el ademán de agacharse pero Diego la detuvo.

- No chica, aún no. Vacíate en el aseo la guarrada que te ha hecho Jorge… - la giró, le dio un leve pero sonoro cachete en el culo- y tráete también ese collar tan guapo que llevabas puesto cuando has entrado, que seguro que os lo habéis dejado allí.

Tardó poco, mientras Jorge, atento que es el tío, con el rollo de papel recogió el charco que se había formado frente al sofá y se acercó a ver a Juanchu

- ¿Sigue vivo? - pregunté

- Sí, pero poco. Tendríamos que llevarlo a la cama o mañana le van a doler todos los huesos… no se como no se ha caído aún de la silla.

- Tú estás cachas, mamón, pero yo no lo subo hasta el piso de arriba a ese peso muerto.

- Venga, va, os ayudo a colocarlo en el sofá - terció Diego

- Coño, que aún le queda mucha noche al sofá ese.

- Va, dejadlo. Yo os propongo seguir la fiesta en mi garito

- ¡Qué cabrón! Tú lo que quieres es contratar un espectáculo gratis

- Dos tíos solos para esa hembra… a vosotros se os acaba la noche enseguida. Allí seguro que hay más alicientes, jajaja…

- ¿La vas a poner de…? bueno, da igual, por mi vale… ¿qué dices Jorge?

- Yo no aguantaré mucha noche, en un par de horas máximo me voy. A las 8 tengo visita familiar. Coñazo.

Mabel llegó envuelta en una toalla, con expresión de adolescente temerosa

- Pero chica! - dijo Diego-  ¿teniendo ese cuerpo tan estupendo lo tapas? Anda mujer, que estamos en familia

Dejó caer la toalla e hizo el ademán de taparse con los brazos pero la mirada de Diego le indicó que no lo hiciera. Este cambió de asiento, fue al sillón, echó un cojín frente a él y la llamó. Sobraban las palabras. Mabel se acercó, se arrodilló ante él y, cuando llevó sus manos a la bragueta del hombre, este la detuvo tomándola de la barbilla

- Espera, quiero verte…

Mabel le miró extrañada, luego intentó bajar la mirada pero…

  • No guapa, mirame. Tienes unos ojos preciosos ¡y ahora brillantes por el esfuerzo están…! Uff! que cabrones, vaya pedazo de hembra. A ver niña, pon las manos en la espalda, echa para atrás los hombros para que vea mejor tus tetas.

Diego estaba extasiado, como viendo una obra de arte… y la verdad es que le comprendía. De rodillas, recién duchada, los mofletes enrojecidos, ese culo respingón sobre sus tobillos, las manos temblorosas cogiendose en la espalda y esos pechitos… de perfil también estaban apetitosos, quizás más.

Diego estaba recorriendo su cuerpo con las manos, como quien acaricia una escultura… ensimismado, jugaba con sus pezones, pasaba el dedo por sus labios entreabriéndole la boca, o por la nuca arrancando suspiros de Mabel...

  • Tía, eres guapísima. Como escort te forrabas, niña, lo tienes todo en su sitio, muy bien puesto.

Mabel se ruborizó, intentó agachar la cabeza pero la mano Diego la detuvo por la barbilla.

  • Vale, chica, abre la bragueta ya o me correré en los pantalones… pero no dejes de mirarme, niña.

No se la suya, pero la mía estaba como un palo ya y notaba como empezaba a manar líquido preseminal… pero tendría que esperar “mi turno”.

Mabel descubrió el “paquete” y comenzó a pajearle despacio, con una mano lo recorría arriba y abajo, con la otra limpiaba ese liquido blanquecino que se acumulaba en su punta.

  • Con la mano no, putita, limpia eso con la lengua… creo que ya has probado bastante ¿no? Te acabarás aficionando a su sabor, verás… Bien, putita, bien, ahora a ver si eres capaz de comértela toda, la mía es más sensata que la de Jorge.

Jorge y yo nos miramos sonriendo por el comentario...y Mabel intentaba tragarse aquel rabo que también tenía un tamaño nada despreciable. Pero ni siquiera con la ayuda de Diego sobre la nuca podía llegar al fondo, le venían contínuas arcadas.

  • Ya veo que te falta experiencia como comepollas… vamos a educar tu boca. Jorge ¿me pasas la botella de whisky?... gracias...

Diego puso la botella en las manos de una sorprendida Mabel

  • Hazle una mamada a la botella, practica a abrir la boca.

Nos echó una mirada a todos antes de decidirse a hacerlo, pero nuestra miradas despejaron cualquier duda de que queriamos que lo hiciese.

Despacio fue introduciéndose el cuello de la botella que, al ser más pequeño que la polla de Diego pronto desapareció en su boca mientras éste le guiaba.

  • Así. Arriba y abajo, despacio… sácalo todo y al fondo de nuevo...

¡Lo que hubiese dado por ser yo esa botella, joder!

  • Déjatela dentro… asi… saca la lengua y lame el borde… muy bien, putita… ahora, sin soltarla, ve empinándotela… súbela hasta que te entre el whisky en la boca.

Lo intentó… pero lógicamente se atragantó y acabó tosiendo…

  • Muy mal chica… tienes que empinartela toda hasta que quede toda sobre tí

  • No… no puedo - respondió Mabel con esa mirada suplicante que tanto me pone.

Parece mentira que hace unas pocas horas me desafiaba en el aseo del bar y ahora… era una perrita dócil y sumisa, una delicia…

Pero tenía razón. Ese 12 años no tiene dosificador, si la pone vertical sobre su boca le saldría hasta por la nariz… Mmmm… ¡qué imagen!

  • A ver.. tapa el agujero con la lengua para que no caiga de golpe y…

  • No, no podré…

  • A ver, puta ¿tú que sabes si no lo has probado?... vamos, comete de nuevo el cuello de la botella y cuando vayas a levantarla tápalo con la lengua...

Lo intentó, ¡vaya si lo intentó!... y le salió mal… se atragantó y, sí, le salió hasta por la nariz.

  • No, no puedo, no…

  • Prueba de nuevo, chica… pero hazlo despacio, no es necesario ser tan bruta, mujer

Lo dicho. Esta tía ya traga con todo… ¡hasta traga whisky a saco, jajaja!. Y lo intentó… ¡y lo logró! Algo se le escapó y volvió la tos, pero menos.

  • ¿Ves? Ahora te ha salido mejor… unas cuantas veces más y ya lo dominas…

  • No, por favor…

  • Venga, chica, no te vas a cortar ahora… un par de chupaditas más y verás que bien lo haces. El whisky es el mejor lubricante para las mamadas, te abre la garganta para que se deslice mejor… y mi polla aliviará el escozor que sientes ahora, ya verás.

Una… dos… quizás en la última ni siquiera llegó a beber.

  • Muy bien, putita, ahora date la vuelta que te ate las manos.

Diego tenía en las manos una de las correitas que habíamos traído… hubo un atisbo de rebeldía, una leve mirada hacia mí… pero se dió la vuelta.

  • Esta es otra gran norma de las mamadas… si tienes las manos sujetas en la espalda la cabeza está más suelta, puedo manejarla mejor… ahora sí, guapísima, ¡a comer!

Sí, hubo algunas arcadas al principio, pero en poco tiempo esa polla desapareció en la boca de Mabel, “ayudada” por las manos de Diego que tomaba su cabeza marcando el ritmo… y la “profundidad”. ¡Siempre se aprenden cosas nuevas, jajaja!

  • Quieta, niña… que quiero probar tus otras “calidades”. A ver levanta.

  • No, no puedo… ¿me desatas?

  • Por ahora no, yo te ayudo.

La incorporó por las axilas y la atrajo hacia él tomándola de la cintura

  • Vamos, móntame, cabálgame…

  • Por favor, suéltame las manos…

  • Que no, pesada! vamos, yo te ayudo a empalarte

  • No… yo… no puedo así…

Diego maniobraba la cintura de Mabel hasta que consiguió colocarla sobre él.

  • Espera, me gustaría llenarte de leche, pero mi mujer me mata si le pego algo

Del pantalón sacó su cartera y de ella un condón

  • ¡Qué precavido! - dije

  • Su mujer es igual. Todo con condón. ¡Un coñazo!, pero…

  • A ver, podemos tener más de 100 parejas distintas al año, no está la cosa como para arriesgarse

  • ¡jo-der!

  • Bueno, niña, ya puedes sentarte, si… así… Ouuuch!... ¡que calentito y apretadito lo tienes! menos mal que el menda éste no te lo ha desfondado

  • JAJAJAJ!... - se nos soltó la risa al unísono

La niña le ponía voluntad pero se notaba que no era muy de gimnasio… hacer sentadillas sin manos no era lo suyo, ni siquiera con la ayuda de Diego cogiéndola de la cintura

  • No-no puedo…

  • Venga, va, te soltaré las manos, pero una te la pones en el coño, masturbarte mientras me cabalgas

Y vaya si mejoró la cosa! Tanto ritmo cogío que Diego hubo de pararle…

  • No… quieta, quieta… que aún me falta por probar el otro agujero

  • No, por favor, córrete ahí

  • Ni de coña, zorrita… y menos sabiendo que te lo han estrenado hoy. ¡Debe estar de vicio! Baja y arrodíllate delante de Carlos que se le va a reventar el pantalón con tanto magreo que me lleva, jajaja

Mi “empalme” era demasiado evidente. Y me felicité por la iniciativa de Diego… ¡qué ganas le tenía ya a esa tía! me daba igual el agujero, quería llenarla por donde fuese, sin condón, a pelo.

Mabel se puso a cuatro patas delante de mí, antes de que se posicionase ya tenía yo mi polla esperándole y… ¡JODER QUE GUSTO!... ahora sí que molaba!... esa boca se tragaba mi palo como si fuese una piruleta, su nariz tropezaba en mi pubis y la mantenía… y la mantenía… ¡lo que había aprendido esta chiquilla en un rato!

Diego se posicionó detrás de ella. Alargó su mano para empujarle más su cabeza contra mi polla… pero tampoco era necesario, tenía una estupenda comepollas trabajandome el aparato.

Pero pronto entendí que pretendía Diego.

  • Vamos putita, abreme tu culo para mí, enséñame ese agujerito tan delicioso que voy a reventar.

Y lo hizo… los dos lo hicieron. Mabel se abrió los cachetes del culo y Diego… después de abrirle con dos dedos el esfínter… se lo reventó. Sin violencia, no de golpe, pero sí de manera constante esa polla fue poco a poco perdiéndose en el interior del culo de Mabel, que intentaba gritar o quejarse con la boca llena de polla, mantenida a tres manos, y los manotazos hacia atrás para intentar inútilmente que el invasor siguiera su avance…

Me corrí… fue inevitable, sentir esas contracciones, ese grito ahogado… la leche le salia por la nariz, imposible tragarla toda.

  • ¡¡SACALA, SACALA!! AAAAHH!!

En cuanto pudo liberar su boca los gritos de Mabel resonaron por la habitación. Pero Diego la tenía firmemente cogida por la cintura y no le permitía moverse lo más mínimo y comenzaba un mete-saca profundo… la sacaba casi toda y volvía a metérsela hasta el fondo

  • Ni de coña, puta… ésto es lo mejor

  • DUEEEELEEEEE!!!!

  • Es que tiene que doler, niña, eso hace que aprietes más el culo y está de vicio

  • NOOOOO!!!

Mabel cayó tendida sobre el suelo, estirada de brazos y pies… y Diego con ella. Ahora además podía mantenerle abiertas las piernas con sus muslos… sin dejar de bombear, sin hacer caso del desconsolado llanto de una Mabel derrotada, vencida, atrapada bajo el peso de Diego… hasta que los espasmos de éste delataron que estaba rellenando el condón…

Se tumbó a su lado, resoplando… Mabel sollozaba, apenas se movió para acurrucarse un poco

  • Lo siento, chica, pero era una tentación demasiado golosa… el dolor pasa, ya te compensaré, preciosa. Pero no he podido evitarlo… no quería evitarlo

Sentado en el suelo intentó abrazarla… Mabel en principio intentó rechazarlo pero acabó dejándose albergar en su regazo.